AQUÍ van completas las respuestas a este cuestionario que me enviaron el otro día de un periódico. La cosa iba de libros viejos, y en vez de ir al grano y responder que a uno no le gustan los libros por viejos ni por nuevos, trata de mostrarse aplicado. ¿Cuando aprenderemos de Camba ("mire, lo que le voy a contar, mejor lo escribo yo, y lo cobro yo")?
O sea, que al final se queda uno otra vez a medio camino, y lo que sale ni es una entrevista pasable ni un mal artículo. Y como dice la juventud: gratis total.
O sea, que al final se queda uno otra vez a medio camino, y lo que sale ni es una entrevista pasable ni un mal artículo. Y como dice la juventud: gratis total.
1. Si tuviera que elegir un ejemplar de su
biblioteca que destacara por su calidad y rareza o importancia como lector para
usted, ¿cuál sería y cómo lo encontró?
La Fontana de Oro, la primera
novela de Galdós. Dedicado de su puño y letra a José María de Pereda. Lo compré
en el Rastro hace muchos años, a Conchita, una librera encantadora, paciente y
comprensiva con nuestra pobretería. Creo que leía los libros como Ruben Darío,
por emanación, y eso le bastaba para ser una buena librera.
2 ¿Sabe si existen muchos ejemplares de ese
libro actualmente?
¿Dedicado a José María de Pereda? Diría que no. Sin
dedicar, pocos: ¿cien ejemplares, doscientos? No muchos más.
3. ¿Qué es lo que lo hace tan especial para usted?
La novela galdosiana que trajo consigo: ¿cómo y por
qué llegó al Rastro? Nos recuerda también que en los márgenes y desechos de la
vida nos espera lo más valioso (*). ¿No hubiera sido mejor haber encontrado Fortunata
y Jacinta dedicado, pongamos por caso, a Baroja? Desde luego,
pero la realidad, aunque no esté a menudo a la altura de la ficción, es más
generosa: nos da lo inexplicable.
4. Dénos alguna pista: ¿cuál es, a su juicio, la
mejor librería de viejo de España y por qué?
Una del pasado: Mirto, maravillosa, frente al
Botánico; su dueña, Herminia Muguruza, era una mujer refinada, en la onda de la
ilustración institucionista, y muy comprensiva también con nuestra pobretería;
y dos de ahora, Gulliver, de Manolo Domínguez, en Madrid, y Renacimiento, de
Abelardo Linares, en Sevilla: ellos no sólo comprenden nuestra pobretería, sino
que la comparten. En las tres he encontrado siempre algo más que libros:
historias y amistad. Las librerías que sólo tienen libros, me interesan menos.
A quienes van detrás de incunables o góticos o de lujo, estas librerías es
probable que no lo les digan nada, como tampoco a mí me suelen decir nada esas
otras librerías anticuarias con encuadernaciones suntuosas e infolios
majestuosos. Me gusta verlos, pero los libros son para leer. Libro que no has
de leer, déjalo correr. Yo empecé a ir a las librerías de viejo, hace cuarenta
años, porque los libros que quería leer no estaban en las de nuevo. Hablo de
JRJ, casi todo Azorín, mucho de Baroja, mucho Unamuno, todo Gómez de la Serna,
d’Ors, Miró, por no hablar de lo que se decía menor, por ejemplo Pla, Cunqueiro, Chaves
Nogales, Ruano, Gaziel, Sánchez Mazas. Y, claro, por aquello que decía JR, que
he repetido mucho: “En edición diferente los libros dicen cosa distinta”.
5. ¿Compra libros en la red?
De viejo, a menudo; de nuevo, nunca.
6. ¿Cuántos volúmenes tiene en la actualidad su
biblioteca y cuál querría que fuese su destino final?
Es difícil contarlos, porque entran unos y salen
otros al librero de viejo. En una biblioteca particular tan importante es lo
que entra como lo que sale. En cuanto al destino final de un libro: es difícil
de conocer. Ahí está ese ejemplar de La Fontana de Oro para
relativizarlo todo.
