UNO de los muchos prodigios que ha propiciado el Quijote, y desde luego no menor, no es que de él se hayan dicho y escrito más cosas que de ningún otro libro, si dejamos a un lado la Biblia, sino el hecho de que en casi todas ellas lata una verdad y hallemos en casi todas el rastro de una profunda emoción, incluidas naturalmente aquellas erudiciones inanes y disparatadas que también se han ocupado .de aquel hombre, más de carne y hueso que de papel. Quiero decir, que no hay nadie que no se haya acercado a ese libro y que no se haya mejorado por su secreto poder taumatúrgico. Así se siente, al menos, uno. Como uno de aquellos cojos que después de ser curados por Jesús, salen corriendo, las muletas por alto y haciendo castañetas con los talones. Y si algunos de ellos ni siquiera volvieron a darle las gracias, no fue por ingratitud, como se nos dice en el evangelio, sino por haberse transtornado pasajeramente con el prodigio y hallarse ya a muchísimas leguas del lugar cuando al fin detuvieron su carrera.
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SE hablaba ayer de algunas palabras que se nos pierden, y ayer mismo aquí se nos daban algunas que merecerían guardarse. No acaso petricor, pero sí herrete, recazo o fosfenos, utilísimas, por no hablar de tenesmo, a cierta edad cosa muy seria, aunque en este caso uno prefiere la de siempre, pujo, como por no salir del campo asociado uno prefiere portañuela a la que usamos.Foto: Rafael Trapiello, 2014 |
―Fíjate lo bien que he aprendido a hacerlo ―dijo satisfecha la Araña al Cielo.
RépondreSupprimerBrillante prosa que es una lección para un aficionado a la escritura como yo. Detecto, por demás, cómo en la actualidad agnóstica y descreída permanecen subyacente y muy profundas las referencias cristianas aprendidas en la niñez, incontenibles en la espontaneidad.
RépondreSupprimerEnhorabuena otra vez, Andrés.
Para prosa brillante la suya, no me creo sea aficionado, si le dicen que es un pedante y un adulador no lo crea, yo creo que sus enhorabuenas son sinceras. Un abrazo José
SupprimerMuy amable. En efecto los elogios a la prosa de AT son los sinceros y espontáneos que surgen de la admiración. Perdón por la ausencia de tildes, pero escribo desde el movil.
SupprimerPara no repetir mucho “petricor”, la wikipedia riza el rizo con otro término al mismo tiempo científico y bien sonante, « “geosmina”, que significa en griego ‘aroma de la tierra’…, una sustancia química producida por la bacteria “Streptomyces coelicolor”, también conocida como bacteria de Albert, y algunas cianobacterias, las cuales se hallan en el suelo y son perceptibles típicamente cuando la tierra se humedece; por ejemplo, cuando llueve. Algunos hongos filamentosos, como “Penicillium expansum”, también producen geosmina. Su fórmula es: 4,8a-dimetildecalina-4a-ol o 4,8a-dimetil-decahidronaftaleno-4a-ol. »
RépondreSupprimerA esto es a lo que hemos de llamar "detalles exactos". Muy reconocido. Geosmina está muy bien. Es del palo de girinos (aquellos zapateros que caminan las aguas). Para los poetas agropecuarios como yo, impagable. Saludos.
Supprimer“Los girinos tejían sus sombras en el fondo”… de alguna poza del “torrente de agua clara” (por Cazorla ayer): jo…
Supprimer“Aquellos zapateros que caminan las aguas…”. Poeta agropecuario mucho mejor, usted. Saludos y gracias.
Petricor... qué desilusión saber que el olor de la lluvia tenía un nombre específico y que resultara ser este feo vocablo, que suena a rama secundaria de famoso gran almacén.
RépondreSupprimerLas cuatro que mencionas son, sin duda, las mejores. Sangradura también es muy buena. Estepicursor, en cambio, me parece la peor de todas las opciones para decir rodamundos.
RépondreSupprimerPUJA. Pujo de la preñada hasta el “¡EMPUJA, EMPUJA!”.
RépondreSupprimer¿Y no es sino el recorrido de palabras el verdadero viaje?
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