HEMOS llegado a este punto: arte es todo aquello que cualquiera diga que es arte. En realidad cualquiera no. Usted dice: “Yo afirmo que este churro que acabo de pintar es arte y vale milcientosmil millones de dólares”, y no es suficiente. Ha de presentar los avales de algunos teóricos, profesores y críticos que lo secunden, si no, es poco probable que alguien, más allá del círculo de sus seres queridos, le haga caso, y no servirá de nada que usted reclame ser tratado como tantos artistas que han llenado los museos de churros parecidos al suyo.
Claro que tampoco es tan difícil: ¿quién no puede echar mano hoy día de un teórico, de un profesor, de un crítico? El paso siguiente, no obstante, es harto incierto, hay que ponerle un precio a eso: ¿qué vale? El consejo de Machado nos conviene: confunde el necio valor y precio, de modo que mejor perder por carta de más que de menos (este último consejo es de Cervantes), y su churro tendrá más posibilidades si es caro. Aunque en la actualidad la frontera entre un churro y una obra genial es delgadísima, y distinguir el urinario de Duchamp del resto de los urinarios le resulta muy difícil incluso a los urinarios.
Hace unas semanas se subastó un tríptico de Francis Bacon, y batió todos los récords: 142 millones. La gente con los récords se excita lo indecible, sobre todo si se trata de obras que en absoluto está en condiciones de apreciar: de dársele gratis e ignorando su precio, ni siquiera las colgaría en el trastero de su casa. El precio de la pintura de Bacon, a quien no se juzga aquí, arrancó algunas opiniones interesantes de expertos y del mundillo. El director de un museo de arte contemporáneo se lamentaba: “A partir de ahora no volveremos a ver obras geniales en un museo, los museos no podrán comprarlas”. “Nos hemos vuelto locos”, denunciaba un coleccionista despechado a quien esos precios han dejado fuera de juego, y “una obra vale lo que el mercado dice que vale”, decía otro. ¿Pero quién es el mercado? ¿No habíamos quedado en que ese es el principio de todas las burbujas en la fiesta de las especulaciones? No, el mercado es el último en volverse loco, y si algo es cartesiano, es el dinero: dos más dos son cuatro, o sea milcientosmil millones.
Las crónicas de la referida subasta nos contaron que la sala estaba abarrotada de banqueros, estrellas de cine, esnobs, y claro, periodistas encargados de dar la noticia tanto como de implementarla. Formar parte de ese club exclusivo sale caro y no todos podrán ingresar en él, cierto, pero los directores de museo no deberían impacientarse: veremos cómo los que han comprado el bacon caro les venderán antes pronto que tarde otros bacon “baratos”, o sea, al doble de su valor actual, que los museos se apresurarán a comprar con dinero público “antes de que suban más”. No sé, uno mira las cosas de otro modo. Viendo cómo esta el mercado, los museos acaso deberían aprovechar y vender sus “activos tóxicos”, y empezar de nuevo. Por ejemplo, 142 millones bien administrados darían para comprar cien pinturas no inferiores a Bacon, y sobran 42 para comprar un viejo y noble caserón en una pequeña ciudad de provincias donde aún quedan tantas gentes que nunca han entrado en un museo. Por algo así trabajaron las Misiones Pedagógicas en la última República.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 8 de diciembre de 2013]
“En arte, sólo hay un criterio: la carne de gallina”.
RépondreSupprimer(Kurt Tucholsky)
« Un peintre peint une pomme sur une toile; s’il supprime la pomme, il fait de la peinture abstraite; s’il supprime la toile, il fait de l’art conceptuel. »
(H. Obalk y D. Semin)
« L’art moderne est facile à reconnaître. Si c’est accroché au mur, c’est un tableau. Si on peut marcher autour, c’est une sculpture. »
(Anonyme)
« L’art moderne: le produit des gens dépourvus de talent, vendu par des gens dépourvus de scrupules à des gens dépourvus de tout sens commun. »
(Al Capp)
Peor todavía que pagar 142 millones de dólares por un Bacon es pagar 87 millones de dólares por un Rothko (2012), 58,4 millones de dólares por un Pollock (2013) o 48,8 millones de dólares pour un Basquiat (2013). Y recordemos que en 2007 se pagaron sólo 9 millones de dólares por un Rembrandt y en 2010 sólo 3,45 millones de euros por un Velázquez.
