22 septembre 2012

Una triste historia (1)

FUE Encarnación López, La Argentinita, una de las musas de Lorca y amante de Ignacio Sánchez Mejías. La muerte trágica de este la convirtió en heredera de manuscritos, cartas de sus amigos poetas y libros dedicados por ellos al torero. A la muerte, igualmente temprana, de La Argentinita, pasó el legado de esta a su hermana, Pilar López, también bailarina y coreógrafa, llamada a ser la reina de los escenarios durante décadas. Hace más de treinta años, a punto de publicar en Trieste la poesía completa de Fernando Villalón, cuya biblioteca había ido a parar a Sánchez Mejías, fuimos el responsable de aquella edición, Jacques Issorel, de la universidad de Montpellier, y yo a visitar a Pilar López a su casa. Quería el investigador francés mirar algunos de aquellos papeles. Era una mujer difícil, con mucho mando. No le mostró apenas nada, celado todo con usura. Nadie podía pensar que no pocos de aquellos papeles y otros, más personales e íntimos, llegarían al Rastro como una de esas olas sin fuerza que apenas tienen aliento para rozar nuestros pies en una playa. Entre ellos, esta fotografía. Se ve en ella a Pilar López junto a su marido, el empresario Tomás Ríos. Se la hizo en Nueva York el fotógrafo de moda entonces en Broadway Alfredo Valente, célebre por haber retratado a los artistas y actores más famosos de aquellos años. La foto, de tamaño cuartilla y rota en dos mitades, estaba dedicada. La dedicaron ambos hace más de medio siglo para una persona que jamás la recibió. Los que se deshicieron de los restos que quedaban aún en el piso en el que vivía Pilar López eran inexpertos. Ni sabían lo difícil que es destruir un papel ni que en el Rastro vale todo, incluso los restos de un naufragio. Sobre todo los restos de un naufragio.

Pilar López y Tomás Ríos fotografiados por Alfredo Valente hacia 1950.

5 commentaires:

  1. Consciente creo el Leteo que nace del escaneo.

    RépondreSupprimer
    Réponses
    1. Derribos y rimas.

      Escaneo con Leteo. Pan con alacrán…

      Más sencillo, naufragio con Rastro. Suficiente.

      Supprimer
  2. en el Rastro, ese desván de los pleitos perdidos, se desvelan los siete velos de casi todos los misterios. ¡Fascinante historia!
    Qué maravilloso el apelativo la Argentinita, que suena a cajita de música, por contraste con la actual Argentinota, que suena a evota devota.
    saludos blo

    RépondreSupprimer
  3. Bonita esa labor de rastrear, de seguir rastros, en el Rastro (me ha salido un juego de palabras, sospecho que no muy ocurrente).

    (Hoy en zUmO dE pOeSíA publicamos un poema de Eduardo Mitre.)

    RépondreSupprimer
  4. Interesante el video Ignacio Sanchez Mejias . Màs allá del torero , se puede ver entrando en su pagina .
    Saludos

    RépondreSupprimer