EN su laberíntico y abastecido Azorín íntegro (¿o no fue ahí?) Santiago Riopérez y Milá (que guardaba su colección de ediciones del Quijote en... ¡la caja fuerte de un banco!, gran locura de licenciado Vidriera) reproduce una de las páginas más gloriosas de Azorín, ejemplo de literatura minimalista: "Albacete. Siempre. Azorín". Nada más. Recuerdo esas tres palabras, pero más aún aquellos dos puntos en la cuartilla en blanco como globos de un mapa mundi. Sobre el mundo Azorín, el universo Azorín más bien, y su vigencia, publicó ayer El País un interesante reportaje de Juan Cruz, al que uno contribuyó con estas líneas:
"Baroja es un gran escritor de partida, Azorín un escritor de llegada (Valle, de quien Azorín prologó las Obras completas, es hoy, al menos para mí, un escritor de paso). Si la gente no llega a Azorín es porque se queda a medio camino (en Valle, por ejemplo). Bien porque se distraen con la velocidad, bien porque les asusta la lentitud. Es sutil, inteligente, poético. Lo más parecido a Velázquez en literatura. Cervantes es Murillo; Galdós, acaso, Goya; JRJ, Rosales; Pío Baroja, Ricardo Baroja; Valle, Romero de Torres; Ortega, Zuloaga; Unamuno, Solana; Gómez de la Serna, Picasso; Solana, Solana y Gaya, Gaya... Sólo Azorín se acerca a las atmósferas velazqueñas, tanto domésticas como al aire libre. Y sin dudarlo, estos serían sus libros, de todas las épocas para todos los tiempos. Los tres primeros me parecen obras maestras de la literatura española: Las confesiones de un pequeño filósofo (ejemplo de sus obras sin tema). El licenciado vidriera (como recreación de un clásico). Doña Inés (obra de ficción moderna). Con permiso de los cervantistas (ejemplo de su sutileza crítica). Salvadora de Olbena (la primera mitad maravillosa)".
De Azorín dice Juan Cruz que "era un escritor moderno que combinaba la imaginación y la realidad como hoy la manejaría gente como Sebald, Javier Marías, Muñoz Molina o Julio Llamazares". ¿Significa ese "manejaría" que podrían manejarla, si quisieran, pero que no la están manejando? ¿Tal vez que la estarían manejando ya, pero tan secretamente que no nos hemos percibido de ello aún? El pequeño filósofo piensa siempre en pequeñas cosas como son los tiempos verbales, pero sabiendo lo buen amigo que es JC de esos escritores, de los vivos al menos, y en su ánimo de desprejuiciar a los lectores poniendo al ensombrecido Azorín al lado de autores de candelabro, nos habría gustado que les hubiese recabado su opinión al respecto, como lo hizo con nosotros, un poco huérfanos en ese reportaje, quizá sólo pequeños filósofos teloneros. Por eso querríamos haber sabido. Nos habría placido, tal como hubiese escrito micer Azorín, saber por qué pudiendo manejar la realidad como Azorín, se resisten a hacerlo estos conspicuos contemporáneos nuestros, animándoles a todos ellos desde aquí a que lo hagan, si no tienen cosas más importantes que hacer.
Azorín y su firma. Una foto de una foto de Alfonso. |
¡Sebald,M.M.! (Az. no lo pongo porque me da pudor).Tocino, velocidad.
RépondreSupprimerBula papal para mezclar ganado merino con churro.
Derecho de pernada sobre la literatura. Escudarse como un cobardica en un condicional. ¡Maravillosamente visto Sr. Tr. una canasta triple le apunto!
Ni puñetera idea de nada salvo querer vender los libros de sus colegas editados por su empresa.
¡Y ha tenido que tocarle a A.!
Ah, y Llamazares, que ni de los montes de Leon necesita bajar para figurar en el elenco de escogidos.
El caso es que el Sr. Cruz lo hace todo de forma que nos pensemos que es un simple, y un ignorante, que lo hace sin maldad...Pero barriendo siempre pa casa.
Y nadie hace nada, mañana seguro que alguien compra un libro de Llamazares porque J.Cruz lo ha comparado con Az.y en lugar de armarse la marimorena por usar marketing fraudulento, o truculento nos creeremos que hemos hecho algo especial. Sr. la cruz (no he podido evitar el chistecito) que tenemos que llevar y sin ayuda del Cireneo.
Uno ve en Muñoz Molina un asomo del minucioso estilo de Azorín, no así en el resto de escritores citados por Juan Cruz. Por otra parte, podría decirse que Julio Llamazares combina imaginación y realidad con brillantez en Escenas de cine mudo y en Tanta pasión para nada.
