12 décembre 2013

Una verdadera colaboración con el artista

AGRADECE uno especialmente que haya sido mi mujer, que tantas veces me ha preguntado perpleja e impaciente cómo puedo estarme horas y horas y tarde tras tarde viendo tenis, quien me haya regalado esta maravillosa cita, espigada por ella en una de sus doctas lecturas. En ningún otro lugar se habrá explicado mejor lo que algunos hemos sentido viendo jugar, por ejemplo, a Rafa Nadal, muy parecido también a lo que le hemos oído repetir a Pedro García Montalvo, cuyas "colaboraciones" con el Real Madrid hace ya muchos años que habrían merecido la insignia de diamantes del Club:

"Cuando en el circo nos entregamos a la contemplación de un hábil acróbata, sentimos en él las impresiones de fuerza, de agilidad, de destreza, etc., que sus ejercicios despiertan en nosotros, y de los cuales el gimnasta nos aparece como un símbolo viviente. Nuestro propio yo, en cuanto yo, desaparece, pero queda nuestra sensibilidad física, en la cual se reproducen todas las impresiones que el acróbata experimenta, o creemos nosotros que experimenta, con ocasión de su trabajo.
Así pues, no se trata de una pura contemplación, sino de una verdadera colaboración con el artista". Eduardo Ovejero y Maury, en el prólogo Los fundamentos de la estética de Theodor Lipps (Madrid, Daniel Jorro editor, 1923).

Y decía que lo agradecía especialmente, porque en ese regalo viene implícita una claudicación suya y el enaltecimiento de la que erróneamente ha creído hasta hoy una baja pasión. A partir de ahora sé yo que nunca volverá a preguntar "¿qué estás viendo? o "¿quién juega?" sino un más pertinente "¿con quién estamos colaborando?".
Rafael Nadal

17 commentaires:

  1. Enlazo (por mi cuenta y con bastante riesgo) mi declarada pasión por San Rafa con el comentario ácido que dedicaba ayer a esa particular aversión a la condición española que es regodeo para muchos. En Nadal se observan con lupa y critican tics feos con los calzoncillos, pelo ralo y como sucio, y ¡hasta juego mediocre!, que en otros países serían ignorados porque la épica les enorgullece y exalta, aunque se trate de un compatriota. Aquí andamos a la miseria, a la descalificación sin margen a la duda, al desprestigio infame, a la amargura irremediable. ¿O no sería motivo de regocijo en bares y corrillos saber mañana que Nadal es drogadicto, borracho, defraudador de hacienda y amigo de Bárcenas? Algo pasa aquí que nos crea necesidad destructiva. Los separatismos son casi intrascendencias frente a la cronicidad de esta vieja carcoma que nadie nos ha sabido explicar convincentemente.

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  2. "Escribir poesía en verso libre es como jugar al tenis sin red". (Robert Frost)

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    1. Qué gran poeta menciona usted.

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    2. Jugar al tenis sin red es como escribir poesía en verso libre.

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    3. "Writing free verse is like playing tennis with the net down." (Robert Frost)

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    4. La música es la abstracción más pura que mueve conciencias. (Yo)

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  3. Lleva usted razón, a mí me pasa igual. También habrá notado que la colaboración es mutua. El campeón nos corresponde de sobra con un rejuvenecimiento imposible pero bastante real por nuestra parte. El tenista se nos integra en esas horas tan completamente que nos convence de estar en perfectas condiciones de jugar como él; lo de ser nosotros sesentones por ejemplo no tiene mayor importancia: “Acaba tu partido, que voy yo”. La perplejidad femenina casi se comprende menos que la paciencia: bien saben ellas que sobre el fondo endotímico del apantallado varón, quienes esas tardes planean con fuerza son don Tiempo y doña Libido.

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  4. A veces me da la sensación, desde que soy anónimo, que se me confunde y se me distingue. Sensación ambigua y nutritiva.
    Me gusta esta entrada, Trapiello. Aunque me atrevería a añadir que el ajedrez es una colaboración silente completa (con uno mismo y sus posibles errores -si no se escapan- y con el adversario -incluso si se confirman los aciertos de éste y los errores de uno mismo-).

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  5. Es incorrecto, en la medida en que viendo a Rafa Nadal por televisión no está "trabajando" con él para que su juego sea mejor, ni contribuyendo a esto, por lo que no se co-labora con él. Reconozcámoslo: es pura delectación, así como la manera más cómoda y vaga de engrandecer nuestro orgullo patrio y, por extensión, propio.

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  6. Si pero al tenis sin red se jugaba con raquetas de madera , llamadas palas y así jugábamos los niños del proletariado , madera y pista de cemento , la cita recuerda pasajes . Sí colaboras , los aficionados somos el "sentido " que necesitan los deportistas ; recuerdo oír a Cortazar que lo mejor de escribir un libro era las cartas que recibía de los aficionados comentando sus impresiones y
    de esa manera descubría que lo que hacia era mas importante que
    lo que realmente pensaba trasmitía .

