EN 1963 McLuhan profetizó que esto iba camino de convertirse en una aldea global. Suponía McLuhan que la televisión, la radio y demás medios de comunicación (ni siquiera había entonces internet) terminarían haciendo creer a la gente que tiempo y espacio se estrechaban tanto como ocurre con la vida de las aldeas. ¿Ha sucedido así? Es posible que la aldea global sea cada día que pasa más pequeña, pero el cementerio que la rodea no es cementerio de aldea, sino una de esas grandes necrópolis en las que todo es muerte.
Muchos nos afanamos estos días en escrutar los libros que nos acompañen durante las vacaciones. Como el acopio lo hago más de libros viejos que de nuevos, la casualidad ha querido que de uno de ellos, hojeado al azar, cayera al suelo una hoja de propaganda editorial. Anuncia en ella el editor barcelonés Luis de Caralt su “Colección gigante”, de la que forman parte esos “10 best sellers internacionales” del año 1963. Paseamos la vista por esos diez autores que gozaron de su celebridad, pero al momento ha de admitir uno, con alarma, que no sólo no ha leído ninguno de esos libros gigantes, sino lo que es peor, el nombre de esos escritores le resulta tan exótico como el que nos encontramos sobre las lápidas paseando entre las tumbas del cementerio de una civilización perdida: Paul Scott (Inglaterra), Onuora Nzekwu (Nigeria), Laszlo Passuth (Hungría), Carlo Coccioli (Italia), Morris West (Australia), Gilles Marcotte (Canadá), Pandelis Prevelakis (Grecia), Will Berthold (Alemania), James Leo Herlihy (Norteamética) y Eugene O’Donnel (Sudáfrica). La alegría al reconocer el nombre de este último fue tan grande como efímera: lo había confundido con Eugenne O’Neil, Premio Nobel. Alguna vez ha repasado uno también la lista de los Premios Nobel y ha tenido la misma sensación: un cementerio global, cosmopolita, en el que esta fuese, gran e involuntario sarcasmo, la frase más repetida: “La literatura no te olvida”.
No querría que el lector de estas líneas sacara una falsa impresión antes de tiempo, que pensara que lo que se le está diciendo aquí es que todo es menos, que las reputaciones gigantes se liliputizan con el paso de los años y que al igual que antaño, los prestigios de hogaño serán en unas décadas polvo, ceniza, nada. Esto ha sido, es y será siempre así, ciertamente, pero por una vez podemos comportarnos como aldeanos y no como cosmopolitas más o menos sobrevenidos. Esperan nuestras vacaci0nes, tenemos ocasión de quedarnos con unos pocos, pero doctos libros juntos, y eso haremos, recordando, los versos de Alberto Caeiro, hermano de Pessoa: “El Tajo es más bello que el río que corre por mi aldea, pero el Tajo no es más bello que el río que corre por mi aldea, porque el Tajo no es el río que corre por mi aldea”. Una aldea con uno de esos pequeños cementerios como los que vemos en Inglaterra junto a una iglesia, a su medida, en un prado verde, y en el que todo sigue siendo vida: niños que juegan entre las tumbas, novios que lo cruzan cada tarde camino de sus citas, ancianos que allí mismo cuidan desinteresadamente de los rosales que plantaron vecinos cuyos restos reposan allí, y que podrían repetir, sonrientes, aquel verso de Unamuno: “El mundo entero es un Bilbao más grande”.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 21 de julio de 2013]
Los best sellers son como los óscars: sirven para saber qué libros no debes leer, qué películas no debes ver. Es verdad que Hollywood ha aprendido algo y ahora las películas oscarizadas no son tan malas, de modo que algunas incluso pueden verse. Pero ahí está "El hijo de la novia", cuyo gran honor es que esos indocumentados no le dieron el óscar. En la última feria del libro de Madrid se vendió más que en la anterior, pero la mayoría no eran libros literarios, sino de famoseo y petardeo. En medio de este panorama hay que refugiarse en los clásicos, los long sellers que son valores seguros. Por eso la gente pasa de jovencitos y vuelve a Zweig, Chaves Nogales y otros autores sólidos con garantía de no defraudar.
RépondreSupprimerY ¿quién demonios es 'la gente' que pasa de jovencitos? Chaves Nogales ¿tiene garantia de no defraudar? Y Vds. ¿como lo saben? ¿se refieren a lo que comentan sus conocidos? ¿tres o cuatro? ¿quince o veinte? ¿Creen que es una muestra válida?
SupprimerEstamos apañados si como solución 'hay que refugiarse en los clásicos'.
¿Qué son los 'libros literarios'? ¿son los buenos?
Cuanta palabreria. Ya son ganas, ya.
Al amigo anónimo no se le ocurre, al parecer, la posibilidad de que si alguien valora un libro por encima de otros lo haga de acuerdo con su propio criterio de lector; tiene que ser cosa de "los conocidos". Si yo considero, digamos, que "La Divina Comedia" es una de las obras mayores de la literatura, ello no se debe a lo que me haya dicho ningún "conocido", sino a mis repetidas lecturas de su totalidad en la lengua original. En cambio, los libros de éxito efímero que él parece defender llegan a su conocimiento, y despiertan su interés (aunque él no quiera verlo) por campañas desmesuradas de publicidad que pretenden justamente sustituir su propia opinión por la que a algunos les interesa venderle. Yo llevo más de cuarenta años leyendo, y en ese tiempo he leído mucho, y de todo. Y a estas alturas no tengo ninguna necesidad de que tres o cuatro conocidos, y menos una abrumadora campaña publicitaria, me digan lo que vale la pena leer; tengo, aunque eso a él le parezca imposible, mi propio criterio. Y, al contrario que él, sé que nunca se acaba de aprender (afortunadamente), y también sé desconfiar de las campañas publicitarias que sólo pretenden hacer caja. Me temo que a él, por lo que dice, esa humildad lectora y esa desconfianza le sean, de momento al menos, del todo inaccesibles. No se preocupe; el tiempo remedia muchas cosas, y por otra parte no todos tenemos que saber de todo.
SupprimerInteresante ver que entre los grandes en 1963 no habia ni tan siquiera uno que esccribiese en castellano. Siempre me ha llamdao la atencion las difrentes relaciones que tienen los protestantes con los cementerios, lugares de paseo y recreo en ocntra de una vision mas escatalogica de los catolicos.
RépondreSupprimerPor cierto que los de Bilbao dicen que ellos nacen donde quieren, por eso debe de ser como todo un mundo.
buenas vacaciones
De Lazlo Passuth leí una novela muy buena o que a mí me gustó mucho, sobre la conquista: El Dios de la lluvia llora sobre México, luego me dieron a leer en casa, de Madariaga, Corazón de piedra verde pero me gustó más la del húngaro. Curioso, un húngaro escribiendo sobre españoles y mexicanos. No sé qué me parecerían ahora casi cuarenta años después. Felices vacaciones.
RépondreSupprimerEl mundo es un vertedero global . En España no hay aficción a la Literatura , llevo 2 o 3 años en esto y estoy decepcionado porque somos pocos , en cambio en America si encuentras afición. Aquí parece que solo es buen escritor el que está muerto , por otro lado hay que recuperar glorias olvidadas ( es de justicia y de agradecer ) , al depender de la Industria difícilmente
RépondreSupprimerun escritor joven español pueda darse a conocer . En cambio Jerome Ferrari ( 1968 ) , profesor de filosofía ganador del Goncourt 2012 ya nos dicen que es un gran escritor y me han convencido de comprar su libro .