DURANTE la exposición y defensa de su Proyecto Fin de Carrera recordó el joven arquitecto a La Institución Libre de Enseñanza: "Todo lo sabemos entre todos", dijo, repitiendo las palabras de don Francisco Giner. Aludió a la necesidad de los arquitectos de contar con lo viejo tanto como con lo nuevo. Habló de un tiempo en el que la ciudad fuera ese lugar construido por las personas para las personas, de su habitabilidad a la medida de los sueños y necesidades de la gente común, de la eterna novedad del mundo. Nos recordó que no podemos vivir en la sociedad del despilfarro (su proyecto, una manzana de viejas casas sin carácter de Cuatro Caminos en la que todo vuelve a la vida después de medio siglo demencial de obsolescencia programada y derroche) y de rehumanización de la arquitectura y, claro, reivindicó una arquitectura figurativa, frente a tanta arquitectura abstracta. Y se refirió, cómo no, al hecho de que el hombre contemporáneo, que pasa tanto tiempo frente a los mundos virtuales, incorporara a su vida los mundos analógicos de los oficios tradicionales, empezando por su propio PFC, que ha dibujado enteramente a mano para recordar que el movimiento se demuestra andando.
Aquí lo traemos hoy, como flores cuya biología completa desconocemos, legos como somos en esa materia, pero en absoluto insensibles a su belleza ni a la alegría con que nos lo ha entregado.
Guillermo Trapiello. Detalle y una de las hojas de su PFC, 2012. El resto, aquí. |
Interesantísima bitácora, señor Trapiello. Sorprende por la sencillez con la que expone ideas arquitectónicas y urbanísticas muy complejas. Vuelve uno al lema de Cervantes, si se sabe sentir se sabe decir. Felicidades.
RépondreSupprimerSalud
Manuel Marcos
La filosofía de este proyecto encaja maravillosamente en un barrio donde bastantes de los edificios que aún se conservan fueron diseñados por Antonio Flórez Urdapilleta, cuyo concepto de arquitectura estaba en línea con la Institución Libre de Enseñanza. El tipo de ladrillo que empleaba para sus construcciones sirvió de anticipo de lo que posteriormente se iba a ver en Tetuán de forma más modesta, en las viviendas que se construían con sus propias manos quienes emigraban a Madrid. Hoy, muchos de estos inmuebles están a punto de ser derruidos, y sus moradores luchan para que su barrio de toda la vida se transforme en un modelo saludable de habitabilidad.
RépondreSupprimerEnhorabuena al hijo yal padre, lástima que ahora mismo es tanto o más importante saber idiomas y tener una buena maleta que el tener carrera e ideas propias. Suerte.
RépondreSupprimerFernando
las flores del bien, estas, ¡enteramente dibujadas a mano! homenaje a esa proeza, sí.
RépondreSupprimersaludos
Me parece una apuesta interesantísima que va más allá de consideraciones técnicas sobre la arquitectura, retomando lo que esta tuvo en épocas pasadas de disciplina humanística que apelaba a la totalidad interdisciplinar del hombre, en esa visión renacentista anterior a la especialización del trabajo por intereses productivos que surgió en la Edad Moderna y que se impuso definitivamente con la Revolución Industrial.
RépondreSupprimerBelleza sí y una apuesta por la dignidad del hombre y del arquitecto que se resiste a someter su arte y su artesanía a los requerimientos productivos de quien planifica la ciudad en función de sus intereses económicos
¡Qué trabajadores estos hijos!
RépondreSupprimerLa ciencia hecha arte , lastima que las obras importantes casi siempre se mandan realizar a arquitectos extranjeros
RépondreSupprimerEl que los jóvenes españoles se busquen la vida fuera es muy bueno para ellos y bueno para el país , ya que volverán muy revalorizados
Chao
Sólo sumarme a las felicitaciones por ese proyecto tan estupendo. Si todo lo sabemos entre todos, también todo lo sentimos entre todos, y es una alegría compartir con algún joven no sólo la idea de la recuperación de una arquitectura que tenga en cuenta al hombre, sino la denuncia de tantas cosas que, hechas con la seducción del espectáculo y del culto a lo nuevo por lo nuevo, no siempre tienen la consecuencia de mejorarnos la vida.
RépondreSupprimerY también qué gusto este blog, donde uno puede decir estas cosas sin sentirse abuelo cebolleta.
Gracias a Guillermo y gracias a Andrés.
Seremos menos sabios y menos felices sin tus acertadas palabras en este merecido descanso.
RépondreSupprimerQué maravilla el proyecto de G.
Gracias