“ESPAÑA es un país de cabreros” era el titular de una entrevista con Juan Marsé, publicada en El País. En realidad lo que decía, más racial, más español, fue esto: “España es un país de cabreros, joder”. La idea, de Cernuda, la tomó Marsé de Gil de Biedma. Tal vez no sea casual que la hayan circulado desde Cataluña dos escritores en español, ¿para hacerse perdonar acaso escribir en castellano y vivir entre catalanes? Ya saben cómo va eso del síndrome de Estocolmo.
Nadie se habrá alegrado tanto como se alegra uno de lo que España, a través de sus más o menos jodidas instituciones culturales, viene dándole a Marsé, pues pocos habrá que se lo tengan más merecido que él. Pero a diferencia de Marsé no cree uno en esencias nacionales, por tanto no sabemos qué ha querido decir con “España”, como no sabemos tampoco qué quiere decir Artur Mas, por ejemplo, con “Cataluña”, pero sí el rédito que creen obtener uno y otro hablando de “Cataluña es una gran nación” o “España es un país de cabreros”: clientela, votos, lectores.
España es un país de cabreros... Es verdad. Y también el de Cervantes y Velázquez, el del cante jondo y el de JRJ, el de Baroja y el del museo de arte romano de Mérida, el de los arroces levantinos y el de Falla, el de Victoria de los Ángeles y el del museo del Prado, el de Pla y el de una de las terrazas de Sevilla, una noche de primavera... Y claro que este país es, además, una porquería, un muladar, como lo son también Francia, Alemania, Italia, Inglaterra o los Estados Unidos contemplados a la debida distancia, por hablar sólo de aquellos países en los que los cabreros votan cada cuatro años, a Mas incluso, o leen lo que les da la gana, porque no hay censura, a Marsé por supuesto. El problema es el país donde cada cual quiere vivir, porque quienes tenemos la suerte de hacerlo en alguno de estos, contamos con la posibilidad de hacernos dentro de él un nido a nuestra medida, tanto o más excelente cuanto más difícil de alcanzar y sostener. No es más “real” un programa basura que La flauta mágica retransmitida desde Salzburgo, los dos están a igual distancia en el mando de la tele. Atribuir a un todo que no existe (no hay una “totalidad nacional” excepto en los totalitarismos) lo que es sólo de una parte que debería dejar de existir, es hacer trampas, abortar el progreso ético, aunque comparta uno con JRJ, sólo faltaba, el desahogo de decir de vez en cuando: “Qué melonar”. (Continuará).
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 1 de febrero de 2015]
―Dejad que los cabreros se acerquen a mí ―dijo olvidando las muelas perdidas nuestro señor don Quijote.
RépondreSupprimerEl Quijote comparte con los pastores, entre ellos cabreros, una amigable charla, al amor de la lumbre, sobre las edades del hombre, Los cabreros, incluso figurados, no son incompatibles con Velázquez.
RépondreSupprimerEspaña no es sustancialmente diferente.
RépondreSupprimerQuienes elogian, por ejemplo, a Alemania (su seriedad, su responsabilidad, su iniciativa...) parecen olvidar que hace sólo unas décadas los ciudadanos de aquel país dieron el poder a Adolf Hitler y participaron activamente en un genocidio.
Quienes elogian a Japón (su disciplina, su laboriosidad su progreso técnico...) olvidan que hace las mismas décadas el ejército japonés se alió con el nazismo, bombardeó Pearl Harbour e invadió China y el sudeste asiático.
Los franceses, tras guillotinar a Luis XVI, entronizaron a un emperador (¡viva la coherencia!), al cual -por cierto- siguen venerando actualmente, olvidando que dicho individuo llenó Europa de sangre, y ni siquiera se avergüenzan ante los fusilamientos retratados por Goya.
En fin, ¿para qué seguir?
España no es ni mejor ni peor. Hay cosas que tenemos que aprender de otros, y cosas que otros deben aprender de España. Porque, al final, lo único que sirve es fijarse en quién hace las cosas bien (qué país tiene más prosperidad, cuál tiene menor tasa de paro, etc) y tratar de imitarles en lo bueno (y nunca en lo negativo).
