1 mai 2011

Fotos del Rastro

Hace unas semanas compareció aquí una fotografía en la que se veía este mismo paisaje manchego y, en primer plano, un hombre de aspecto cervantino. En la de esta mañana, el retrato ha desaparecido, pero aún continuaba la foto del paisaje, subrayando la orfandad en la que nos dejan ciertos objetos. No sé, como si ese hombre, muerto ya cuando lo vimos entonces, se hubiese ausentado para morir por segunda vez.
La otra, de Franco, está dedicada por este de su puño y letra al Reverendo Padre Provincial de los Teatinos en España y la Argentina. No es infrecuente ver vestigios del dictador en el Rastro, cada día más devaluados, pero menos de este modo, juntos la Iglesia y el Estado, recordándonos no ya nuestra orfandad, sino, por el contrario, nuestra liberación de una y otro. El cristal roto no es sino la carcajada póstuma, oh justicia poética, de todos los cristales que deberían haberse roto en el asalto al Palacio del Pardo, aquel asalto en el que tantos soñaron, sin que el destino se apiadara de ellos.


2 commentaires:

  1. Pero... eso del asalto al Pardo no sé yo si de verdad lo soñó tanta gente, y sobre todo: me temo que si esos soñadores hubiesen triunfado, la cosa habría terminado como el rosario de la aurora. En todo caso, muchas veces sorprende la cantidad de libros, cosas, retratos que aparecen por el Rastro, por Moyano, etc. de Franco, de Primo de Rivera... ¡con la de años que llevan muertos!. (Digresión: no sé si leería usted a una ministra que dijo el otro día, para alabar a un ídolo suyo del fútbol, que le cuadraba bien el poema de Kypling, "If", por el que ella misma sentía gran estima. Lo cual me recordó lo que contaba Areilza en un libro (la cita es de Adriano Gómez Molina, nº 69 de "El Catoblepas"): "Tras de una larga y cordial reunión en el bufete de la calle Alcalá Galiano, Areilza nos dice que al ir a marcharse, «José Antonio me mostró un recuadro que pendía en la pared lateral y que enmarcaba el famoso poema de Rudyard Kipling, If, en lengua inglesa. Lo leímos juntos y lo tradujimos al alimón». Y añade que le dijo «Ése es mi recordatorio favorito que me acompaña en la áspera tarea de cada día (...)». Para Areilza el suceso le lleva a escribir cuarenta años más tarde: «La meditación de Kipling ¿no es por sí sola definitoria de la condición de un alma que la acepte como breviario de su carácter?»" Anda, que si la ministra se llega a enterar, lo mismo se muerde la lengua...) David Fdez

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  2. Dice "If" que el éxito y el fracaso son impostores, o que hay que tenerlos por tal.

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