tag:blogger.com,1999:blog-61349559957571631322024-03-05T17:41:57.887+01:00HemeroflexiaALMANAQUE DE ANDRÉS TRAPIELLOandrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.comBlogger1671125tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-41008322659983649472021-01-29T08:57:00.001+01:002021-01-29T09:41:48.216+01:00El feo asunto de García Montero y Gil de Biedma ("una vida en el armario")<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Del feo asunto de Gil de Biedma se han dicho esta última semana muchas cosas, pero acaso las más insólitas se deban a García Montero, con ocasión del homenaje que le tributó en el Instituto Cervantes, del que es director, calificando a GdeB. de «una persona decente».</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">También se han escrito muchas otras, pero ningún artículo, a mi modo de ver, más completo y serio que este de Félix Ovejero. Con él debiera clausurarse un debate que los más cínicos desvían al terreno lírico (un miserable puede ser autor de una gran obra y blablablá) y los menos dotados para el pensamiento abstracto al terreno prosaico (fue solo una vez, cinco minutos, y además no le gustó).</span></p><p><b style="font-family: arial;">La impaciencia del buscador de orgasmos</b></p><p><span style="font-family: arial;">por <b>Félix Ovejero</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Imaginemos que se encuentran unas grabaciones en las que Stalin se muestra como un insuperable cantante de ópera. ¿Estaría justificado un homenaje público a Stalin? Pocos estarían a favor. Previsiblemente, entre los argumentos --si es que se necesitan— que respaldarían la negativa destacarían dos: el artista Stalin era un dictador y una obra, por más excepcional que sea, no disculpa un homenaje institucional. De lo anterior se siguen dos conclusiones: está justificado criticar moralmente a un artista y la descalificación moral de la persona es suficiente para desaconsejar el homenaje. Y no se siguen otras: la calidad artística debe juzgarse moralmente y los ciudadanos no pueden homenajear a quien quieran. Como se ve, el argumento nada tiene que ver con la estrategia de acallamiento <i>woke </i>de la izquierda reaccionaria, sobre la que algunas cosas tengo escrito: ni falacia moralista ni limitaciones a la libertad de expresión.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Aquí podría terminar mi artículo a cuenta de la polémica suscitada por el homenaje institucional a Gil de Biedma.</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">Pero como parece que,</span><span style="font-family: arial;"> </span><i style="font-family: arial;">pace </i><span style="font-family: arial;">el poeta, el placer del pensamiento abstracto no está al alcance de algunos, creo que toca desgranar el singular argumentario de</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">ciertos defensores del homenaje. Para empezar, una advertencia: en el párrafo anterior no se equipara al poeta con el dictador. Si lo traigo como ejemplo es simplemente para desmontar dos tesis: primero, que al artista se le aplica un código moral especial y, segundo, que la excelencia artística, sin más, justifica un homenaje público. Aclarar estas cosas no merecería ni dos líneas, pero en fin…</span><span style="font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Si se está de acuerdo con lo expuesto, para defender el homenaje solo cabrían los matices: sostener que no hay nada malo en lo que el poeta nos cuenta en su diario o que lo que cuenta no es lo suficientemente grave.</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">Dicho de otro modo, la aprobación del homenaje se desplaza hacia la valoración moral de lo sucedido.</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">Vamos, que no es un debate entre curitas y transgresores: todos</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">estamos en el terreno de la moral,</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">al menos los miembros de la especie humana, aquellos capaces de manejar de manera inteligible palabras como “injusto” o</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">“indigno”.</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">Si acaso, como digo, los partidarios del homenaje deben argumentar: que no hay nada que condenar, que lo que se cuenta es perfectamente aceptable,</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">o que</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">se trata de un asunto menor que no impide un homenaje público.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">No me queda claro a cuál de esas opciones se apuntan quienes apelan a que “eran otros tiempos”, a que no podemos juzgar con nuestras presentes convenciones morales, o a que “solo fueron cinco minutos”. Lo de los cinco minutos es, en el mejor de los casos, una conjetura difícil de casar con otras informaciones acerca de la vida del poeta, que no faltan, incluida su propia correspondencia, en particular una carta a Gabriel Ferrater de febrero de 1956. Supongo que eran informaciones como esas las que llevaban hace unos años a Arcadi Espada a preguntarse en estas mismas páginas: “</span><span style="background-color: white; font-family: arial;">¿Hay alguien con conocimiento en este mundo que pueda dudar de que JGB dedicó mucho más tiempo a los polvos que a los versos?”. Lo de “otros tiempos” sorprende todavía más, </span><span style="font-family: arial;">si esa consideración se entiende</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="font-family: arial;">en</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">su sentido habitual, esto es, como que “en aquellos tiempos la conducta no era reprobada”. No, no estamos ante los esclavos de Jefferson ni aun menos ante la relación de Machado con Leonor, por recordar una delirante comparación de Gimferrer hace unos años. Precisamente por eso se eliminaron ciertos pasos en la primera edición. Y, por Dios, no aduzcan que es una cuestión privada y, por tanto, no caben evaluaciones. Las cuestiones “privadas”, que no son las “íntimas” (según nos enseñó Garzón Valdés), se tramitan a diario en los tribunales.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Bueno, cabe otra posibilidad, que me despistaba: reivindicar lo que Gil de Biedma nos describe.</span><span style="font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">No sé si esa es la opinión del catedrático García Montero cuando habla de la “honestidad ética”. En tal caso, se alabaría el gesto del poeta como una suerte de rebelión ante la gazmoñería de la España franquista. Frente a la hipocresía, la sinceridad. Un argumento sorprendente habida cuenta de que la vida entera de Gil de Biedma fue una vida en el armario; antes que rebelarse, se sometía a las convenciones, a todas. Y la mejor muestra de que lo de “igualar con la vida el pensamiento” quedaba para los versos es la mala gestión pública de su homosexualidad. En este aspecto, en el que indiscutiblemente el desorden moral era del mundo, de una realidad política represora, no se le conoce el menor asomo de rebeldía. Al revés, ocultamiento y acatamiento. La hipocresía en su peor versión. Por eso se entienden aún menos los elogios a la sinceridad del director del Cervantes. Si es que la sinceridad, sin más, es una virtud. </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: arial;">El lector habrá observado que hasta ahora no he realizado ninguna valoración moral de lo que cuenta el poeta. Me he limitado a señalar lo que juzgo malos argumentos de quienes defienden el homenaje. La valoración reflexiva de las prácticas sexuales no se puede hacer al</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">buen tuntún. Por lo general, hay poco que decir cuando los protagonistas deciden libre y autónomamente. En el trasfondo de esa intuición se esconde un principio general importante: los agentes deben tomar sus decisiones con plena autonomía.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Por eso el problema no es tanto llevar burka sino poder quitárselo, poder decir que no sin verse sometidos a penalizaciones o chantajes sociales.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">En nuestro caso, no parece que pueda considerarse autónoma una relación en la que uno de los protagonistas está sujeto a la jurisdicción del hambre, para decirlo con Cervantes. Sobre todo, cuando el otro lo sabe. A mi parecer, ese es el terreno</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> –</span><span style="background-color: white; font-family: arial;">inevitablemente moral–</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">en el que deberían instalarse quienes aprueben la conducta del poeta.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Más exactamente, no deberían disculparlo, sino defenderlo, al modo como –con toda la razón del mundo– se defienden las (el derecho a mantener) relaciones homosexuales. Entonces sí quedaría justificado el homenaje público.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: arial;">El recorrido anterior tiene escasa enjundia conceptual. De más envergadura es otro asunto que apenas ha asomado en los debates y que formulado toscamente se concreta en la pregunta: ¿puede una mala persona ser un buen artista? La respuesta habitual no va más allá de lo que podríamos llamar el </span><i style="font-family: arial;">principio Maradona</i><span style="background-color: white; font-family: arial;">: era un mal bicho pero jugaba como Dios. </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Un argumento, tal cual, poco discutible.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Hay excelentes físicos, economistas, directores de orquesta y fontaneros con vidas miserables, carentes de la mínima autenticidad moral. Y, desde luego, a nadie se le ocurre juzgar sus quehaceres por su calidad humana.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: arial;">En el caso de ciertas actividades artísticas, como la poesía, las cosas resultan más complicadas.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Sobre eso se ha escrito mucho</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> –</span><span style="background-color: white; font-family: arial;">servidor, con perdón, un libro entero– y si algo se puede concluir es que no caben las respuestas sumarias. Aunque hay algunas cosas relativamente indiscutidas: una persona incapacitada para explorar el alma humana (en el límite, los autistas) nunca podrá escribir</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><i style="font-family: arial;">Guerra y Paz </i><span style="background-color: white; font-family: arial;">o</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><i style="font-family: arial;">La Comedia Humana</i><span style="background-color: white; font-family: arial;">. Por supuesto, ese no es el caso de Biedma (vuelva quien no entienda la comparación a mi tercer párrafo).</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Caben pocas dudas acerca de su talento para la exploración de la primera persona (y para el análisis político, dicho sea de paso). Tampoco creo que quepan dudas acerca del cultivo de las virtudes epistémicas en su quehacer poético.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Basta un elemental paseo por su taller</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">(notas y correspondencia)</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">para confirmar lo seriamente que se tomaba el empeño poético. Incluso su temprana decisión de abandonar la poesía cabría interpretarla en ese sentido.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: arial;">Ahora bien, la pregunta anterior apuntaba en otra dirección: ¿alguien insensibilizado ante la dignidad de los otros puede tener una plena comprensión de la condición humana, sin la cual no cabe una genuina obra artística? El famoso lema de Terencio (“nada humano me es ajeno”) resume una condición necesaria para ciertos ejercicios artísticos. Una condición necesaria, no suficiente.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Cierto es que también cabría pensar que es compatible comprender a los otros, entender lo que hay en juego cuando se desatiende su dignidad,</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">pero que… total, da lo mismo.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Dejo al lector explorar las implicaciones de esa posibilidad. A mí, las que se me ocurren, me estremecen.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 22px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: arial;">Recorrer estos últimos caminos, llenos de recodos, está fuera del alcance de un artículo de opinión.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Hasta donde se me alcanza la discusión se ha limitado a presentar una pseudocontraposición entre “liberales” y “moralistas”.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">Y no sé yo: aquí nadie defiende prohibir nada; moralistas, por lo expuesto, lo somos todos y</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;">lo de liberales, a cargo del presupuesto y mandando callar, como que suena raro.</span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span><span style="background-color: white; font-family: arial;"> </span></p><span lang="ES" style="background-color: white; line-height: 15.693333625793457px;"><span style="font-family: arial;">Pero, en fin, tampoco me hagan mucho caso, que no soy catedrático. </span></span><div><span style="font-family: arial;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: arial;"><span style="background-color: white;"><i> (Aparecido en <a href="https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2021/01/29/6012d38821efa01e398b46a2.html"><span style="color: red;">El Mundo</span></a> el 29 de enero de 2021)<br /></i></span></span><p><span style="font-family: arial;"> </span></p></div>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-37315468490868364292021-01-24T13:24:00.010+01:002021-01-24T23:38:31.791+01:00Carta abierta a Luis García Montero<p><span style="font-family: arial;">Querido Luis:</span></p><p><span style="font-family: arial;">Al día siguiente del homenaje al poeta Jaime Gil de Biedma que presidiste tú como director del Instituto Cervantes, los periódicos recogieron tus palabras, afectadas sin duda por las declaraciones de quienes la víspera habíamos opinado libre y respetuosamente sobre la pertinencia de ese acto y sobre la conducta del propio GdeB. y el modo en que este la reflejó en su <i>Diario del artista en 1956</i>. De tus palabras en ese acto me llaman la atención estas: «<span style="background-color: white; color: #202020;">Además, LGM ha insistido en la importancia de analizar la obra del poeta con "</span><strong style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #202020;">rigor filológico y no en esos puestos de segunda mano que depara el Rastro del cotilleo,</strong><span style="background-color: white;"><span style="color: #202020;"> la falta de estudios universitarios y la murmuración calumniosa"». En ese reparto te reservaste, claro, «el rigor filológico» y resulta <span style="caret-color: rgb(32, 32, 32);">evidente</span> que, aunque no me nombraras, el otro lote parecías estar adjudicándomelo a mí. </span></span></span></p><p><span style="color: #202020; font-family: arial;"><span style="background-color: white;">Antes de proseguir conviene recordar que lo que conocemos de la pederastia y los abusos con niños de GdeB. no procede de ningún puesto de segunda mano del Rastro del cotilleo: lo conocemos de primera mano por el propio Gde B., que quiso, póstumamente, circularlo. Y si bien no es cierto del todo lo segundo (aunque pobres, uno tiene sus estudios universitarios), no acabo de entender lo de la murmuración: en este asunto sabes muy bien que siempre he ido de frente, públicamente y con todo el rigor posible, sí.</span></span></p><p><span style="color: #202020; font-family: arial;"><span style="background-color: white;">Resumiéndolo:</span></span></p><p><span style="color: #202020; font-family: arial;"><span style="background-color: white;">1. Jamás he aludido al valor poético de GdeB., que es lo primero que hacéis quienes tratáis de pasar por alto «lo otro»,escudándoos en su obra poética. </span>Es el momento en el que unos aprovechan para «cargarse de razón» (preguntando de manera teatral: «¿Pero qué nos van a dejar, si nos quitan a GdeB., Celine, Pound?») y otros para descalificarnos por puritanos u homófobos, imputaciones a todas luces falsas e insidiosas, o sea teatrales.