Juan Marse :La Cataluña que tenemos y la que nos ofrecen no me interesan para nada. Es arcaica, provinciana y casi diría que comarcal. No soy partidario de soberanismos ni de independencias .Estoy esperando que me expliquen como seria esa Cataluña independiente. Y España lo mismo ¿ que mas da que me roben los de Madrid que los de aquí¿ Para que cambiar?, ¿ quien me garantiza que estos serian mejores si ya han demostrado que son inútiles?
RépondreSupprimerNunca he leído a Marse pero después de leer su entrevista en ayer
en un diario de Vocento me parece que hablamos de un gran hombre, se dicen muchas cosas que a veces entendemos mal .
¿ España es un país de cabritos ? , yo creo que sí.
Benito P. Galdos estuvo a la altura de Zola, Dickens , Tolstoi, Twain, willian S, nivel máximo. Con Cervantes y Lope , Benito es el mejor y tiene de los dos, los demás juegan otra liga a pesar de ser muy buenos.
Lo que no dice Trapiello es que muchos (legión) NO QUEREMOS VIVIR EN UN PAÍS DE CABREROS, ni en este ni en ningún otro que lo sea. Y como la cosa está difícil de conseguir (ni el hidalgo de los seis dientes ni Velázquez ni Jovellanos van a hacernos olvidar que sabemos que este es un país de cabreros montaraces) es entendible que una minoría de cabreros que han ido a la primaria piensen que acorralándose -ellos y sus cabras- en determinados pastizales (generalmente de regadío), y tendiendo alambres de espino que los guarden de los otros cabreros -estos analfabetos sin remisión- van a tener alguna oportunidad de que sus hijos -por lo menos- no estén condenados a la fatalidad de ser cabreros analfabetos sin otra opción.
RépondreSupprimerAsí de fácil: dentro del cabrerío hay categorías. Al parecer.
No sé qué entrada habrá leído Rob. En la que acabo de leer yo mismo, que es la que figura aquí arriba, se dice que ninguno es un "país de cabreros", aparte de porque todos lo son, porque ninguno es tan simple que se deje definir con una sola palabra. De donde se sigue que Rob NO QUIERE, tal como nos grita por si somos sordos, vivir en el mundo real, sino acaso en uno virtual o quizá en otro planeta. En España nadie está condenado a "la fatalidad de ser cabreros analfabetos sin remisión", como lo prueba, sin ir más lejos, el que tanto él como yo sabemos escribir y leer, aunque él, ya se ha visto, aplique al hacerlo una lógica distinta de la del resto de los mortales, incluso de los que se dedican a otra cosa que el muy respetable oficio de cuidar cabras.
SupprimerAmigo de "arriba", le voy a dar unos datos, puesto que, casualmente, el mundo del cabrerío es una de mis pasiones.
SupprimerEl censo mundial de caprino anda por 764.500.000 cabezas; de las que 174.3000.000 corresponden a China, que es la que encabeza el ranking mundial. En Europa lo encabezan Francia, España y Grecia, por este orden.
Ateniéndonos a estos datos, habríamos de concluir que el país con mayor número de cabreros habría de ser China..., sin embargo jamás he leído o escuchado que este país sea definido como tierra de cabreros por antonomasia. Lo mismo hubiéramos de pensar respecto al papel de vanguardia que ocupa Francia en caprino europeo...; o incluso de Grecia, siendo esta tierra de mitos de pastores, además de faunos, centauros y otros pequeños rumiantes de pezuña hendida: ninguno de los dos, que yo sepa, es tierra de cabreros por definición.
Sin embargo España, con sus 2.892.000 cabras, en el núcleo del bocadillo Francia-Grecia, sí ha gozado del problemático honor de que gente de letras y caletre la haya descrito como "tierra de cabreros" . Luego hemos de llegar a la conclusión de que ello no depende d la densidad de cabreros por kilómetro cuadrado, sino más bien del comportamiento, mentalidad y sesgo históricos de aquellos honrados rústicos hispanos. De modo que aunque, como apuntaba certeramente este señor de "arriba" (me niego a llamarlo "anónimo"), cabreros haylos en todas partes y solo recurriendo a un viaje sideral (como el insinúa) nos íbamos a librar de ellos quienes no deseáramos vivir entre un colectivo tal. Pero es que el quid de la cuestión (y a ello he llegado después de pasarme las noches de claro en claro) estriba en que lo de menos es la cantidad de cabreros, lo de más lo extremadamente montaraz de nuestros cabreros patrios.
Así que al amigo de "arriba" le concedo que en todas partes cuecen cabreros, pero que como los nuestros, pocos.
