TRADUCIDA del inglés por Elvira Lindo, que la circuló ayer en su fbook, y encontrada en él por M., aquí la traemos con nuestra gratitud a E.L.. No se puede ser más generoso: con esta carta tan sabia como llena de afecto, A. Ch. nos hace de su misma estirpe y nos recuerda que siempre que tratamos de cultivarnos tenemos 30 años, lo mejor de la vida. Tenía él, al escribirla, 26.
* * *
CARTA DE ANTON CHEJOV A SU HERMANO MAYOR NIKOLAI
Moscú, 1886
¡A menudo te me quejas de que la gente no te entiende! Goethe y Newton no se
quejaban de eso… Sólo Jesucristo se quejó, pero él estaba hablando de Su
doctrina y no de Sí mismo. La gente te entiende perfectamente. Y si tú no te
entiendes a ti mismo, no es culpa de nadie.
Te aseguro, como hermano y como amigo, que te entiendo y te aprecio con todo mi
corazón. Conozco tus grandes cualidades como conozco la palma de mi mano. Las
valoro y las respeto profundamente. Si quieres, para demostrar cuánto te
entiendo, puedo enumerar todas esas virtudes. Pienso que eres amable hasta
extremos de blandura, magnánimo, generoso, listo para compartir tu último
centavo; no sientes ni envidia ni odio; eres sencillo de corazón; tienes piedad
por los hombres y por los animales; eres confiado, sin resentimiento ni
malevolencia y no eres rencoroso. Tienes un don del que otra gente carece:
tienes talento. Ese talento te sitúa por encima de millones de hombres, porque
en la tierra sólo uno entre dos millones es un artista. Tu talento te distingue
de los otros: si tú fueras un sapo o una tarántula, incluso entonces, todo te
sería perdonado.
Tú sólo tienes un fallo, y lo falso de tu posición, tu infelicidad y tus
problemas intestinales son debidas a él. Se trata de tu extremada falta de
cultura. Perdóname, por favor, pero “veritas magis amicitiae”… Verás, la vida
pone sus condiciones.
Para sentirte bien entre gente educada, estar como en
casa y feliz entre ella, uno debe ser cultivado en cierta manera. El talento te
ha introducido en ese círculo, tú perteneces a él, pero… estás siendo apartado.
Y es que las personas cultivadas satisfacen, en mi opinión, las siguientes
condiciones:
1. Respetan la personalidad ajena, y además son siempre amables, gentiles,
educados, y listos para ceder ante los otros. No montan un escándalo porque una
herramienta se haya perdido; si viven con alguien no lo entienden como un favor
que hacen, y no andan diciendo, !nadie puede vivir contigo! Disculpan el ruido
y el frío y la carne seca y la presencia de extraños en sus casas.
2. No sólo tienen simpatía por los mendigos y los gatos. Su corazón se duele
también por lo que su ojo no ve. Se levantan de noche para ayudar, para pagar
la universidad de sus hermanos, y para comprar ropas a sus madres.
3. Respetan la propiedad ajena, y pagan sus deudas.
4. Son sinceros, y temen a la mentira como al fuego. No mienten ni tan siquiera
en pequeñas cosas. Una mentira insulta al que la escucha y le pone en una
posición humillante a los ojos de quien la cuenta. No fingen, se comportan en
la calle como en casa, no presumen ante sus camaradas más humildes. No son
dados a la charlatanería, ni fuerzan a los otros a escuchar confidencias no
deseadas. Por respeto a los demás a menudo mantienen silencio en vez de hablar.
5. No se desprecian a sí mismo para despertar compasión. No manipulan los
corazones de otras personas para sacarles algo. No dicen, soy un incomprendido,
o me he convertido en alguien de segunda fila, porque todo eso tiene un efecto
barato, es vulgar, falso…
6. No tienen una vanidad hinchada. No les importan esas ridiculeces como
conocer a gente famosa, o estrechar la mano al borracho P. Si ganan un poco de
dinero no lo malgastan como si hubieran hecho cientos de rublos.