</span></p><p><span style="background-color: white;"><span style="color: #202020; font-family: arial;">2. No es este un caso de pedofilia (GdeB. no ha sentido el menor amor por ese niño); y aun siéndolo de pederastia, lo es principalmente de abusos a un niño «de 12 o 13 años».</span></span></p><p><span style="font-family: arial;"><span style="background-color: white;"><span style="color: #202020;">3. Que la inclinación sexual o la falta de escrúpulos (éticos y estéticos) de GdeB. le muevan a acostarse con niños, no es de lo que yo estoy hablando, aunque lo mire con atención y seriedad, por aquello de que nada de lo humano me es ajeno. No es ese el problema. Pero sí el deshumanizado trato que da a su víctima en el diario, su falta de compasión, su irritación incluso por que el niño del que ha abusado no se mostrase más complaciente con él. Por eso dije en mi artículo de </span><a href="https://www.elmundo.es/opinion/2021/01/22/60096a2621efa0242c8b45c4.html"><span style="color: red;">El Mundo</span></a><span style="color: #202020;"> que «GdeB. </span></span></span><span style="font-family: Arial;">desaprovechó una ocasión de oro para comprender y compadecer a sus víctimas después de contar cómo las vejó, y quizá porque tampoco se sentía culpable sólo viera en los hechos su parte estética, o sea cosmética». (Y emocionarse oyendo La Internacional, como confiesa el autor de esos abusos, insensible al paria de la tierra que tiene frente a sí, sé que a ti, siendo comunista, te producirá la misma perplejidad que a mí, que dejé de serlo hace cuarentaicinco años).</span></p><p><span style="font-family: Arial;">4. No parece adecuado que un Estado democrático confunda a la ciudadanía con mensajes contradictorios (no lo hacen en Francia, por ejemplo), vetando a unos artistas por razones de abusos y celebrando a otros, pese a sus abusos, como en el caso de GdeB. Convendrás también en que es difícil de comprender que el Gobierno que ha concedido la nacionalidad española a James Rhodes «</span><span style="background-color: white;"><span face="ProximaNova, Noto Sans KR, Helvetica Neue, Helvetica, Roboto, Arial, ヒラギノ角ゴ Pro W3, Hiragino Kaku Gothic Pro, Osaka, メイリオ, Meiryo, MS Pゴシック, MS PGothic, sans-serif">sobre todo por su compromiso frente al maltrato y la violencia contra los niños», programe al mismo tiempo un homenaje a quien ha decidido expresamente dejar por escrito su jactancia de abusador.</span></span></p><p><span style="font-family: Arial;">5. Libertad </span><span style="font-family: Arial;">absoluta de creación y difusión para las obras de GdeB., de Celine, de Pound y de cualquiera. Pero no a los homenajes con dinero público y en espacios públicos: “sin honores de Estado”. Y libertad absoluta sexual, dentro de los límites que marca la ley. </span></p><p><span style="font-family: Arial;">Poco más que decir. Hace un par de días, Martín López Vega, colaborador tuyo y amigo mío también, se dirigió a mí públicamente («Te equivocas, Andrés»), preocupado por mi obra: «Tienes todas las de perder, (...) arrastras al barro a tu obra, que no lo merece». Hablando de GdeB., que tiene un poema sobre la «<i>Nostalgie de la boue</i>», no deja de tener gracia. No sé si en el sueldo de López Vega entraba o no escribir lo que ha escrito (y lo habría entendido también), ni creo que en el tuyo entre el de dirigirte a mí como director ni como amigo, pero sí el de tratar con rigor estas cuestiones y acaso con un poco más de respeto a quienes vean en esto algo más que un asunto filológico. Quiero decir, a los que vemos aquí un debate ético, postergado desde hace treinta años, desde que se publicó su <i>Diario</i>, únicamente porque GdeB. era «uno de los nuestros». Porque el GdeB. al que me he referido en todo momento, Luis, no es ni tuyo ni mío, ni debería ser de nadie.</span></p><p><span style="font-family: Arial;">Un abrazo</span></p><p><span style="font-family: Arial;">A.</span></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-41456712436698501872021-01-14T11:54:00.003+01:002021-01-14T11:54:45.852+01:00A propósito de GdeB<p><span style="font-family: arial;">Se publica <a href="https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2021/01/13/5fff05fbfc6c83b36c8b46a9.html"><span style="color: red;">hoy en El Mundo</span></a> esto sobre el escabroso asunto no resuelto desde hace treinta años. El reportaje de Luis Alemany está muy hecho Estas fueron mis respuestas a sus preguntas.</span></p><div><blockquote class="" style="font-size: 18px;" type="cite"><div class=""><div class="" style="font-size: 12pt;"><ol class=""><li class=""><span style="font-family: arial;">Muy sencillo: ¿crees que la famosa página del niño, la vivencia y su narración, invalida homenajes públicos como el del Cervantes a JGB?</span></li></ol></div></div></blockquote><span style="font-size: 18px;"><span style="font-family: arial;">De lo contrario podría parecer que se trata de blanquear desde las instituciones conductas no solo reprobables sino punibles penalmente, sólo porque quien las cometió era un poeta «prestigioso». Resulta como mínimo chocante la indulgencia con unos y la severidad con otros.</span></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br class="" /></span><blockquote class="" type="cite"><div class=""><div class="" style="font-size: 12pt;"><ol class="" start="2"><li class=""><span style="font-family: arial;">¿Cómo interpretas el encubrimiento de todos estos años sobre este episodio?</span></li></ol></div></div></blockquote><span style="font-family: arial;">Cuando se conocieron esas páginas Pere Gimferrer, Rosa Regás y Terenci Moix salieron en defensa de su amigo. Los tres me pusieron en su diana. El primero trató de minimizar la pederastia de Gil de Biedma equiparándolo con Antonio Machado, a quien llamó pedófilo; la segunda, llamándome a mí homófobo, y Sergio Vila San Juan leyó a Moix, antes de ponerse este a escribir nada, algunas frases literales; «hosti tu, el Jaime aqui s'ha passat una mica», fue todo lo que dijo; por supuesto, no escribió nada. A Gimferrer le respondí que era una vileza comparar al que se acostaba por dinero con un niño de trece años con quien se casaba con una muchacha de quince, cosa en absoluto infrecuente en la época. Y a Regás le recordé que ella no estaba defendiendo a un homosexual sino a un pederasta y abusador sexual, y que la cosa no iba de homofobia; tampoco replicó.<br class="" /><br class="" /></span><blockquote class="" type="cite"><div class=""><div class="" style="font-size: 12pt;"><ol class="" start="3"><li class=""><span style="font-family: arial;">Supongo que este tipo de casos se están haciendo habituales. ¿Cuál crees que debería ser el criterio general con el que las sociedades y sus representantes debemos acercarnos al recuerdo de artistas o filósofos valiosos cuya vida nos merezca una censura más o menos cierta?</span></li></ol></div></div></blockquote><span style="font-family: arial;">El criterio deberían establecerlo las administraciones. ¿Puede rescindirse el contrato a un tenor acusado de abusos no probados y homenajear al mismo tiempo a quien se ha jactado de pederasta y abusador? Una periodista catalana me preguntó a raíz de aquellas polémicas: «¿Pero usted metería hoy en la cárcel a Gil de Biedma?». Le parecía inconcebible, un atentado contra Cataluña. Yo le respondí: «¿Por hechos como los que relata en ese libro? Yo no; la Guardia Civil». Por otro lado aquí no se juzgan valores literarios, sino hechos. A Celine no se le juzgó por haber escrito <i class="">Viaje al fin de la noche</i>, sino por antisemitismo. Y dicho esto, a quien le gusten los poemas de Gil de Biedma incluso ese <i class="">Diario</i>, adelante; son todo suyos, que circulen libremente.</span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-50989576583820406402020-12-14T08:50:00.000+01:002020-12-14T08:50:06.482+01:00Delibes, un bosquejo<p style="text-align: justify;"> <span style="font-family: arial;">En <a href="https://www.elnortedecastilla.es/delibes/delibes-bosquejo-20201212173204-nt.html">El Norte de Castilla</a>, el sábado. Junto a otros cien.</span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Fue, el primer año que pasé en Valladolid, en 1971, la única compañía que tuve de veras: la lectura de los libros de Delibes. En la casa del hermano de mi padre donde viví entonces tres o cuatro meses había cinco o seis. No había casa burguesa vallisoletana donde no estuvieran sus libros. Delibes tenía esa rara virtud en un escritor de caerle bien a todo el mundo, a los que lo leen y a los que no. Se reconocían en sus historias, en su manera de contar, en su sencillez. Podían comprobar la exactitud de sus pinturas, porque los modelos los tenían también a dos pasos. Era una institución, a parte del director del periódico importante de la ciudad y la región, <i>El Norte de Castilla</i>(nombre precioso para un periódico, dicho sea de paso, por lo sonoro y significativo). <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Y no cayó uno en aquellos libros a ciegas. Al contrario. Había allí otros de la época (ya sabéis, Gironella, Cela, García Pavón), pero me había impresionado uno o dos años antes, en una edición barata de quiosco de Rtve (veinticinco pesetas), <i>La hoja roja</i>, la novela, de las suyas, que sigo prefiriendo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Entre aquellos cinco o seis libros se hallaba el <i>Diario de un cazador</i>. Me deslumbró y me descubrió a Delibes de la naturaleza, tan diferente de todos los escritores paisajistas, fueran Gabriel Miró o Azorín, más cerca Delibes de este, no obstante, que de aquel. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Yo entonces me sentía un poco como el protagonista de esa novela, un obrero pucelano que se pasaba soñando toda la semana con salir al campo. También yo empezaba a soñar no sé si con salir al campo o sólo con salir de la ciudad. Esta me resultaba como a él hostil, claro que a mí aún llegaría a sérmelo aún más, pasado el tiempo. Cuando en 1992 se publicó <i>El buque fantasma</i>, que cuenta aquellos años descacharrados como estudiante y militante de la Joven Guardia Roja, Delibes y Jiménez Lozano (fue este quien presentó mi novela en Valladolid), la festejaron con una sonrisa maliciosa, acaso por haberme tomado unas libertades con la ciudad que ellos nunca se habían tomado. Desde entonces, si tenía que ir a Valladolid, no dejaba nunca de ir a hacerles una visita. Algunas están contadas en los tomos del <i>Salón de los pasos perdidos</i>. Fue así hasta sus muertes.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">En los últimos tarjetones que Delibes me envió se amontan las letras como si los hubiera escrito un ciego, y apenas se entiende lo que se dice en ellos. Aunque yo presumo que serán cosas afectuosas. Era un hombre bueno en el buen sentido machadiano. No era ajeno, claro, a los dramas rurales, ni a la tristeza de la vida de los pueblos castellanos (lo que Sergio del Molino atinó a decir La Espala vacía) ni al irredento porvenir de sus pobladores, pero era incapaz de causar daño a nadie. Porque, como es sabido, nadie tan sensibilizado con el dolor como los cazadores, cuyo arte consiste precisamente en vendimiar la vida a los animales de una manera noble y respetuosa, pues aunque era consciente de que el animal no tiene deberes y no puede tener por tanto derechos, sabía también que el hombre no podía degradarse en indignos ejercicios venatorios. Véanse sus lances persiguiendo a la perdiz roja, a veces durante horas, él solo, con su perro y su escopeta en una fría mañana de invierno. Es lo más zen que ha dado la literatura española.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Las obras de los escritores, muertos estos, pasan por diferentes estados. Es una opinión extendida que muchos, tras su muerte, han de atravesar un corto o largo purgatorio, y la mayoría no saldrán ya del olvido. No hemos visto que tal cosa haya sucedido con las de Miguel Delibes, ni creo que sucederá. No, desde luego, con todas aquellas en las que trata de «las cosas del campo». La mitad de sus libros, como quien dice. No son libros estáticos, no son el pasmo de un contemplador. Tampoco desde luego ejercicios de estilo. Delibes es un hombre de acción, y lo que le gusta es dotar a sus escenas de caza, de pesca o de naturalista de un cierto drama. En todas ellas hay más que una intriga (eso es cosa de novelistas), una inquietud (cosa de los poetas). Y Delibes, que no sé si escribió alguna vez versos, se muestra en esos libros como un poeta, sobrio y castellano, un poco románico, si se quiere, pero poeta al fin y al cabo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Y como a poeta, creo yo, se le leerá siempre, un poeta que no va de poeta (son los mejores), ni siquiera de escritor, sino sólo de eso, uno que cuenta cosas si ve que alguien tiene interés en escucharlas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt -63.8pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: Arial;">Fue para uno hace cincuenta años la mejor compañía, y sigue siéndolo. Ya no son cinco o seis libros los que tengo de él a mano. Creo que tengo todos los suyos (dos estantes y sí, en primera edición y algunos dedicados). Así que de vez cuando, algunas tardes en las que se siente uno vagamente solo, saco uno del estante, lo abro y me digo: «A ver que nos cuenta hoy mi amigo». Porque se me olvidaba decir que aunque los libros son los mismos, Delibes parece que siempre está contando cosas distintas y nuevas. Como únicamente saben hacer los poetas.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-91430442744053406742020-11-28T10:33:00.002+01:002020-11-28T10:33:32.669+01:00Zenda. Una entrevista<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A las entrevistas entrevistas les pasa lo que a las fotos, en unas sales peor o mejor que en otras, en unas te dices «yo no creo haber dicho eso» (normalmente lo has dicho, pero te disgusta verlo dicho de manera tan textual), y en otras te sorprendes y te haces sonreír, como cuando Chaplin se reía viendo sus propias películas mudas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En <a href="https://www.zendalibros.com/andres-trapiello-la-madritirria-o-madrifobia-es-pueril/">esta</a> el mérito es de Javier Ors y de Victoria Iglesias, que hizo unas fotos que dan bien el ambiente.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-47836352663294470032020-11-23T08:59:00.004+01:002020-11-23T09:01:11.991+01:00Volver al Rastro<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">LA novela de Dickens se titula, literalmente, </span><i style="font-family: arial;">Grandes expectativas</i><span style="font-family: arial;">, pero se tradujo por</span><span style="font-family: arial;"> </span><i style="font-family: arial;">Grandes esperanzas</i><span style="font-family: arial;">. El Rastro de Madrid, uno de los rincones más dickensianos de la ciudad, es lugar de grandes expectativas pero de pocas esperanzas. Allí todo el mundo lleva en la cabeza negocios fabulosos, vendiendo o comprando; ahora, esperanzas las justas. Esa ha sido la maquinaria que no se ha detenido nunca, ni siquiera durante la guerra civil. Tuvo que venir la covid para que se cerrara por primera desde el siglo XVII; en marzo y abril, por completo; luego abrieron tiendas y almonedas. </span></div><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Este domingo volvía el Rastro, o una pequeña representación de él. A primera hora había guardias por todas partes. Más que rastreros. La idea, lo que ellos llaman dispositivo, era permitir unos quinientos puestos y unos tres mil visitantes. Se calcula que en una mañana normal hay mil puestos y entre cincuenta y cien mil visitantes. De momento han dejado tres plazas (Cascorro, Vara del Rey, Campillo del Mundo Nuevo), y una calle (Ribera de Curtidores). Los dispositivos en España tienen siempre un punto surrealista. La pendiente de la Ribera es muy pronunciada, lo agradable es bajarla; el dispositivo puso al río de gente fluyendo en una sola dirección desde la Ronda a Cascorro, que es como barrer una escalera empezando por abajo. Al disponer de tan poco espacio se han visto obligados también a mover los puestos de sitio, quiero decir que el que antes se ponía en la calle del Carnero ahora va a estar en el Campillo y al que estaba en una punta del Campillo pueden haberle mandado a la Ribera. Como si el callejero fuese el cubo de Rubik,</div></span><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Ayer todo el mundo estaba contento. «Claro que el que falta no sabemos si es porque le toca otro domingo o porque es baja», oímos decirle a alguien. En el Rastro se habla de la muerte con mucha naturalidad. Algunos activistas repartían sus pasquines: «El Rastro es un lugar seguro. Está al aire libre». «Eso es relativo», oigo que dice alguien detrás de una mascarilla. Yo le entiendo. Se refiere a que el Rastro es un comercio de tacto y de contacto, la gente quiere tocar lo que compra, por si es falso, y se aglomera, por si es un chollo y se lo lleva otro antes. </div></span><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Ha sido un Rastro extraño, como todo lo que nos pasa últimamente. Pero nadie se queja (y habría razones para hacerlo). Lo importante, oigo también, es que hemos vuelto: Sí, me digo; con las esperanzas de siempre, pero con mayores expectativas que nunca, si cabe.