24 septembre 2013

Beatus liber


NUESTRAS bibliotecas personales suelen crecer en proporción inversa al paulatino deterioro de nuestras facultades para ordenarlas y recordar dónde pusimos los libros.
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ALEGRE no es lo mismo que feliz. La felicidad no está en nuestra mano alcanzarla, pero sí la alegría.
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LA felicidad es acaso un punto de llegada; la alegría es un punto de partida. En cuanto a la tristeza: estaciones intermedias en la línea; con suerte, sólo apeaderos.

Casa de J.S. 6 de abril de 2013

13 commentaires:

  1. Entre las acotaciones de los conceptos felicidad y alegría queda por definir, a mi modo de ver, el de optimismo. Quizá sea una especie de bisagra que no siempre consigue mantener abierta la puerta de la alegría o sea nada más el simple deseo de abrirla que muchas veces se queda en intención frustrada, como si no existieran ni manillas ni cerraduras.

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  2. A base de alegrías puedes alcanzar la felicidad , pero escasean . A veces hay que conformarse con breves emociones optimistas ( la mayoría son pesimistas ) . Estamos en " tirando " , aunque la gran mayoría se declaré feliz en las encuestas me cuesta creerlo.

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  3. El cerebro humano no está predispuesto a la felicidad sino que inventa continuamente motivos de preocupación, y ello aunque la persona disponga de lo necesario para vivir bien.

    Los millonarios invierten para complicarse la vida o se aficionan a deportes de riesgo para jugársela.

    Y es porque el cerebro surgió evolutivamente para la supervivencia, o sea, para preocuparse por sobrevivir (no para la autocomplacencia) y no puede parar quieto, por lo que siempre desea más y nunca se da por satisfecho.

    Esto explica que la gente pobre sea más feliz, pues su cerebro se preocupa por cosas simples, pero quien tiene resueltas las cosas sencillas, se apaña instintivamente para amargarse y complicar su existir.

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  4. Los libros a veces se esconden de sus dueños en el interior de las bibliotecas, sea por broma o por cansancio.

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  5. “Arrastrando el cascarón”, solía repetir en otros tiempos Antonio Heredia Armada, asturiano. Creyéndola de uso no infrecuente, busco la expresión y sólo encuentro un resultado:

    “Tratados Físicos, Médicos Y Morales, Vida Natura Y Católica: Medicina…” de Diego de Torres Villarroel:

    http://books.google.es/books?id=9_hIAAAAcAAJ&pg=PA395&lpg=PA395&dq=%22arrastrando+el+cascaron%22&source=bl&ots=Dp2GimyDZ2&sig=3itgChKwiW-dfYLGKAnJjZyFfJo&hl=es&sa=X&ei=WzpBUonMLu2V7Ab1zoDgCQ&ved=0CDMQ6AEwAQ#v=onepage&q=%22arrastrando%20el%20cascaron%22&f=false

    Al principio, en los MOTIVOS DE ESTE TRATADO, É INTRODUCCION Á SU NOTICIA,

    « Ea, Señor Torres, desde hoy le cantará otro Gallo… Este es Gallo que le pondrá a Vmd. los huevos de oro como el puño; no hay como echarse sobre ellos… Vmd. Está en pelo, y á buen librar hoy puede hacer un cerro como el de Potosí… ríase del mundo y levante la cresta que le tiene corcovado la mala ventura… ¿Qué quiere hacer empollado en España, donde no le han valido sus Obras ni una Sacristía? Tome vuelo con su pluma, mude muladar, que entre otros Gallos se conocerá mejor la solfa de sus quiquiriquíes…»

    "Mude muladar". Aunque solo sea un rato, las viejas palabras entran a gusto en nuestros corrales y como gallinas empollan de refilón realidades actuales. La expresión aparece en en la página 395:

    « Bien está, voyme á escribir y consolado, pues aunque me canse, no quedará sin lucimiento mi fatiga, porque esta es fiesta de Gallos, y en ellas el que queda mas corrido es el mejor, y puede ser que en la Francia no se cante aquella copla de Mari-García,

    “No quiero que entre
    Tu gallo en mi corral,
    Que pica y muerde.”

    Pues quando nos cacarean desde allá nos darán buena acogida, y aunque soy (no todavía Gallo) sino pollo que traigo arrastrando el cascarón, y solo se me descubren unas plumas de ganso, no tiene remedio, que he de ir á gorgear entre Gallos de todas Naciones, y salga como saliere hemos de echar la solfa, pues por Español siquiera ha de campar mi Gallo; y á Dios, hasta otras Carnestolendas, pues es esta función de corre Gallos, y aunque no es carnaval, es Pascua del tiempo… »

    Adiós, don Diego. ("Función de corre Gallos", eso me temo).

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    1. No había oído en mi vida esa expresión de Antonio Heredia (de nombre más lorquiano que asturiano). De todas formas, en Asturias somos muy proclives a crear sentencias - en general lapidarias y "faltonas"- y vocearlas en público para conferirles una especie de autenticidad que se va consiguiendo mientras se enuncian y la gente paciente las escucha. De esos casos sí conozco muchos.