La denominación despectiva como País de cabreros define muy bien el concepto y el aprecio que tienen el campo y sus trabajadores, el trabajo no es algo apreciado o valorado en España. La cultura gastronómica francesa tiene censados decenas de quesos deliciosos realizados por estos cabreros en el paìs de Diderot.
SupprimerPor no citar al cabrero Miguel Hernández, o a los buenos cabreros que escucharon embelesados al Caballero de la Triste Figura. Pero -a qué engañarse- cuando nos referimos al cabrero, al alma de cabrero, no estamos pensando en la buena gente que cuida el ganado y que nos regala quesos excelentes, no: se trata de un arquetipo que tiene un poso que trasciende a los cabreros. Y nadie con sentido de la estética o de la ética bien entendida tiene por qué ofenderse o salir a romper lanzas por ellos, de sobra saben lo que queremos simbolizar al referirnos a los cabreros. Si nos trasladásemos a lo zoológico o la fábula, habríamos de convenir que también se hacen imputaciones calumniosas a los sufridos machos cabríos, cuando los nombramos para calificar a la mala gente que, puestos a homologarlos con algún animal, mejor les cuadraban los de tigre, hiena, lobo o perro asilvestrado.
SupprimerLos nazis también usaron la tecnología criminal contra niños españoles y gitanos y diferentes, Alemania nunca puede ser lider de Europa, es más se puede prescindir de ellos si el nazismo vuelve a resurgir, ellos fueron parte de la estafa contra los españoles, a mi no me da vergüenza apenarme por el holocausto y defender Israel por encima de terroristas y fascistas . Francia y Reino Unido deben ser los que compongan Europa, contando con Ucrania y con Gracia ( salvo que apoyen a Putin o creen un conflicto en Chipre).
RépondreSupprimerEn Estados Unidos se nos quiere por ser los pioneros que mejor nos portamos con los indios y demás europeos. ¿ Es una casualidad ? : no, se debe a que Carlos III prohibió a los españoles la tenencia de armas en cualquier lugar del mundo, los colonos españoles no fueron belicosos e hicieron mucho bien, pero no pudieron resistir las embestidas de algunas tribus hostiles . Los europeos cristianos protestantes formaban milicias que se enfrentaban y masacraban
Los franceses creen que ellos ganaron la guerra de la independencia, fueron los héroes de las grandes guerras y hacen las cosas mejor que nosotros. La guerra se ganó en Normandia, hubo muchos héroes americanos, como el general Cota en la playa de Omaha, la valentía de aquella gente ya no existe
Por cierto que gran cantaor es el Cabrero, no será mejor que Camarón pero cantando tangos es mejor que Gardel. El Cabrero, genio y fulgura , como se suele decir.
Curiosa (¿delirante?) versión histórica de don Manuel L. Y que Dios me perdone que soy mu malo.
SupprimerNo son versiones, son creaciones Rob, puedo parecer exagerado, pero no miento en datos ni nombres ( me puedo equivocar ), seguro habrá mirado en Google quien es Cota curiosas y delirantes son las películas de los hermanos Marx
SupprimerEs difícil hablar tan bien de los españoles con tan pocas palabras, con su permiso me voy a felicitar don Rob. Que no se pierda el sentido del humor o perderemos la batalla.
Claro que sí, Manuel, claro que sí. Le estrecho la mano.
SupprimerMi infancia está unida al pueblo de mi padre en la provincia de Salamanca. Un pueblo de cabreros, agricultores todos, de casitas bajas alrededor de su iglesia.
RépondreSupprimerMuy temprano, partían con sus cencerros y su ruido hacia el monte. Volvían al atardecer directas cada una a su cuadra llenando el aire de su inconfundible olor.
Y el ordeño...
Nada queda de aquello, desgraciadamente, ni las casas, ni las charcas que ahora son piscinas naturales...
Saludos,
España es un país desgraciado muchas veces. Hemos tenido y seguiremos teniendo figuras destacadas de las artes, de la política e incluso de las ciencias, entre ellos algunos también genios. Pero el común de la sociedad y de nuestras clases dirigentes son más bien tristes, de poca cabeza y ninguna dignidad: dónde está la honradez, la responsabilidad, el rigor en todas sus acciones? Brilla por su ausencia laa más de las veces. Y eso sin entrar a hablar de lo directamente delictivo (hoy mismo salía el recuento de los imputados del PP en Valencia: ya van más de 100). Alguna diferencia con la Europa más civilizada tenemos, para nuestra desgracia. Y de aquí no se salva Cataluña, claro, que no es sino más España. (Y recomiendo leer a Juan Marsé: su 'Rabo de lagartija', al menos, tiene todo un estilo propio).