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: x-small;"><i> <span> <span> <span> <span> <span> <span> <span> <span> </span></span></span></span></span></span></span></span></i></span></span><i> (Publicado era <a href="https://www.elmundo.es/madrid/2020/11/23/5fbaa2b221efa033248b4588.html"><span style="color: red;">El Mundo</span></a> el 23 de noviembre de 2020)</i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></div><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10pt;"> </span></div></span><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-91253101821026832542020-11-21T19:39:00.003+01:002020-11-21T19:41:46.803+01:00Una conversación y un paseo<p><span style="font-family: arial;"><span style="color: #6aa84f; font-size: medium;"><a href="https://elpais.com/babelia/2020-11-19/andres-trapiello-no-hay-vidas-mas-importantes-que-otras-hay-vidas-bien-o-mal-contadas.html"><b>La conversación</b></a></span> la mantuvimos Manuel Jabois y yo este lunes pasado. <span style="font-size: medium;"><span style="color: red;"><a href="https://elpais.com/babelia/2020-11-19/un-paseo-por-la-villa-con-andres-trapiello.html"><b>El paseo</b></a></span> </span>es de cualquier momento.</span></p><p><span style="font-family: arial;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6YrMVW43K1oEcSw61Vd-CvY1w5kC28e4TQ-_oX-6vLXRMvRuMgOfiKoULYjTm9koV86Al23NUvzuVxThXiiJ5Jz3FFnN0HHUJxxPvFdOI3IevabKa1T7aylN6GU4Qra3Mk9ciAXI8pByA/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="695" data-original-width="490" height="598" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6YrMVW43K1oEcSw61Vd-CvY1w5kC28e4TQ-_oX-6vLXRMvRuMgOfiKoULYjTm9koV86Al23NUvzuVxThXiiJ5Jz3FFnN0HHUJxxPvFdOI3IevabKa1T7aylN6GU4Qra3Mk9ciAXI8pByA/w421-h598/capitol.jpg" width="421" /></a></span></div><span style="font-family: arial;"><br /><br /></span><p></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-25723916525128859252020-11-05T14:18:00.003+01:002020-11-05T14:18:41.426+01:00Cuestionario Q&A<p><span style="font-family: arial;">Respuestas a un <a href="https://madrid365.es/madrid-qya/andres-trapiello-el-manzanares-es-al-agua-lo-que-un-nino-pobre-a-la-lucha-por-la-vida-20201105-0052/"><span style="color: red;">cuestionario</span></a> de Juan Mas.</span> </p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-66144932819827427332020-11-01T14:47:00.003+01:002020-11-01T16:45:35.820+01:00Una entrevista <span style="font-family: arial;">Aparece hoy en <a href="https://www.abc.es/cultura/libros/abci-pongamos-andres-trapiello-habla-madrid-202011011113_noticia.html"><span style="color: red;">Abc</span></a>, y era originalmente más larga. No se podía dar entera, claro. Aquí va como iba, tal como me la envió Inés Martín Rodrigo.</span><div><br /></div><div><style class="WebKit-mso-list-quirks-style">
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Vivo al lado, aquí venían a jugar mis hijos de niños, al lado estaba la casa de Ramón Gaya, al que veía casi a diario. Yo he llevado una vida tranquila, vida de trabajo y provinciana; se conoce que el espíritu de la provincia viaja con uno... Esta es una plaza tranquila, al lado de todo, y probablemente la más popular de España, aparece a diario en todos los telediarios con todos esos delincuentes, ladrones, estafadores..</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">- IMR.: Políticos…<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">- AT.: Políticos menos; más terroristas, golpistas, narcos, ensoñadores… Esta es la plaza por antonomasia de la justicia: en muy pocos metros hay tres sedes judiciales muy importantes, en una misma mañana te pueden juzgar por tres cosas distintas. Es una suerte. Y es una plaza simpática. Antes tenía un encanto más provinciano aún. Yo he visto aquí, hace quince o veinte años, cómo los mendigos hacían hogueras para pasar las noches, y he visto acercarse a esas hogueras a los guardias para calentarse; había como una humanidad, una fraternidad entre los mendigos y la justicia especial, muy bonita. Sin salir de nuestro barrio, en apenas dos manzanas, tenías cuarenta o cincuenta oficios, en cuarenta años esos oficios han desaparecido prácticamente todos. Pero es mi plaza, es la que me gusta, tiene una cierta armonía… La ley siempre tiende a armonizar las cosas que no funcionan bien, la ley es una especie de orden en medio del caos de la vida. De ese orden, de esa serenidad parece que se contagia esta plaza. Antiguamente estaba ahí el Palacio de los Duques de Medinaceli, que se tiró en el año 1964 por pura especulación urbanística e hicieron este trasto.</span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;"><br /></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">IMR.: Que es espantoso…</span><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;"> </span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Sí, pero lo que a nosotros nos parece espantoso, si le das doscientos o trescientos años se pone bonito. No falla. Es una lástima no vivir tres siglos para verlo.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial; font-size: 16px; text-indent: -24px;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: El barrio ha cambiado mucho en los últimos quince años… Imagino que el cambio de los últimos meses es casi definitivo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Yo creo que el ser humano tiene una capacidad de olvido afortunadamente muy grande, incluso para el dolor. El tiempo lo cura todo, y curará, incluso, las heridas del coronavirus, porque Madrid ha sufrido a lo largo de la Historia pestes, hambrunas, sitios de guerra, revueltas, motines, invasiones… y de todas se ha recuperado. Los últimos ocho meses la ciudad, en efecto, se ha venido abajo, pero dale dos meses de normalidad y la gente lo olvida todo. De hecho, el disparate de Sánchez hace unos meses diciendo “Hemos vencido al virus” hizo que muchos olvidaran inmediatamente lo que había pasado…</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">- IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Y que el verano fuera calamitoso.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Y que el verano fuera calamitoso. No se pueden dar falsas expectativas a la gente, ni falsas esperanzas tampoco. Yo me asomo al balcón a las diez de la mañana y las mañanas parecen ahora las de un domingo. Solo que sin la alegría de las mañanas de domingo. Al contrario. La tristeza está por todas partes. Después de siete meses en el campo, al llegar a Madrid he visto que hoy la gente parece caminar a minguna parte. Vaga de aquí para allá. Está como flotando, como peces de un acuario, que se dan con el cristal y retroceden. Así. Nosotros nos damos de bruces con todas esas normas sobre la pandemia que los políticos nos cambian ahora cada día. Lo ha dicho bien González: una puñetera locura.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">AYUNTAMIENTO:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Cuando la hija de Carmen Martín Gaite era muy niña y oía a sus padres “¡Qué feo edificio, qué espantoso edificio!”, ella decía lo mismo que yo digo en el libro: “Ya se pondrá bonito”. Carmen me señaló, hace muchos años, que las farolas del Palacio de Buenavista tienen debajo unas figurillas muy simpáticas, y muy de Carmen Martín Gaite… </span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">- IMR.</span><span style="font-family: arial;">: ¿Qué te pareció cuando trasladaron aquí el Ayuntamiento?</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">AT.: El madrileño, como cualquier persona, en principio es reacio a los cambios, porque los cambios nos descolocan un poco. El edificio era gigantesco, de en un momento en el que las telecomunicaciones eran muy importantes. Las comunicciones han cambiado tanto que se quedó obsoleto en muy poco tiempo. El traslado a mí me pareció que era una obra faraónica, pero en algún momento había que hacerla; y hoy por hoy me parece bien, porque como centro cultural se le puede sacar mucho provecho. Además, está en el centro de la ciudad.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">SUBIDA POR CALLE ALCALÁ:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Todos estos cafés eran muy bonitos hace cuarenta años, pero claro, como dice Cañabate, el madrileño se pasa la vida yendo de lamento en lamento, cosa que es un poco absurda. Cuando uno echa de menos una plaza, un comercio, un café… en realidad lo que suele echar de menos es su juventud. Por tanto, sabiéndolo, es absurdo lamentarse, yo ya me lamento de poco.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span><span style="font-family: arial;">PUERTA DE ALCALÁ:</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">- AT.: Cuando la ves exenta... Es un poco absurdo. Era mucho más bonito cuando tenía una utilidad, pegada a la cerca, con sus puertas que se abrían por la mañana y se cerraban por la noche y pasabas… Ahora, ver una puerta así, en mitad de la nada, es un poco absurdo, pero bueno, no lo vas a quitar, tampoco…</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Es uno de los símbolos de Madrid…<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Sí, Madrid no tiene muchos. Madrid es una ciudad que no tiene las bellezas que tienen otras ciudades, pero Madrid al final tiene eso que se llama la suerte de la fea, que la guapa la desea. Tienes que descubrirla, y cuando se la encuentras, está muy bien. Y cuando te quieres dar cuenta has pasado toda la vida a su lado y, como diría un personaje de Galdós, tan ricamente.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Yo tengo la sensación de que los madrileños no miramos hacia arriba cuando caminamos por la ciudad, cosa que sí hacemos cuando visitamos ciudades como turistas…<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT: Deberíamos tenerlo presente siempre, pero no solamente en Madrid; hablas con un parisino y le pasa lo mismo o, incluso, un veneciano, sólo ven la ciudad cuando se la enseñan a un forastero.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Que es lo que has hecho en el libro.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Es lo que he hecho en el libro. He hecho de mí mismo un forastero para ir fijándome en todas esas cosas. Así la ciudad se vive de otra manera, porque cuando empiezas a mirar hacia arriba descubres que Madrid es una ciudad realmente importante. Madrid es muy importante, pero no se da en absoluto importancia.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Eso es cierto.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: El madrileño no se da importancia. El madrileño no se victima, es bastante estoico, está acostumbrado a sufrir, porque le ha traído a Madrid la lucha por la vida y, por tanto, el madrileño es un hombre que está acostumbrado a luchar. A Madrid hemos venido todos llorados de nuestra patria chica. Esa es la razón de que en Madrid no se esté mucho para victimaciones.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: En cambio, otras regiones del país sí han explotado ese victimismo, y lo hemos vivido con particular sufrimiento a lo largo de los últimos años.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Los hay que se pasan el día quejándose, lloriqueando, pedigüeñeando. El madrileño no se queja, es estoico. El madrileño está acostumbrado a pasarlas mal y por lo general tiende a ver las cosas buenas, quiere disfrutar de ellas, quiere que se arreglen y cuando no se arreglan busca una solución. Este es el carácter del madrileño: un hombre que no tiene identidad, que no tiene apego más que a la vida. Si fuera un libro, Madrid sería una obra maestra editada de una manera pobre, como <i>Fortunata y Jacinta</i>. La primera edición de <i>Fortunata y Jacinta</i>, en cuatro tomos, está en rústica, en mal papel y con una tipografía en absoluto memorable.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Eso es Madrid.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT: Eso es Madrid. Y Madrid es la primera edición del <i>Quijote</i>, editada en mal papel y con mala tipografía, y llena de erratas. Eso es Madrid, una ciudad con muchas erratas, pero con una melodía bonita, humilde y pegadiza.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">PARQUE DEL RETIRO:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Juan Ramón venía a pasear mucho por el Retiro, también Baroja, que son los dos opuestos. Uno es la elegancia suma y otro con ese aspecto de vagabundo, su boina, sus zapatillas de orillo, su gabán oscuro y grande. Juan Ramón decía que el Retiro era el Madrid posible, el Madrid mejor, porque esto es un jardín ordenado, con su propia vida armónica, donde está metida la naturaleza, el agro culturizado más que en ninguna otra parte. En todo momento el Retiro es bonito, en todas las estaciones y a todas las horas. Por la noche yo no he venido nunca, pero veo desde fuera que no hay luces, y eso lo poetiza mucho.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-IMR.</span><span style="font-family: arial;">: El Retiro es una evasión, ¿no?<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Bueno, yo aquí no pierdo el tiempo, vengo a pensar, a darle vueltas a las cosas, a sentarme, me encanta ver a la gente. Me gusta la vida de la gente.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Y el Retiro es un escenario perfecto para poder observar a la gente.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Sí, porque en el Retiro la gente, por lo general, nos desprendemos de lo peor nuestro.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-IMR.</span><span style="font-family: arial;">: ¿Por qué?<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-AT.: Porque somos más serenos, más respetuosos, estamos más ensimismados, más reclamados por la naturaleza y olvidados de nosotros mismos, y todo esto hace que la gente esté de mejor humor.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: En los meses más duros de la pandemia, el Retiro ha sido, más que nunca, un refugio para los madrileños.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Bueno, porque la gente necesita el contacto con la tierra y con la naturaleza. Ni siquiera se pregunta quién es ese que va a caballo, por qué está ahí… Por cierto, en el Retiro está, según Julio López, una de las mejores cabezas de caballo de la historia de la escultura, en el monumento a Martínez Campos. Es magnífica.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">.: Ahora que mencionas los monumentos, las estatuas, ¿qué le parece el revisionismo histórico que mira el pasado con los ojos del presente?<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-AT.: El presentismo, aparte de que es de un gran candor, te obligaría a cambiar y poner patas arriba todas las cosas, no solo las ciudades..<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Me gusta eso que dices de que la memoria no se puede legislar, porque es una facultad.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: La memoria es una cualidad de la persona y nadie puede entrar en tu cabeza para decirte qué tienes que recordar o no. La polémica de Largo Caballero es muy corta. La defensa más extravagante que se ha hecho de él estos días la hizo Paul Preston: “Largo Caballero sería un político mediocre, pero no era un asesino”, dijo. Es decir, que hemos de conservar su monumento porque fue un político mediocre… Hombre, si en Madrid hubiera que poner una estatua a todos los políticos mediocres no podríamos salir de casa. </span><span lang="ES">D</span><span lang="ES">ecía Hannah Arendt que el historiador es el guardián de los hechos. Tú lo que no puedes hacer con los hechos es inventarlos ni presentarlos de una manera fraudulenta acomodándolos a lo que tú quieres que los hechos digan. Madrid, la ciudad de Madrid es lo que es. Podemos decir que el Manzanares es navegable (lo fue), pero no que es rico en salmones. En el Comisionado de la Memoria Histórica, durante dos años, lo que hicimos fue sopesar hechos y ver si lo negativo de unos comportamientos y lo positivo de otros nos impedían aplicar una ley en la que, por otra parte, veíamos grandísimas deficiencias, pero que ya estaba aprobada en el Parlamento.