LA gran ciudad propicia estas historias, encontrarnos con ellas y apenas poder hacer otra cosa que seguir nuestro camino. Ayer, en la calle, ese hombre sentado en un banco. Se cubría la cara con un pequeño cartel. La moto que hay a su lado probablemente fuese suya, así lo sugiere el casco, que no se había quitado. Supuso uno también que se desplazaría con ella por Madrid, guiado por su desesperación. Anonada la magnitud de su empresa, colosal y trágica. Permanecimos cinco o diez minutos, a cierta distancia, sin perderlo de vista. Durante todo ese tiempo no vimos que se quitara de delante de la cara su cartel ni detenerse a nadie, nadie se paró a leer lo que había escrito en su cartel: "Busco a la mujer que llamó de noche la noche del 30 de diciembre a una emisora llorando". ¿Qué podría hacer por él?, me pregunté. La buscará para enjugar sus lágrimas, me dije, pero al momento imaginé que quizá esa mujer no querría ser encontrada, y que había huido de su lado. Me fui de allí cabizbajo, apesarado, como el hombre que lleva consigo su novela y la de su prójimo, acaso más abrumadora que ninguna.
Madrid, 21 de enero de 2013 |
Grito los nombres , nadie responde
RépondreSupprimerperdí el camino de vuelta al hogar
se que estoy yendo pero no sé dónde
busco el principio y solo encuentro el final
Soy un extraño en el paraíso
soy un juguete de la desilusión
Estoy ardiendo y siento frio , frío , frío , frío
Los Secretos , tema : frío , álbum : Adios tristeza
Saludos
Esta historia, en cualquier caso romántica, puede ser muy bien el guión para un folletin de "Encarna de noche" o del legendario Sautier Casaseca, expertos especialistas en pellizcar sensibilidades mientras su cuenta corriente engordaba.
RépondreSupprimerY también puede ser una tragedia verídica vivida por alguien cuyo cerebro parece necesitado de trasmitir desesperación. De momento el motorista ha conseguido salir en una foto, que alguien le haya prestado atención durante unos minutos humanitarios, y que sus seguidores le dediquen reflexión.
Lo malo de la época en que vivimos es resolver la inextricable cuestión de dar con el farsante y el neurótico que se desenvuelven con soltura en la crisis. Mendigos profesionales, pertrechados de móvil y adictos a la lotería, dicen que no hay pocos en las grandes ciudades. Y si es así, solo hace falta escarbar un poco en la imaginación para aceptar que todo es posible.
Este aparente sinsentido me recordó a un aforismo de Vicente Núñez que leí ayer: 'Préstame un beso para darle una limosna a un pobre'.
RépondreSupprimerFrecuente es en nuestra ciudad, Málaga, este espectáculo de pancartas mendicantes. A menudo los portadores son extranjeros procedentes de los países del este.
RépondreSupprimerMendicante es también, en cierto modo, la pancarta del señor de la fotografía, aunque... ¿Qué es en el fondo lo que pide?
Encontrarnos con ellos supone un verdadero desafío a nuestra integridad. ¿Qué hacemos? ¿Qué decisión sería la "correcta"? No hay escapatoria; cualquier postura que se adopte resulta igualmente falsa. Ahí está siempre la sensación de inseguridad en nosotros mismos.
A veces damos una moneda, procurando acompañar el gesto con alguna palabra de ánimo. Pero esta "caridad" no tranquiliza. Si pasamos de largo, sin mirar, porque si miras estás perdido, es casi peor. Aun así; sin mirar, pasamos la mayoría de las veces.
Nos da pudor quedarnos observando los carteles, tratando de escudriñar la historia que hay detrás; no por otra cosa sino por la timidez que nos produce el desvalimiento, real o fingido; eso da lo mismo.
Ya es tópico decir que vivimos en un mundo duro. Sentimos que la "com-pasión", que tiene poco que ver con el concepto tradicional y secular de caridad, se ha convertido en un sentimiento extrañamente ajeno.
Digamos que no es un "activo" a considerar.
ROSA MONTERO, en una columna de "EL PAÍS" de hoy… MUCHO CUENTO. "El término tesorero está emparentado con tesoro".
(…) Qué misterio que un tipo tan comprometedor, con 22 millones de euros en Suiza y amigos tan poco recomendables, siga teniendo despacho y secretaria en el PP pese a haber abandonado el partido en 2010 (…)
…No me digan que no es la nueva imagen del vampiro. A mí me da más miedo este señor que los drogadictos de las Barranquillas. Por cierto, Bárcenas ( 22 millones) está en la calle, y Reboredo (84 euros de la venta de dos papelinas) sigue en la cárcel.
