Antes de abordar el caso de la misteriosa y bellísima fotografía de las niñas de Baeza encontrada en el Rastro hace un par de meses, conviene decir cómo emergen estas cosas. En el Rastro comparecen cuadros, dibujos, fotos que podíamos clasificar en cuatro categorías. En primer lugar están aquellos cuya autoría viene acreditada con ellos, bien porque les acompañe una firma bien porque, aun sin ella, son de sobra conocidos. Están en segundo lugar otros que tratan de beneficiarse de una autoría falsa o dudosa para mejorar su estimación; estas falsificaciones lo son de una manera explícita o sencillamente quedan en un lugar indeterminado, que aprovechan los almonedistas, anticuarios y rastristas para “llevar el agua a su sardina”. Están en tercer lugar todos aquellos dibujos, cuadros, fotos que, firmados o no, son de “nadie”, quiere decirse, de "cualquiera", que no tienen el menor interés porque, faltos de personalidad, su voz es inaudible. Y están por último aquellos otros que aunque no lleven firma o lleven una que nos es desconocida, nos resultan “de alguien”, seduciéndonos desde su aparición.
Es el caso de esta fotografía. Podría haber sido hecha por alguno de los grandes fotógrafos de aquellos años, Català-Roca, Masats, Miserachs, Maspons… Nos lo hace creer así lo que viene escrito en el dorso en caligrafía suelta, de mano acaso del autor: “Baeza. 5-5-1958”. No es, desde luego, una foto de familia. ¿Qué familia pobre tenía una máquina de fotos? Y que son niñas pobres, acaso de un orfanato, lo sugieren la sencillez de sus vestidos y la uniformidad de esos percales arrugados, como sugieren esas lilas y la fecha que tal vez estaban celebrando el mes de las flores, el mes de María, como se acostumbraba a hacer en las escuelas españolas. Probablemente alguna de ellas viva aún y acaso alguno de los lectores de estas líneas reconozca la imagen y a su autor.
Quedémonos hoy con esos tres rostros, a cada cual más bello: el de la niña triste, el de la niña suave y el de la niña alegre, aquel precisamente que no era el objeto del retrato, el semblante llamado desde 1958 y hasta el final de los tiempos a ganar el mundo para nosotros.
Cuántas ilusiones y esperanzas ,acaso truncadas,guardarían entonces esos corazones....Gracias por la imagen.Es preciosa.
RépondreSupprimerSobreviva esa foto a la muerte del Sol.
RépondreSupprimerJuani,Eufrasia y Luisa, una de ellas vive en Burgos y las otras dos en Baeza. Quizá en los próximos días sepa algo del autor.
RépondreSupprimerBuen artículo, enhorabuena y
Saludos!!!!!
Pues no os habeis equivocado mucho no. son mis tias.
RépondreSupprimerel caso que juani que es la del ramo no vive en burgos sino que un poquito mass lejos en Santander. pero las otras dos si que es cierto que viven aqui.
Hola buenas tardes. Soy hija de Juani, la niña que está en primera plana con el semblante serio. Esta foto ha llegado a mis manos gracias a una prima mia y de ebaeza.com. Estoy absolutamente emocionada y mi madre no os quiero ni contar. Resulta que la semana pasada mi madre comentaba con mi padre, que se acordaba que unos extranjeros la echaron una foto porque les hacia gracia la cara de pecas que tenia mi madre. Esa foto se la dieron a mi madre y luego pasado el tiempo, nunca supo más de ella. De como llegó esa foto al rastro de Madrid.....una incognita. Solo sé que mi madre deseó volver a tener esa foto(un imposible) y hoy, ha sido posible. Cuando se ha enterado no se lo podia creer y yo estoy absolutamente emocionada de saber esta preciosa historia. Me gustaría saber quien tienen esa foto y poder hablar con ellos. Muchas gracias por haber rescatado del tiempo esta preciosa historia.
RépondreSupprimer