SE le le pedía a uno de forma perentoria:
El 09/12/2014, a las 8:00, Geli Fons. Carles escribió:
El 09/12/2014, a las 8:00, Geli Fons. Carles escribió:
Distinguido Andrés Trapiello:
Disculpe que le moleste. Seguramente, ya debe haber leído la entrevista que publica hoy el diario al prestigioso (y siempre polémico) Harold Bloom. A raíz de un par de aspectos que comenta, me piden desde la redacción de Madrid –para publicar en la edición nacional– que preguntemos a gente cualificada qué piensa al respecto.
1) Dice Bloom: "Hoy no existen los poetas: son versificadores". ¿Está de acuerdo?
2) Dice también que no existe hoy la crítica porque la mayoria de los críticos no lo son: "Se trata de periodistas, ideólogos o propagandistas: no me interesa la gente que ostenta una opinión sin conocimiento...". ¿Está de acuerdo en ello? La proliferación deestos "opinadores", que no críticos, lo ha empeorado internet?
3) Dice también Bloom: "No hay nada radicalmente nuevo en la literatura actual". I añade: "Leemos basura" en todo el mundo. Tiene la sensación de que quizá hace tiempo que no ha surgido una gran obra capital para la evolución de la literatura? Quizá se produce en exceso y eso va en detrimento de la calidad? Quizá los escritores tienen hoy una mala 'preparación' (bagajes de lectura, formación incluso 'gramatical') en relación a sus predecesores?
4) Dice Bloom que Joyce, Kafka i Beckett són los últimos de una gran saga, que "Borges es fascinante, pero no creador"... Y, desde entonces, el erial, casi...
5) Ha detectado o leído usted alguna obra o autor radicalmente nuevo o que podría serlo pronto?
Y se le respondía una hora después. Aunque vistos los resultados hoy en el periódico, supongo que habría sido mejor haber recordado a Julio Camba o a Azorín (que decían aquello de que las entrevistas las hace uno y las cobran otros). Sobre todo viendo en qué quedó en papel.
La literatura puede ser un asunto serio, pero no en manos de Bloom. La editorial que editó su conocido "canon" me envió ese libro. Lo miroteé, y vi que no escapaba de su escrutinio ni la literatura en catalán. Leí esos párrafos por curiosidad. Hablaba de ella con la misma autoridad que de la inglesa, pero saltaba a la vista que no tenía ni puta idea de lo que hablaba. Es obvio que alguien, en algún departamento universitario americano, le había dictado todo eso. No sé si en la literatura que conoce mejor sus opiniones tienen algún interés; en la que yo conozco bien, mejor que él desde luego, ninguno, me parecieron todo tópicos baratos y frases de repertorio, de un jesuita, como las del padre Ladrón de Guevara, el de Novelistas malos y buenos. Lo suyo es lo mismo cien años después.
1) Es obvio que Bloom tendría que cambiar de lecturas. Desde Homero, no ha pasado ni un sólo día en el que alguien, en un oscuro rincón del mundo, no haya escrito, cantado, pintado, compuesto algo que no merezca el nombre de poesía, de gran poesía. No hay nada en la literatura que sea inabordable, todo sucede en el plano de la intimidad. Lo universal lo es porque puede ser particular. Lo grandioso tiene algo de doméstico, lo pequeño puede ser inmenso. No es "mejor" Shakespeare que San Juan de la Cruz.
2) No sé qué entiende por crítica. Por otro lado, ¿cuándo no ha sido venal y mediocre, como él dice? Y sin embargo siempre ha habido unos cuantos faros. Como en todo, cada cual busca los suyos. Y no olvidar que un pequeño faro es de la misma utilidad para el gran transatlántico y el bote de pescador.
3) Tiene razón Bloom: la prueba es él mismo. Nada nuevo. No sé qué idea tiene de las "obras capitales". Al ser americano, debe pensar que han de irrumpir como las mayoretes, a bombo y platillo.
4) ¿Y por qué esos tres y no otros? Bah. Los maestros de Van Gogh tal vez sean pequeños en la historia del arte, pero fueron grandísimos para Van Gogh. Quiero decir, que no hay autor pequeño en manos de un gran lector, ni uno grande al que no empequeñezcan tipos mediocres como Bloom.