7. No presumen de entrar en lugares donde otros no son admitidos. El talento
verdadero se mantiene siempre oculto entre la multitud, y tan lejos como sea
posible de la publicidad. Incluso Krylov ha dicho que un barril vacío puede
tener más eco que uno lleno.
8. Si tienen talento lo cuidan. Sacrifican a ese talento el descanso, las
mujeres, el vino, la vanidad… Están orgullosos de ese talento. Además, son
cuidadosos.
9. Desarrollan un sentido de la austeridad. No pueden irse a dormir con la ropa
puesta, ver cucarachas por las paredes, respirar aire viciado, caminar sobre el
suelo que se ha escupido, cocinar sobre una estufa aceitosa. Buscan tanto como
sea posible contener y ennoblecer el instinto sexual. Lo que quieren en una
mujer no es solamente una compañera de cama… No buscan esa agudeza que se
manifiesta en la mentira continua. Quieren, especialmente si son artistas,
frescura, elegancia, humanidad, la capacidad de una mujer para ser madre… No
beben vodka a cualquier hora de la noche y del día, no olfatean en las alacenas
porque no son cerdos. Beben solamente cuando están de recreo, en ocasiones.
Defienden una mens sana in corpore sano.
Y todo eso. Así es como es la gente cultivada. Para ser cultivado y no estar
por debajo del nivel de tus semejantes no sólo es necesario haber leído The
Pickwick Papers y haberse aprendido el monólogo de Fausto. Lo que se
necesita es trabajo constante, día y noche, lectura continuada, estudio,
voluntad… Toda hora del día es preciosa para ello.
Vuelve a nosotros, estampa la botella de vodka, túmbate y lee… a Turgenev, si
quieres, a quien no has leído.
Tienes que renunciar a tu vanidad, no eres un niño… pronto tendrás treinta años.
¡Este es el momento! Yo lo espero. Todos lo esperamos de ti.
Estimulantes consejos, propios de una persona ecuánime, sabedor de una corta vida para él a causa de su tuberculosis. Un perfecto manual de uso para personas pueden pasar por la vida y vivirla, apurando cada sorbo con delectación. Un recuerdo, aunque vago, a las "Meditaciones" de MA.
RépondreSupprimerRenunciar a la vanidad..., puede convertirse en el mayor imperativo moral, por su imposibilidad, precisamente.
RépondreSupprimer“(…) En Oreanda se sentaron en un banco, cerca de la iglesia, y miraron abajo, al mar, en silencio. Yalta apenas era visible a través de la niebla matutina, en las cimas de las montañas unas nubes blancas estaban inmóviles. Las hojas de los árboles no se movían, las cigarras chirriaban, y el monótono y sordo rumor del mar, que llegaba desde abajo, hablaba de la paz y del sueño eterno que nos espera. Así sonaba el mar allí abajo, cuando aún no estaban aquí ni Yalta, ni Oreanda, así seguía sonando ahora y así seguirá, tan indiferente y sordo, cuando nosotros ya no estemos. Y en esta inalterabilidad, en esta absoluta indiferencia a la vida y a la muerte de cada uno de nosotros se oculta, probablemente, la prueba de nuestra salvación eterna, del constante movimiento de la vida en la tierra, del constante perfeccionamiento".
A.CHÉJOV, “La dama del perrito”, 1899.
“La dama del perrito” (1899)… o “Historia de mi vida” (1896) que por el azar de esta hoja acabo de leer en un par de horas. Chejov, qué gusto siempre leerle. Como a Baroja, nombre al que Anton Pavlovich parece arrastrarnos. Pasen y lean.
Supprimerhttp://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/historia-de-mi-vida--0/html/
“Hubo unos instantes de silencio. La abracé, la atraje hacia mí y di un largo beso en sus labios. Al besarla, me hice sangre en la cara con el alfiler de su sombrero.”
Qué gracia (y futura desgracia) esa sangre en el beso. Las muy rusas desventuras de los hermanos Poloznev. Mijail, el noble metido a proletario, ¡y Cleopatra!, en sus amores con María Victorovna y el doctor Blagovo, los otros rusos, en fuga de la madre y madrastra patria.
