30 juillet 2018

Cómo matar a un tuitseñor

A MUCHA gente le ha escandalizado el modo en que el Presidente del gobierno del Psoe y el Padrino de Podemos se han repartido Rtve, a favor de este último, en un despacho y sin luz ni taquígrafos, desde luego: “Rtve es cosa nostra”, parece que dijo. Uno, francamente, no alcanza a ver la razón de ese asombro. Quien quería quedarse  con Rtve, en realidad con sus servicios informativos, de fake news y propaganda, tenía todo el derecho a exigirlos, por su experiencia. Hace ya años puso en práctica la célebre frase de Arquímedes, con los óptimos resultados que conocemos. No tuvo más que adaptarla: Dadme una Tuerca y no sólo moveré el mundo, sino que lo cambiaré. Y en efecto, en menos de cinco años La tuerca le ha llevado en volandas a Rtve y a Galapagar, de un sencillo Mecano, como si dijéramos, a dirigir la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos a la que se ha encomendado la construcción de los famosos puentes, tan de actualidad, colgantes y movedizos. 

Pero como un gran jerarca del movimiento (“quítate tú, para ponerme yo”) no puede estar presente (¡Presente!) en todo, pensó para dirigir su cosa nostra (con pólvora del Rey, naturalmente, como buen republicano), en dos periodistas, uno por si fallaba el otro, él y ella, la parejita. Y lo que han hecho estos dos nigromantes sí le parece a uno, en cambio, escandaloso: han borrado los casi veinte mil tuits escritos por ellos en estos últimos años: toda la vida laboral, profesional y personal que ellos mismos hicieron pública, como quien quema o tritura documentos de una manera precipitada, minutos antes de que entren en ella la luz y los taquígrafos. Una gran injusticia, porque fueron esos tuits precisamente los que les proporcionaron la celebridad que les había hecho lo bastante visibles como para que su Jefe se fijara en ellos. Al margen de otras consideraciones (si se han desprendido tan fácilmente de su vida pública es porque estaría fundada, supongo, en exabruptos, insidias o lametones que igualmente contaminaban su vida privada y su eticidad), al margen de todo esto, digo, la justicia poética les ha dado un pequeño pellizco, abortando su nombramiento. Y mira por dónde, pese haber hecho un pan con unas tortas, la vida les ha permitido empezar de cero, al menos en Twitter, aunque lo probable es que acabarán volviendo a tropezar en los mismos tuits.

    [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 29 de julio de 2018]

4 commentaires:

  1. Todos los que asaltaron un palacio lo hicieron para quedarse a vivir en él.

    El único consuelo es que, gracias a la espontaneidad e interconectividad de los actuales medios (redes sociales, whatsapp...), la manipulación deformativa es más difícil. Pero no porque ellos no quieran, sino porque la tecnología (internet, aplicaciones móviles) se lo ha puesto difícil.

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  2. No fue el único gran manipulador. Después de él hubo otros (¡ y peores !), de uno y otro signo. Pero fue el primero: el que abrió camino, el que creó escuela. Hoy una hija suya se sienta en el Consejo de Ministros. No sé si creo, pero en todo caso quisiera creer, que es mera casualidad.

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  3. Santiago Narbona1 août 2018 à 12:39

    Qué desvergüenza desmedida la de la derecha ultra española. Llevan casi una década los manipuladores del PP convirtiendo la RTVE en un taller de destrucción de la verdad, siniestro, estalinista, pero usted no sabía nada ni se enteraba de nada. Llevan diez años destruyendo el lenguaje, llamando "protección del ciudadano" al apaleamiento del ciudadano, y usted nunca vio nada. Ahora, en cuanto ha asomado PSánchez, usted ha recuperado la visión. Su problema es que cree idiota al ciudadano, pero el ciudadano ha espabilado mucho y va sabiendo la clase de TRIGO que es usted. No de aquel con el que se puede hacer pan.

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    1. Con tanto entusiasmo se ha pasado la meta, sr. Narbona, al acusar de estalinista al taller del PP en RTVE ... y otras ocurrencias.

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