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Te refieres a la Ley de Memoria Histórica.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-AT.: Sí. Es una ley muy deficiente, origen de contrasentidos, paradojas e injusticias comparativas. Para eso está la memoria, para llegar a una especie de relato común. La verdad, decía Giner de los Ríos, la hacemos entre todos, y recordamos entre todos. No puede ser que recuerden siempre los mismos, <i>hunos</i>u <i>hotros</i>, por decirlo como Unamuno.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Juan Ramón hablaba de un Madrid imposible, que es el de los barrios bajos, el de la suciedad… Y hablaba de un Madrid posible, que era un Madrid ordenado, armónico, limpio, aristocrático en el mejor sentido de la palabra… Y este Madrid, que es el Madrid del Observatorio, del Retiro, del Casón del Buen Retiro, del Prado y del Botánico es el Madrid del XVIII, que es el Madrid neoclásico, de una especie de serenidad. Es probablemente el más depurado de todos los madrides, pero no excluye al otro, al Madrid de los barrios bajos y del rastro. A mí siempre me ocurre esto, que comparto los dos extremos, debe ser que soy un madrileño sintoísta.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Madrid no es una ciudad clasista, ni muchísimo menos. Nada más popular que el Retiro. Lo vio muy bien Ortega y Gasset en <i>La redención de las provincias</i>. Debería ser de lectura obligada. Dice entre otras cosas que el aristócrata madrileño, lejos de separarse del pueblo, lejos de establecer una barrera infranqueable con las clases populares, como ocurre en Inglaterra o en buena medida en Francia, no sólo rompe esa barrera, sino que le gusta mezclarse con las clases populares, viste sus mismos trajes e incluso imita su habla, cosas que en otras partes, como en Inglaterra, sería impensable. Esto en el Retiro se ve claramente, sobre todo cuando llega el buen tiempo. El Retiro es como la Pradera de San Isidro, depurada.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Antes decías, citando a Giner de los Ríos, que la verdad la construimos entre todos, pero yo tengo la sensación de que, sobre todo en los últimos tiempos, a los españoles cada vez nos cuesta más trabajo ponernos de acuerdo en algo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Yo no voy muy de acuerdo con eso, porque eso pasaría por aceptar que los políticos son todos los españoles, y no es verdad. No creo que a los españoles les costara entenderse más que a los ingleses o a los franceses. Ahora, en este momento tenemos una clase política sin demasiados escrúpulos. ¿Qué tiene que ver un socialista honrado con un exetarra o con los nacionalistas más reaccionarios? Pues ahí los tienes «juntos y en unión» en el gobierno, como los requetés, los falangistas y los de las Jons después del decreto de Unificación.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Y esa división la han trasladado a la ciudadanía.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Yo en general tiendo al optimismo. La ciudadanía a veces se equivoca, a veces no, pero hay que darle un tiempo y pedirle que reflexione y que no dé su voto al primero que se le ocurra. La moderación pasa por tratar como adulto a todo el m undo, incluida a una ciudadanía cada vez más infantilizada e idiotizada.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Digamos que tenemos que votar más con la cabeza y menos con el corazón, ¿no?</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT: Bueno, hay que votar con las dos cosas. Yo no descartaría el corazón así tan a la ligera, pero lo que no le daría es el mando en plaza. Hay que votar con la cabeza y con el corazón, con ambas cosas, pero principalmente con la cabeza, desde luego. Haciendo la media entre cabeza y corazón, que es la reflexión. Realmente, deberíamos ser más reflexivos.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Es que el carácter español…</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT. No creo tampoco en el carácter español. El carácter español no existe, eso lo creerán los nacionalistas catalanes, vascos o españoles. No hay un carácter español, hay unos hábitos, unos malos hábitos…</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: ¿Como por ejemplo?</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Hablar a voces, ser precipitados, mentir descaradamente, decir que te va a quitar el sueño una cosa y luego dormir a pierna suelta, ser sanguíneos, creer que la hombría depende del volumen de la voz, creer que las creencias son más firmes cuanto más intransigentes, que las mscarillas son malas para la salud y luego poner multas al que no las lleva… No hay un carácter español. Hay cucos, hay oportubnistas y demagogos. Lo español no es nada. Hay una serie de rasgos sentimentales que compartimos, pero que como se van se vienen, no hay nada que sea naturaleza; eso lo creen los racistas, los xenófobos, creen que sí, que naturalmente son distintos, o sea mejores.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Mira lo que pasa en este país con la bandera.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Oímos decir: «La derecha se ha apropiado de la bandera». ¿Sí? Pues nada, haz uso tú tambien de ella. Cuantos más seamos menos mejor, subiremos la media y los indeseables se notarán menos. Ningún otro país tiene un conflicto con su bandera, es la bandera de tu país y está ahí, no es que te guste o no, es la que es.</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span></span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Es que es un conflicto absurdo.</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">-AT.: Hace poco salimos unos cuantos en un vídeo diciendo “¡Viva el Rey!”. Queríamos defender la Constitución. Y vinieron algunos diciendo: «la derecha se apropia del Rey». El caso es que habíamos invitado a muchos de izquierda, y ninguno quiso, temiendo que habría gentes de derecha en el vídeo. No dejamos de votar en unas elecciones porque voten también los idiotas, los maltartadores o los ultras, y en la misma urna en que lo hacemos nosotros. La cuestión no es por qué al Rey lo defiende la derecha, sino por qué lo ataca la izquierda o no lo defiende. </span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">MUSEO DEL PRADO:</span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">AT.: Ramón Gaya lo definió muy bien, él lo llamó <i>la roca española</i>. El Prado es lo más sólido que tiene España. Lo mejor que ha dado este país está en el Prado, por fuera y por dentro, por el contenido y por el continente. Contiene no solamente obras de arte, contiene eso que llamamos el milagro español, ese respeto por la realidad que caracteriza al artista español, esa especie de amor hacia la realidad, hacia lo que común a todos. Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza decían que lo mejor nace del pueblo, y es verdad, en el sentido de que el pueblo destila muy bien unas virtudes que nos hacen estar despiertos y atentos a la realidad. ¿Y qué es la realidad? La suma de pasiones, pensamientos y afectos, que combinados adecuadamente hacen al hombre mejor, hacen que el hombre se perfeccione y mejore. Y enfrente tiene el Jardín Botánico. Naturalidad viene de naturaleza, lo que necesitamos todos, escritores o no, artistas o no, para vivir adecadamente. </span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;"><br /></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES" style="font-family: arial; font-size: 12pt; text-indent: -18pt;">El paseo que hemos hecho hoy lo hago con mucha frecuencia. Normalmente, yo me alargo un poco más y llego hasta la Cuesta de Moyano, bajo, saludo a los amigos libreros y vengo luego por aquí, si tengo tiempo, en primavera, entro en el Botánico y, si tengo un poco más de tiempo, entro al Prado, porque tengo un par de buenos amigos también, aparte de Velázquez y demás, dos de carne y hueso, y nos tomamos un café, veo cuatro o cinco salas que me gustan…</span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">- </span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: ¿Echas de menos la vida de antes?<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">- AT.: Bueno, no mucho, porque mi vida ha sido siempre así. Lo único que echo de menos es abrazar a los amigos, abrazar a mi nieta, a mis hijos… Eso sí lo echo de menos, pero el resto no mucho. Mi vida es más o menos lo que has visto. Estoy muchísimas horas al día solo, y muchos días al mes, y el confinamiento no me llama la atención. Incluso cuando he estado siete meses confinado en Extremadura he llevado la misma vida que llevo aquí. Soy una persona bastante ordenada y los libros van saliendo solos, unos mejor que otros, me ocupo a veces de la compra y de trabajos serviles, y por la tarde leo algo, a partir de las ocho doy un paseo por el barrio… Dios quiera que no nos roce este virus y no padezcamos lo que están padeciendo miles de españoles directa o indirectamente con familiares enfermos, muertos... Estamos viviendo como un compás de espera, no podemos realizar enteramente nuestra vida, tienes la sensación de que, hasta que esto no se resuelva, las cosas que haces no van a estar hechas del todo; tengo la sensación de que lo que estoy escribiendo tampoco está bien, porque nadie puede quitarse de la cabeza esta preocupación…</span><span lang="ES"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 19.200000762939453px; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"> </span></span></p><p class="MsoBodyText" style="font-size: medium; line-height: 21.920000076293945px; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">-</span><span style="font-family: arial;">IMR.</span><span style="font-family: arial;">: Es una nube negra que tenemos encima de la cabeza.<o:p></o:p></span></span></p><div><span style="font-family: arial;"><span style="text-align: justify;">- AT.: Sí, que lo tiñe todo de un color sombrío.</span> </span></div></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF9qaxyIVS8eaUtzaSbqzcpMQ3jtjFBFuLb2XG_8ZnzEs74Cap3EcXT7t-tGC3hD7jPl3tk0Bm1dLTharXf_d5uWAM4IFi7PbIgXM6TuDxiKqch3qYEpYT5BvmVFmLSf0LS9DUj8p22ZK9/s490/trapiello1+retiro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="302" data-original-width="490" height="417" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF9qaxyIVS8eaUtzaSbqzcpMQ3jtjFBFuLb2XG_8ZnzEs74Cap3EcXT7t-tGC3hD7jPl3tk0Bm1dLTharXf_d5uWAM4IFi7PbIgXM6TuDxiKqch3qYEpYT5BvmVFmLSf0LS9DUj8p22ZK9/w678-h417/trapiello1+retiro.jpg" width="678" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;">Foto: Ignacio Gil</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-46779552129329191792020-09-30T11:04:00.002+02:002020-09-30T11:04:23.164+02:00Selfi<p> <span style="font-family: arial;">AYER les puse a unos cuantos amigos, conocidos y saludados este correo. Hoy lo pego aquí para todos.</span></p><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class="">amigas y amigos</span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class="">os remito este escrito de <b class="">libres e iguales</b> con una iniciativa modesta pero significativa. excuso pormenorizar las circunstancias que lo hacen necesario. es la pequeña aportación de quienes creemos cuán importante es defender hoy nuestra constitución. ayer me decía un amigo socialista a quien se lo envié: «</span><span class="">Cuánto habrá girado la rueda del reloj ideológico para que los republicanos debamos y queramos defender la monarquía». Pues eso.</span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class="">sin otro particular</span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class="">os envía un abrazo</span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class="">a.</span></div><div class=""><span class=""><br class="" /></span></div><p><span class="" style="font-family: Helvetica;"><b class="">Los miembros de Libres e Iguales le proponen que nos acompañe en un ¡Viva el Rey! colectivo, como símbolo de nuestro apoyo al gran acuerdo constitucional que hoy está en peligro.</b></span><b class="" style="font-family: Helvetica;"><br class="" /><br class="" /><span class="">Así le pedimos que, con la cámara de su móvil en horizontal, grabe su rostro y su voz diciendo Viva el Rey, del modo y manera que prefiera. Y que remita la filmación a </span><a class="" href="mailto:vivaelreyfelipesexto@gmail.com">vivaelreyfelipesexto@gmail.com</a><span class="">, lo antes posible y nunca más tarde del 5 de octubre. </span><br class="" /><br class="" /><span class="">El cineasta José Luis López Linares se encargará de montar los testimonios uno después de otro, sin preámbulo ni epílogo. </span><br class="" /><br class="" /><span class="">Cordialmente agradecidos,</span><br class="" /><span class="">Mario Vargas Llosa y Fernando Savater, en nombre de Libres e Iguales.</span></b></p><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><div class="" style="font-family: Helvetica;"><span class=""><br class="" /></span></div><p><br class="Apple-interchange-newline" /></p>andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-34091667524687317802020-05-18T13:35:00.000+02:002020-05-20T18:00:27.857+02:00El Diario de David Perlov (y tres cartas)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">EN el curso de la conversación sobre diarios de la que se hablaba en la anterior entrada de esta hflexia, publicada y emitida ya en <a href="https://elpais.com/cultura/2020/05/15/babelia/1589558471_821138.html" target="_blank"><span style="color: red;">El País</span></a>, recomendaba uno los Diarios de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/David_Perlov" target="_blank"><span style="color: red;">David Perlov</span></a>, que dieron lugar a estas dos cartas, de Miriam Moreno y de uno mismo, a quien nos los descubrió, Jonás Trueba, y a la contestación de este.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">1,</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Querido Jonás:</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tan solo unas palabras para comentar el <i>Diario</i> de Perlov que hemos visionado en distintas etapas, pero con sumo gusto. Me ha parecido de una sobriedad estilística admirable o, como hubiera dicho Gaya, un relato “sin estilo”, contenido, sin exhibiciones sentimentales, frío y cálido a la vez. Eso que es tan difícil. El testimonio del vivir sin estridencias ni egolatrías, sin extraviarse en discursos teóricos, sin imposiciones doctrinales ni alardes estéticos o intelectuales. Más bien al revés: su naturalidad puede confundirse con un mero enunciado y sin embargo esta “mínima biografía” es como la punta de un iceberg, hecha de pinceladas que sin pretender abarcarlo todo, son fragmentos que insinúan y sugieren la máxima profundidad. Unas escenas que si parecen improvisadas o inacabadas, logran en cambio entregarnos con sencillez una verdad. La pura vida. </span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Yo diría que el testimonio, a medida que avanzan los años, se va haciendo cada vez más denso. La interrupción de su trabajo en la Universidad; su proyecto incomprendido; su decepción; las ilusiones perdidas; el desánimo; la enfermedad o la depresión de la que únicamente nos confiesa la tristeza que le arrebata las ganas de vivir y de enfrentarse al rostro de las gentes. En ese estado solo tiene fuerzas para filmar un paisaje urbano desierto. La desolación. En contraste hay otras imágenes que transmiten una felicidad serena como las de la amiga de Mira interpretando música brasileña en el piano; la cara angelical del niño; el retrato de la chica armenia cantando. Pero también las de los personajes centrales como los de sus hijas Yael y Naomi con sus pequeñas historias o los planos “robados” a Mira. En general, llama la atención su interés por la figura humana. Todo un <i>Dramatis personae</i> en los retratos de sus familiares, amigos y colaboradores, de sus alumnos, de los niños, de las limpiadoras, de los conductores y de la gente sencilla en general. Y cuando se asoma a los barrios más deprimidos, declara su propósito de “no filmar ni la miseria ni la opulencia”. Otras veces su mirada es como la del antropólogo que irrumpe en las fiestas populares y las procesiones. Hay una aproximación al hecho religioso, con presupuestos laicos y la cultura hebrea como telón de fondo que capta el sonido cotidiano de los predicadores de la radio y se extraña ante la imagen lejana de una Virgen, la misma que asociaba con la muerte cuando era niño.</span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Su cosmopolitismo entre Tel Aviv y París, entre Oriente y Occidente, entre Europa y América se expresa en casi tantas lenguas como personas: el hebreo, el árabe, el armenio, el francés, el alemán, el portugués, aparte del inglés del narrador. Y Sao Paulo, su ciudad de ida y vuelta, crisol de culturas. Al regresar allí después de tantos años, en la madurez, siente el peso del tiempo al verla transformada. El reencuentro con su hermano, su deseo de reapropiarse de aquellos lugares que fueron tan suyos como la Estación de la Luz o los tranvías que le traen tantos recuerdos de la niñez. También aparecen tranvías en Río de Janeiro, la ciudad mítica de la belleza, allí donde nació, el verdadero paraíso. Qué imágenes tan luminosas. Pero en la última parte, la de 1983, comprendemos que su periplo es un viaje a la infancia. La evocación de los muertos: Miguel, Dona Guiomar, La muda… Finalmente, la visita a Belo Horizonte donde aún palpita la tragedia que le separó de Ana, su madre allí enterrada, con su nombre mal escrito en la lápida. </span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Precioso epílogo en Lisboa con el plano del último tranvía que sube una cuesta imposible, sin aliento apenas. </span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Volveré a visitar estos diarios, estoy segura. Gracias por el regalo.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mil besos, </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">M.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">2,</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