7.
¿Cómo se imagina las bibliotecas del futuro? ¿Resistirán el desafío de los
libros digitales?
Las imagino como las de hace cien años: solitarias, secretas, silenciosas.
(*) Cada vez que salía un cuadro suyo en una subasta, C.L. decía: "Una noticia triste, porque suele ser por una de estas tres causas: se ha muerto su dueñ*, ya no le gusta, necesita el dinero". Con los libros viejos sucede todo más o menos de la misma manera, con este agravante: por lo general ni quien vende un libro viejo sale de pobre ni quien lo compra para venderlo se hace rico.
C.L. decía: "Una noticia triste, porque suele ser por una de estas tres causas: se ha muerto su dueñ*, ya no le gusta, necesita el dinero".¿Decía "dueñ*" C.L. o decía la palabra "dueño"? Si cita, respete la literalidad.
RépondreSupprimerVaya, otro de los que le señalas el sol y se fijan en la uña.
Supprimer"Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?... Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro".
RépondreSupprimer( Franz Kafka )
¿Qué va a contar el sábado en los misterios menores eleusinos?
RépondreSupprimerNo lo sé muy bien. Supongo que será una conversación entre amigos, de sobremesa.
SupprimerYo si tuviera que escoger un ejemplar entre mis 10.000-12.000 libros (el 90 % de los cuales comprados durante mis más de 30 años de peregrinaciones semanales por los tres rastros y la media docena de buenas librerías de ocasión parisinos) escogería una edición de los "Caractères" de La Bruyère de 1790 comprada por 10 francos hace unos 15 años en el marché aux puces de Vanves, donde un día apareció un tipo con un cajón lleno de libros viejos vendidos todos al mismo precio. Durante los 3 o 4 domingos que estuvo allí le compré 4 o 5 docenas de libros de los siglos XVIII y XIX sobre todo, entre los cuales una edición de 1824 de las geniales "Lettres" de Mme du Deffand y un Quijote en español de 1835.
RépondreSupprimerEl año pasado en el rastro de Montreuil (al que voy todos los sábados, porque hay allí una mujer que vende entre 2 y 5 euros los libros que acaban de salir y que tienen un pequeño defecto - en general la portada está un poco rota o tiene un golpe que apenas se ve) pagué 50 céntimos (2 libros, 1 euro) por las "Poesías completas" de A.Machado publicadas por Espasa-Calpe en 1928 (con el precio por detrás: "siete pesetas"). En el Net hay alguien que lo vende a 300 euros, lo cual me parece mucho dinero. El año pasado también encontré en Boulinier (una librería muy barata, a pesar de estar en uno de los lugares más céntricos de París - 20 Bd. St.Michel) las Obras Completas de Lorca en la colección Aguilar (1971) por ¡ 3 euros !, libro que ya había comprado por 5 € en el rastro de Clignancourt unos años antes (la edición de 1967). En Francia los libros extranjeros se venden muy baratos y además se puede hacer bajar el precio, mintiendo, muy fácilmente. Un día un tipo vendía en una de las "boutiques" de Clignancourt (donde hay por cierto la librería de segunda mano más grande de Europa – 150 000 libros -, pero muy cara) los 3 volúmenes de Calderón (Dramas, Autos sacramentales, Comedias) en la colección de Aguilar por 50 euros. Como me interesaban mucho y me parecían caros le pregunté si no tenía los volúmenes 4 y 5 de esas O.C., titulados respectivamente “Novelas” y “Cuentos”, porque si no, así incompleta, la colección me parecía muy cara. El tipo se tragó la bola y bajó inmediatamente el precio a 20 €. Y cuando le ofrecí 15 cedió contento.
Entiendo que se mienta, pero no le veo la lógica a enorgullecerse de ello contándolo a los cuatro vientos. Se ve que la lectura de La Bruyère no le ha aprovechado al lejano del post anterior.
RépondreSupprimerYo añadiría que al comentarista lejano tampoco parece haberle aprovechado la lectura de sus 12.000 libros con los que quiere impresionarnos. Muchos libros son.
