4 décembre 2012

La Reuma

ENVUELTA en el número de La España Agrícola, del que se habló anteayer, venía esta hojilla con una "Receta para curar la Reuma". Todo el mundo sabe que esa clase de recetas, como la teología respecto de Dios, suelen tener que ver más que con la medicina o la ciencia, con la literatura fantástica.
En esta son precisas dos onzas de zarzaparrilla, abierta y menudamente partida al echarse a cocer, y otras dos de raíz de China, igualmente cortada. Qué sean o no la zarzaparilla o la raíz de China, es cosa que poco importa ahora. Estas dos cosas se mezclan y se dividen en ocho papeles iguales. Cada papelito se echa en cuartillo y medio de agua, que puesto a cocer ha de quedar en uno. Por la mañana hay que tomar tres partes de medio cuartillo de esta receta mezclada con leche de cabras, y por la tarde se vuelve a tomar otro medio cuartillo, sin la leche.
Lo más asombroso de todo es que basta tomar esta receta una vez por cada estación del año para evitar "el ataque de la referida reuma en ningún tiempo". Claro que "en caso de lo expresado no fuese suficiente, se le agregará la bardana en igual cantidad que la zarzaparrilla".
Este asiento debería estarle dedicado a la memoria de José Lezama Lima, que llenó sus libros con esta clase de curiosidades que no hacen mejor el mundo, desde luego, pero que tanto ayudan a pasar el rato.






8 commentaires:

  1. Mas que curar parece un placebo . En un reportaje vi unos tibetanos trapicheando con un chino los hongo oruga " cordyceps " , según calidad podían pagar 80. 000 $ kilo , dicen son milagrosos y un vigorizante mejor que el Viagra . El precio no es ninguna broma .

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  2. lo asombroso es también la hermosísima caligrafía, que casi ya con verla, ahuyenta la reuma... del alma.Nadie escribe ya así, podría decirse. La de neurosis emboscadas en ese primor arabesque que descubriría hoy un grafólogo a la moda.
    Y luego la sopresa de que ya entonces la China -sus raíces milenarias- estaban ya llamando a la puerta.saludos

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  3. Años 50. Llega a España la Coca-Cola.
    En el corral. Mucho calor.
    ―El abridor.
    Mucho gas en los vasos, bien atentos los niños.
    ―¡Zarzaparrilla! ―exclaman padre y madre casi a la vez.

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    1. Escuetamente sujeta, su lejana escena también a mí me transporta al pueblo de la infancia. Misma época. “Bienvenido, Mr. Marshall”. El mucho gas del "american way of life" sobre el mucho "spanish struggle for life". Bien recientes los años de hambre y muerte. A muchos la fuerza se les había ido del todo antes. General o sólo cosa de los niños en sus juegos y peleas, recuerdo que en el pueblo nació por entonces el siguiente dicho: "Tienes menos fuerza que las gaseosas de Inés Malvo". Una vecina anciana que se ganaba la vida fabricando gaseosas caseras. Imposible recordar cómo la llegada de las míticas botellas afectó a su empresa. Sé que no acabó siendo “La Casera”. Ánimo, Inés Malvo.

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  4. La antigua Coca Cola te quitaba el cansancio y recuerdo como a algunos niños les hacían los ojos chiribitas cuando la tomaban , con 12 años me aficione a ella ya que la vendía clandestinamente el director del colegio en su despacho, como te la daban fiado raro el día que no tomabas , lo malo es que empezaron a llegar padres que habían pillado a los chicos robando para pagar el brebaje y el director cerro el dispensario .
    Vendedor de brebajes fue una profesión de alto riesgo en el Oeste , los brebajes iban escasos de láudano y prometían eran crece pelos por lo que no era raro fuesen linchados y fuera un calvo quien les pusiera la soga al cuello .
    Chao

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  5. Tal vez hoy no sea el momento adecuado y hubiera que esperar la ocasión propicia, pero voy a correr el riesgo de proponerle al sr. Trapiello (por supuesto con todo el respeto hacia quien ostenta en exclusiva la facultad de aplicar la discrecionalidad en ámbitos de su propiedad), el establecimiento en este blog de algo parecido a un código de estilo o de uso que sirviera para intervenir en él cumpliendo unas ciertas reglas de juego. Se me puede decir que la categoría de un espacio requiere alas de libertad que en ningún momento constriñan la espontaneidad de opinar y enjuiciar, pero también es cierto que no todo el mundo hace uso correcto de su capacidad para manifestar su discrepancia.Por ejemplo, no resulta comprensible que unos entremos en el blog identificándonos con nombre y apellidos y otros permanezcan amparados siempre en la oscuridad de ese anonimato que nunca compromete. Estoy seguro de que todos los participantes, sin excepción, declinarían sentarse a una mesa, bien sea de reuniones o simplemente a comer en un restaurante, desconociendo la identidad de quienes van a compartir esos momentos con ellos. Tampoco me imagino la situación de que un pequeño grupo de trabajo esté integrado por algunos seres de carne y hueso y un buen número de fantasmas.
    Naturalmente,aceptaré la respuesta del sr. Trapiello, como no podría ser de otro modo la reacción hacia quien día a día nos regala un aliño de filosofía y percepciones.

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    1. Perdone, señor Cancio, la adolescente redacción de estas notas anoche; a causa quizá de la solicitud de don Manuel L. Hernando en su comentario: “tono divertido y variado”. Pero lo adulto siempre está presente, arriba o abajo, convendrá usted conmigo. Y derivado de estas pocas y apresuradas notas, algún pensamiento serio quizá ayudara a pensar una especie de teoría del buen anonimato.

      «Cobarde anonimato... “¡Cobaaalde!” (CDLC). Y al revés. Porque desde lo oscuro, cuánto ampara a veces la identidad.

      Porque sólo mucho buen anonimato podría garantizar que tanto mal anonimato se esfumara poco a poco. Es decir, que todos decidiéramos empezar a ser y estar cada vez más educados. Empezar y seguir un buen tiempo. O sea, tratar de educarnos los unos a los otros más de verdad, “de una manera importante”, que diría tanto personaje público bien identificado.

      ¿Y por qué no sentarse con una desconocida en la mesa de un Consejo de Administración? O en la de un restaurante de 7 euros el menú.

      Buen número de seres de carne y hueso es buen número de fantasmas casi siempre. Y un buen número de fantasmas pueden llevar bajo las sábanas estupendos seres de carne y hueso. Cuestión de gafas y dimensiones.

      La identidad, Dios mío, la identidad. ¿Por qué no “la transparencia, Dios mío, la transparencia”? (Un verso, creo, de ***, JRJ o Juan Ramón Jiménez)».

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  6. Manuel L. Hernando4 décembre 2012 à 23:59

    José Cancio ? Quien me dice a mi que te llamas así . Deberías tener más tacto con los demás y no dar consejos , los comentaristas también regalan su tiempo y lo bueno es lo que dicen las palabras no quien lo dice , el post necesita comentarios y como ha dicho el presidente de La Academia la escritura está en un estado zarrapastroso así que dejemos vanidades aparte y procuremos escribir con un tono divertido y variado , cada uno dentro de sus posibilidades aunque los que no sabemos mucho podemos mejorar si somos ingeniosos y trabajamos con la ayuda de un escritor con tablas .

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