perlov: creí que te había dicho algo ya. miriam sé que te escribirá. volvió a ver el último capítulo, el brasileño y portugués. a mí es el que más me ha gustado de todos, el que tiene una mayor temperatura sentimental. es emocionante el reencuentro con sus amigos, sus muertos, su infancia.</div>
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tienen muchísimo encanto la precariedad del 16 mm., el color, el titubeo.</div>
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la única objeción, por ponerle alguna: como ese diarista al que se refiere unamuno (amiel), parece vivir sólo para el diario, para filmarlo. y eso hace que parezca que el diario es más importante que la vida, cuando no es más ni menos, es la vida. tampoco se ahorra la queja (pero para eso llevamos diarios; si no podemos quejarnos en nuestro, qué porquería de diario sería).</div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
pero, bueno, está lleno de detalles maravillosos.</div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
y una lección: si se tienen los ojos abiertos y va uno atento, la poesía se revela sola.</div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
en una charla para el país que se emite, creo, la semana que viene (sobre diarios, con héctor abad, elvira lindo, laura freixas y yo, moderados por javier rodríguez marcos), hablé de los de perlov y de que tú me los habías descubierto.</div>
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<br /></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
sigue bien</div>
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abrazos</div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">y 3</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Querida Miriam, y querido Andrés que mantengo en copia</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Mil gracias por este regalo en forma de análisis de los <i>Diarios</i> de Perlov, de tantas sensaciones, tantas intuiciones tan buenas y valiosas. Me emociona mucho que hayas podido sacarle tanto provecho y que te hayas animado a dejarme algo de todo eso por escrito. Andrés ya me había compartido algo de sus propias impresiones. Sin duda da para mucho hablar y pensar. Yo llevo años dándole vueltas a estos diarios, como le decía a Andrés, los uso siempre en mis clases, cuando doy talleres con jóvenes aspirantes a cineastas, siempre empiezo con fragmentos de los <i>Diarios</i> de Perlov, no he encontrado nada más estimulante y honesto, que hable así, de forma tan directa y limpia, de lo que es o puede ser el cine, el cine posibilista, como yo suelo llamarlo, el que se hace con lo que se tiene y no con lo que no le gustaría tener a uno y no tiene (que es la gran mayoría del cine que se hace, cine que es tantas veces un quiero y no puedo). El cine es el arte más materialista que existe, se hace con la cámara, y con el micrófono, pero también, demasiadas veces, con demasiadas cosas. Y cuando algunos cineastas lo reducen a los mínimos elementos, es decir, la cámara, el micro y poco más, lo que uno tiene cerca, por ejemplo la familia, la persona amada, muchas veces ahí se ha hecho el mejor cine. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Es verdad lo que dices, que puede confundirse con un cine de enunciado, porque es didáctico y sencillo, pero lo es en el mejor sentido, en el cristalino, de la intuición, de las verdades que se van revelando. Es un cine hecho a base de renuncias, también, pero creo que todos los grandes cineastas parten de una renuncia. Eso lo decía Truffaut para describir a los cineastas que admiraba y de paso explicar una esencia del cine. Decía que Hitchcock, por ejemplo, renunciaba a la verosimilitud de la realidad en busca de una verosimilitud cinematográfica; que Rossellini renunciaba a la perfección de estilo en busca del encuentro con lo real, que Bresson renunciaba a los actores para alcanzar la verdad del cinematógrafo... y así, cada uno con su renuncia... Yo creo que Perlov renuncia al cine narrativo o comercial, como dice al principio, par encontrarse con un cine íntimo, casero, a tientas, y sin embargo, de nuevo, más verdadero y genuino. A mí me cambió un poco la vida, la manera de pensar el cine, cuando encontré estos diarios. Algo después llegué a escribir este textito, cuando me pagaban por escribir de películas!:</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><a href="https://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/10/elvientosopladondequiere/1234264062.html" target="_blank">https://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/10/elvientosopladondequiere/1234264062.html</a></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ahí menciono a Mekas, otro de mis cineastas clave. He pensado mucho estos días en enviaros parte de sus películas, y sin duda voy a hacerlo. Son también una especie de Diarios cinematográficos, pero son algo muy distinto, el pulso con la cámara es otro, mucho más impresionista, aleatorio, más poético y más cálido tal vez... </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pero antes quiero regalaros otra película muy distinta. Salir del género del diario y volver a la ficción. A una película más clásica, narrativa, una ficción... Es una película taiwanesa, del año 2000, dirigida por el gran Edward Yang. Es la única película de esta cineasta que llegó a estrenarse comercialmente en España, pero no sé si llegaríais a verla, tal vez sí y entonces este regalo tiene menos gracia..., pero me arriesgo, por si acaso. Es una película que necesito que vean todas las personas que quiero y admiro, así que no me puedo resistir a compartirla con vosotros. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Eso sí, es larga, tres horas. Pero esta sí es para ver de un tirón. Me lo vais a agradecer, creedme: un día tranquilo, empezando pronto después de cenar sería lo ideal. Con un vino tal vez. Es la historia de una familia. No pasa en ella nada extraordinario, pero creo que de nuevo la vida vuelve a aparecer de forma milagrosa. Es la película de un cineasta sabio, en plenitud. Edward Yang la filmó con cincuenta años, en plena madurez, sin saber que sería su última película, porque murió de cáncer algo después... Así que <i>Yi Yi </i>(que en chino mandarín es como "Uno tras otro", y veréis que tiene que ver con la repetición en los gestos familiares...) fue su testamento, y en realidad parece que no podría ser de otra manera, ya veréis... </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Aquí os dejo un un enlace </span></div>
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<a href="https://www.filmin.es/pelicula/yi-yi">https://www.filmin.es/pelicula/yi-yi</a></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Me ha ce mucha ilusión compartir cine con vosotros, película importantes, que creo que ayudan a vivir mejor. Ojalá esta la disfrutéis mucho también.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Gracias Andrés por recomendar a Perlov en Babelia, me hizo mucha ilusión, muy generoso por tu parte y además seguro que anima a mucha gente a descubrirlo. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Muchos besos y abrazos,</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">J.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pd. Sería bonito que publicasen algo de Perlov en tu blog. Estoy seguro que muchos de los que te leen van a tener curiosidad. Lo cierto es que no están disponibles gratis online, como decías en el audio del país, pero se compran en una web francesa de una distribuidora maravillosa que edita cosas muy especiales. Yo se lo compré a ellos hace años, es una caja con 6 dvd, de ahí saqué los archivos que te envié. Veo que se mantiene el mismo precio de entonces, 70 euros: <a href="https://re-voir.com/shop/en/50--david-perlov" target="_blank">https://re-voir.com/shop/en/50--david-perlov</a></span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-80774607569995675852020-05-13T10:49:00.000+02:002020-05-14T10:39:12.388+02:00Diarios a ciegas. Insecto-palo.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">EL confinamiento ha despertado un interés previsible por los diarios. Muchos han empezado a escribir el suyo y algún amigo ha querido saber la opinión que tenemos algunos «expertos» al respecto, en una época en que, como estamos viendo, salen expertos de debajo de las piedras. Javier Rodríguez Marcos moderó la semana pasada una telecharla entre Héctor Abad, Elvira Lindo, Laura Freixas y yo mismo que emitirá la que viene, creo, </span><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El País</i><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">. Como a uno le da más vergüenza decir las cosas que escribirlas, esto es lo que igual debería haber dicho entonces: la mitad del <i>Salón de pasos perdidos</i> se ha escrito y se escribe en un confinamiento estricto, y la otra mitad en la desescalada. Quiero decir: a ciegas. Y tal vez sólo así puedan escribirse, buscando en ellos una salida a nuestra existencia y un poco de luz. Y que el escritor de diarios se parece bastante a ese insecto-palo que sobrevive gracias a mimetizarse con el medio entre pajas secas, lo que no obsta para disfrutar él en primera línea de la pujante primavera. «Entre la broza triste del invierno / rompe la hierba nueva», ha escrito Eloy Sánchez Rosillo. Y eso es, o debiera ser, la literatura y la poesía, algo que rompe entre la broza triste de la vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipGyyPwo2fb6EHKMjHMiHCFDEeBUxktgIuVWD20nSuP_qnkm3KSwqiQ3uY1aYmVL34vVfZjSMX1MiWD2NzXTuaSkqndt9oPcuBt7jpkVmYqTVkKqKUSL5R45vQ0VzYfqCr_PNdAS3HtS4A/s1600/insecto+paja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="653" data-original-width="490" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipGyyPwo2fb6EHKMjHMiHCFDEeBUxktgIuVWD20nSuP_qnkm3KSwqiQ3uY1aYmVL34vVfZjSMX1MiWD2NzXTuaSkqndt9oPcuBt7jpkVmYqTVkKqKUSL5R45vQ0VzYfqCr_PNdAS3HtS4A/s1600/insecto+paja.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: left;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Insecto-palo. (foto Guillermo Trapiello, mayo de 2020)</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-7377834051927810952020-03-31T10:56:00.001+02:002020-03-31T10:56:43.966+02:00Todos somos Viernes<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<i style="text-indent: 39pt;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> Para Carlos García-Alix</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En los confinamientos los días no pasan, se arrastran. Sucede así cuando alguien no se siente libre (en la prisión, en un hospital, en un barco o en la ciudad sitiada o invadida, por ejemplo). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El mundo atraviesa hoy una situación que tiene algo de todo ello: nos sentimos cercados por un virus y encarcelados en nuestras casas, cuando no en un hospital, pero no por ello dejamos de saber que esta penosa travesía algún día dará fin, para algunos, por desgracia, en alta mar, antes de llegar a puerto, y para la mayoría en tierra firme, en un lugar a salvo de las enfermedades, privaciones y motines propios de esta clase de viajes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No obstante, la mayor parte de los presos, marineros y pasajeros, enfermos y sitiados sienten en lo más hondo de sí que su situación es transitoria, porque sin esperanza no se puede vivir. Podemos vivir sin grandes expectativas, para decirlo con palabras de Dickens, incluso sin las pequeñas, de hecho la mayor parte de nuestras expectativas se han angostado hoy lo indecible o han desaparecido, pero no sin esperanzas; algunas personas incluso, cuantas menos expectativas creen tener, más esperanzas conciben, conscientes de que sólo el que tiene esperanzas logrará sobrevivir y tener acaso expectativas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cada uno de nosotros alimenta su esperanza conforme a su naturaleza, su carácter o sus afectos. Unos cuantos lo hacen empezando un diario. Gentes que nunca antes habían escrito una sola línea de nada se ven impelidos de una manera misteriosa a hacerlo, a contarse lo que está sucediendo y lo que les sucede a ellos también. Hallan la libertad que no tienen en contar que no son libres: el preso resume su vida en los muros de la celda mediante rayas que va uniendo de cinco en cinco con otra que las cruza; en el hospital el enfermo escruta esperanzado cada día las barritas de su termómetro; el capitán del barco lleva a su cuaderno de bitácora los resaltes de la derrota y el sitiado en una guerra se complace igualmente en hacer el arqueo de sus pequeñas cuitas con los bastimentos o el mercado negro. La mayor parte de ellos, concluida la travesía, olvidarán esa rutina y jamás volverán a escribir una línea (entre nosotros, Carlos Morla Lynch, llevando un puntilloso diario del confinamiento de cientos de asilados políticos en su embajada de Chile, durante la guerra civil); otros (Ana Frank es el caso más conmovedor y admirable) verán interrumpida abrupta y trágicamente esa costumbre salvadora. En la mayoría de los casos esa rutina que se han impuesto y que en cierto modo les esclaviza, es la única que les permite ser enteramente libres en algún momento de su jornada. Lo empiezan sólo porque esperan terminarlo un día y a quien le cuentan las cosas es todos y es nadie, es él o ella, y es ninguno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Lo titularán <i>Diario de la peste</i>, <i>Diario de un infectado</i>,<i>Diario de nadie</i>incluso... Han visto lo sencillo que es, bastan unos minutos al día y tener algo que contar. Incluso sin tener nada que contar. Azorín dice en <i>El licenciado Vidriera</i>: «Si nuestro Tomás hubiera consignado en un libro los sucesos que le habían acaecido durante la vida,este libro debería titularse <i>Diario... de nada</i>. De nada, y, sin embargo, de tanto”. Este <i>diario de nada</i>es tal vez el más difícil de los diarios, pero no es hora de preceptivas literarias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los más decididos (o los más solitarios) los van publicando en las redes sociales o en sus blogs a medida que los escriben, les parece que su experiencia no sólo les ayudará a ellos, sino a otros muchos, porque pese a ser parecida a la de cualquiera, también la sienten especial y única. Y lo es, porque a pesar de que la muerte es, en sí misma, igual para todas las personas y todas las muertes se parecen, no hay dos vidas que no sean diferentes. De modo que cuando escriben en su diario todo lo que nos está sucediendo, están tratando de decirnos dos cosas. La primera: «Me resisto a creer que todo lo que me está sucediendo sea real y no una pesadilla. Yo soy real, y por eso escribo: para recordármelo». Y la segunda: «Mi temor, mi esperanza y mi confinamiento son diferentes de los tuyos, yo no soy tú, pero tú tal vez vas a sentirte, cuando me leas, igual a mí, en la medida que yo me siento tú». Esa complicidad, no muy