Supprimer@ tintachina
SupprimerMuy significativo que confundas el hecho de poseer un libro con el hecho de haberlo leído. Y signo de que conoces muy bien el vicio de los Rastros y de las librerías de segunda mano.
En cuanto a la cantidad, podría haber tenido 3 o 4 veces más de haber vivido en un piso más grande, vista la cantidad de buenos libros a precios irrisorios que pueden encontrarse en esta ciudad, que te recuerdo que es la más cara y la más barata a la vez de Francia. Además, y contrariamente a A.Trapiello, yo no vendo nunca. Tengo una reserva de libros (repetidos - como las O.C. de Lorca en Aguilar - o de temas que no me interesan) comprados muy baratos sólo para venderlos más caros, pero por el momento no he necesitado hacerlo.
Ni al Quaker del post posterior, puesto que confunde contar una argucia de negociación de Rastro con el orgullo de contar que se miente.
RépondreSupprimer"La sotte envie de discourir vient d'une habitude qu'on a contractée de parler beaucoup et sans réflexion." (La Bruyère. De l'impertinent ou du diseur de rien).
Mis libros viejos son mis viejos libros. Algunos de mi padre, pocos, y los demás de los años 60 y 70, poco a poco los cedo a bibliotecas, que apenas muestran interés. El libro que más aprecio es una edición del "Quijote" en dos tomos, ilustrada para jóvenes con unos cuadros muy sugestivos, en esta edición aprendimos a leer libros con un maestro excepcional que comenzaba todos los días la clase con una lectura cervantina, se llamaba Antonio, como Machado, aunque con diez años no lo entendía muy bien, creo que sabía que aquello era importante para la vida. Lo fue.
RépondreSupprimerY hablando de libros, ¿nadie por aquí vende (a precio menos delirante que los que se ven en Iberlibro) o intercambia, los 4 volúmenes de los Glosarios de d’Ors en la edición de Aguilar, que busco desde hace muchos años, dado que en la biblioteca del Instituto Cervantes de aquí no los prestan, como tantos otros libros viejos que tienen - los más interesantes?
RépondreSupprimerYa decía yo que un pedantuelo empalagoso como usted tenía que ser persona cultísima. Aunque pensé que habría leído por lo menos 13.500, 12.000 no me parecen tantos. Siga ilustrándonos vuecencia, que AT se nos queda corto.
RépondreSupprimerEl mismo amargado del primer comentario al que A.T. ha contestado ya:
Supprimer"Vaya, otro de los que le señalas el sol y se fijan en la uña."
(¡Cuánto frustrado resentido sigue habiendo en la España cainita de siempre!)
Vamos, vamos déjese de chiquilladas y reconozca que si desde que tuvimos la suerte de contar con su presencia no ha dejado de asombrar a propios y extraños jugando al papel de "alumno más aventajado de la clase" no caería tan repelente. Y eso que menos mal que es lejano, como el West, porque de ser cercano nos enseñaría que frustración se escribe en francés también sin hache.
SupprimerLea este consejo 10 o 12.000 veces y cambie de actitud porque va a terminar dejando este foro vacío.
Podríamos dejarlo ya, si les parece bien.
SupprimerEntenderán los que siguen enviando comentarios sobre este asunto particular, que no se publiquen, para no entrar todos en bucle, que es la manera poética de decir en picado. Gracias.
SupprimerConchita, la librera encantadora; la realidad que no está a la altura de la ficción; Herminia, Manolo Domínguez y Abelardo Linares, también libreros los tres, ella tan comprensiva con la pobreteria de uno, y ellos que además la comparten; los libros, que son para leer y no para contarlos; y las librerías, imaginadas silenciosas, por ejemplo.
RépondreSupprimerAh, Andrés Trapiello, qué bonito, cuánta sencillez. Su realidad es mi ficción. Gracias.
En época de Camba había afición a la Literatura y cuando alguien daba conferencias los asistentes pedían al autor un pensamiento con su firma e incluso asediaban a los autores en el hotel con la misma pretensión .