RépondreSupprimerPara comprender los delirios del "arte" contemporáneo hay que releer el “Retablo de las maravillas” cervantino o el cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador” (o “El rey desnudo”) – textos ambos basados en otros mucho más antiguos, procedentes de Oriente.
Complejo es esto, creo yo. A mí me gustó aquello de 'poesía es todo, menos la poesía'. De cualquier modo, hay artistas que no han tenido "los avales de algunos teóricos, profesores y críticos". Tal vez de alguien que se empeñó en preservar la obra o parte de ella.
RépondreSupprimerInevitable que una vida tan tóxica contagie al arte.
RépondreSupprimer«Transformar el mundo no es otra cosa que modificar eso último para lo que no tenemos nombre», dice M. Zambrano.
SupprimerPorque de transformación se trata, de luchar contra la inevitable toxicidad de la vida de la única manera que está a nuestro alcance como seres humanos, a través del arte, del sentir poético.
Para María Z. y Elias C., sólo los mitos más antiguos podrían transformar al hombre en verdadero artista.
Si hay personas dispuestas a pagar millonadas por una obra que no vale nada, allá ellas. Quienes las venden no pueden ser tachados de engañabobos, pues, aunque los compradores sean efectivamente bobos, lo cierto es que los vendedores no les engañan.
RépondreSupprimerSupongo que quienes pagan lo hacen para exhibir su esnobismo o elitismo ("me sobra dinero y puedo emplearlo en esta tontada"). El mercado funciona así y el ser humano tiene un componente irracional del que algunos se aprovechan.
Están también de quienes viven a base de generar chismes y cotilleos en los medios de masas. Venden su vida privada, su intimidad y también su dignidad... pero a cambio viven bien. A ellos no parece importarles traficar con su privacidad y su autorrespeto, y ¡dado que hay personas dispuestas a pagar...!
Perdón por el "de" que se coló en el último párrafo.
RépondreSupprimerEl mercado del arte es pura especulación, y los museos forman parte del sistema, son los que marcan valor y precio cuando deciden comprar a los precios que dicta el mercado. Los museos, se supone, son las instituciones que legitiman bajo criterios de valor, pero el sistema de museos, bienales, exposiciones internacionales y ferias son los mecanismos comerciales que legitiman basándose en la especulación, la mediatización, el espectáculo. Y no estoy de acuerdo en que el buen arte debe seguir criterios anquilosados detenidos en la representación realista de la realidad, porque desde el XIX se liberó de éste objetivo -con la invención de la fotografía- para dedicarse a otro tipo de investigaciones desde la creación, la innovación y la imaginación. El hombre no ve la realidad microscópica abstracta, pero que no la vea no quiere decir que no exista y que no pueda ser objeto de representación o de investigación. La imaginación le ha permitido al hombre crear instrumentos que son abstracciones, un tornillo, una tuerca o un cohete o un satélite son abstracciones, la realidad no es solo lo que vemos en el mundo natural y que podemos representar. De acuerdo que es obsceno pagar esa cantidad de millones por cualquier cuadro u obra de arte, pero ésto no tiene nada que ver con el arte y la creación y sus valores, tiene que ver con el poder que representa la obra y todo el sistema que se sirve de ella, como bien dice Trapiello.