diferente de la que siente el más común de los lectores leyendo una obra maestra de la literatura, es el primer paso en el camino de la esperanza: la novela de la vida la escribimos entre todos y cuanto más ordenadamente lo hacemos, más placentera e instructiva es su lectura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Pese a que las noticias e informaciones que manejamos son más o menos las mismas (pescadas en las mismas almadrabas: telediarios, periódicos, internet y bulos), si pudieramos echar una ojeada a los cientos de diarios que se están escribiendo ahora mismo veríamos de qué diferente manera se decantan en ellos las noticias y el modo que tenemos no sólo de abordar los hechos, sino de contarlos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ha visto uno citados estos días muchos libros, algunos directamente relacionados con las epidemias. Sin embargo, de todas las obras a que dio origen un confinamiento tal vez sea mi preferida <i>Robinsón Crusoe</i>. Tuvo además este hombre la fortuna de ver aparecer en su vida un compañero, Viernes, tan providencial como lo fue Sancho Panza en la vida de don Quijote. La sorpresa de Robinson el día que descubre las improntas de unas pisadas humanas en la playa de la que consideraba una isla desierta es para contada con la emoción con que lo hace Defoe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tengo un amigo pintor (saludos, amigo; ánimo) que está pasando el confinamiento solo, como muchas otras personas. Hace unos meses alquiló un estudio/vivienda en uno de esos barrios de Madrid que son viejos y nuevos al mismo tiempo. Hoy, como toda la ciudad, es la vida imagen de la desolacion. Tampoco puede creer que esto esté sucediendo. Cuando encontró una peluca de mujer entre los pecios de los anteriores inquilinos, indagó y ha llegado a saber que aquello había sido antes un prostíbulo de travestís. De la costilla de su soledad se ha fabricado ahora un maniquí rudimentario y le ha calzado la peluca: «Se pasa el día durmiendo en el sofá. Es friolero y no se quita ni para dormir mi gorro de pieles. Me ayuda mucho a soportar el aislamiento. Voy a pintar gracias a él algunos cuadros». Sin Viernes, y no digamos sin Viernesas, la vida es más difícil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Nadie puede saber si esta pandemia dará origen a algún libro comparable al <i>Decamerón</i>, <i>La peste</i>o <i>La muerte en Venecia</i>. Ni siquiera si habrá algunos libros parecidos a <i>Robinsón Crusoe</i>, la prueba más fehaciente de que con nada, como sabía Azorín, se puede escribir un libro. De lo que sí está uno seguro es de que los testimonios de las gentes que hoy mismo se están escribiendo, anónimos o no, circulados en las redes o secretos, vienen a ser como unas improntas en nuestras vidas solitarias, pues si bien no muchos podrían ser Robinsón Crusoe (y mucho menos Daniel Defoe), para Viernes valemos todos, gentes tal vez poco decisivas en el mundo de las expectativas, pero imprescindibles en el de las esperanzas.<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;"> [Publicado en <i>La Vanguardia</i> el 31 de marzo de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-33213360228220789732020-03-15T11:29:00.001+01:002020-03-15T11:30:55.972+01:00Decíamos ayer<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>HABRÍA deseado otras circunstancias para este artículo, escrito y enviado hace ya semanas, cuando nada hacía presagiar todo cuanto estamos viviendo. Hoy cualquier despedida parece llena de unos ecos sombríos que no tenía la mía cuando lo escribí, ni mucho menos. Amigas, amigos, ánimo, «deseando veros presto» en la misma vida.</i></span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Después de 25 años me despido. Este <i>Magazine</i> se reforma y hay que decir «adiós a todo eso», adiós a uno de los trabajos más gratos que ha tenido uno como escritor. Y esto es importante: trajo a mi vida estabilidad y un salario puntual y generoso, del que hubiera prescindido gentilmente de haber sido un hombre rico. En 25 años han pasado muchas cosas: ha visto uno crecer a sus hijos, morir a sus padres y a algunos amigos, acontecimientos felices y desdichas, hechos colosales y nimios, cambios de gobiernos, atentados, todo lo del procés... En estos años no ha fallado uno nunca a esta cita dominical, y esa formalidad pasmosa, la verdad, no la hubiera creído de mí. Estoy agradecido a mis patronos y a veces he pensado que demasiada paciencia han tenido, escribiendo uno lo que ha escrito para un público mayormente catalán, parte del cual anda con el mismo defecto que yo, seguro: el no tener aspecto catalán como no lo tengo yo de leonés. Echando la vista atrás puedo decir que 25 años no son nada, menos que un tango.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En este tiempo ha escrito uno de todo, de actualidad, de Madrid, de política, de libros, de memoria histórica, de la guerra civil, del campo, del Rastro, de viajes, de una película, unas veces con humor honesto y vago (por decirlo con palabras de Pla, que era de los que tampoco, me parece a mí, tenía un gran aspecto) y otras sin humor, más melancólico o más exaltado... Si tuviera que recordar uno solo de los 1300 artículos publicados, me quedaría con la crónica que hice de la manifestación de Barcelona del 8 de octubre de 2017, después del discurso del Rey que devolvió la esperanza a tantos millones de españoles, muchos catalanes incluidos. Seguro también que los que piensan otra cosa de aquel día, aceptarán mi franqueza, privilegio de las despedidas. Gracias, pues, a todos, a los que me leían y a los que pasaban la página sin hacerlo, a los colegas y a los desconocidos, a los rojos, a los azules y a los amarillos. Cada año se ha llamado esta sección de una manera. El epígrafe actual, El arte de la fuga, puede parecer premonitorio. No se crea. Entre líneas, como hay que leer en estos tiempos, lo que se dice es otra cosa. La verdad es que casi nunca “siempre” es para siempre, y a uno no le gusta tampoco decir adiós a casi nada. Uno, hombre de rutinas, es más de los que aguardan esperanzados el momento de volver a empezar con un «decíamos ayer». Eso es la literatura.</span><br />
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de<i> La Vanguardia</i> el 15 de marzo de 2020</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-46655259665974353152020-03-15T11:07:00.001+01:002020-03-15T11:07:26.822+01:00El Rastro y el virus<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">ESTAS son unas cuantas consideraciones de urgencia, como todo lo que nos está sucediendo estos días.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">Lo del Rastro es bastante raro, porque aunque aquello, en la mañana de los domingos, es una extensa necrópolis, la gente está siempre del mejor humor, los que venden y los que compran. Un ejemplo: la mayor parte de las cosas que llegan allí proceden de muertos más o menos recientes, de los que nadie sabe en qué condiciones higiénicas vivían y murieron, pero eso no les impide a los rastreros ir al bar de al lado y, sin pasar las manos por el agua, tomarse unos churros antes de proseguir con el trasiego de las piltrafas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">Es cierto que al Rastro se va ver, pero se acaba toncando. No se sabe cómo, pero las cosas en el Rastro parece que si no se tocan, no son del todo fiables, y como la gente cree que el Rastro es el reino del engaño y del timo, todos acabamos manoseando los objetos (libros, cacharros, ropas), y mirándolos por todas partes, igual que los merchanes los dientes a las caballerías.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">Se desconoce en qué momento del siglo XVII o XVIII se empezaron a vender cosas viejas en el Rastro, pero ya podemos decir que el 15 de marzo de 2020 será el primer domingo en su historia que dejará de hacerlo. Ni durante la guerra civil había sucedido una cosa así. En los tres años de guerra el barrio sufrió algunos bombardeos, y el mercadeo languideció pero no se interrumpió. La feria de entonces y la de ahora no se parecen. El Rastro de entonces era diario, y el de ahora es sólo los domingos. Hace ochenta años se vendían allí trastos viejos, chatarra y trapos, pero también pajaritos (vivos y fritos), caracoles, mascotas y un gran número de comestibles a cargo de verduleras, tenderas y mondongueras. Algunas de estas últimas preparaban al aire libre, en unos anafes, las famosas gallinejas, tripas de cordero fritas en la grasa del animal. La venta ambulante de bocadillos, bebidas y comestibles, y el tráfico de animales se prohibieron por razones de higiene hace treinta o cuarenta años ya, y todo lo que ha quedado ahora es un género seco. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">De no haberlo prohibido las autoridades, este domingo hubiera habido Rastro. No les quepa duda. No habla uno, claro, en nombre de todos los que lo frecuentamos, pero estoy convencido de que sin esta acertada suspensión, el domingo se habría llenado aquello como cualquier otro domingo, porque la mayor parte de los rastreros netos han llegado a creer, a fuerza de rozarse con los muertos, sus despojos y los virus, que están inmunizados. ¿De dónde procede esa susperstición? Yo no lo sé. Quizá de su falta de fe en casi todo y de su relativismo. A fuerza de fatalidades han acabado además filósofos: saben que la suspensión les beneficia: el género que venden va a criar un poco más de pátina, de solera, buenas para su negocio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;">El domingo por la mañana el Rastro estará como cualquier otro día de la semana, vacío, espectral, espectral. Calles en pendiente solitarias, plazas desiertas, viejas almonedas cerradas. Es un barrio que sólo tiene vida esas pocas horas del domingo. En el Campillo del Mundo Nuevo campeará el humero de la antigua fábrica del Gas y en los arbolejos de la Ribera de Curtidores apuntarán los primeros botones de la primavera. Incluso cerrado, el Rastro seguirá abierto a su manera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 10pt;"> [Publicado en <i><a href="https://www.blogger.com/Estas%20son%20unas%20cuantas%20consideraciones%20de%20urgencia,%20como%20todo%20lo%20que%20nos%20est%C3%A1%20sucediendo%20estos%20d%C3%ADas.%20Lo%20del%20Rastro%20es%20bastante%20raro,%20porque%20aunque%20aquello,%20en%20la%20ma%C3%B1ana%20de%20los%20domingos,%20es%20una%20extensa%20necr%C3%B3polis,%20la%20gente%20est%C3%A1%20siempre%20del%20mejor%20humor,%20los%20que%20venden%20y%20los%20que%20compran.%20Un%20ejemplo:%20la%20mayor%20parte%20de%20las%20cosas%20que%20llegan%20all%C3%AD%20proceden%20de%20muertos%20m%C3%A1s%20o%20menos%20recientes,%20de%20los%20que%20nadie%20sabe%20en%20qu%C3%A9%20condiciones%20higi%C3%A9nicas%20viv%C3%ADan%20y%20murieron,%20pero%20eso%20no%20les%20impide%20a%20los%20rastreros%20ir%20al%20bar%20de%20al%20lado%20y,%20sin%20pasar%20las%20manos%20por%20el%20agua,%20tomarse%20unos%20churros%20antes%20de%20proseguir%20con%20el%20trasiego%20de%20las%20piltrafas.%20%20Es%20cierto%20que%20al%20Rastro%20se%20va%20ver,%20pero%20se%20acaba%20toncando.%20No%20se%20sabe%20c%C3%B3mo,%20pero%20las%20cosas%20en%20el%20Rastro%20parece%20que%20si%20no%20se%20tocan,%20no%20son%20del%20todo%20fiables,%20y%20como%20la%20gente%20cree%20que%20el%20Rastro%20es%20el%20reino%20del%20enga%C3%B1o%20y%20del%20timo,%20todos%20acabamos%20manoseando%20los%20objetos%20(libros,%20cacharros,%20ropas),%20y%20mir%C3%A1ndolos%20por%20todas%20partes,%20igual%20que%20los%20merchanes%20los%20dientes%20a%20las%20caballer%C3%ADas.%20Se%20desconoce%20en%20qu%C3%A9%20momento%20del%20siglo%20XVII%20o%20XVIII%20se%20empezaron%20a%20vender%20cosas%20viejas%20en%20el%20Rastro,%20pero%20ya%20podemos%20decir%20que%20el%2015%20de%20marzo%20de%202020%20ser%C3%A1%20el%20primer%20domingo%20en%20su%20historia%20que%20dejar%C3%A1%20de%20hacerlo.%20Ni%20durante%20la%20guerra%20civil%20hab%C3%ADa%20sucedido%20una%20cosa%20as%C3%AD.%20En%20los%20tres%20a%C3%B1os%20de%20guerra%20el%20barrio%20sufri%C3%B3%20algunos%20bombardeos,%20y%20el%20mercadeo%20languideci%C3%B3%20pero%20no%20se%20interrumpi%C3%B3.%20La%20feria%20de%20entonces%20y%20la%20de%20ahora%20no%20se%20parecen.%20El%20Rastro%20de%20entonces%20era%20diario,%20y%20el%20de%20ahora%20es%20s%C3%B3lo%20los%20domingos.%20Hace%20ochenta%20a%C3%B1os%20se%20vend%C3%ADan%20all%C3%AD%20trastos%20viejos,%20chatarra%20y%20trapos,%20pero%20tambi%C3%A9n%20pajaritos%20(vivos%20y%20fritos),%20caracoles,%20mascotas%20y%20un%20gran%20n%C3%BAmero%20de%20comestibles%20a%20cargo%20de%20verduleras,%20tenderas%20y%20mondongueras.%20Algunas%20de%20estas%20%C3%BAltimas%20preparaban%20al%20aire%20libre,%20en%20unos%20anafes,%20las%20famosas%20gallinejas,%20tripas%20de%20cordero%20fritas%20en%20la%20grasa%20del%20animal.%20La%20venta%20ambulante%20de%20bocadillos,%20bebidas%20y%20comestibles,%20y%20el%20tr%C3%A1fico%20de%20animales%20se%20prohibieron%20por%20razones%20de%20higiene%20hace%20treinta%20o%20cuarenta%20a%C3%B1os%20ya,%20y%20todo%20lo%20que%20ha%20quedado%20ahora%20es%20un%20g%C3%A9nero%20seco.%20%20De%20no%20haberlo%20prohibido%20las%20autoridades,%20este%20domingo%20hubiera%20habido%20Rastro.%20No%20les%20quepa%20duda.%20No%20habla%20uno,%20claro,%20en%20nombre%20de%20todos%20los%20que%20lo%20frecuentamos,%20pero%20estoy%20convencido%20de%20que%20sin%20esta%20acertada%20suspensi%C3%B3n,%20el%20domingo%20se%20habr%C3%ADa%20llenado%20aquello%20como%20cualquier%20otro%20domingo,%20porque%20la%20mayor%20parte%20de%20los%20rastreros%20netos%20han%20llegado%20a%20creer,%20a%20fuerza%20de%20rozarse%20con%20los%20muertos,%20sus%20despojos%20y%20los%20virus,%20que%20est%C3%A1n%20inmunizados.%20%C2%BFDe%20d%C3%B3nde%20procede%20esa%20susperstici%C3%B3n?%20Yo%20no%20lo%20s%C3%A9.%20Quiz%C3%A1%20de%20su%20falta%20de%20fe%20en%20casi%20todo%20y%20de%20su%20relativismo.%20A%20fuerza%20de%20fatalidades%20han%20acabado%20adem%C3%A1s%20fil%C3%B3sofos:%20saben%20que%20la%20suspensi%C3%B3n%20les%20beneficia:%20el%20g%C3%A9nero%20que%20venden%20va%20a%20criar%20un%20poco%20m%C3%A1s%20de%20p%C3%A1tina,%20de%20solera,%20buenas%20para%20su%20negocio.%20El%20domingo%20por%20la%20ma%C3%B1ana%20el%20Rastro%20estar%C3%A1%20como%20cualquier%20otro%20d%C3%ADa%20de%20la%20semana,%20vac%C3%ADo,%20espectral,%20espectral.%20Calles%20en%20pendiente%20solitarias,%20plazas%20desiertas,%20viejas%20almonedas%20cerradas.%20Es%20un%20barrio%20que%20s%C3%B3lo%20tiene%20vida%20esas%20pocas%20horas%20del%20domingo.%20En%20el%20Campillo%20del%20Mundo%20Nuevo%20campear%C3%A1%20el%20humero%20de%20la%20antigua%20f%C3%A1brica%20del%20Gas%20y%20en%20los%20arbolejos%20de%20la%20Ribera%20de%20Curtidores%20apuntar%C3%A1n%20los%20primeros%20botones%20de%20la%20primavera.%20Incluso%20cerrado,%20el%20Rastro%20seguir%C3%A1%20abierto%20a%20su%20manera." target="_blank"><span style="color: red;">El País</span></a></i> el 15 de marzo de 2020]</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "New York", serif; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-26992633872433610562020-03-10T10:18:00.000+01:002020-03-10T10:18:08.097+01:00En la muerte de José Jiménez Lozano<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">ERA un ángel. No lo digo sólo porque fuera un hombre religioso y creyera en el misterio, sino porque procuraba fijarse en las cosas sin mancilla, y se ponía detrás, como los ángeles de la guarda, para que el mundo (ese «ruido de moscas» como él lo llamaba tomándoselo prestado a una de las señoras de Port- Royal), para que el mundo, digo, no las corrompiera. Como uno también cree algo en el misterio, parece que lo estuviera oyendo en esta hora tristísima: «Por favor, Andrés, quita lo de ángel, no me hagas eso». Lo era. Como el que acompañó a Tobías, como los de Flannery O’Connor, como los que saca él en sus libros, que cuesta al principio distinguirlos de los mortales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al no tener una gran estatura estaba acostumbrado a mirar de abajo arriba. Lo hacía con tanta humildad como nobleza, con tanta malicia e inteligencia como compasión, a través de unos ojos azules maravillosos, perpetuamente asombrados y risueños, que nunca dejaban de hablar sin preguntarte. Quiero decir que como persona y escritor nunca te orillaba. Sabía que la literatura era un camino que hay que recorrer solo, y que viviera desde hace un siglo en Alcazarén, una aldea, da idea de ello. Los desaires que trae emparejados nuestro querido oxímoron («la vida literaria») le divertían por exóticos. «En Alcazarén, decía, no gastamos de eso».