2 août 2015

Nada que ver con el amor

SIEMPRE se ha preguntado uno quién sería el primero que equiparó la pasión amorosa con el fuego. Cada vez que lee u oye uno hablar de un amor “ardiente” o de alguien que “encendió” en otro un gran amor, me sonrío, como cuando unos personajes románticos (La Cartuja de Parma no es una novela romántica, pero sí la historia que cuenta) empiezan a llorar a lágrima viva, dejando su rostro “arrasado por el llanto” con cualquier excusa. A Stendhal, y eso probablemente le hacía tan antipático a sus contemporáneos y tan moderno para nosotros, la mayor parte de los  arrebatos comburentes y apasionados le suelen parecer un poco ridículos, aunque asista a ellos con simpatía. Como nos ocurre a los adultos al asistir a la despesperación de un adolescente: “¡Nunca jamás volveré a estar tan enamorado!”. Y tendría gracia que acaso el primer hombre (o mujer) que equiparó el amor y el fuego fuese el mismo que simbolizó con éste al infierno.

La imagen del fuego es bonita, qué duda cabe. El fuego mismo tiene algo de misterioso, como lo tienen el agua, la tierra y el aire, depositarios de todos los arcanos de la filosofía y de la poesía. Pero a diferencia de los demás elementos, el fuego sólo se conjuga en presente, y al menos en nuestra pobre escala humana, tiende a ser finito (el remedo de la llama al soldado desconocido, que arde día y noche, no pasa de ser la ilusión de fuegos que creemos eternos, como el de los astros, llamados igualmente a extinguirse). 

No, tienen poco que ver el fuego y el amor;  no hay fuego sin ceniza, pero hay a veces un “amor constante más allá de la muerte”. Lo que deja el fuego, sobre todo los devastadores, al contrario que el amor, incluso los muy desgraciados, es  sólo desolación. Puede uno admirar el espectáculo sublime del mar acometiendo embravecido unos acantilados, o al aire agitando las copas de los árboles o la tierra ordenándose y desordenándose con secreta armonía, pero nada tiene el fuego de admirable campando por sus fueros. Desaforado. Acabamos de verlo. Cerca. Bramando, lanzando por encima de nosotros  sus llamas como jinetes del Apocalipsis, llenándolo todo de cenizas y tristeza en esta tarde de verano. Se repetirá la escena en muchos lugares de España. Detrás de muchos de estos fuegos, la codicia, la venganza, el resentimiento, las taras, el odio. Nada que ver con el amor, firme, generoso, delicado. 

   [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 2 de agosto de 2015]

6 commentaires:

  1. Quizás detrás del fuego esté el amor al dinero.

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  2. Manuel Lombelle3 août 2015 à 13:12

    Los cristianos tenemos un Dios al que amar, nadie nos ama más que Jesús y María, el sagrado corazón de Jesús se re`presenta rodeado de una avivada llama del amor y la luz. , una llama eterna
    Decir hace tiempo que el amor lo sostenía el fuego de la pasión era una herejía, un delito de lascivia. El sagrado corazón de Jesús ha estado ligado a los nacionalismos cristianos más combativos, estandarte del amor a la patria.
    Puede que la palabra amor abarque demasiadas situaciones, al final llamamos amor a cosas que quizás deberían llamarse de otra manera

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  3. Aforismo a lo Heráclito: El fuego es tiempo acelerado.

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  4. Como todas las grandes cosas, el fuego es ambivalente. Puede ser creativo (calentar, cocinar) o destructivo (abrasar, calcinar). Es como las manos o la inteligencia: no importa lo grandes que sean, sino el uso que se les dé.

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  5. De Juan Carlos Calderon, leyenda de la música universal :
    Eres tú, como el agua de mi fuente
    Eres tú, el fuego de mi hogar
    Eres tú, como el fuego de mi hoguera
    Eres tu, el trigo de mi pan
    Como un poema, eres tú, eres tú
    Como una guitarra en la noche
    Todos mis horizontes , eres tú, eres tú
    Así, Así, eres tu

    Eres tú es la mejor canción que se presento en Eurovision, la canción más bonita del mundo es Mediterráneo, donde Juan Carlos puso música y arreglos´
    Ya lo dijo Raimundo Amador : el horizonte es un mundo que me cabe entres las cejas..
    F, que relato más chulo pusiste en el post anterior, le diste un toque surrealista impactante, escribiendo así no es bueno critiques a los aficionados, otra cosa es corregir suave con el fin de que todos mejoremos, A mi me gusta como escribe la gente aquí, escribir es cada día más difícil, si no lo haces bien no consigues la endorfina , al final somos un producto químico en busca de formulas satisfactoria
    ¡ Que bonito es el amor ! ¡ salud !

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  6. Quizá con el fuego pueda conjugarse el ardor de la pasión.

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