RépondreSupprimerY he visto cuadros magníficos de Rothko y los Pollock hay que verlos, el arte es una experiencia objetiva, real, no sirve ver reproducciones o documentales, la experiencia de la contemplación es imprescindible para hacer juicios de valor. Y en el arte contemporáneo el concepto de experiencia en el proceso es fundamental, el arte maravilloso de Velázquez tenía como objetivo representar eficazmente, la experiencia era otra y la relación con el objeto creado y con el que lo encargaba, eran pintores por encargo casi siempre, con salarios fijos como pintores de la corte. Para contemplar y emocionarse no hace falta saber nada de ésto y tampoco reflexionar, pero para emitir juicios de valor sí.
No te das cuenta, Anónimo 13:32, que el primer párrafo de tu texto es la consecuencia de lo que dices en el segundo. El "concepto de experiencia" o "la experiencia de la contemplación", ambos totalmente subjetivos, es lo que permite todos los excesos teóricos y comerciales.
SupprimerEn tu segundo párrafo hay, además, una contradicción: por un lado escribes que "el arte es una experiencia objetiva" y por el otro que " la experiencia de la contemplación [por esencia subjetiva] es imprescindible para hacer juicios de valor".
El arte, por supuesto, es objetivo. El valor de una obra de arte reside en ella misma, no en el espectador que la mira o el museo que la muestra o el dinero que la compra. De ahí que el "arte" abstracto no pueda ser arte. En el "arte" abstracto el valor depende de lo que rodea la obra, lo cual permite toda clase de excesos, tanto hermenéuticos como mercantiles.
El arte es un problema metafísico, no psicológico, sociológico o económico. Y un problema demasiado complejo para ser discutido en un blog. Si te interesa, medita estas proposiciones de uno de los mejores especialistas de Estética actuales, Thierry de Duve:
-L’art moderne commence quand l’art devient le nom d’une qualité indicible qui n’obéit plus à aucune règle pré-établie.
-Axiome de l’art contemporain : « Tout homme ou toute femme a le droit de produire esthétiquement des jugements artistiques ».
-Le postmoderne, règne du n’importe quoi, est la vengeance de la loi : « Fais n’importe quoi pourvu que ça marche! »
-La modernité est cette période de l’histoire occidentale pour laquelle l’art est un nom propre qui désigne autant l’art que l’anti-art.
-L’art moderne se donne des finalités (l’art pour l’art, la politique, l’esthétique ou l’éthique) qui masquent son seul impératif absolu : « Sois libre et fais n’importe quoi ».
-Est « critique d’art » toute personne rendant publics ses jugements esthétiques.
-L’art moderne repose sur un impératif auquel il est impossible de désobéir : « Fais ce que tu veux, agis selon ta libre volonté ».
-Toutes les justifications de l’art moderne se déduisent des interprétations de l’injonction nue : « Fais n’importe quoi ».
-La modernité en art est le passage d’un « Il est interdit de faire n’importe quoi, faisons-le », à un « Il est permis de faire n’importe quoi, faisons-le ».
-L’art contemporain est devenu l’expression de la loi du marché.
-L’art moderne est un espace de spiritualité laïque, objet d’une intellection particulière, – qu’institutionalise le musée.
-Après avoir abandonné la perspective linéaire (Cézanne), l’espace euclidien (cubisme), la figure (abstraction) et même la peinture (Duchamp), il reste à abandonner la modernité.
PS. Escribes: "he visto cuadros magníficos de Rothko y los Pollock hay que verlos, [..] no sirve ver reproducciones o documentales". Estoy de acuerdo contigo. Desde hace 33 años vivo en París, donde he ido cientos de veces al Louvre (durante años todos los domingos), a Beaubourg y a Orsay, entre otros museos, y visto miles de exposiciones grandes y pequeñas.
La experiencia creativa no es subjetiva, es objetiva; es subjetiva la interpretación de la experiencia. La experiencia es una vía de investigación en las ciencias y en el arte. En el arte han cambiado los temas, las técnicas, los géneros tradicionales y todo ésto condiciona "experiencias" creativas más complejas que las del siglo XVIII o XIX, las del XX fueron influenciadas por la rev. industrial, la parición de la fotografía, las máquinas de reproducción cada vez más sofisticadas. También la ciencia ha influenciado en el arte con sus "experiencias" y me remito a todo el estudio sobre la descomposición de la luz en la obra de Newton, por ejemplo.
