NADIE sabe si cuando se publiquen estas líneas, o sea, dentro de unas semanas, seguirá o no en su puesto el nuevo presidente de gobierno, elegido para el cargo hace siete días. Nadie piense tampoco que trata uno de desdeñar su inesperado golpe de mano para hacerse con el poder, tras un birlibirloque que ha dejado atónitos a la inmensa mayoría de los españoles, incluidos muchos de sus partidarios. Al contrario, al margen de lo que dure en el cargo y de los logros o fracasos por los que será recordado u olvidado en el futuro, lo sucedido a él tiene ya tanto interés como lo que pueda sucedernos a nosotros.
Me digo: he ahí un hombre del que se piensa que su ambición es muy superior a su inteligencia y del que todos se han reído, incluidos muchos de los que hoy se dirán amigos suyos. Ahí lo tenemos, donde quería él estar. Su empeño y una carambola a siete bandas le han llevado de la irrelevancia a la notoriedad, el poder y los libros de historia, y en cambio el hombre al que ha desalojado de la Moncloa, que se prometía dos años más de majestuoso crucero en un lujoso Titanic, se ha visto desposeído de él de una manera inesperada e ignominiosa. Sólo ha sido capaz de soltar, entre sollozos, cuando ya todo era inevitable: “¡Pero está entrando por la puerta de atrás!”. Y era cierto, sólo que la puerta de atrás ha sido también por la que él ha salido de la notoriedad, el poder y los libros de historia.
Qué extraña es la vida. “La fortuna sonríe a los audaces”. La primera vez que oí estas palabras fue a un viejo maestro de escuela, y mucho antes de saber yo que pertenecieran a la Eneida. Por la vida que llevaba y por su aspecto, no parecía que la fortuna hubiera sonreído mucho a aquel anciano. Tampoco se imagina uno al nuevo presidente citando a Virgilio, ni creyendo que lo que le ha sucedido sea cosa de la suerte. Pensará que debe su fortuna a su tenacidad e inteligencia, y así lo pensaría también en su día el cesante, como pensará este ahora que su desgracia se ha debido únicamente a odios y felonías, lo mismo que pensará el nuevo cuando le llegue su Bruto, quién sabe si dentro de unas semanas. Nadie conoce lo que le tiene deparado el destino, y la vida va tan deprisa que acaba pareciéndose a un folletín de intrigas por entregas, escrito por un loco, un imbécil o un cínico.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 30 de junio de 2018]
Se repiten los mismos errores en esta sociedad española anestesiada, sin que una gran mayoría de ciudadanos tenga capacidad para detectar el adoctrinamiento, la mentira, la corrupción y la ineficacia como señas de identidad de una cierta clase política, como ya señalaba en su época el gran Unamuno. “Sabido es lo que son y han sido siempre nuestros gobiernos. Cuando no quieren, o no pueden, o no saben cumplir lo que la opinión pública les exige, lo falsean todo. La mayoría de los políticos viven del engaño y en él quiere mantenernos a todos, sin darse cuenta que no es posible idiotizar a los ciudadanos libres que conservan la cabeza en su sitio y un espíritu crítico al cual no van a renunciar”. Ahora, más que nunca, España necesita otros políticos y otras actuaciones basadas en la unión y no en el sectarismo ineficaz. “El político verdadero, el estadista, tiene valor de personalidad; el politiquero, el caudillo de bandería, el organizador de elecciones, no pasa de ser una fulanidad”. Para un politiquero puede ser muy importante un posado de manos o la exhibición de unas gafas de sol; el caudillo de bandería puede estar al borde de hacer concesiones gravísimas, con el dinero de todos los españoles, a los que quieren destruir España; o decidiendo ese caudillo, experto en llegar al Gobierno sin haber ganado unas elecciones, que la aprobación de la eutanasia o el traslado de huesos son dos de las más graves cuestiones que interesan y preocupan a todos los españoles.
RépondreSupprimerJosé Fuentes Miranda, Badajoz.
Entre mis amigos y yo observo un fenómeno curioso.
RépondreSupprimerQuienes no tienen hijos desean un gobierno Psoe-Podemos porque consideran que el gobierno del PP ha producido gran desigualdad social.
En cambio, quienes tenemos hijos no deseamos ese gobierno de izquierdas, sino que lo tememos, pues recordamos que las dos veces anteriores que ha gobernado el Psoe (con González y con Zapatero) España acabó arruinada y convertida en el "parque temático del paro" (la mayor tasa de paro de Europa, más del doble de la media). Y lógicamente no queremos ese futuro para nuestros hijos.
¿Se cumplirá con Pedro Sánchez el mismo guión (*) que con los anteriores presidentes socialistas? Esperemos que no.
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(*) Aunque parezca pesarle a la RAE, la palabra guión, al pronunciarse como bisílaba, debe acentuarse en la o.
Claro, Sandra Suárez, claro: que el PSOE de Zapatero dejara una España "arruinada y convertida en el parque temático del paro" no tiene nada que ver con la explosión de la burbuja inmobiliaria PPera y su modelo económico del ladrillo. Sois tan maleables, tan manipulables, que dais penica y vergüenza ajena.
RépondreSupprimerPreciosa portada. Lástima que en el libro vertical dispuesto para su venta sobre la mesa no se llegue a ver si está también, en pequeñito, la imagen de ese mismo libro y así -como en la franchute vaca que ríe- hasta el infinito. La técnica para hacerlo no es fácil, quizá con los espejos enfrentados...
RépondreSupprimerYa nos avisará de la presentación del libro. Gracias por adelantado.