También es una novela kafkiana, desde luego.
1-No la conoce o intenta hacer creer que no la conoce.
RépondreSupprimera) Si no la conoce: historia romántica.
b) Si la conoce: historia trágica.
2-Esconde su rostro con el casco y el cartel.
a) Porque sus intenciones son aviesas. Luego la conoce. HT
b) Porque se ha decidido a encontrarla pese a oposiciones de su entorno. No la conoce. HR.
3-Lo único que nos dice de la mujer es que lloraba.
a) Porque se sintió conmovido por su llanto. Luego no la conoce. HR.
b) Porque piensa que es lo único por lo que los demás podrán identificarla. Luego el mismo la conoce y por alguna causa no puede localizarla de forma habitual, es decir, dando su nombre. HT.
4-Su forma elegida para buscarla es desesperada.
a) Si no la conoce, sería normal. HR.
b) Si la conoce, sería porque la mujer no quiere que la encuentre y en cierto momento huyó de su lado.
5-Hay algo de desamparo, tristeza y amargura en este hombre.
a) Es porque busca a alguien.
b) Es porque a quien busca es a una mujer que lloraba, y es esta con su llanto, la que produce esos sentimientos en nosotros cuando leemos el cartel.
6- Nuestra necesidad de contemplar la vida y el mundo como en las novelas nos impulsa a desear que la encuentre, independientemente de sus motivos, pues nos parece que mientras no suceda la mujer seguirá con un llanto perpetuo. Necesitamos rematar las experiencias de la vida con un desenlace novelesco. Casi nunca sucede así o cuando sucede los finales no suelen estar a la altura de las expectativas. Sólo en las novelas estos son edificantes o con sentido.
Más breve, menos bonito:
Supprimer“Con el cartel y su casco
el pobre se ha hecho un lío”.
Pensamiento de CIORAN a propósito de este tambaleante mundo en que vivimos.
RépondreSupprimer"Ni este mundo, ni el otro, ni la felicidad están hechos para el ser abandonado a la duda".
Esta frase de Bhaghavad Gita es mi senterncia de muerte".
"Todas esas miradas duras e implacables cuya expresión, en caso de motín, no me atrevo a imaginar.
SupprimerLa palabra 'prójimo' no tiene ningún sentido en una gran ciudad. Era un vocablo legítimo en las civilizaciones rurales, donde todo el mundo se conocía bien y podía amarse o detestarse en paz".
E.M.CIORAN, DESGARRADURA.
Esas piernas encogidas… Cioran lleva razón desde hace bastante tiempo. Tanta “lejanidad”… Alguna de las dos que pasan por la otra acera, podría ser “la señora que llora”. Que quizá no exista. En el banco, el vaso tumbado no tiene pinta de servirle al señor para beber. Aunque si lo hubiera usado para pedir en los 7 u 8 minutos de contemplación y fotografía, el Sr.Trapiello, lo habría contado. A no ser que en esta hoja del almanaque se haya pasado un momento por su Salón. ¿Marketing de la indigencia? ¿Novedosa petición cartelera de euros, “via” eros, a la escasa piedad urbana? Qué triste.
SupprimerEsto, parafraseando a Joyce, es estar, aparentemente, cerca del corazón salvaje de la vida. JMS Paulete.
RépondreSupprimer¿Es de poesía
Supprimerel corazón salvaje?
¡Aquí ni rastro!
La poesía nos asalta a la vuelta de cada esquina. Saludos
RépondreSupprimer¿Poesía en cada esquina?...
Supprimer“París despierta. Es todavía de noche en esta mañana de noviembre. En la avenida del Observatorio un pájaro, uno sólo, ensaya algunos trinos. Me detengo y escucho. De pronto, oigo gruñidos en las inmediaciones. Imposible saber de dónde proceden. Por fin diviso a dos mendigos que duermen debajo de una camioneta: uno de ellos debe tener un mal sueño. Roto el encanto, sigo mi camino. En el urinario de la plaza de San Sulpicio tropiezo con una viejecilla medio desnuda… Horrorizado, me precipito dentro de la iglesia donde un cura jorobado, de mirada pérfida, explica a unos cuantos desgraciados de todas las edades que el fin del mundo es inminente y que el castigo será terrible.”