Curiosamente, estoy leyendo "La civilización del espectáculo" de Mario Vargas Llosa y en ella nos habla de la cultura y su desaparición como concepto porque este acaba ampliándose de tal manera que se ha desnaturalizado. Aquí Chejov habla de cultura, pero quizá el término no sea el más adecuado, parece que habla del cuidado de uno mismo y de la educación. En lo que sí están de acuerdo el autor peruano y el ruso es en que para llegar a la cultura, a ser un verdadero hombre cultivado, es necesario el esfuerzo y las horas delante de un libro. Y no esta cultura del garabato y el manchurrón en el lienzo. Arco nos espera ansioso por transportarnos al paraíso de la vanidad, la estulticia y la mentira. Ay, Chejov quién te tuviera de nuevo.
RépondreSupprimer¿Y no es la voz de la vanidad la que da muchos de esos consejos?
RépondreSupprimer"Para ser cultivado y no estar por debajo del nivel de tus semejantes no sólo es necesario haber leído The Pickwick Papers y haberse aprendido el monólogo de Fausto. Lo que se necesita es trabajo constante, día y noche, lectura continuada, estudio, voluntad… Toda hora del día es preciosa para ello".
Según el párrafo, el reto de ese cultivo es la comparación con tus semejantes. Y en esa comparación es donde surge la verdadera inferioridad: la de la vanidad que se compara.
Leer, ser amables, reflexionar antes de decir tonterías...Todo eso está al alcance de cualquier persona civilizada. Pero si un hombre verdaderamente cultivado se ve rodeado de eruditos que compiten entre sí abandonará discretamente la reunión, dejándoles en la sala un pedo, disimuladamente, si se da la ocasión...
Más vale la calidad de lo aprendido que la cantidad. Muchos saberes inútiles descentran. Y tampoco tiene ningún sentido llegar a ser lo que otros esperan de ti. Eso es caminar hacia el desasosiego, cuando es el sosiego, por el contrario, el único saber profundo.
También Muñoz Molina nos habla hoy en su blog de Chejov.
RépondreSupprimerLos mejores comentaristas estamos en Hemeroflexia , yo pienso que tenemos que escribir con probidad y ser un bálsamo para los lectores y quien tenga un estilo equivocado pues tendrá que cambiar de posición y buscar otro estilo , todos cometemos errores y la voz de la vanidad puede dar consejos pero no sentar cátedra . Yo tengo varios nick porque tengo varios estilos , no puedo opinar igual en Hemeroflexia que en Miami ( ni parecer la misma persona ) ya que en Miami la gente es diferente , es mucho más feliz y por lo tanto más agradecida y te hacen ver que un comentario ha ayudado a cientos de personas con unos halagos que aquí nunca he visto yo se le haya hecho a nadie . No podía contar esto sin caer en vanidad pero esperó les haya resultado al menos sorprendente .
RépondreSupprimerSoy un fan de Chejov
Chejov :
RépondreSupprimerUn artista obseva ,selecciona , adivina y sintetiza
Sí , me estoy convenciendo cada vez más que no es cuestión de formas nuevas o viejas , sino de escribir sin pensar en ninguna forma , escribir porque fluye libremente el alma .
Cualquiera que sea el tema de conversación , un viejo soldado siempre hablará de la guerra.
la brevedad es la hermana del talento
Como menudas gotas de lluvia, el tic-tac del reloj perdiéndose en el pozo sin fondo del tiempo...
RépondreSupprimer“(...) Después de la cena, Tatiana Ivanovna, sentada modestamente en un rinconcito, empezó a tejer, mientras él, sin apartar los ojos de sus deditos, no cesaba de charlar.
--¡Apresúrense a vivir amigos! -- decía – ¡Dios les libre de sacrificar el presente por el futuro! ¡El presente es la juventud, la salud, el ardor!... ¡El futuro, en cambio, es engaño, humo!... ¡Apenas cumpláis veinte años, empezad a vivir!”
(A. Chejov, “El consejero secreto”)
Soy el anónimo que planteó lo de la voz de la vanidad. A la carta, muy bien escrita, no le encuentro el mismo valor que vosotros.
