HA sido más que un sueño el que vino en medio de la noche. Que eras tú lo declaraba esa sonrisa inigualable tuya, la límpida mirada, y me lo diste todo. ¿Por qué te dije nada? Al romper a llorar, te recordé de niño. Pero era el hombre que eres hoy el que lloraba, y no el niño, y que el amor brotara de ese dolor me despertó, como despierta a las piedras la hierba que crece entre las llagas. Un alquimista haría de ello algo más noble que un metal, más duradero, me dije ya despierto, cuando te fuiste.
¿Buena alquimia de amor filial? Sin el título, 100 palabras justas. Quizá todavía siga alguien con esas vueltas de tuerca, ¿"tour de force" en francés?: www.cienpalabras.com. Como el llanto, la llave inglesa se rompería por una sola palabra si en lugar de "¿Por qué te dije nada?" apareciera escrito "¿Por qué no te dije nada?".
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