ACABAMOS de leer que mañana estará en las librerías La princesa Paca, libro que novela la relación entre Francisca Sánchez y Rubén Darío, escrito por la nieta de Francisca, Rosa Villacastín, y Manuel Francisco Reina.
Hace años encontré esta pequeña carta, dirigida al poeta, y dos o tres papeles más de este (unos recibos acusando préstamos de dinero y un pneumatique, todos ellos de París).
De haber sabido que estaba en marcha ese libro, habría puesto a disposición de sus autores esta tarjeta postal, inédita hasta hoy:
"Madrid 18 de Junio 1903
Mi muy querido hijito:
Hoy he recibido tu tarjeta en la que me alegro mucho de que tu saluz este bien la mia y la del niño bien; pues sabras como mañana Viernes salgo para el pueblo a las 9 de la mañana dese Avila te echare una tarjeta para decirte como llego mi hijito me estraña mucho lo que me dices del nombre del niño le é puesto Feliz porque le e puesto el nombre del santo del dia y sino miralo en el calendario y veras como es San Feliz, pero enfin cuando baya me contaras todas esas dudas cuando me escribas al pueblo las señas son Provincia de Avila Por Menga Muñoz en Navalsauz de lo del dinero me lo mandas a Navalsauz sin mas mi tatay recibes memorias y tu un abrazo y mil besos de tu querida [¿tataiya? ]".
¿Por qué ha tenido uno siempre esta carta en más estima aún si cabe que los otros papeles escritos y firmados por el propio poeta? Acaso porque parece latir en esas palabras no sólo un amor correspondido, sino también una ilusión que no podía serlo para los dos en el mismo grado.
Conocía vagamente la historia de este episodio amoroso de R. Darío con la hija de un humilde guarda de la Casa de Campo, pero creí que había sido un arrebato pasajero, muy propio de aquella época de apasionamientos casi obligados, no una historia duradera.
RépondreSupprimerQ suerte tener una joya como esta!
RépondreSupprimer“… sin mas mi tatay recibes memorias y tu un abrazo y mil besos de tu querida ¿tataya?”.
RépondreSupprimerBenditas Franciscas Sánchez. Fortunatas y afortunados: feliz el Juanito, Félix el fruto de su vientre. “Mi muy querido hijito”, “166 Rue Legendre 166”: el número antes y después… Viva Francisca Sánchez antes y después.
JUAN VALERA Y LA CARACTERIZACIÓN DE JUANITO SANTA CRUZ EN FORTUNATA Y JACINTA: Vernon A. Chamberlain, Universidad de Kansas:
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/10/aih_10_2_035.pdf
ALMT
Pues sí, parece que Francisca era su tataya.
Supprimerhttp://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&sqi=2&ved=0CCwQFjAA&url=http%3A%2F%2Frevistas.ucm.es%2Findex.php%2FALHI%2Farticle%2Fdownload%2FALHI0707110153A%2F21729&ei=Z2N8U4zhHsOp7AaC4IHIDg&usg=AFQjCNEQnfFX2g4K_ZYUhaSEvEIlXuUX-Q&sig2=69Hbs4KGMXHUrw6VW_NBsQ
El amante diario: carta de Darío a Francisca
Evangelina SOLTERO SÁNCHEZ
Universidad Complutense de Madrid
RESUMEN
Tras la aparición de nuevos documentos de Rubén Darío en el Archivo Rubén Darío, se da a conocer
una de las cartas personales dirigidas por el poeta a Francisca.
“(…) El nicaragüense se dirigía a Francisca, normalmente, no por su nombre de pila sino por apelativos cariñosos, y bastante prosaicos y silvestres si se comparan con los de su poesía: «tataya» o «conejita» son algunos de ellos. Para referir a sí mismo en dichas cartas (unas veces en las fórmulas de inicio y otras en las de despedida) los apelativos se corresponden a los masculinos de los usados para denominarla a ella, así «tatay» y «conejo» respectivamente. Este sustantivo es el que utiliza para sí al despedirse de Francisca en esta carta de septiembre de 1900.”
