LA vida en el campo, decíamos ayer, le permite a uno mirar papeles viejos, unos leídos y olvidados, otros a la espera. Entre los primeros, aquel viejo texto de Walter Benjamin que tradujo José Muñoz para un estupendo dossier Gómez de la Serna que preparó JM Bonet en El Europeo (1988), "Sobre El Circo" de Ramón. "Me parece –dice WB– que sólo existen dos profesiones (y no son las que a uno se le ocurrirían) que estén íntimamente relacionadas con la paz. Y no me refiero a las muy cuestionables Hermanitas de la Caridad (que, en definitiva, están a la espera de la guerra, sólo que no como los generales), ni tampoco a los pacifistas (que viven del peligro bélico, sólo que de modo distinto que los traficantes de armas). Se trata de los matemáticos y de los clowns: los maestros del pensamiento abstracto y de la physis abstracta. La paz avalada por sus firmas sería la única paz de la que yo me fiaría. Esta paz sellada en un gran circo sería también una paz puesta bajo el signo del mundo de los animales, que habría asumido el patronazgo de la humanidad". Sigue WB un trozo más en sus divagaciones, sin duda contagiado por el espíritu divagatorio de Ramón, el escritor más contagioso de la vanguardia: "El humor más jovial y la melancolía más negra. La tertulia más vanguardista en el café más romántico. El inventor de nuestra prosa moderna y el último costumbrista. La novela más larga y la más corta. La interminable divagación entre el humo del tabaco y el relámpago de la brevísima greguería", nos dirá JMB.
Aunque en realidad no quería uno tratar de estas dos respetables profesiones, sino de los oficios, pero sucede en la vida campestre que no acaba uno haciendo lo que quiere, sino viviendo al ritmo de las cosas que le van saliendo al paso, en las que se queda por el gusto de no ir a parte ninguna.
Del libro Amaestramiento de animales, de Sebastián Gasch. Ed. Fama, Barcelona 1955. |
Acabo de ver un corto film sobre la bucolica vida campestre, que proviene de los países teoricamente mas avanzados ; la ultima granja, por si tienen ganas de animar el espíritu y alegrarse de que se haya adelantado la primavera al fin y al cabo las paces no son si no la antesala de las guerras http://www.youtube.com/watch?v=Oh7sQ4hPnyk
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cuando estaba inspirado yo creo que Ramón dominaba a la perfección, en efecto, el salto del tigre, pues tienen algo las greguerías de fulgurante abalanzarse metafórico sobre la realidad, bajo la atenta mirada del domador, claro .
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Una paz avalada por reporteros de guerra seria para mi la valida . Son los que se la juegan, no son cantos de sirena, aunque cuanto más avales mejor
RépondreSupprimerSaludos