AYER se colgó en Jot Down esta entrevista que le hicieron a uno Marcos Abal y Ernesto Baltar. Los responsables del asunto barajaron algunos titulares, unos se descartaron y otros figuran como tales. Remiten todos ellos a palabras mías. Van aquí a modo de descartes, aunque algunos estén fuera de contexto. Los curiosos pueden verlo completo allí. Y pido disculpas por su extensión.
"Me sigue pareciendo extraño que de los millones de fotografías que hay del Rey, no se le vea en ninguna leyendo un libro."
"Me parecía más necesario que nunca reescribir la historia de la literatura española; había que empezar de cero y releerlo todo otra vez."
"Un escritor está siempre a la intemperie".
"El mayor fracaso de la oposición al franquismo fue que se demostró nútil para derrocar al franquismo."
"Yo tenía buena y mala suerte. Mala porque siempre acababa, no sé cómo, en los peores sitios, y buena porque me echaban de ellos."
"Nadie esperaba nada de nosotros, o por lo menos nadie esperaba nada de mí."
"Dejé de decir que era de izquierdas cuando me di cuenta de que hasta eso les molestaba."
"Mi vida no da para una novela, tampoco para un diario."
"Hay que ser absolutamente otro."
"De un lado para otro, esa es la vida. Y todo eso sin moverse del rincón donde estás, en el que te ha puesto la vida".
Foto: Guadalupe de la Vallina (Jot Down), 2013 |
La entrevista completa muchas cuestiones que aparecen en los diarios, pero al aparecer así, en orden cronológico y en detalle, el relato resulta casi épico. La parte en que explicas que Las Viñas y Ramón Gaya te ampliaron la forma de ver el mundo es muy emocionante, quizás porque me he planteado a menudo cómo tu visión de El Quijote ha condicionado la mía. Cuando dices sobre R. G. que el arte es una forma de salvación, y a partir de un comentario de M. en el grupo de tus lectores en fb, se me ocurre que mucho de lo que escribes parte de eso, del intento de salvar algunas cosas antes de que se pierdan para siempre (otras vidas, otros escritores… tuve esa sensación al leer ‘Las armas y las letras’). El Rastro tiene también algo de eso, imagino, de salvar in extremis objetos y recuerdos.
RépondreSupprimerValle-Inclán decía en "Luces de bohemia" que el único rincón francés en "este corral de cabras que es España" de Madrid era La Moncloa. Vivimos en en país atrabiliario, hortera y destartalado que hace de lo inútil un arte y ese rey que nos puso Franco es la viva imagen de este desastre que nos lleva a todos hacia el culo de la historia.
RépondreSupprimerSiendo cierto lo que dijo RVI sería conveniente recordar que él era uno de los mejores especímenes de bóvidos en los que resumía España. Hubiese sido un gesto de grandeza reconocerlo y le habría dado mayor empaque a la afirmación.
SupprimerNo le demos tanta importancia al monarca, un personaje que, paradójicamente, resultó casi imprescindible para que no se encrespara la corrala. Más o menos eso opinó hace poco Felipe González y estoy completamente de acuerdo, como también creo que aquí nunca prosperaría la República. En realidad somos monárquicos que no queremos rey y cuando no lo tenemos lo añoramos. Así ha sido siempre, no hay más que recordar la convulsión constante del diecinueve.
SupprimerEn cuanto al desastre actual, caer en la tentación de que los culpables absolutos son los otros (usted no lo dice abiertamente, pero yo sí), impedirá extraer las duras conclusiones que nos ayuden a no volver a incurrir en los mismos errores.
He leído entera la entrevista y yo también creo que el miedo fue el principal motor de la transición. El 15 junio 1977 la gente votó UCD porque le parecía demasiado radical y rupturista votar al PSOE, pero luego se asentó la confianza, siendo llamativo que tras el intento golpista de 23 febrero 1981 la gente votó al PSOE (28 octubre del mismo año) dándole una mayoría absoluta de 202 diputados.
RépondreSupprimerLo que vino después fue un gran desencanto, que todavía perdura y se ha ido acrecentando.
El ingreso en la U.E. (1985) fue un espejismo y ahora mucha gente tiene la sensación de que se ha vuelto en contra. Hay la percepción de que el modelo se ha agotado, y tiene que venir otra cosa.
La sociedad ha de tomar el protagonismo que no ha tenido, y la irrupción de Internet facilita mucho las cosas en esta dirección.
Debe surgir un movimiento europeo transfronterizo que homogeinice las leyes (fiscales, laborales, administrativas) y las condiciones de vida en todo el territorio de la U.E. Es la única esperanza.
En todo este recorrido hay, como siempre, una sombra sucia, que es la terrible tenaza del nacionalismo: ese cáncer corrosivo del género humano.
Al igual que la transición estuvo jalonada por los asesinatos de ETA, ahora estamos sometidos a las tensiones secesionistas de Mas en España (y de Escocia en U.K. y de Flandes en Bélgica). Además, dentro de la U.E. hay voluntad rupturista en un amplio sector de la población británica, que incluso se plantea abandonar la U.E.
Es un panorama descorazonador, pues estas fuerzas centrífugas trabajan en contra de solucionar los problemas.
Me releo y me doy cuenta de un error. Las elecciones que dieron por primera vez mayoría absoluta al PSOE fueron un 28 octubre, pero no de 1981 sino de 1982.
RépondreSupprimerPor otro lado, el miedo fue también la causa de constitucionalizar la monarquía (restaurada por Franco para después de su muerte en la persona del nieto del último rey -Alfonso XIII-). Y ello con el fin de no abrir un debate de mayor complejidad, y también para evitar una vuelta formal a la II República (de tan infausto recuerdo).