SupprimerEsto respecto a su primer párrafo.
En el segundo escribe usted una interpretación que no está de acuerdo a lo que he escrito , debe ser que me he expresado mal. La experiencia de la creación es objetiva, trabaja con conceptos, ideas y materiales que se concretan en una obra, es por tanto una experiencia subjetiva que se transforma en una realidad objetiva bidimensional o tridimensional, en celuloide o pixeles o chapa de acero o mármol de Carrara. La contemplación es subjetiva, es una relación del sujeto con un objeto (obra de arte) y la interpretación también es subjetiva; pongamos un paisaje, la mirada es subjetiva, cada persona mira con su experiencia, es decir, con su sensibilidad, inteligencia y cultura general, y de acuerdo a ésto puede disfrutar y además emitir juicios de valor más acertados o justos en el caso del análisis de una obra de arte. Aunque comprender y aceptar una obra de arte es una experiencia subjetiva y lo que he tratado de explicar es que una institución como un Museo y sus técnicos, sus equipos encargados de las adquisiciones, conformados por varias personas, varias subjetividades, se supone, son personas sensibles y, además, con conocimientos que les permiten establecer "juicios de valor" sobre una obra que deben analizar de acuerdo a sus características materiales y espirituales como creación, de ahí que decidan si es "museable" o no, y todo ésto tiene una gran parte de subjetividad, pero tiene otra parte de objetividad basada en las calidades de la pieza, en el contexto de la obra de un creador y de su tiempo.
Una obra no es solo un problema metafísico de un creador, es un objeto que fue creado en determinadas circunstancias y en un contexto, y todo ésto forma parte de su realidad.
Y leo dogmas en su comentario que no argumenta usted: el "arte abstracto" no puede ser arte...creo que es usted una persona limitada en la experiencia estética. Visitar museos y exposiciones puede crear una cultura general y visual pero la experiencia de la contemplación y de valorar un movimiento artístico y sus creadores requiere, como bien dice usted, un poco más de rigor y seriedad, de conocimientos. No estamos hablando de la experiencia estética reducida al subjetivismo de si me gusta o no, o si lo compraría o lo pondría en casa a juego con el sillón y el sofá. La modernidad se convirtió en academia (métodos y recetas)y el arte en un objeto de mercado en la época de la reproducción, es una realidad que ha despojado al arte de su valor de icono religioso. Sin hablar de la desmaterialización que ya ha llegado hasta algo tan efímero como los periódicos. Perdone la extensión Trapiello, pero el tema es muy interesante. Gracias.
Siento decirte que tu texto es confuso y contradictorio. Un solo ejemplo: "La experiencia de la creación es objetiva, trabaja con conceptos, ideas y materiales que se concretan en una obra, es por tanto una experiencia subjetiva..." ¿En qué quedamos? ¿Es objetiva o subjetiva?
SupprimerSi quieres continuar dialogando sobre el tema: elclavecinbientemperado@gmail.com
Si el espectador es capaz de evocar lo ausente en una obra... ¿No es partícipe de ese arte?
SupprimerNo entiendo cómo evocar lo que no es una obra puede hacernos participar en ella. Y menos aún cómo "lo ausente en una obra" puede ser arte. Contrariamente a los admiradores del "arte" abstracto, yo no creo en la magia. Para mí el urinario de Duchamp no deja de ser un urinario porque Duchamp lo haya decidido. Si para ti Duchamp tiene un poder sobrehumano gracias al cual puede transformar cualquier objeto en obra de arte, vas a tener que explicarme en qué consiste ese poder. O el de Robert Ryman, que "pinta" "cuadros" enteramente blancos que valen un ojo de la cara. La única explicación que yo veo a ello es que sean dioses. En realidad sólo hay tres posibilidades: o los autores de "arte" abstracto son deidades disfrazadas de hombres, o son simples decoradores, o lo que hacen es puro timo comercial.