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando la mayor parte de los poetas de su tiempo habían dejado de escribir, empezó él a publicar sus poemas, breves y sencillos, intensos como los de Emily Dickinson. Habla en ellos de tú a tú al espliego y al cuco, al amigo muerto y al joven que lo reclama para dar un paseo entre las mieses verdes aún. Un universo grande y pequeño al mismo tiempo, como esa mirada suya, única, insólita en un mundo hecho de lugares comunes. Quienes van de lamento en lamento, olvidan los milagros diarios, su negociado: la vida de san Juan de la Cruz (<i>El mudejarillo </i>es uno de los libros más emocionantes y luminosos que se hayan escrito en España en el último medio siglo) y los procesos inquisitoriales, los cementerios civiles y la persecución religiosa durante la guerra civil, las damas de Prot-Royal y aquellos seres humildes que él noveló con sobriedad chejoviana, o’connoriana… Se dirá que tales asuntos son propios de un escritor que va por libre. Es verdad, iba por libre, pero sólo porque era libre, o sea, sin darse la menor importancia, habiéndola tenido toda.</span><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 39pt;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> [Publicado en <i><a href="https://elpais.com/cultura/2020-03-09/en-la-muerte-de-jose-jimenez-lozano.html?ssm=TW_CC" target="_blank"><span style="color: red;">El País</span></a></i> el 10 de marzo de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-21178088186229024012020-03-08T09:26:00.000+01:002020-03-08T12:49:10.539+01:00La Puerta del Sol<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">ES el nombre de plaza más bonito del mundo, donde estuvo en origen una de las puertas del Madrid medieval, orientada a levante. Y así empezó a llamarse, porque los aciertos del pueblo son poéticos y anónimos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Acaba de saberse que la van a remozar. Se han publicado algunas imágenes virtuales: mucho mejor que ahora, despejada, sin tráfico y conservando la muy oportuna estatua de Carlos III (si para entonces no hay un alcalde que decida que reyes no). Las ciudades, como las casas, se van llenando de trastos, igual que las personas nos vamos cargando de defectos. Por lo general las casas, las ciudades y las personas con los años vamos a peor: fotos, suvenires, bibelots. Nuestra memoria sentimental va unida a todos y cada uno de ellos, y al final nos resulta difícil desprendernos de ninguno. Por eso las limpias drásticas son necesarias de vez en cuando, oxigenan y nos rejuvenecen.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cuando empiecen esas obras tal vez alguien repare en una placa. Se colocó en esa plaza hace dos o tres años, supongo que con nocturnidad, como quisieron hacer el memorial del cementerio de la Almudena: “El pueblo de Madrid en reconocimiento del 15M que tuvo origen en esta Puerta del Sol: Dormíamos, despertamos”. En la Puerta del Sol caben como mucho quince o veinte mil personas, y en Madrid viven casi cuatro millones. Seguro que habrá dos o tres millones de madrileños que sienten que ese “pueblo” no les representa, pero yo sé que lo han puesto así para remedar la otra placa famosa de esa plaza. Recuerda esta cómo el pueblo de Madrid se enfrentó al ejército francés el 2 de mayo de 1808, de modo que los del 15M tratan de decirnos que pasados doscientos años el pueblo de Madrid seguirá acordándose del 15M, como seguimos acordándonos de lo otro. Lo mismito: aquel 2 de mayo hubo más de cuatrocientos muertos y el 15M, cinco años después de despertar, está sentado en la bancada azul del gobierno. ¿Haciendo qué? ¿Dormitando? En absoluto. Hay quien espera que con las obras de remodelación quiten esa placa y la vendan como chatarra. A uno, partidario de la memoria histórica, le gustaría que la conservaran, eso sí, con un retoque: «Dormíamos. Despertamos. Y ahora “el 90% de los españoles no podrá dormir sabiendo que el 15M forma parte del gobierno” (Pedro Sánchez)».</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 8 de marzo de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-58273923366993791002020-03-02T10:36:00.000+01:002020-03-02T10:36:53.694+01:00De milagro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">EN 1974 fui testigo de un par de milagros. Lo excepcional fue que sucedieran en el mismo día, cosa rarísima. Ocurrió en Ladeira do Pinheiro, Portugal, donde se le aparecía la Virgen a una mujer de mediana edad. El primero fue un milagro clásico, y el segundo moderno. El clásico estaba en pleno proceso: la multiplicación de una docena de panecillos que iban a dar de comer a cinco mil personas, entre las que me contaba (esa es otra historia). Que el panecillo que me tocó en suerte fuera uno de los originales o de los multiplicados no puedo asegurarlo, pero que me lo comí y estaba bueno, sí. Formar parte del segundo, seguramente invalida mi testimonio: la Virgen, a través de la vidente, ordenó que los españoles presentes se juntaran en piña, iba a hacernos crecer hasta los tres metros de altura. Al padecer de vértigo preferí quedarme conde estaba, y ya lo siento, porque crecer de golpe tres metros ha de ser cosa linda. </span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Así como el milagro de los panes fue mayoritariamente aceptado, en el del aumento de estatura hubo división de opiniones, lo que me permitió comprobar que el de los milagros es un territorio controvertido. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es uno optimista por naturaleza, y ve que la humanidad se ha ido librando de su destrucción final siempre de milagro: en el último momento el bien triunfa sobre el mal, aunque deje el campo de batalla lleno de cadáveres. Pero en el corto plazo y en nuestro entorno, donde se necesitan más los milagros (por otro nombre: lotería), estos se producen muy raramente, y nunca dos el mismo año: pensábamos que ni Trump ni Sánchez serían presidentes ni vicepresidente Pablo Iglesias , que el Brexit no se produciría, que Eta no sería la que contara la historia, que los nacionalistas no sumarían nunca más del 30%, ni los comunistas, después de Lenin y Stalin, obtendrían tampoco más de veinte diputados, ni Vox, después de Franco, cincuenta. Seguramente todos ellos creen hoy por hoy en los milagros, como los devotos de Ladeira do Pinheiro, al ver cómo sus causas han crecido tres metros, qué digo tres, cien, mil, un millón. Por eso llegados a este punto, a los que tratan de traer un poco de racionalidad a los procesos emocionales, no les queda otra que repetirse: Fíate de la Virgen y no corras, y esperar que escampe el temporal y vengan tiempos mejores, o sea un milagro, pero esta vez de los serios.</span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 3 de marzo de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-50678048008454600172020-02-27T09:25:00.003+01:002020-02-27T09:33:35.549+01:00Galdós, ¿moderno?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">AL fin ha saltado a la palestra la cuestión. Ya se estaba haciendo esperar: Galdós no es tanto como creen algunos en España, país norteafricano. Galdós no es Dickens, Galdós no es Flaubert, ni siquiera Balzac. Galdós, enteraos de una vez por todas, no es moderno. O sea, Galdós no es alguien de quien fiarse.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">¿Qué es ser moderno? María Zambrano había planteado las cosas en su justo término: Galdós es «ese poeta que toda ciudad necesita para existir, para vivir, para verse también». Basta con ser poeta para comprender la realidad, más allá de la realidad, sin destruirla, acogiéndola entre nosotros y aceptándola tal cual es de una manera piadosa, o sea, compasiva.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">Y al fin y al cabo aquí andamos nosotros, cien años después de su muerte, leyendo sus obras, caminando por Madrid y reconociendo el Madrid galdosiano en mil rincones. No hay mayor modernidad que esa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">Todo lo demás son disquisiciones un poco escolásticas, creo yo. Si no ha entendido uno mal, «ser moderno» hoy es, cómo lo diríamos, como llevar un pin, una contraseña («ábrete sésamo») o un escapulario («detente, bala»). Nada más. No significa nada ni tiene propiamente que ver con la literatura o el arte, «ser moderno» es una más de las beaterías de un tiempo que, más que ningún otro anterior de la historia, se ha proclamado descreído y</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">desentido</i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">. Aplicado a la literatura, no ser moderno (Galdós), es no ser nada, es, valga la redundancia, haber perdido el tren de la historia. Claro que hoy sabemos que la historia no es ningún tren con destino a una estación términi. Y los lectores de Galdós sabemos que este, lejos de llevar sus novelas hacia ningún fin, se pasó la vida dando vueltas a esos tres únicos temas que ocupan a la poesía y a la literatura desde Homero: el amor, la muerte y el tiempo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">¿O estamos diciendo que a los lectores de</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">Fortunata y Jacinta </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">no les aprovechará leerla tanto como otras novelas «indiscutiblemente» modernas como</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">Madame Bovary</i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">,</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">Ana Karenina </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">o</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">La Regenta</i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">? No se</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">indiscute </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">ahora que no sean tres novelas modernas, de hecho le da a uno lo mismo que lo sean o</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">no, a lo único que deberíamos atenernos es a que Madame Bovary es estúpida, Ana Karenina una mujer hastiada y superficial y Ana Ozores una criatura cerril impregnada de olor a sacristía, obras todas ellas, por lo demás, de autores de extraordinario talento. La cuestión es esta: ¿qué mujer hoy, o sea, qué mujer moderna, se cambiaría por Bovary, Karenina y Ozores, no en los avatares de sus novelas, sino en su propio ser? Sin embargo no conozco ni un solo lector, él o ella, que no quisiera conocer el amor como lo conoció Fortunata (ese «al que me quiere como dos, le quiero como catorce»), ninguno que no quisiera tener el arrojo de vivir esa pasión como ella la vivió, sabiendo incluso que estaba enamorada de un pobre hombre. Es Fortunata, junto a la Marcela cervantina, la primera mujer emancipada, y no le importa arrostrar las consecuencias sociales o personales, sabiéndose inocente. El amor nos hace libres, podría ella decir, y en la libertad sin mácula no hay pecado. De ahí que Fortunata, al contrario que la sociedad de su época, no tenga conciencia de su falta: ¿qué pecado hay en amar?, se pregunta muchas veces. Sólo formularlo, en aquel 1887, era ya pecado. Y no es que Galdós desafíe así a la sociedad de su tiempo, y por esa razón sea más moderno que nadie. Da igual lo que Galdós crea o no. Galdós tiene sus ideas, claro, es un hombre liberal, amigo de liberales y krausistas (los modernos de entonces), pero ni siquiera eso es esencial. No es Galdós quien está desafiando a la sociedad, son sus criaturas, es Fortunata, Benina, Tristana, Villaamil, Torquemada o el amigo Manso a quienes se ha encomendado esta gigantesca tarea, la de la emancipación del ser humano a través de un modesto artificio que da sentido a nuestras vidas: la novela. No la novela tal y como la entiende una falsa modernidad, o sea, como una pieza literaria, sino como algo vivo y parte de la vida. Y si a tantos lectores les conmueve Fortunata no es tampoco porque sea un ser emancipado o por las ideas que Galdós tiene del amor, sino porque se trata de un ser vivo.</span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">Porque lo que percibimos al leer las de Galdós es el supremo logro de ese artificio, a saber, que este desaparece milagrosamente y que no estamos ya en una novela, sino en la misma vida, y que esos personajes no son ficticios, sino criaturas de las que se nos cuenta su biografía, y que los escenarios donde se mueven no son obra de carpintero, sino reales (la Plaza Mayor, la cava de San Miguel, la calle Ave María), y que sus argumentos no son habilidades de un escritor dotado de mil pericias, sino crónicas reales cuya comprensión final completa cada lector, como el juez de paz ha de oír a todas las partes antes de emitir su veredicto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">Porque centró la cuestión de la modernidad hace más de cincuenta años, merece la pena citar estas palabras de Ramón Gaya a propósito de Galdós: «Flaubert (un artista indudable pero menos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">elegido</i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">) tiene una actitud tan estudiosa ante la realidad que, claro, esta muchas veces huye, huye ofendida a entregarse a otro, a otro que no la observe como un</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">fenómeno</i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">, sino que la mire como un amigo, como un hermano; es el secreto de Galdós, tratar a la realidad como a una</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">igual </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">suya, es decir, sin servilismos ni altanería, y, claro, sin objetividad, ni el insulto de la objetividad (…) En los grandes novelistas es fácil descubrir dos actitudes, la del</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span><i style="font-family: Arial; font-size: 12pt;">impertinente objetivo </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">–Stendhal– y la del generoso náufrago –Dovsttoievski–, pero es difícil una actitud piadosa como la de Galdós».</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;">Yo sé que venir a estas alturas a preguntarnos si Galdós es o no moderno, es un modo de llamar antimodernos a todos los que les gusta (o sea, un poco casposos), lo cual seguro que hará menear la cabeza a algunos, y sonreír, como hubiera hecho aquel memorable Evaristo Feijoo, alterego de don Benito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: x-small;"> [Publicado en <a href="https://www.blogger.com/GALD%C3%93S%20%C2%BFMODERNO?%20Andr%C3%A9s%20Trapiello%20%20Al%20fin%20ha%20saltado%20a%20la%20palestra%20la%20cuesti%C3%B3n.%20Ya%20se%20estaba%20haciendo%20esperar:%20Gald%C3%B3s%20no%20es%20tanto%20como%20creen%20algunos%20en%20Espa%C3%B1a,%20pa%C3%ADs%20norteafricano.%20Gald%C3%B3s%20no%20es%20Dickens,%20Gald%C3%B3s%20no%20es%20Flaubert,%20ni%20siquiera%20Balzac.%20Gald%C3%B3s,%20enteraos%20de%20una%20vez%20por%20todas,%20no%20es%20moderno.%20O%20sea,%20Gald%C3%B3s%20no%20es%20alguien%20de%20quien%20fiarse.%20%C2%BFQu%C3%A9%20es%20ser%20moderno?%20Mar%C3%ADa%20Zambrano%20hab%C3%ADa%20planteado%20las%20cosas%20en%20su%20justo%20t%C3%A9rmino:%20Gald%C3%B3s%20es%20%C2%ABese%20poeta%20que%20toda%20ciudad%20necesita%20para%20existir,%20para%20vivir,%20para%20verse%20tambi%C3%A9n%C2%BB.%20Basta%20con%20ser%20poeta%20para%20comprender%20la%20realidad,%20m%C3%A1s%20all%C3%A1%20de%20la%20realidad,%20sin%20destruirla,%20acogi%C3%A9ndola%20entre%20nosotros%20y%20acept%C3%A1ndola%20tal%20cual%20es%20de%20una%20manera%20piadosa.%20Y%20al%20fin%20y%20al%20cabo%20aqu%C3%AD%20andamos%20nosotros,%20cien%20a%C3%B1os%20despu%C3%A9s%20de%20su%20muerte,%20leyendo%20sus%20obras,%20caminando%20por%20Madrid%20y%20reconociendo%20el%20Madrid%20galdosiano%20en%20mil%20rincones.%20No%20hay%20mayor%20modernidad%20que%20esa.%20Todo%20lo%20dem%C3%A1s%20son%20disquisiciones%20un%20poco%20escol%C3%A1sticas,%20creo%20yo.%20Si%20no%20ha%20entendido%20uno%20mal,%20%C2%ABser%20moderno%C2%BB%20hoy%20es,%20c%C3%B3mo%20lo%20dir%C3%ADamos,%20como%20llevar%20un%20pin,%20una%20contrase%C3%B1a%20(%C2%AB%C3%A1brete%20s%C3%A9samo%C2%BB)%20o%20un%20escapulario%20(%C2%ABdetente,%20bala%C2%BB).%20Nada%20m%C3%A1s.%20No%20significa%20nada%20ni%20tiene%20propiamente%20que%20ver%20con%20la%20literatura%20o%20el%20arte,%20%C2%ABser%20moderno%C2%BB%20es%20una%20m%C3%A1s%20de%20las%20beater%C3%ADas%20de%20un%20tiempo%20que,%20m%C3%A1s%20que%20ning%C3%BAn%20otro%20anterior%20de%20la%20historia,%20se%20ha%20proclamado%20descre%C3%ADdo%20y%20desentido.%20Aplicado%20a%20la%20literatura,%20no%20ser%20moderno%20(Gald%C3%B3s),%20es%20no%20ser%20nada,%20es,%20valga%20la%20redundancia,%20haber%20perdido%20el%20tren%20de%20la%20historia.