RépondreSupprimer¿Por qué llega a ser pública la carta a un hermano con problemas? ¿Es un acto de amor, o está la más odiosa vanidad en medio? Si es amor, verdadero amor de hermanos, no sería pública jamás. Esas cosas se dicen en casa: mi madre no hizo público cuando hace diez años llegué bebido a casa, pero aprendí la lección. En cambio, de esta manera, Chejov se preocupa de retratarse como "superior" a su hermano, que queda el pobre como una oveja negra. Pero en realidad todo y cualquiera es "superior": yo soy superior, pero no superior a Andrés Trapiello, ni superior a mi perro, ni superior al ordenador en el que tecleo. Cada cosa, todo, hasta el defecto, mirado con profundidad, es superior por el hecho mismo de ser. El hecho de que Chejov fuera un gran escritor no nos obliga a decir a todo que sí: él también fue un ser humano y, como tal, incurría en los lugares más comunes del error.
¡Enhorabuena Sr. Trapiello por su Almanaque! .... Por las respuestas inteligentes de sus lectores, , los que se alegran y los enfadadísimos. Todos rejuvenecemos un poco cada día con él.
RépondreSupprimerSiempre me ha gustado "El Jardín de los Cerezos"
Bien chejoviana carta de “Chéjov a A. N. Pleschéiev, Sumi, 26 de junio de 1889” contándole la muerte de su hermano Nikolai, pintor, tuberculosis también. Aquellos enfermos y muertos, un viaje con tanto frío, el camino embarrado, el telegrama mojado, el ensayo del melodrama, primer ataúd, la hierba melosa, el confortable yacer. Aquella Rusia. Todo terriblemente vivo ahora mismo aquí:
RépondreSupprimer“El pobre pintor ha muerto. En Luká se derretía como la cera y no había un solo momento en el que pudiera liberarme de la idea de la proximidad de la catástrofe… Era imposible decir cuándo moriría Nikolai, pero yo tenía claro que moriría pronto. El desenlace se produjo en las siguiente circunstancias. Svobodin estaba de visita en mi casa. Aprovechándome de la llegada de mi hermano mayor, que podía sustituirme, quise descansar y respirar unos días otro aire; convencí a Svobodin y a los Lintvariov y me fui con ellos a la provincia de Poltava, a casa de Smaguin. Como castigo por haberme ido, todo el camino sopló un aire tan frío y el cielo estaba tan nublado que parecía que estuviéramos en la tundra. A mitad del trayecto empezó a llover. Llegamos a la casa de Smaguin de noche, mojados, fríos nos echamos sobre unas camas frías y nos dormimos bajo el ruido de la lluvia fría. Por la mañana hacía el mismo tiempo indignante de la región de Vologda, no olvidaré en toda mi vida ni el camino embarrado, ni el cielo gris, ni las gotas de agua en los árboles, y digo que no lo olvidaré porque por la mañana llegó de Mírgorod un hombrecillo que traía un telegrama mojado: «Kolia ha muerto». Se puede imaginar cuál era mi estado. Tocaba galopar de vuelta a caballo hasta la estación… En Romni esperé desde las siete de la tarde hasta las dos de la madrugada. Estaba tan aburrido que fui a callejear por la ciudad. Recuerdo que estaba sentado en un parque; estaba oscuro, el viento era terriblemente frío, todo era terriblemente aburrido, y detrás de la pared oscura cerca de la que estaba sentado unos actores ensayaban un melodrama.
La desgracia se había apoderado de nuestra casa. Nuestra familia aún no conocía qué era la muerte, y nos tocaba ver un ataúd por primera vez.
Organizamos un funeral excelente para el pintor. Le llevamos sobre nuestras esplandas, con pendones, etcétera. Lo enterramos bajo la hierba melosa del cementerio del pueblo; la cruz era visible desde el campo, a lo lejos. Parece que yacer le resulte confortable. Probablemente me vaya a algún sitio, Pero no se´adónde…”
ÍGOR N. SUJIJ, “Chejov en vida. Una biografía en documentos”. Alba Clásica, 2011.