SupprimerEl Lejano: Habría que tener en cuenta que, el ser puro “es lo inmediato indeterminado”.
SupprimerNo entiendo su fijación con el abstracto.
Hace muchos años tuve un profesor de filosofía especialista de Wittgenstein ("La tarea de la filosofía es tranquilizar al espíritu a propósito de interrogaciones insignificantes." L. Wittgenstein. Cuadernos de Cambridge) del que aprendí que las frases como "el ser puro es lo inmediato indeterminado" no son más que pura verborrea. Y que la Ontología entera no es más que un edificio verbal vacío (como decía Valéry: "Ser. ¿Qué es de ese verbo nulo que ha hecho una carrera tan brillante en el vacío?").
Supprimer"No entiendo su fijación con el abstracto." Es el tema de la discusión, ¿no? Y el punto central de la Estética desde principios del siglo XX.
“Hay sin duda lo inexpresable. Esto se muestra, es lo místico" más o menos escribió W. Pero eso no quita para que tratara de exponerlo.
SupprimerEl tradicional dicho "tanto tienes tanto vales" lo enunciaría hoy el papanatismo como "si tan caro eres tanto vales". Abrumado por estas cifras que el presunto arte maneja pienso en la miseria, las hambrunas, el horror...y me viene a la memoria el arte de la venganza practicado por el glorioso vengador Bin Laden.
RépondreSupprimerLos museos son el alma del capitalismo en lo que a la iconografía se refiere ( sin olvidad los edificios que ocupan ) y los espacios más importantes de las ciudades , casi todos están cubiertos por colecciones privadas que aportaron fondos e incluso el edificio ( Dali de Florida ) .
RépondreSupprimerLas obras de arte son el único bien que avalaron a los magnates en el crack de la bolsa de pasado siglo ( Ringlin , circo , gran Museo en Sarasota ) , los iconos no se pierden e incluso aparecen alguno nuevo . Nunca veras que un cuadro ( o una escultura de Giacometi o Moore ) salgan a subasta por segunda vez y el precio baje .
Nadie se engañe si sacan un Gris a subasta seguro llega a 100 millones y su último subastado valió 20 .
Si hay jóvenes con potencial artístico que no van a ser valorados económicamente( que es quid ) pero muchos se creen artistas porqué son unos soñadores y sucumben a los halagos de Facebook , nunca ves una critica y el sueño se hace eterno . Artista es el que vive del arte , el que realiza algo que hace feliz a los que tienen acceso a ese algo . Cuando vives a buen nivel haciendo algo legal que te gusta mucho , estas con todo el derecho del mundo a proclamarte artista .
Hablamos de grandes muy grandes artistas , hay infinitos niveles artísticos . En España ahora mismo solo hay 3 grandes artistas : Placido Domingo , Paco de Lucia y Mario Vargas , si a un español le dan un Nobel o un Oscar principal o en una subasta un cuadro alcanza 10 millones de € lo añadiría , creo que Barceló es el gran pintor español ( en "los pasos dobles " de I. Lacuesta ves que tiene algo que los comunes no tenemos ) .
RépondreSupprimerEl arte es como una droga , cuando lo metes en tu vida no te lo puedes sacar y esta todo como relacionado y ansias saber más y más ; es lo que nos llevó tan lejos y el gran arma contra la maldad . En el fondo igual de artista es el profesional que el aficionado ya que cuando emulas a un artista en cierta manera te conviertes en él y le haces más grande , estoy de acuerdo que el arte es cosa de soñadores y los grandes artistas lo son porque sus sueños que nos contaron resultaron visionarios y te hacen querer ser mejor persona. El que haya tantos jóvenes con ambiciones artísticas hará posible algo mejor , todo se pega.
Saludos.