EN otro lugar quedó contado cómo buscó uno durante años una palabra perdida. La había encontrado en un relato de Unamuno, tan preciso siempre. Nombraba él esos hilos de tela de araña que van sueltos por el aire, como lianas de una selva inconsútil. La busqué mil veces en aquel libro y en otros suyos, donde creí poder hallarla, pregunté a unamunistas célebres y filólogos. Nadie la conocía. La empleaba Unamuno en una expresión popular, para indicar que alguien lleva a otro tan dócilmente que basta ese hilo sutil para conducirlo. Por fin, un día, volviendo al libro originario, comencé a buscar por el final (hasta entonces la impaciencia le hacía desistir a uno antes de terminarlo), y allí, en la última página precisamente, estaba: baba de buey. No era una palabra, sino tres.
Algo parecido me ha sucedido estos últimos años con la inscripción latina Horas non numero nisi serenas (Sólo marco las horas apacibles), que se lee en algunos relojes de sol. ¿Dónde la vio uno por primera vez hace más de veinte años? Ayer, releyendo Le piéton de Paris con el fin de escribir un prólogo para su edición española, se aclaró el misterio. En el capítulo dedicado al Jardin des Plantes nos dice Léon-Paul Fargue que esa es la inscripción que figura en el dintel de la puerta de entrada de ese jardín botánico. De golpe me ha venido a la memoria cómo, cuándo y en qué edición de ese libro la leí por primera vez, y sí, he dormido tranquilo, como el que ha logrado domar su propio caos. Hasta que vuelva uno a perder de nuevo dónde y cuándo y de nuevo el azar, con una baba de buey, me lleve otra vez a ese pasaje.
El Rastro, 21 de septiembre de 2014 |
Unamuno habla de la baba de buey en uno de sus Monodiálogos, titulado "Divagaciones al pie de una encina" (ed. Austral, pág.195). Ahí remite a La agonía del cristianismo, donde también habla de ella.
RépondreSupprimerEn tan bonito el párrafo al que alude SFS que merece la pena copiarlo.
Supprimer"Y recordó ese precioso dicho de las mujeres del pueblo campesino cuando dice alguna de su marido; "el mío es tan bueno que se le lleva con una baba de buey"... Y aunque a las veces piense, al decirlo, en la baba salival del buey de arado y no en la otra, dice aun sin saberlo, que al hombre bueno se le lleva con hilo de las entrañas."
En esa situación, de busqueda de aquella expresion... aquel palabro... me veo envuelto con bastante asiduidad ¿donde lo vi ? ¿donde lo lei ? Invierto mucho tiempo en su recuperación..
RépondreSupprimerDichosa obsesion. Maldito síndrome (anancástico)
La presentadora vio en el dintel Q.e.p.d. e interpreto las iniciales de un firmante enigmático. Las hay muy rápidas y los hay muy lentos.
RépondreSupprimerEncontrado en internet en la “Revista de Folklore”. Expresiones coloquiales en Tierra de Campos.
RépondreSupprimerBabas de buey: especie de hilos que se unen en los caminos y son señal de lluvia.
"Baba (de) toro" en la Mancha conquense en que yo vivo (por aportar un dato dialectal).
RépondreSupprimerEste Agosto me acordé de sus relojes de sol, cuando vi los dos que hay en el claustro del Monasterio de Poio...
RépondreSupprimeralgunas veces quizás se pierda el hilo de la conversación, pero los hilos, esos hilos, los hilos que se pueden seguir están ahí, perfectamente reconocibles
RépondreSupprimeraprovecho este espacio para comentarle dos puntos:
en el artículo del 'Magazine', usted habla de voladuras, y yo usé este término en mi blog y le añadí además el concepto controladas, porque de eso creo que se trata, de una estrategia calculada
y la entrada de hoy es un maravilloso regalo!
un abrazo