%20Claro%20que%20hoy%20sabemos%20que%20la%20historia%20no%20es%20ning%C3%BAn%20tren%20con%20destino%20a%20una%20estaci%C3%B3n%20t%C3%A9rmini.%20Y%20los%20lectores%20de%20Gald%C3%B3s%20sabemos%20que%20este,%20lejos%20de%20llevar%20sus%20novelas%20hacia%20ning%C3%BAn%20fin,%20se%20pas%C3%B3%20la%20vida%20dando%20vueltas%20a%20esos%20tres%20%C3%BAnicos%20temas%20que%20ocupan%20a%20la%20poes%C3%ADa%20y%20a%20la%20literatura%20desde%20Homero:%20el%20amor,%20la%20muerte%20y%20el%20tiempo.%20%C2%BFO%20estamos%20diciendo%20que%20a%20los%20lectores%20de%20Fortunata%20y%20Jacinta%20no%20les%20aprovechar%C3%A1%20leerla%20tanto%20como%20otras%20novelas%20%C2%ABindiscutiblemente%C2%BB%20modernas%20como%20Madame%20Bovary,%20Ana%20Karenina%20o%20La%20Regenta?%20No%20se%20indiscute%20ahora%20que%20no%20sean%20tres%20novelas%20modernas,%20de%20hecho%20le%20da%20a%20uno%20lo%20mismo%20que%20lo%20sean%20o%20%20no,%20a%20lo%20%C3%BAnico%20que%20deber%C3%ADamos%20atenernos%20es%20a%20que%20Madame%20Bovary%20es%20est%C3%BApida,%20Ana%20Karenina%20una%20mujer%20hastiada%20y%20superficial%20y%20Ana%20Ozores%20una%20criatura%20cerril%20impregnada%20de%20olor%20a%20sacrist%C3%ADa,%20obras%20todas%20ellas,%20por%20lo%20dem%C3%A1s,%20de%20autores%20de%20extraordinario%20talento.%20La%20cuesti%C3%B3n%20es%20esta:%20%C2%BFqu%C3%A9%20mujer%20hoy,%20o%20sea,%20qu%C3%A9%20mujer%20moderna,%20se%20cambiar%C3%ADa%20por%20Bovary,%20Karenina%20y%20Ozores,%20no%20en%20los%20avatares%20de%20sus%20novelas,%20sino%20en%20su%20propio%20ser?%20Sin%20embargo%20no%20conozco%20ni%20un%20solo%20lector,%20%C3%A9l%20o%20ella,%20que%20no%20quisiera%20conocer%20el%20amor%20como%20lo%20conoci%C3%B3%20Fortunata%20(ese%20%C2%ABal%20que%20me%20quiere%20como%20dos,%20le%20quiero%20como%20catorce%C2%BB),%20ninguno%20que%20no%20quisiera%20tener%20el%20arrojo%20de%20vivir%20esa%20pasi%C3%B3n%20como%20ella%20la%20vivi%C3%B3,%20sabiendo%20incluso%20que%20estaba%20enamorada%20de%20un%20pobre%20hombre.%20Es%20Fortunata,%20junto%20a%20la%20Marcela%20cervantina,%20la%20primera%20mujer%20emancipada,%20y%20no%20le%20importa%20arrostrar%20las%20consecuencias%20sociales%20o%20personales,%20sabi%C3%A9ndose%20inocente.%20El%20amor%20nos%20hace%20libres,%20podr%C3%ADa%20ella%20decir,%20y%20en%20la%20libertad%20sin%20m%C3%A1cula%20no%20hay%20pecado.%20De%20ah%C3%AD%20que%20Fortunata,%20al%20contrario%20que%20la%20sociedad%20de%20su%20%C3%A9poca,%20no%20tenga%20conciencia%20de%20su%20falta:%20%C2%BFqu%C3%A9%20pecado%20hay%20en%20amar?,%20se%20pregunta%20muchas%20veces.%20S%C3%B3lo%20formularlo,%20en%20aquel%201887,%20era%20ya%20pecado.%20Y%20no%20es%20que%20Gald%C3%B3s%20desaf%C3%ADe%20as%C3%AD%20a%20la%20sociedad%20de%20su%20tiempo,%20y%20por%20esa%20raz%C3%B3n%20sea%20m%C3%A1s%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target="_blank"><span style="color: red;">El Mundo</span></a> el 27 de febrero de 2020]</span></span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-19126212672938259932020-02-24T08:39:00.002+01:002020-02-24T10:00:20.055+01:00Nos vamos yendo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">LA modernidad nos ha enseñado a ver y valorar las cosas pequeñas, es parte de su grandeza: el cuarteto tanto como la sinfonía, la intimidad al mismo nivel que la gesta heroica, un dibujo, hecho en un trozo cualquiera de papel, tanto como el gran cuadro del pintor de Corte. Los dibujos de Goya, por ejemplo. 250, de más de los 500 que se conservan, se exponen ahora en el Prado. Son extraordinarios. Tal vez la exposición más fascinante en ese museo desde la mítica de Velázquez. ¿Y todos esos dibujos son igual de buenos? Por supuesto que no. Sólo faltaría. ¿Son iguales las olas de la playa? Los dibujos de Goya han de verse, y aun oírse, como las olas sucesivas: subyugan uno por uno, como ellas, pero asombra y sobrecoge el conjunto, como el mar inmenso, inabarcable, misterioso e inmarcesible. </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">¿Y qué hay representado en ellos? Todo lo que le sale al paso o se le pasa por la cabeza: costumbres, tipos, truculencias, sátiras (políticas, religiosas, sociales), riñas, caprichos y desastres, visiones y pesadillas, pesadumbres y muchedumbres... </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">También la modernidad que valoró lo pequeño (el ciudadano) por encima de los tres estados, puso a las multitudes al frente de la Historia. Las multitudes son “una de las grandes aportaciones de Goya”, anota el comentarista. Goya las saca en procesiones, en los toros, en un parque. Cuando las multitudes se convierten en masas, en el primer tercio del siglo XX, vendrán con ellas las grandes matanzas y el exterminio del individuo, del ciudadano. El lado oscuro de la modernidad. Goya, que ya en Burdeos pudo leer la <i>Enciclopedia</i>, prohibida en España, debió de leer como ilustrado que era lo que Diderot y D’Alambert escribieron allí: «<i>Multitud</i>: Desconfía del juicio de la multitud; en los asuntos del razonamiento y filosofía su voz es la de la maldad, la estupidez, la inhumanidad, la sinrazón y el prejuicio. La multitud es ignorante y bárbara, juzga mal, no es capaz de acciones valientes y generosas». Las multitudes aclamaron a Fernando VII, el rey Felón, y las gentes que pudieron irse de España, como Goya, se exiliaron. Estos dibujos, realistas en tanto que veraces y modernos en tanto que íntimos, parecen decir “se hace camino al andar”, sí, pero también “nos vamos yendo”.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 23 de febrero de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-43120469993446226302020-02-10T08:29:00.000+01:002020-02-10T10:49:59.163+01:00Seré breve<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">LA misma semana que se publicó <i>El cántaro y la fuente</i>, una antología de “aforistas españoles para el siglo XXI” (en edición de 99 ejemplares, a tono con la brevedad del género), me pidieron de un periódico que eligiera mi aforismo preferido. No hay sólo un aforismo, argüí, sino muchos, pero aun así allá fue el mío (de un JRJ. ya viejo, que se negaba como un niño al aseo: “A todo se llega. He aprendido a ser sucio y me parece bien”). Del propio JRJ., que escribió más de cinco mil, hubiera podido escoger este: “Lo malo de la muerte no ha de ser más que la primera noche»; o este: “Si Dios existe, yo soy inmortal. Si yo no soy inmortal, Dios no existe. Váyase lo uno por lo otro”.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Los estudiosos se desquician buscando las diferencias entre aforismo, adagio, máxima, apotegma, refrán, sentencia, proverbio... Es difícil trazar esas fronteras. Para mí un aforismo es bueno si es la punta de un iceberg y si no se le puede dar la vuelta como a un calcetín, pero si no te hace pensar, o sonreír al menos, es malo. Una de las entrevistadas eligió uno de los más conocidos, el clásico <i>Festina lente</i> (“apresúrate lentamente”), que no es contrario ni al de Goethe (“Como el astro, sin aceleración y sin descanso”), que JRJ. puso al frente de su propia obra, ni al horaciano <i>Carpe diem</i> (“vive el momento”). ¿Qué fascina a todo el mundo de esos aforismos y oráculos manuales? ¿Que son una sabiduría portátil? ¿Su concisión, el fulgor de una verdad que, como un relámpago, vuelve a sumirnos en las tinieblas tras dejar en nuestra alma la ilusión de haberlo comprendido todo al fin? </span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">También los políticos se pasan el día acuñando frases. Podrían a veces pasar por aforismos, desde luego, pero no lo son. Son sólo eslóganes: ideas deshuesadas para hacerlas masticables (que no digeribles) para aquellos que no tienen dientes en el cerebro. ¿Un ejemplo? No me pongan en ese brete, hay cientos, miles, a diario. Pero, en fin, allá va uno, sólo uno: “Jamás, jamás, jamás con ese”. Usted me entiende. Esos eslóganes están hechos para lo contrario que un aforismo: con ellos no hay que pensar (al contrario, suelen poner de bastante mal humor), basta con creer, son cosa sólo de la fe. Todo lo contrario que el aforismo por antonomasia, <i>Sapere aude</i> (“atrévete a saber”), únicamente superado por el atrévete a explicártelo y el atrévete a contarlo.</span></div>
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<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 9 de febrero de 2020] </span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-45310750749686185432020-02-08T12:48:00.001+01:002020-02-08T14:18:06.858+01:00Dos fotografías campestres<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No sé por qué la de hoy </span><br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZGPSUdinciIuCYJVL1yeDYS47hsELXYmkwQg_1HWDhc256a0Gr8uwdAcceVimlXjoOeXYW3VeirVepGnNHIiEtP4o4TI2TneA7EDsB2UFJXKYvAlVOxF-S5J05gI5hj5conipFoUQpyqN/s1600/caceri%25CC%2581a+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="327" data-original-width="490" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZGPSUdinciIuCYJVL1yeDYS47hsELXYmkwQg_1HWDhc256a0Gr8uwdAcceVimlXjoOeXYW3VeirVepGnNHIiEtP4o4TI2TneA7EDsB2UFJXKYvAlVOxF-S5J05gI5hj5conipFoUQpyqN/s1600/caceri%25CC%2581a+2.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;">Pedro Sánchez y su gobierno, en familia, en la finca Quintos de Mora </span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-align: left;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-align: left;"><span style="font-size: small;">le ha recordado a uno la de ayer, será seguramente por el número.</span></span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; text-align: left;">
</span></td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPu4krSEiavNzqZRfxKbeADvtplm3DFETizu7kEP1Mcn3TjJLku6EeEwXa4gbdLcxLNLn_2e3eH6uDvpqvY1g4VV_TkfbpjGYq5MSC2gTlC92cG4A13xUkHfFuW5tMUiFzUPAYTXrjlZd1/s1600/caceri%25CC%2581a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="307" data-original-width="490" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPu4krSEiavNzqZRfxKbeADvtplm3DFETizu7kEP1Mcn3TjJLku6EeEwXa4gbdLcxLNLn_2e3eH6uDvpqvY1g4VV_TkfbpjGYq5MSC2gTlC92cG4A13xUkHfFuW5tMUiFzUPAYTXrjlZd1/s1600/caceri%25CC%2581a.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: x-small;">Franco, miembros de su gobierno y su familia en la finca de Santa Cruz de Mudela.</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-36410948868314697092020-02-06T12:07:00.001+01:002020-02-06T17:02:06.304+01:00Anuncio<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgngt0XsTsIb6dX23DQHhx1jgwTOCHCnT0KgwdV1wAB78f9HU4hRt3LZ1JQhCxNOSxIgxzDjxMxHraPFJ7Sew6AnCRct4g8cZyG4H0WgeZIRT904fx2zvMu-5Mq_YRAHFOq_qRmYiJEEfw/s1600/INVITACIO%25CC%2581N+OK+TRAPIELLO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="280" data-original-width="490" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgngt0XsTsIb6dX23DQHhx1jgwTOCHCnT0KgwdV1wAB78f9HU4hRt3LZ1JQhCxNOSxIgxzDjxMxHraPFJ7Sew6AnCRct4g8cZyG4H0WgeZIRT904fx2zvMu-5Mq_YRAHFOq_qRmYiJEEfw/s1600/INVITACIO%25CC%2581N+OK+TRAPIELLO.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-88106949735533031702020-02-03T08:52:00.002+01:002020-02-03T08:52:55.560+01:00Río arriba<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">EN su larga marcha hacia Kafiristán Danny (Sean Connery) y Pecky (Michael Caine) se ven obligados a pactar con un tiranuelo local. Fue esta una licencia de John Huston en <i>El hombre que pudo reinar</i>, basada en un relato de Kipling. A este satrapilla simpático le preguntan cuáles son sus enemigos. El hombre, sin dudarlo y dolidísimo, dispara: “Los del pueblo de al lado; cada vez que bajamos a bañarnos, nuestros vecinos se mean río arriba”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Algunos políticos de León están dolidísimos de ver cómo sus colegas de Valladolid llevan orinándose cuarenta años en el río de la historia y de los presupuestos, y recuerdan que León tuvo veinte reyes antes que Castilla leyes. Atajando razones: allí acaban de reclamar su separación de Castilla-León, quieren ser sólo León. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Como uno ha sido de León, me han preguntado por ese asunto en un periódico local. Si el pueblo leonés votara un día eso, yo sería considerado un extranjero, porque al no vivir en el territorio ha dejado uno de ser del pueblo leonés y aun leonés a secas (aunque, la verdad, no creo que lo notáramos ni el pueblo leonés ni yo). A estas alturas es inútil recordar que el problema de los nacionalismos son las desigualdades, injusticias y enfrentamientos civiles a que dan origen, si acaso no nacen de ellas, y que las desigualdades, entre ciudadanos libres e iguales, se combaten con ideas, no con sentimientos. Da igual. A tal grado de ensoñación hemos llegado. Lo mejor de las parodias es que pueden mostrar lo ridículo de muchas cosas presentadas con solemnidad y patetismo patrióticos, por lo mismo que una caricatura puede ser más expresiva y exacta que un retrato fotográfico. Tendría gracia ahora que la Unión Europea empezara a tambalearse por el Barrio Húmedo leonés, reputado por sus tabernas y origen de mil micciones. Nunca supimos si aquel primer partido nacionalista se llamaba Sólo León o León solo. Esa anfibología era simpática, no obstante, pero hoy vemos que también era mentira: quieren formar la nueva comunidad autónoma con Zamora y Salamanca, provincias a las que, naturalmente, no han preguntado si quieren esa unión. Si fuera posible me haría zamorano, por sedicionarme yo también, aun a sabiendas incluso de ver cómo algunos de mis antiguos paisanos han emprendido la marcha ya hacia la parte alta del río.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 1 de febrero de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6134955995757163132.post-61672731424613906682020-01-26T13:51:00.000+01:002020-01-26T13:51:18.957+01:00Un mandato<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">DE las cosas que encontramos en el Rastro cada domingo y que compramos (o no, pero que nos acompañan unos instantes), más que ellas, digo, valora uno las historias que traen consigo. Los libros son especialmente un nido propicio para esos elocuentes documentos: una carta; un billete de banco hace tiempo fuera de curso y que acaso alguien depositó allí esperando rescatarlo en momentos de penuria, olvidándolo al fin; la ceniza de un cigarrillo, testigo de la soledad o la dicha de quien lo leía; la fotografía de alguien, a todas luces ya muerto, cuya mirada cifra un mensaje póstumo, misterioso, indescifrable... </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace unas semanas compré la <i>Guía práctica del compositor tipográfico</i>, «formada por Juan José Morato con la cooperación de varios señores» y editada en Madrid en 1900. Morato era, como tantos tipógrafos, socialista. El interés del libro, un clásico del genero, puede que sea restringido, no así el tono, propio de un hombre perfeccionista e inteligente. Escribió también una biografía de su amigo y compañero de oficio y de partido Pablo Iglesias. Nació en Madrid en 1864 y murió en Moscú en 1938. ¿Qué razones le llevaron a Moscú antes de acabar la guerra civil siendo ya un hombre viejo? No he logrado averiguarlo, pero seguro que alguien conocerá la razón...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y si esa <i>Guía</i> es una cumbre de los tratados sobre el noble arte de la tipografía, aún lo es más la dedicatoria con la que vino ese viejo ejemplar del Rastro. En la anteportada, con letra redondilla y pendulada, alguien ha escrito a mano «Es propiedad de Juan Martínez», y al volver la página, en tinta negra, con caligrafía distinta, suelta y firme, esto otro: «A mi hijo Julián Martínez y Díaz. No vendas ni abandones este libro mientras en este oficio honradamente ganes para comer. Es mandato que desea no olvides tu padre Miguel Ángel Martínez. 2/7/1916». Cuánto amor y respeto hay en esas palabras, hacia su hijo, hacia su oficio, hacia la vida honrada... ¿Qué pasó entonces? ¿Desoyó Julián el mandato de su padre, vendió el libro, lo abandonó? ¿Tuvo que cambiar de oficio? ¿Qué fue de la vida de todos ellos? Este otro misterio, en cambio, nunca se resolverá, y es justamente el que importa. La nuestra, la tuya y la mía, se están también escribiendo ahora a la vista de todos, y a la vista de todos será irresoluble un día, pese a la letra clara, suelta, firme.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"> [Publicado en el <i>Magazine</i> de <i>La Vanguardia</i> el 25 de enero de 2020]</span></div>
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andrés trapiellohttp://www.blogger.com/profile/08789851659614906462noreply@blogger.com1