Decir corcel por caballo fue la impecable definición de retórica propuesta por Stendhal hace casi doscientos años. ¿Qué diríamos hoy de alazán, retórica de corcel? Nos lo sugiere los versos de cierto vate publicados ayer en Abc. Al leerlos, no sé por qué, se despertó en nosotros la sospecha de que llevado ese bendito vate a una feria de ganado, sabría distinguir un alazán de un rucio o un potro de una jaca como Villaespesa distinguía nenúfares de nefelibatas. En todo caso algo es seguro: siempre se escribirá, en toda época, esa clase de poesía confitera y académica en la que los alazanes piafan, caracolean briosos y comen nenúfares.
Coda. Por otro lado cree uno sinceramente, para no ser hipócritas, que cada vez que escribimos la palabra vate, tan retórica (escribir vate por poeta lo es), estamos pensando en la palabra vete: "Marcelinico que la grande llevas / y disparates amontonas tantos, / vete a paseo", le decía un crítico de la época a don Marcelino Menéndez Pelayo a propósito de ciertos versos sáficos de este.
http://pitxichusoyelpelao.blogspot.com.es/2014/03/una-de-potros-y-potra-prota.html
RépondreSupprimerpues ni conocia el termino alazan, ni pongo acentos ever....soy un fotograma cocido en barrobado...
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