E. M. CIORAN, DESGARRADURA.
AMOR
RépondreSupprimerLlevaba ya media hora en la terraza, escuchando a un triste amigo a quien hace dos años abandonó su mujer, cuando llegó la muchacha y ató la correa de su perro al poste de teléfonos. Él era un labrador color arena, ella una morena espigada, de ojos tristes y misteriosos. 'Entro un momento a tomar un café, y vuelvo enseguida, mi amor', le dijo. El perro la escuchó con resignación (no debía de ser la primera vez) y emitió gemidos ahogados, pero allí se quedó, mineralizado, con las orejas tiesas y los ojos clavados en la puerta de la cafetería.
Mi amigo comentó que había conocido a una chica afectuosa e inteligente, y ahora salían de vez en cuando, lo que le aliviaba un poco. Algunos padres con niño se acercaban hasta el perro para acariciarle, pero el animal se agitaba nervioso y daba cabezadas porque le impedían seguir vigilando la puerta que había devorado a su dueña. Mi amigo creía que, poco a poco, sería capaz de amar de nuevo, recuperar la esperanza, confiar en alguien. Un caballero que paseaba a su perra cayó en nuestro territorio. El labrador se estremeció, chilló suavemente, alzó los cuartos traseros para que la perra le husmeara, pero no se distrajo ni un instante de la puerta por donde se había ido su dueña. La perra, aburrida, se alejó calle abajo con un trotecillo borriquero.
Dijo mi amigo que en la actualidad es difícil mantener relaciones estables, respetuosas con la libertad de cada cual, pero también intensas y apasionadas, todo es tan pasajero, tan trivial... En ese momento se abrió la puerta de la cafetería y salió la muchacha. El animal comenzó a girar sobre sí mismo, enloquecido, y por poco se ahoga con su propia correa. 'Despacio, despacio, cariño, espera un poco, cálmate, sí, sí', le decía su dueña, agachada en cuclillas, mientras le liberaba, le rascaba la cabeza, le daba palmaditas en el lomo, lo abrazaba contra sus senos. '¿Estás contento, mi amor?', le preguntó. Sí, estaba muy, pero que muy contento.
Las cabriolas, los saltos, los ladridos del perro disgustaron a mi amigo. 'Bueno, vámonos', dijo. 'No puedo comprender que encierren a esos animales en un piso. Es inhumano, ¿no crees?', añadió. '¡Y yo qué sé!', respondí.
FÉLIX DE AZÚA (El País, miércoles 14 de noviembre de 2001).
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EL AMOR que conozco ahora es el amor más alto: es la piedad por todo. Azorín, “Memorias inmemoriales”.
SHAKESPEARE:
* El amor se arrastra cuando no puede caminar.
* Los arrebatos violentos tienen finales violentos y mueren cuando triunfan; amaos, pues, moderadamente. (“Romeo y Julieta”).
R. M. RILKE:
* El mundo del amor es caza.
* Los jóvenes, nuevos en todas las cosas, no saben aún amar, deben aprender... Inclinados a no ver en el amor más que un placer, los hombres lo han vuelto fácil, barato, sin riesgo, como una diversión de feria.
UNAMUNO:
* El amor es hijo del engaño y padre de la desilusión. El amor busca furiosamente a través del ser amado algo que está más allá, y al no encontrarlo se desespera. (“El sentimiento trágico de la vida”).
* No hay verdadero amor sino en el dolor, y en este mundo hay que escoger o el amor, que es dolor, o la dicha.
EL AMOR comienza por el deslumbramiento de un alma que no esperaba nada y termina con la decepción de un yo que lo exige todo. (?)
GEORGES BATAILLE:
* En el suplicio de amar, me escapo de mí mismo. ("El aleluya y otros textos").
* El amor-elección se opone a la lubricidad: el amor que purifica vuelve sosos los placeres de la carne.
NO HAY AMOR; no hay más que pruebas de amor. Paul Revérdy, “Despojos del cielo”.
EN ESENCIA se aprende sólo de aquel a quien se ama. Goethe.
AMOR es aquello que a los que están libres reduce a esclavitud y a los esclavos pone en libertad. Raimundo Lulio, “El Libro del Amigo y del Amado”.
Cioran : " podemos imaginarlo todo , predecirlo todo , salvo hasta donde podemos hundirnos "
RépondreSupprimerUn saludo