5) No hago otra cosa cada día. Conocidos y desconocidos. Si hubiera dependido de Bloom, Emily Dickinson nunca se hubiera editado, no le quepa la menor duda. Porque se diría que sabe de todo (mercado, cotizaciones universitarias, escalafones, modas, fluctuaciones), menos de literatura. Debería recordar aquella frase: humano es ocuparse de las cosas y no medirse con los demás, ni medir a los demás unos con otros ni pasarse la vida midiéndosela a todo el mundo. Hay algo pornográfico en todo eso.
―¡Por algo me llamo Bloom! ―siguió gritando el gordinflas. Pero nada floreció.
RépondreSupprimerCogiendo el rábano por las hojas, y con todas las disculpas achacables a la urgencia periodística: ¡qué mal se expresa el señor Carles Geli en castellano!
RépondreSupprimerHoy hay que decir que a AT le asiste toda la razón en su crítica a HB.
RépondreSupprimerLo que no entiendo es por qué se da tanta importancia y tanta "cancha" a personas que claramente no las merecen, como el tal Bloom. Afortunadamente esto ya es casi historia, pues gracias a Internet los santones (en la literatura y en las otras áreas de la vida) han perdido todo su predicamento. El error es de la redacción de El País por dar pábulo y realce a ese señor. Me fío mucho más de las opiniones "de a pie", legibles en blogs literarios y en las webs de clubs de lectura, que de esos críticos pontificantes y por fin desacreditados.
RépondreSupprimerYo creo que Bloom se estará descojonando de risa por el revuelo que ha causado. No hay que responder a esas boutades, o "bloomtades". En todo caso tienen el mismo valor que cuando el abuelete decía "como Galdós no hay ninguno". También lo decía de Iríbar.
RépondreSupprimerEl abuelo Mallarmé era más fino: "Ya he leído todos los libros, y la carne es triste".
Querido Andrés. Es usted injusto con el señor Bloom. Dice que ha "miroteado" su "Canon". Pruebe a leerlo. O lea, mejor, cualquier otro de sus libros, por ejemplo su "Anatomía de la influencia", que yo juzgo mejor que el dichoso "Canon". Dice que Bloom no editaría hoy a la Dickinson, pero ha escogido un mal ejemplo. El señor Bloom le ha dedicado páginas bellísimas, de crítico poeta. Creo que ustedes dos podrían tomarse amigablemente uno o dos cafés, y que se entenderían. En la cruzada de Bloom contra la corrección política y su injerencia en el juicio estético creo advertir afinidades profundas con el autor de "Las armas y las letras".
RépondreSupprimerAprovechando sus maduras redondeces el bueno de Bloom descubre a la ignorante humanidad la posible cuadratura del círculo. Lo que no se comprende es que estos saltimbanquis consigan el favor mediático y lleguen a convertirse en iconos capaces de originar autos de fe para divertirse con el papanatismo.
RépondreSupprimerH.B.: un representante típico del capitalismo, el culto a la personalidad, la competitividad, el industrialismo académico y cultural, el sensacionalismo y tantos otros vicios del sistema norteamericano.
RépondreSupprimerA propósito de las burradas solemnes de H.B. puse esto en facebook:
RépondreSupprimer"Harold Bloom, con su tono irrenunciable de santón que se ha creído que de verdad es un santón: "No creo que haya nada radicalmente nuevo en la literatura actual".
De lo que se deducen al menos dos cosas: que ha leído toda la literatura actual -de todas las lenguas y países- y, sobre todo, que da por hecho que puede existir algo "radicalmente nuevo", lo que a estas alturas resulta bastante improbable -y bastante innecesario también- no ya en el arte literario, sino incluso en el mecanismo de las ollas exprés o en la elaboración de ensaladas.
A veces, las visiones universalistas sólo sirven, en fin, para camuflar al pueblerino infatuado".
Pienso que Bloom es más que eso que se dice arriba. Sobre lo que escribe y lo que no, por ejemplo en el prólogo de su La ansiedad de la influencia" justifica quién y por qué.