Inmediatamente antes, la profesora Soltero señala en su artículo la preocupación de Rubén Darío por cuidarla bien:
“(…) una de las pesadumbres del nicaragüense es no poderle enviar a Francisca una cantidad aceptable, pidiéndole que se conforme «con lo poco que sea». Los anuncios de envío de dinero a la familia, cuando él se halla fuera de Madrid, se repiten en distintas cartas a lo largo de los años, así en distintas cartas escritas a Francisca en 1903 [mismo año de la tarjeta postal]:
«Hasta hoy he recibido el dinero del banco. Me lo han mandado en pesetas, con lo cual he dejado de ganar aquí el cambio que ha subido. Te mando, pues, doscientas pesetas para que te vengas en seguida. Hoy es tarde y mañana es domingo, y no puedo cobrar el cheque hasta el lunes.
Te mando ciento cincuenta francos, haciendo un esfuerzo, pues he tenido que organizar la oficina y encargar una cantidad de cosas, que hay que pagar. Espero que empiece á [sic] dar algo el consulado en el mes que entra.
Cuídate mucho y que no te falte nada, yo mandaré el dinero a su tiempo.»
Tatay es, sin duda, sinónimo de papaíto en muchos lugares de Centroamérica. Por lo tanto: "Sin más, mi papaíto, recibes memorias..." justo en el momento de la despedida encaja pefectamente
SupprimerSigo sin verlo. Para tataia, sobra una letra. Gracias de todos modos.
RépondreSupprimerLa ortografía de Francisca. ¿“Paca”, “Paquita”?: RD no la llamaría siempre “tataya”. Lo que da más vértigo, “lo fatal”, son estos detalles, todo lo pequeño.
SupprimerGRAFÍA. Feminizando “tatay” en “tataya”, dudó Francisca entre la i y la y, y quizá acabó escribiendo las dos: “tataiya” (olvidándose del puntito de la i).
SENTIDO. No parece nada raro que una amorosa frase de despedida que empieza por “sin mas mi tatay”, acabe con “mil besos de tu querida tataya”, significando tatay, en quechua o el idioma que sea, ‘padre, conejo’ o cualquier otro animal. Con tus "frescos racimos" vuelve, Francisca, y velo. E infórmanos del puntito de la i, ¡y del rabito de la y!, para que podamos verlo nosotros también.
La relación entre Francisca y Rubén es uno de los capítulos más curiosos y enigmáticos de toda la historia de la literatura del siglo XX. Aparte del capítulo intenso e imprescindible de AT en Los nietos del Cid, todos recordamos el libro ya difícilmente encontrable de Carmen Conde o el capítulo que el poeta abulense Jacinto Herrero le dedica en su ensayo Ávila y el 98. No quiero prejuzgar nada, no sería algo de buen lector, pero no me da buena espina este libro que se publica ahora y la supuesta "novelización" de la historia.
RépondreSupprimerParece , Andrés, que en este artículo de El País que acabo de descubrir corroboran mi opinión con este párrafo que adjunto. De todas formas, el hecho de que aparezca al final una "a" dudosa (¿Tataia?) no debe extrañar en un texto plagado de incorrecciones. Y reitero, una vez más, que "Tatay" es un término cariñoso, (curiosamente asemejable al de papaíto, tratándose de amantes), tan llamativo como el hecho de que en Méjico se utilice el término "mamasita" o "papasote" para piropear.
RépondreSupprimer"Algunas de esas misivas, en las que el poeta se refiera a ella como coneja y se despide como Tatay (papaíto), se hacen públicas ahora, acompañando la novela
"http://cultura.elpais.com/cultura/2014/05/18/actualidad/1400435212_979036.html
Ruben era un Apolo , he visto la foto de la señora con Rosa de niña y se ve era de fuerte carácter y semblante inteligente , este hombre no solo al escribir sino físicamente tenia un toque exótico , he leído poco de él pero enseguida te das cuenta que es un genio , leí hace poco el Rey Burgués y me impactó, es un cuento espectacular , con un castellano primoroso . Ruben reconocido maestro de genios como JR o V.I. , su valía es incuestionable . La carta está muy bien , una letra bonita y entendible . Espero se venda bien este libro , me parece muy interesante .
RépondreSupprimerhttp://madridafondo.blogspot.com.es/2013/04/francisca-sanchez-la-jardinera-que.html
RépondreSupprimerLa historia o novela de la tataya desde su encuentro con RD y V-I en los Jardines del Campo del Moro. Breve artículo de Rosa Villacastín sobre su abuela. "¡Francisca Sánchez, acompáñame!", el poema de RD. Una buena docena de fotos.