25 février 2013

La hedentina

QUE algo huele mal en España, y aun mucho, salta incluso a la nariz menos avezada. Dicho abiertamente: vivimos en la hedentina. Es un chiste muy viejo (no hay chistes viejos, como saben, siempre hay alguien que no lo ha oído). El maestro le pregunta a Jaimito por el ácido sulfhídrico. Jaimito, que ha oído campanas, apenas medita su respuesta y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, como suele decirse, se lanza a responder: “Es un ácido que se caracteriza por su agradable olor”. “Hombre, Jaimito”, le corrige el maestro, “precisamente huele a huevos podridos”. Jaimito no se arredra y le replica como un resorte: “Pues a mí me gusta”. ¿El dinero huele bien o mal?

Recopiló hace años Sánchez Ferlosio una serie de escritos con el título de uno de ellos, Non olet, que tomó a su vez del opúsculo de cierto clérigo del que ignoramos su nombre, oscuro arbitrista granadino del siglo XIX. Contó este una “sobradamente conocida anécdota del emperador Vespasiano” que algunos conocimos por primera vez en el libro de Ferlosio (quiero decir, que no está nunca de más contar lo que creemos del dominio público). “Tito, hijo de Vespasiano, le recriminaba a su padre el cobro de impuestos sobre las letrinas públicas. El emperador le acercó al hijo  el dinero de la primera recaudación preguntándole si le molestaba el olor, y al contestarle Tito, «non olet» (no huele), le replicó «y sin embargo es producto de la orina»”. Naturalmente, Vespasiano tenía razón, pero también la tenía Tito. Si a algo se amolda la pituitaria, y no digamos la pituitaria moral, es a los malos olores. Pasado un tiempo, el sentido del olfato se embota, si acaso la imaginación y la necesidad de salir del aprieto no nos hacen decir que a nosotros ese olor nos deleita, como a Jaimito el del ácido sulfhídrico.

Es probable que al señor Bárcenas la fortuna que ha amasado como tesorero del Pp no le huela a nada en absoluto, pero de ahí a ver a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y a todos sus secuaces, haciendo piña en el papel de Jaimito para convencernos que ellos, tras beneficiarse de los enjuagues y trapisondas de su contable, huelen a rosas, hay un largo trecho. Decíamos aquí hace unas semanas que más reprobable aún que su delito, será acaso la mentira y la arrogancia con que la sostienen, el modo en que han ido inficionando una sociedad próxima al colapso moral. Cada vez hay menos gente que no crea: 1/ que todos los políticos, sin excepción, no son unos ladrones; 2/que no lo es el rey y su parentela; 3/ que muchos robarían, si pudieran. Esto último nos confesó un taxista hace unas semanas: él no robaba porque no tenía dónde y no sabía cómo. Llegados a este punto de corrupción moral, política y económica, la tarea de regeneración se presenta difícil y lenta, y en tantos frentes que resulta abrumadora. Lo más descorazonador, sin embargo, es que el votante español y a pesar de saberlos corruptos seguirá, nos dicen, dándoles su voto. ¿Cuantas veces hemos oído a gente, incluso decente, que iba a votar tapándose las narices? Desde luego que la inmensa mayoría no somos responsables de la hedentina, pero sí, acaso, de haber embotado nuestra pituitaria con una dejadez y frivolidad irresponsables. 
       [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 24 de febrero de 2013]

14 commentaires:

  1. Me sorprende la hipocresía y el cinismo de estas personas, que en su día acusaron a otros (al Psoe por el caso Filesa, al CiU por otros cohechos, etc) mientras ellos mantenían un sistema de financiación (vía comisiones ilegales) probablemente más espeluznante. Seguramente pensaban: "Qué pardillos son. Cómo se han dejado pillar. No como nosotros, que somos mucho más listos".

    Hace falta tener cara dura.

    De todos modos, en el Pp son expertos en salir relativamente ilesos de estas situaciones agarrándose a la prescripción (caso Baleares) o a la ilicitud de las pruebas (casos Naseiro y, posiblemente, Gürtel). No hay que olvidar que en los sectores más rancios de la judicatura siempre habrá alguien dispuesto a echarles otra manita.

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  2. No todos los españoles somos iguales , en el arco Mediterraneo y Madrid la gente vota la corrupción y nos endosan la factura a los españoles que no tenemos AVE ni politicos tan corruptos su fanfarronería y luego oyes hablar a los isidros que ellos son los verdaderos españoles y tal y tal . La incultura es la etiqueta que tenemos y lo que pasa no es mi problema es problema de los corruptos , zarzuelas , judicatura y policías . En fin que estamos dejando de querer a España ¿ Porque ? Porque ella no nos quiere , perder la tranquilidad por un desamor es de tontos y suele acabar en delito . Yo me preocupare cuando llegue el momento , mientras tanto que cada persona defienda lo suyo y no se hagan los deprimidos .
    Ya no quedan caballeros que hagan respetar a una dama . Corinna.
    Saludos

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  3. El embotamiento colectivo salta a la vista. Y quizás esa evidencia hace que nos pase desapercibido, y actúe como un mecanismo exculpatorio de la responsabilidad individual. Darse cuenta del embotamiento propio parece requisito necesario para analizar el estado de cosas.

    Claro, que hay grados en esto de la confusión olfativa, la suprema sería cuando se huele a azahar en un estercolero. O tampoco, en los casos extremos de atrofia del olfato moral, hasta puede ningunearse el aroma de las flores por inoperante.