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    2. Es posible que sea la misma clueca la que incube el pesimismo extremo y el talante más alegre. Quizá se trate, ante el gran cataclismo de la vida, de no echar muchas cuentas a la felicidad, y dejar paso franco a la alegría. Es buen ejemplo de ello el polifacético y quevedesco Diego de Torres VIllarroel; lector compulsivo, escritor, profesor, mago, bailarín y torero, entre otras cosas. Aquí un soneto suyo crítico, pero sin acritud:

      ENGULLE el poderoso rica sopa
      cuando a mí me contenta una zurrapa;
      y siendo el mundo dilatado mapa
      le parece a su vicio estrecha copa.

      Con bordada, sutil y blanda ropa
      el barro humano diligente tapa;
      y a mí me envuelve miserable capa
      y un negro camisón de ruda estopa.

      Ostenta a todos la gotosa tripa
      y puede ser el que mejor me sepa
      a mí la sucia bota que a él su pipa.

      De la humana miseria huyendo trepa;
      pero, por más que puja, anda y ahipa,
      todos somos racimos de una cepa.

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    3. O más asturiano que lorquiano el Heredia de muchos gitanos, amigo José Cancio. Los Heredias industriales del Norte parece ser que otorgaban su apellido a muchos hijos de los quizá pocos pero prolíficos gitanos que trabajaban en sus fábricas del XIX. Hasta Altos Hornos entonces por el Sur… Don Ricardo Heredia (qepd), padre de Antonio y sus trece hermanos, conde de Benahavís… Recibidos todos por Juan XXIII en audiencia a la fuerza familiar... Bien lúcido, antes de morir don Ricardo para despedirse los fue recibiendo de dos en dos. La hermosa Finca de la Concepción a la salida de Málaga, Castillo de Santa Catalina en el Limonar…, de los Heredias por el Sur hasta su venta, como por el Norte sus minas a HUNOSA. El Armada de la madre, doña Victoria Eugenia Armada Ulloa (qepd), hija del conde de Revilla-Gigedo, en Somió o desde El Viso en Madrid le hizo amar mucho a Asturias, pero de una manera más reposada que a España un familiar directo suyo esperado cierta noche por algunos con el curioso apodo de "Elefante Blanco". Pues bendita sea Asturias, y por qué no, España de paso.

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  6. “Libre te quiero (...) Pero no mía, ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera”, decía A. García Calvo en esa canción suya, tan metafísica.

    "Beatus liber", sí, sólo en esos instantes de fusión con lo Otro, con lo que hay por detrás del espejo que nos refleja; cuando conseguimos salir de nuestra piel, para ser, por fin, algo real…

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    1. ¿'Dichoso el libre', BEATUS HOMO LIBER? Y entonces, cómo se diría 'hombre-libro', ¿HOMO LIBER también?

      ¿Un latinista? Tampoco hay que preocuparse mucho: HOMO BULLA, 'burbuja es el hombre', y tras el estallido, para fundirnos con lo Otro no tendremos ningún problema.

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  7. De AMOR FELIZ
    El amor feliz. ¿Es normal ,
    es serio , es positivo ?
    ¿ De que le sirven al mundo dos seres
    que no ven al mundo ?

    Enaltecidos mutuamente sin merecerlo
    Mirad a los felices :
    ¡si al menos se escondieran un poco
    y fingieran agobio para reconfortar los amigos!
    Escuchad como ríen : es una afrentan.
    En qué lengua hablan , parece compresible.
    Y esos ceremoniales , esos miramientos ,
    esas primorosas y mutuas atenciones ,
    ¡ diríase un complot a espaldas de la humanidad !

    Aviados estaríamos
    si su ejemplo se imitara

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  8. Cierto, alegría y felicidad no son lo mismo. Por mucho que se hable de ella, cuando hablamos de la felicidad no sabemos bien de qué estamos hablando. Sin embargo, cuando hablamos de alegría, disposición de ánimo más bien escasa, sí sabemos perfectamente de lo que hablamos; pero, en este caso, no haría falta hablar nada.

    Dice Montaigne que “la prueba más clara de sabiduría es una alegría continua”; ahí tenemos a Sócrates empeñado en tocar a la flauta una difícil melodía antes de morir. Pero sabio hay que ser para preservar ese talante alegre y defenderlo de las pretensiones de felicidad. Si el núcleo de la felicidad es la meta, sería mejor olvidarse de ella y conformarse con ir despejando el camino de los guijarros más incómodos, eso sí, alegremente.

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    1. Introduje el concepto optimismo buscando debatir su definición como bucle y parece ignorarse que su presencia produce alegría y el estado de alegría invita al optimismo. ¿Peldaños de la escalera a la felicidad, ya rastreados en los setenta por Frank Zappa en su celestial composición?.

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