RépondreSupprimerEl 6 de Julio de 1889, en Monóvar, Azorín ecribió a una muchacha:
RépondreSupprimer" Monóvar 6 julio, 89:
Señorita Etelvina: habiéndome tocado el corazón esa chispa de amor; no pudiendo retenerla por más tiempo dentro de mi corazón; me decido a comunicarle, haber (sic)si me hace el favor de contestarme afirmativamente.
Sin más espera S.S.S.Q.B.S.P
José Martínez"
En fin, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra
Saludos
Una negativa tajante de la señorita Etelvina hubiera sido un saludable acto de crítica literaria y estética, ante tal tabucamiento gerundial de José Martínez. Quién sabe lo que pasó.
SupprimerYa sabemos por experiencia que lo que diga "uno" va al saco roto, y lo que diga el Cruz y su yo que contiene todo el alfabeto y toda la literatura española es su cacumen (esta es de Valle que me acuerdo del Bup)nos lo iremos encontrando en todas partes como si se nos pega un chicle o el papel de un caramelo en el zapato...y ni no hay forma de arrancarlo de lo pegajoso que es. Pese a todo, no perdemos la esperanza de que la voz de uno nos siga ayudando a distinguir las voces de los ecos, y a orientarnos para evitar ciertas aceras infestadas de golosinas dulzonas y a medio chupar.
RépondreSupprimera mí lo que me place de Azorín es eso que tan bien señala Usted: sus obras sin tema.
RépondreSupprimerPero poner a su lado precisamente esos nombres, es un poco, sí, una cruz
saludos
Canta Musa, la infinita astucia del Sr. Cruz-Odiseo,"el muy ducho en añagazas" "skilled in all ways of selling books". Inspira en nosotros el talento necesario para hacerle los versos que se merece por guiarnos en el proceloso mar de la literatura, sin sus increibles "skills" ni pajorera idea de lo que comprar o de lo que se va a llevar esta temporada. La tendencia va a ser Az.moderno!, llevando la misma americana que los Peina Ovejas de MM. JM. Hay que J#####rse, Musa, o podemos quemar a alguien?
RépondreSupprimerLa Feria del libros es un lugar de cita para los literatos y allí se encuentra uno a figuras como...Y a veces a Azorín, con su cara fatigada, al que los libreros ofrecen una silla, en la que permanece horas enteras, sentado con su bastón entre las piernas y la barba apoyada en el bastón...mirando, pensando en el estilo tartamudo de sus crónicas.
RépondreSupprimerLa novela de un literato
Rafel Cansinos
Azorín ¿moderno?, y por qué no ¿comprometido? o ¿espectacular?; por suerte parece que no se habla de metaliteratura(directamente), que bien podría.
RépondreSupprimerNo parece cuestionable que Azorín combinaría o combinase la fantasía y la realidad como esos tres magníficos y poderosos ejemplares de la ganadería de la casa (Y aún si viesen cómo las combinaba yo esta noche en un sueño que tuve)
Parece que los tres escritores y pico aludidos por el señor Cruz están usados en un sentido de antonomasia, pues con ellos llegó por fin la modernidad a la literatura española, y con esto ella a "la cumbre de toda buena fortuna"
En serio, señor Trapiello: las seis primeras líneas que cita en este artículo, y en especial eso de "Bien porque se distraen con la velocidad, bien porque les asusta la lentitud" condensan de manera tan delicada y clara un determinado modo de entender la literatura (y la vida) que solo cuando algún exégeta las emborrone un poco pasarán a ser, no sé si comprendidas, pero desde luego difundidas
Sr. Sol, para nada estoy de acuerdo con Vd. La carta me parece deliciosa. De estos pecados no puede presumir cualquiera, si pecado se le puede llamar.
RépondreSupprimerDon Andrés, es usted maravilloso y lleva más razón que un santo.
RépondreSupprimerEn un volumen de su Salón contaba lustros atrás que asistiendo a una comida literaria fue usted muy bien humillado por alguien editorialmente importante. Difícil encontrar el pasaje; tengo el Salón completo. Creo recordar que en este caso no había iniciales, pero juraría que se refería a un señor canario que le gritó que sin él usted no era nada, o algo peor. ¿Algún comentarista también lector suyo podría “salvar” esta malsana curiosidad mía imitando quizá las suaves, dulces, cervantinas venganzas de don Andrés? Perdón y gracias.