RépondreSupprimerCon todo, un placer poder seguir leyéndole, admirado Trapiello.
Ya en 1833 escribía Larra en su artículo “En este país” acerca de las socorridas coletillas que los españoles utilizan “haciéndose cada uno la ilusión de no creerse cómplice de un mal, cuya responsabilidad descarga sobre el estado del país en general”.
RépondreSupprimerY en 1899 Emilia Pardo Bazán:
“El fenómeno del indiferentismo desdeñoso hacia la patria no está aquí basado sólo en el regionalismo más o menos separatista; aunque sea ese síntoma uno de los más aparentes de nuestro estado general de atonía, no hay que achacarle toda la culpa ni quizás el mayor tanto de ella. Por estímulos al fin menos explicables que los del particularismo de las regiones; por egoísmos de clase o de bandería; por ambiciones, intereses y codicias personales y bastardas, se ha prescindido aquí de la patria, y arrojado por la ventana su interés y su honra. Y a veces, aun sin que medien reprobables estímulos, sólo por una especie de inercia que delata el marasmo crónico, se mira aquí la suerte de la patria con frialdad, como algo que no importa, que incumbe sólo a los gobernantes; así, merced a la versatilidad de aquellos cuyas convicciones no se basan en nada reflexivo, hemos pasado de la presunta arrogancia con que nos parapetábamos tras la leyenda, al escepticismo acorchado y burlón que no tardará en renegar hasta de lo pasado desconociendo su eficacia para elaborar lo porvenir”.
Ayer escribí y, o bien el aparato informático-represor no tenía tabaco y decidió fumarse mi comentario, o la mano negra de Obama (o la blanca de Rouco) intervino clandestinamente. En cualquiera de los tres casos la sensación de estupor es la misma. Lo más lamentable es que el tijeretazo me haya ocurrido por tercera vez en este amable espacio donde "La Cárcel de Papel" no existe.
RépondreSupprimerEs precisamente la creación de ese nicho torremarfilista lo que invalida la opinión de los escritores como reflejo del devenir de la realidad social. Piensa uno en esto siempre que ve a tipos como Arcadi Espada esgrimir un micrófono
RépondreSupprimerHabría que aclarar que, cabreros todos, los hay rancios, casposos, brutos e ignorantes. Y de estos últimos, demasiados, en unos sitios bastante más apretaditos que en otros.
RépondreSupprimerNo me cabe en la cabeza, que haya quien presuma de llevar un país de cabreros en el corazón. Ni de llevarlo a cuestas, claro.
Lo cierto es que tanto ganado nos produce un gran problema ecológico , pero podríamos reducir el numero de cabezas de forma increíble. Tendríamos que cultivar células madres y mediante su proyección usando una impresora 3D conseguiríamos un trozo de carne comestible, la impresora 3D será imprescindible. ¿ comer está carne nos dará reparos ?: no necesariamente..
RépondreSupprimerEl sistema nos exige demostrar que no somos un robot antes de comentar, esa demostración esta por ver, la pregunta del millón es ¿ hay aminoácidos en Marte ?, si la nave encuentra en este planeta muerto aminoácidos coincidentes con los humanos , seriamos marcianos . Técnicamente yo diría que nuestros aminoácidos vinieron en cometas y meteoritos de otro mundo, también estamos hechos con minerales o metales, si no somos un robot no es descartable acabemos siéndolo.
Yo también Rob, saludos a todos.
No de cabreros,
RépondreSupprimer¿cabritos y cabrones
a la vez todos,
y no solo en España?
Pregunta para 10.
Pregunta remisible a Burgos: al claustro de la Facultad de Teología del Norte de España.
Supprimer[Como dicen los jóvenes: off topic]
RépondreSupprimerAl fin me ha llegado la edición facsímil de Platero y yo. Qué bien he hecho en comprarla, qué buenos ratos me va a deparar. Es una auténtica delicia. Gracias por colgar el anuncio en tu blog, de lo contrario no me hubiera enterado. [Y muy bien por el "prólogo volandero..."]. Un cordial saludo.