    El ser humano siempre descuidando las más elementales reglas de higiene, siempre lavando muy bien las variadas caretas; que las máscaras estén relucientes para que den una idea exacta de lo que "somos", de lo que pretendemos que los demás vean. El cinismo más desinhibido como nuevo "valor", o "activo", como dicen ahora roboticamente.

    El sentimiento olfativo, en forma de aceptación o rechazo, puede ser el termómetro que mida la temperatura moral de cada uno. Termómetro que marque los grados que se pueden tolerar sin tener conciencia de la dignidad perdida.

    Dice John Berger en su libro "El cuaderno de Bento":

    «Toda protesta política profunda es un llamamiento a una justicia ausente, y va acompañada de la esperanza de que en el futuro se terminará restableciendo esa justicia; la esperanza sin embargo, no es la primera razón para llevar a cabo la protesta. Protestamos porque no hacerlo sería demasiado humillante.»

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  4. Pues sí, sería lo único que un ciudadano tendría en su mano, directamente, sólo dependiendo de él, para aportar su granito de arena a la regeneración: no volver a votar a un partido que según el sentido común, según todos los indicios, es corrupto, por más que luego aprovechen los resquicios de la ley, o las leyes nuevas que les sirvan para escurrir el bulto.
    Si no se les vota no podrán seguir haciendo de las suyas y en todo caso se replantearán cambiar sus comportamientos. Y en esto de la corrupción no hay ideologías que valgan pues tampoco el dinero, la avaricia, el egoísmo, la desfachatez tienen nada que ver con las ideologías. Eso de que si roban los míos, sin que ese posesivo denote otra cosa que estupidez de fanático, no es igual que si roban otros, hay que desecharlo. Pero ya hemos llegado a un punto de degradación que sólo cabe mirar a este país, a tanta gente de este país engañada y en la ruina, con tristeza y con rabia. Estos políticos no saben con lo que están jugando, viven en su burbuja y desconocen el asco creciente que se está instalando en la sociedad. Si pasa algo gordo, y de seguir así las cosas es muy probable que pase, serán ellos los responsables y no los que llevados por su desesperación se unan a los oportunistas acostumbrados a pescar en río revuelto.
    Basta ya.

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  5. Esta mañana desayunaba con esta publicidad radiofónica:

    "Poder sonreír sin complejos es una garantía de éxito personal y profesional". Clínica dental*.

    Torpes de nosotros... ¡Todo es tan sencillo!

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  6. Bendita sea “hedentina” (léxicamente hablando, por supuesto), pero comprenderá usted que el término “hedentina” suene como muy fino en los viejos oídos de alguien que en su pueblo oyó a personas que al hablar aún aspiraban la h- ( ḥ ) de “hiede” o “hediondo”. Saludos desde el Sur.

    (Mientras la atmósfera siga demasiado ḥedïonda, será no votar, sin duda, la decisión más redonda).

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    1. Pero qué bien suenas
      hediendo tanto, hedentina;
      nos das mucha pena.

      TREBENTINA. (Del lat. "terebinthīna", de terebinto). 1. f. desus. Resina que fluye del pino y de otros árboles.

      TREMENTINA. (De trebentina). 1. f. Jugo casi líquido, pegajoso, odorífero y de sabor picante, que fluye de los pinos, abetos, alerces y terebintos. Se emplea principalmente como disolvente en la industria de pinturas y barnices.

      ~ DE QUÍO. 1. f. Resina del lentisco de Quío, que se emplea como perfume y en la preparación de barnices.

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  7. Voltaire a Federico de Prusia, 25 de abril de 1739.

    "A vos os corresponde destruir al infame político que convierte el crimen en virtud. La palabra político significaba, en su origen primitivo, "ciudadano"; y hoy, gracias a nuestra perversidad, ha llegado a significar "el que engaña a los ciudadanos". Devolvedle, Señor, su antiguo significado.

    Parece que en el milochocientos aun se podía recurrir a una instancia superior solicitando regeneración moral.

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  8. Ante el encadenamiento de acontecimientos la inteligencia se pregunta si no está todo perfectamente programado, como la obsolescencia. Reivindico, entonces, la postura de la tercera España, o sea, la de quienes rechazaron el juego del PP para erosionar al PSOE mientras el barco se iba a pique y ante su fragilidad obtener las máximas rentas electorales, y la de quienes ahora tampoco aceptan la manipulación opuesta, aunque estemos ya cercanos al fondo del mar.
    El problema es que haya tantos estúpidos aceptando la irreconciliable división entre "los que somos demócratas" y los que "sois fascistas y asesinos".

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  9. PROBIDAD es el camino
    Es la palabra mas bonita del diccionario y creo soy el primero que la usé aquí , la aprendi de Borges y nadie la usa , de momento
    Hedentina : me gusta y es lo que se espera de un escritor con tablas , aportar palabras para no resultar manido y ser arriesgado y original .
    chao

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  10. “IMPERATIVO
    hiede (tú) / hedé (vos)
    heded (vosotros) / hiedan (ustedes)”. DRAE.

    "Ora pro nobis..." Socorro pedían ya hasta los zombis.

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  11. Según Cospedal: El dinero si es diferido o simulado entre sálvese las partes es una fórmula válida.Hoy seguramente el dinero, se habría visto distinto... esto huele mal.
    (No me llames Dolores, llámame Lola)

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  12. Toda su filípica depende de que dé usted credibilidad a los papeles de El País. Los poetas deben ser más cuidadosos con las fuentes de sus creencias. Pero seguro que si la justicia no ve nada delictivo en el PP este mismo poeta no escribirá una entrada de disculpa en su blog.

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