RépondreSupprimerSus sospechas son certeras. Ese, el cruz, cruzado, pastelero.
SupprimerJC aparece en numerosas ocasiones en el Salón de pasos perdidos. Arrebatos iracundos, cuitas navajeras, enfrentamientos sordos, confesiones sobre el negocio literario y sus actores e incluso, en uno de los últimos volúmenes, sorprendente y tierna mención por parte del Sr. Trapiello a la bondad y a la verdad del postrero libro del canario. Libro que no he leído y qué, al parecer, le gustó a Don Andrés por la vivida recreación de los recuerdos rememorados y la figura del padre.
SupprimerSolo recuerdo el Azorin de la escuela y lectura obligatoria en las sombras de la generación del 98. Ahi se quedo en los cuentos de la infancia. Pero las lecturas mas cercanas y frescas de MM y JL solo puedo decir que su sensibilidad en la escritura y su minimalismo ayudan a soportar la cotidianidad y apreciar mas ciertas cosas. Animo y recuperemos a muchos de los autores olvidados.
RépondreSupprimerSi alguien quiere leer algo bueno, y de paso y aprovechando los coyunda, tiene la suerte de iniciarse en los diarios del Trapiello, puede empezar por el Fanal Hialino, pgs. 74 a 80 y pico.
RépondreSupprimerEl Fanal Hialino (Pre-textos, 1997, página 75 y siguientes) Si le interesa saber más del asunto, el mismo relato de los hechos aparece en forma de palinodia (comúnmente jeremiada) en un libro de memorias de Juan Cruz: que si llevaba toda la tarde bebiendo, que si quería tanto al emérito sabio. Lo que no puedo es ya darle los datos del libro de Cruz, que lo leí de pie en una librería. Nola
RépondreSupprimerPues eso, a animarnos y a recuperar-nos, que visto lo visto falta nos hace. Az. en la bruma perdido y entrevisto y MM y Jl y sus santas madres chupando foco. Todo como debe ser.
RépondreSupprimerYo por lo menos preciso de descanso porque veo que todo es peor de lo que uno se imagina. Me voy a enganchar a un concurso de la tele, que se sufre menos. Las sombras del 98!! Y el gobierno sigue sin meter mano en la TVE, algo va a pasar seguro, es el fin de todo y nos lo ocultan...para hacernos sufrir el doble cuando llegue. El despido libre nos va a parecer Benidorm.Al tiempo, al tiempo...
La carta, Sr. Partre, es deliciosa y por el mucho amor de su autor a la Srta. Etelvina le perdonamos la dudosa ortografía.
RépondreSupprimerPero, qué emoción, que quietud en la inquietud, que sosiego en el desasosiego, etc. Yo he leido recientemete Doña Inés y es una pena que tengamos tan olvidado al maestro.
Atentos saludos
Literatos, cuidadín con las cartas o correos que escribís a las señoritas, que luego cuando seáis famosos difuntos, las sacan a relucir y Etiam Homerus aliquando dormitat
RépondreSupprimer“(…) Pero yo seguía sin abrir la boca. Por fin la muchacha que lo acompañaba, y que se había quedado a un lado, azarada también, se acercó y le tiró de la manga de la chaqueta para llevárselo. Lo que no habían logrado sus amigos, no iba a conseguirlo una mujer, y menos en presencia de media Poesía española, así que siguió salpicándome de basura. La muchacha era muy guapa. Yo me dije, es increíble, la muchacha es bellísima. Sólo pensé en eso, en el contraste vivo de ellos dos”. (El Fanal Hialino, pág. 81). Gracias de nuevo, Anónimos 07:50 y 08:04. Viva el buen anonimato.
RépondreSupprimerJC aparece en numerosas ocasiones en el Salón de pasos perdidos. Arrebatos iracundos, cuitas navajeras, enfrentamientos sordos, confesiones sobre el negocio literario y sus actores e incluso, en uno de los últimos volúmenes, sorprendente y tierna mención por parte del Sr. Trapiello a la bondad y a la verdad del postrero libro del canario. Libro que no he leído y qué, al parecer, le gustó a Don Andrés por la vivida recreación de los recuerdos rememorados y la figura del padre.
RépondreSupprimerSus sospechas son certeras. Ese, el cruz, cruzado, pastelero.
RépondreSupprimerMuchas gracias también a ustedes dos y al dueño del almanaque.
RépondreSupprimerYa no se lee a Azorín en los colegios, en el mío apenas lo leímos, descubrí al pequeño filósofo sola, a los dieciocho años, y nunca me he cansado de leerlo y releerlo.
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