También en la voladura de la II República las zarpas nacionalistas tuvieron mucho que ver, pues sin ellas muchos militares no habrían dado el paso de sumarse a la insurrección. De hecho, Franco había dicho a Sanjurjo y Mola que no apoyaría el levantamiento en tanto no peligrase la unidad de España.
(Con esto no legitimo en modo alguno el levantamiento, ni mucho menos la carnicería que le siguió en la guerra y en la postguerra.)
Pero en fin, nunca sabremos qué habría pasado sin las tensiones secesionistas de los años 30, como tampoco conoceremos qué habría ocurrido si el bando republicano hubiera ganado la guerra civil. ¿Se habría implantado en España un sistema comunista satélite de la URSS, como los que tras 1945 se establecieron al este de Europa?
También he leído la entrevista entera y que decir, leer a Trapiello me caausa adicción, y en la entrvista he sentido algo parecido.
RépondreSupprimerSolo un inciso, leí hace años El Buque fantasma, soy de la edad de Andrés y viví esa época de forma muy similar, solo que yo en Bandera Roja y en Valencia (por cierto en Bandera Roja éramos mucho menos dogmáticos que en la ORT, cuando intentaron hacernos maoistas me fui). Creo que ese tiempo de la clandestinidad no es tan negativo como lo califica Andrés en la entrevista. Teníamos muchas ilusiones y creíamos que podíamos cambiar el mundo. Sí ya sé, fue solo una ilusión, pero hoy veo a mi hijo de 27 años y ¿cual es su ilusión? Estamos abocados a una sociedad injusta y terrible y nadie parece que tiene ni fuerzas ni ilusión para intentar cambiar la inercia.
Yo también viví aquellos años de muchas expectativas, aunque con intensidad contenida. No porque no fuera soñador, defecto que sigo teniendo, sino porque la juventud no me restó la lucidez suficiente (con perdón) para ver en aquellos ORT, PTE, LCR, unos dogmáticos iluminados que muchas veces escondían tras la romántica utopía luchadora una mezcla de esnobismo guay y acidez retórica implacable con quienes no aceptaran sus postulados, descalificándolos enseguida como vendidos a la izquierda reaccionaria.
SupprimerRecuerdo toda esa época con cierta vergüenza y hasta con sensación de ridículo ajeno, ante tanta panoplia dialéctica ahumada de prejuicios y tanta uniformidad de atuendos, dichos y costumbres que agarrotaban al disidente con mil y un remordimientos.
Sí, me ha gustado la entrevista, y en particular el reconocimiento sincero e infrecuente de haber depositado excesivas ilusiones donde no las podía haber porque los sueños y las pesadillas nos venían dosificados desde el exterior, como siempre le ocurrió a nuestro destino político y le seguirá ocurriendo.
Respecto a la anécdota parisina compartida en un barco por Alberti, Bergamín y Pemán, aún la sigo saboreando. Ocurrió, si la memoria no me confunde las fechas, años antes del envío de la famosa foto dedicada a Ilya Ehrenburg, con ese inolvidable texto: "Los mejores años de nuestra vida". Cuánto farsante ha llegado hasta nuestros días envuelto en brillos inmaculados y qué reacios son todavía muchos bobos a aceptar haber sido víctimas del engaño.
Me gustan las frases , tienen ese punto de sencillez que no tiene los " aforismos " . En los últimos años del fascista y transición la gente no tenia ningún tipo de miedo , no estaba alienada por la adición a la tecnología y al dinero , después de hacer 18 meses de mili no salías precisamente hecho un mojigato y la gente se enfrentaba a la Policía . La perdida del nexo con la naturaleza es proporcional a la falta de valentía y fidelidad . ¿ Los Electos ?: de bigote . Si se avanzó mucho en la erotización de la sociedad
RépondreSupprimerChao
Es una pena que se haya perdido el cine anarquista ( aqui se habló de un film de Carlos Garcia alix , excelente por cierto ) , la prostitución se trataba como un trabajo , los personajes snifaban con naturalidad , era rompedor . Aurora de Esperanza(1936 ) de Antonio Sau e interpretada por Felix de Pomes influyó en artistas como Bertolucci o Fellini .Estupenda entrevista
RépondreSupprimerMuy buena entrevista, todo lo que dice sobre la trasición, el rey y su papel en el cambio como la continuidad del Estado que había decidido Franco. Es valiente su análisis y de agradecer escuchar a un escritor que piensa que la figura tutelar y paternalista que encarna la monarquía ha sido un lastre de infantilización de la sociedad española. Todo el mito de la unidad de España dada por la monarquía es un poco el cuento de disneylandia que mantiene y afianza el Estado de las autonomías, las diferencias regionales elevadas a reinos indispensables y nunca España ha estado más fragmentada. No he leído sus Diarios pero su blog es una experiencia de lectura apacible, tranquila e inteligente que le agradecemos mucho.
RépondreSupprimerMe gusta lo que dice sobre música en la entrevista. No sabía que tocara el piano y que hubiera estudiado solfeo, piano y algo de composición. A lo largo de los años me he acostumbrado a que escritores, cineastas, pintores... a los que admiraba por su trabajo artístico me decepcionaran cuando declaraban sus gustos musicales, cercanos, muchas veces, a música con minúsculas muy pequeñas. Félix de Azúa es una excepción, y usted creo que también. Soy profesor de piano y por eso suelo fijarme en eso. Gratamente sorprendido, eso es lo que quiero decir.
RépondreSupprimerUn saludo