    La literatura tiene mucho que ver con el ajedrez y lo fundamental es la intuición , saber que palabras tienes que usar , saber que no hay de error y que lo que vale es lo que escribes según te sale por eso cada vez me interesa menos la poesía ya que lo veo muy recreado con mucho ego ( salvo maestros ) y sí queda bonito pero donde está la impronta . El jugador artístico es aquel que sabe que pieza mover al minuto del movimiento oponente , el caso es el del joven genio Magnus Carlsen el mayor ELO de la historia y el ajedrecista mas artista y espectacular , claro que en el ajedrez como en literatura existe un gran componente psicológico y el artista se enfrenta al miedo psicológico que supone mantener o superar los retos , por eso la afición es el bálsamo y motor de los artistas , el dinero viene o no por añadidura .
    Un deporte muy artístico y más difícil de ganar grandes slam que el tenis es el golf , recuerdo ver durante horas los recorridos del añorado Severiano Ballesteros , el deportista español mas importante de la historia y del que siempre esperabas una jugada milagrosa ya que ¿ Que puede ser más artístico que ver un milagro en directo ?

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  7. No creo que pueda asimilarse, ni de lejos, la empatía que produce la contemplación del arte, en cualquiera de sus expresiones, con la sentida en el seguimiento de los "eventos" deportivos. Porque la misma gestualidad delata la radical diferencia. En el deporte de competición, que es practicamente la totalidad, los fines lastran sin remedio su desarrollo; ellos lo son casi todo, en última instancia. Pero la vida, en definitiva, es lucha; sintonizamos con el esfuerzo del competidor porque es también el nuestro, y con sus triunfos nos sentimos cómodos en lo estético, e incluso, para qué complicarnos, en lo ético.

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  8. Rafa Nadal y demás luceros deportivos van con su arte a lo suyo, y nosotros con el suyo a lo nuestro; pero ocurre que lo suyo se convierte, como por arte de birlibirloque, en lo nuestro; sin embargo, ¿qué es lo suyo?, ¿qué es lo nuestro?

    http://elpais.com/diario/2010/08/07/opinion/1281132013_850215.html

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    1. Estimada Concha:
      No creo, en absoluto, que Nadal sea un lucero más del firmamento de deportistas de elite que buscan fama y sobre todo dinero y luego se eclipsan. Le guste a usted o no el tenis, la estela de Nadal continuará luminosa cuando se retire. Muchos vemos en él virtudes insólitas hoy en día, y hasta un referente que nuestra mezquina sociedad necesita. Y creo que no nos equivocamos. Si hubiera cien nadales en España podríamos convertirlos en espejo, lo cual resulta muy significativo. Un saludo.

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    2. “Que el deporte, actividad sin contenido alguno y sin más objetivo que el de la redundancia de la victoria como fin en sí mismo, haya podido transformarse en contenido principal, por no decir único, de esa mala pasión que es todo patriotismo arroja la más vidriosa sospecha sobre el patriotismo en general”. RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO, 7 Ago 2010 | “¡Y qué afán de ganar y ganar!”

      Para animar a su lectura más que por la referencia al poco apasionante partido España-Cataluña, algo más del artículo que enlaza Concha.

      “Por último, para representar al equipo triunfador, [la siempre perspicaz e hiperactiva presidenta de la Comunidad de Madrid] no se ha puesto una camiseta de color rojo, que es, por así decirlo, el color titular de la selección, sino que ha preferido endosar una camiseta verde y con el número 1, lo cual está, en sentido objetivo, enteramente puesto en razón, dado que eran el color y el número de Casillas, que no solo ha sido capitán del equipo, sino también uno de los grandes «héroes» de la Selección. Pero en esto tampoco puede excluirse la motivación de una «arrière pensée» de nuestra siempre rápida y avispada presidenta, sugerida por el azar de que Casillas sea nativo de la provincia de Madrid, en el sentido de aprovechar el dato para dejar un poco de lado a los catalanes, demasiado numerosos en la Selección y con sus propios «héroes», y sobre todo el otro capitán, aunque en África fuera de servicio, Puyol, con su gol de cabeza viniendo desde atrás, como el tebano Pelópidas en Leuctra contra los espartanos”.

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    3. Esrimado Manuel:
      Antes de contestarle a Concha había leído el artículo de Ferlosio, cuyo apellido no garantiza en absoluto que entre sus líneas haya lucidez o sea imposible localizarle majaderías como los tres primeros renglones, donde lleva a cabo una paupérrima simplificación, propia del que odia el deporte y lo justifica reduciéndolo a un afán obsesivo por la victoria. Claro que con su cuerpo Ferlosio está obligado a odiar el ejercicio. Se da mucho este tipo de ataques a lo que uno le sobrepasa.
      Observará usted también que en esa actitud simplificadora asocia el deporte al fútbol, cuando, en realidad, los amantes del deporte colocamos al fútbol en el puesto que le corresponde, bastante bajo, por cierto.
      Pero Nadal no es futbolista ni el pedante de Ferlosio (ni el mejor deportista de la historia, por supuesto cántabro).
      Un abrazo y feliz Navidad.

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    4. Lo mismo le deseamos a usted. Y mientras por aquí estemos, buena salud a todos.

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