“Esplandas”: espaldas, perdón. Del mismo libro del señor Sujij:
SupprimerOlga Leonárdovna Knípper-Chéjova (1868-1959), actriz, en “Sobre A. P. Chéjov”, escribe cómo murió su marido en el balneario alemán de Badenweiler, en la Selva Negra, una calurosa noche de julio de 1904. "Algo enorme que se acerca", pero también algo teatrero el relato, da esa impresión: ―Me muero / la copa de champán / la enorme mariposa negra / el corcho que salta de una botella.
“Antín Pávlovich se fue al otro mundo silenciosa y tranquilamente. Al principio de la noche se despertó y por primera vez en toda la vida pidió personalmente que llamaran a un médico. La sensación de que algo enorme se acercaba concedía a todo lo que yo hacía un sosiego extraordinario y una precisión como si alguien me estuviera guiando con toda seguridad. Sólo recuerdo un momento espantoso en el que me sentí perdida: la sensación de proximidad de una enorme cantidad de gente en un enorme hotel que dormía y al mismo tiempo un sentimiento de total soledad e impotencia. Recordé que en aquel mismo hotel se hospedaban unos estudiantes rusos a los que conocíamos, dos hermanos, y le pedí a uno de ellos que llamara a un médico, mientras yo cortaba hielo para ponerlo sobre el corazón del moribundo. Y en medio del silencio abrumador de una noche de julio insoportablemente sofocante oigo unos pasos que se alejan por la arena crujiente…
Vino el doctor y mandó traer champán. Antón Pávlovich se incorporó y, de forma significativa, le dijo al doctor en voz alta y en alemán (sabía muy poco alemán): «Ich sterbe…» Luego cogió la copa , volvió su cara hacia mí, sonrió con su sonrisa excepcional y dijo: «Hace tiempo que no bebo champán»… Se bebió tranquilamente la copa entera, se acostó en silencio sobre su lado izquierdo y al cabo de poco calló para siempre… Y el espantoso silencio de la noche sólo fue interrumpido por una mariposa negra nocturna de enormes dimensiones que irrumpió como un torbellino y que golpeaba penosamente las bombillas eléctricas encendidas y se agitaba por la habitación.
El médico se marchó en medio del silencio y el sofoco de la noche, y con un terrible estruendo saltó el corcho de una botella de champán que había quedado a medias…”
Hola.Como información añadir que en la primera foto,en la que fue tomada originalmente estaba otra persona,que luego parece ser que por la vicisitudes de la vida y el tiempo termino desapareciendo de ella,Gorki.En estos enlaces hay una copia:
RépondreSupprimerhttp://calledelorco.com/2013/01/19/gorki-chejov-tolstoi-amistad/
http://www.gettyimages.es/detail/fotograf%C3%ADa-de-noticias/tchekhov-gorki-and-tolstoi-portrait-of-russian-fotograf%C3%ADa-de-noticias/120456055
Josea.
En el libro “Chéjov en vida” (traducido directamente del ruso al parecer), la carta, completa, aparece como único contenido de la sección “EJEMPLO”. Según los editores “el ejemplo fue inútil. El pintor moriría tres años más tarde sin llegar a tiempo de nada, tras superar apenas los treinta. Por lo visto, Chéjov no lo escribió para Nikolai, sino para sí mismo”.
RépondreSupprimerTarea tremenda la traducción. Qué de matices. Solo otro ejemplo. Primera condición que según Chéjov debe satisfacer las gente bien educada: “Respetan a las personas, y por eso son siempre indulgentes, tiernos, amables, condescendientes… No se pelean por un martillo o por un goma que han perdido…”. Elvira Lindo a través del inglés: “Respetan la personalidad ajena, y además son siempre amables, gentiles, educados, y listos para ceder ante los otros. No montan un escándalo porque una herramienta se haya perdido…”
Personas / personalidad,
indulgentes / amables,
tiernos / gentiles,
amables / educados…
“Condescendientes” parece bastante mejor que “listos para ceder ante los otros”. Frente al martillo y la goma en el ruso original, la “síntesis” quizá favorezca, en cambio, la “herramienta perdida” de E.L.
(Frederic Guerrero-Solé y Oksana Gollyak: consten los nombres de los traductores de “Chéjov en vida”; sí, tan bueno como duro el trabajo de todos ellos).