RépondreSupprimerPor otra parte, siendo norteamericano, no puede obviar sus querencias para con toda la tradición judía y de ahí tmucho de la lógica de su pensamiento.
Bloom sí, Bloom no... Probemos a orientarnos. En el Japón: “Me gustaría mencionar mi recuerdo de una guía turística japonesa que daba, primero, significados exactos, uno por uno, para las diferentes rocas en un famoso jardín de piedras, y luego continuaba agregando: «pero estas piedras también son bellas porque siguen acercándose a nuestros cuerpos sin nunca llegar a presionarnos»”. En un mutilado "ebook google" leída al azar, lo que esta frase dice quizá tenga algo que ver con la entrada de hoy y con muchas otras humanas entradas y salidas.
RépondreSupprimerLa primera obligación de un critico es la sinceridad ( Reich Ranicki).
RépondreSupprimerTomas Mann dijo : El poeta que fracasa frente al problema humano, planteado bajo forma política, no es solamente un traidor del espíritu, sino además un hombre perdido. Su perdida es ineluctable.
Pierde su fuerza creadora, su " talento" y ya no habrá nada duradero, su obra anterior aunque no lleve la marca de su falta y haya sido buena, dejará de serlo.
Hay muy buenos escritores pero les subvaloramos, muchas veces por discrepancias políticas, y es que literatura y política son inseparables.
Vaya, pues a mí como lectora me gusta opinar y elegir los libros que me gustan o no una vez leídos, incluso dar mi opinión (que no debe ser una crítica). Sólo un aspecto personal.
RépondreSupprimerNunca me definí como buena escritora, ni se me ocurriría ¡vaya por dios! que soy consciente de muchas cosas; también se debe a mis exigencias conmigo misma. No podría definir por qué escribo. No voy a decir esa chorrada que de niña ya lo llevaba en la sangre, aún si mi corazón tinta bombardeara.
Tuve la curiosidad de buscar información que imagino que muchos ya saben:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_cr%C3%ADtica_literaria
¡Qué fácil lo pone Harold Bloom ofreciéndo de esta manera (a su manera) su propia definición del por qué de las cosas:
http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3mo_leer_y_por_qu%C3%A9
Que aunque no se equivoque en los buenos escritores a los que se refiere, no deja de ser él mismo el que se halaga. En definitiva: él mismo (ego).
Soy aprendiz, novata, pero con muchas ganas de aprender. Y no me siento ofendida ni mucho menos, pero resulta que mi personalidad es tal y como este señor la describe:
La personalidad del lector y una vuelta a la subjetividad de los sentimientos acendrados y los pensamientos profundos:)
Lo mismo esto en mí, en vez de ser una cualidad, es un chispazo literario sin importancia que debo de olvidar y dejar una de dos, olvidar lo que dicen algunos o seguir adelante.
¡Vaya qué lío!, leía hace tiempo no recuerdo en qué libro que muchos escritores de hoy en día "la mayoría" querían parecerse a los grandes " una minoría" de clásicos de toda la historia. ¿Será él uno de ellos?.
Saludos
Para H. Bloom sólo existe el bardo de Avon. Los demás, son aficionados...
RépondreSupprimerYo he leído con interés varios libros de Bloom. Creo que ha leído mucho, y con indudable inteligencia; y que sabe exponer sus ideas. No es poco. Pero tiene, a mi modo de ver, un defecto grave: su tendencia a generalizar experiencias del todo particulares y limitadas. Y a creer que lo que mejor conoce él mismo es, siempre y precisamente, lo que más vale la pena conocer. De ahí, por poner un solo ejemplo, que en la lista de lecturas que cierra su "Canon occidental" no aparezcan ni Garcilaso ni Rulfo, y en cambio sí lo haga "Mujercitas", de Louise May Alcott. No sé cuántos lectores habrá que, conociendo mínimamente las tres cosas, piensen como él; pero yo no confiaría demasiado en el criterio de semejantes lectores.
RépondreSupprimerCreo que las personas extremadamente exigentes, exponen ideas demasiado arriesgadas. Son bastantes extremistas.
RépondreSupprimerEn fin, un poco de "humor" a esta vida tan así:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/monte/el_mono_que_quiso_ser_escritor_satirico.htm