HACE dos meses encontré esta foto en el Rastro, y la compré pensando en traerla aquí hoy. Vienen escritos al dorso cuatro nombres: "1: Teresa Gaztambide. 2: Delfina Gener. 3: Ángeles Cienfuegos. 4: Carmen García del Cid. Función a beneficio de los pobres en el Liceo".
Probablemente esas ángeles anden hoy gozando buenamente la gloria, no así los pobres, que acá siguen penando lo suyo. Pero no es este un día de mirar otra cosa que no sea la buena voluntad.
Foto El Louvre, Málaga. ¿Años 20, 30? Acaso algún amigo malagueño conozca la novela de estas mujeres, y aún más, quiera contárnosla. |
Por nombre y época parece que la n4 se casó con Rafael Esquivas , presidente del Circulo de labradores y propietarios de Sevilla y tuvo 4 hijos , la 1 supongo que será familia del músico navarro , claro que no soy de Málaga ( preciosa ciudad )
RépondreSupprimerAndrés, muchas gracias por dedicarnos parte de tu tiempo incluso en plena Navidad.
RépondreSupprimerPara remediar de verdad lo remediable, la voluntad no debiera ser más que voluntad: ni buena ni mala. Mucho más que los ángeles las ángeles suelen estar dotadas de esa voluntad a secas que hubiera podido ser muy remediadora (de 2492 a 2525 mejorará la cosa). Pero el tremendo fervor de las maternidades, física o religiosa, fue ninguneando las soluciones trasfamiliares o trasreligiosas que hubieran encauzado mejor las voluntades a secas en esta poco ejemplar historia nuestra. El empuje de tal fervor lo confirma, por ejemplo, la misma celebración de la Navidad; o la nueva ley española sobre el aborto, o que el Liceo de Málaga, lejos ya los años de doña Ángeles Rubio Argüelles y don Ángel Caffarena, sea más bien Peña Malaguista + Restaurante Mariano + Movistar + Pronovias. Véase (Street View, postecillo ©):
RépondreSupprimerhttps://maps.google.es/maps?ie=UTF-8&q=liceo+de+malaga&fb=1&gl=es&hq=liceo&hnear=0xd7259c44fdb212d:0x6025dc92c9ca32cf,M%C3%A1laga&ei=7bq6UrX3JcaS7Aa1sYH4Dw&ved=0CLUBELYD
Teresas, Delfinas, Ángeles Cienfuegos… y Cármenes García, sí, pero del Cid o de los Cides de sí mismas: qué distinto sería hoy el mundo sin tanto Campeador o Campeadora; si nos hubieran precedido siglos de mucha Teresas o Ángeles que no hubieran vomitado ni en Dios ni en el hijo sus fuegos de húmedas dragonas voluntariosas. No parece ser ese el caso de las cuatro mujeres de la foto, numeradas y nombradas, lo que a la larga viene a ser lo mismo. Pudieran haber sido ángeles de verdad, pero tal condición la anula justamente el hecho de posar con tan buena voluntad así de angelicales en vida. Y en muerte ya las cuatro, ni ángeles, ni ángelas, ni nada de nada: casi podemos asegurarlo, sintiéndolo mucho. Dicho lo cual, no creemos necesario seguir investigando.
[Gracias por la lectura. Un nuevo año libre de cangrejitos a todo el mundo.]