RépondreSupprimerCamba se negaba a escribir gratis y en el hotel ( esto pasó en America ) un mayordomo negro se había postulado como aficionado a las letras . Camba le pregunto si era capaz de escribir pensamientos y el negro dijo que si " que tengo cierto talento " , por lo que Julio le dió varias cartulinas en blanco ( solo Llevaban la firma del escritor ) que el aficionado rellenó con sus ideas ( eran ideas con cuatro letras ) y Camba repartía para sus compromisos y fans , el caso es que la gente quedaba encantada y él quedó bien y consiguió no escribir por la cara ( genio y figura ) .
Espero les haya gustado
http://elpais.com/elpais/2014/02/18/vinetas/1392738450_395003.html
RépondreSupprimer¿Justicia universal para el arte? "Ni se compra ni se vende el cariño verdadero", que dice la copla.
El libro viejo más valioso de los que poseo es un ejemplar original de "Los pueblos agregados a un término municipal. Contribución al estudio del Régimen Local", de don Vicente Flórez de Quiñones y Tomé. Igualmente valioso considero también un ejemplar (un poco estropeada la cubierta) de "Sociedad de masas y Derecho", de don Juan Vallet de Goytisolo. Adquirí estos libros en el rastro por precios irrisorios, aunque lo de menos es el precio. Son obras maestras del pensamiento español.
RépondreSupprimerPues espero que me permitan comentar un poco más el tema libresco.Mala fama han tenido siempre los libreros anticuarios, "sangraviudas " les llamo yo a veces cuando se da el caso particular. Pero los libreros de viejo, cada vez menos y con más competencia deshonesta, también invierten y suelen ser honestos ( el librero que no se hunde es honesto, vende y se les sigue ofreciendo género porque paga bien).Los aficionados a los libros y más si cobran buenos sueldos, no deberían presumir de pobretería sino de tacañería (creo que fue A.T quién dijo una vez que no hay nada más tonto que presumir de pobre, pero es peor presumir de lo segundo... y no señalen la uña).Todos vamos a los rastros a encontrar gangas y si el precio es bueno es deshonesto regatear.Es más, es muy ruin aprovecharse de la necesidad y la ignorancia ( es muy diferente "encontrar" que "sonsacar").El Lejano y A.T poseen algunas de las mejores bibliotecas sobre la literatura española y de arte y en base a ellas dan conferencias y publican libros sobre sus ejemplares, no hace falta añadir más (que cada cual...) Coincidí con el Lejano en el recinto más importante de libro antiguo del mundo.Le escribí una larga carta email que me pidió sobre mi visita a Les Puces, nunca recibí su respuesta : ni un monosílabo (ok, p.e, aunque todo esto no cuenta para el caso, es solo para que me identifique desde su lejanía).El coleccionismo tiene mucho de manía pero es una actividad honrosa en muchos otros sentidos y que está en la base de todos los museos de patrimonio colectivo o privado... hay excepciones, claro.La tacañería y el engaño en cambio no tienen ninguna base, en ninguna dimensión, y los augurios para ello no son nada buenos. Trapiello no sé si lo sabe pero en Internet se habla mucho de sus correrías en el rastro, nada bueno.Sabina en cambio tiene muy buena fama, será porque es "comunista", como dicen algunos.En fin, disculpen la intromisión.Saludos a todos.
RépondreSupprimerYo no sé si la biblioteca de El Lejano, a quien no conozco, es una de "las mejores bibliotecas sobre literatura española", pero la mía no lo es, de eso estoy seguro, lo que me hace pensar que usted no la conoce. Lo que dice usted de lo que dicen del Rastro y de mí, qué quiere que le diga, de ser cierto tampoco me importaría mucho, porque no los conozco yo, como tampoco a usted.
SupprimerA usted en persona no le conozco y su biblioteca tampoco, cierto, pero sus libros y su fama le preceden.Sobre los primeros: La España Negra, J.R.J ( Ninfeas y otros primerizos,también revistas); Ramón y vanguardias, Machado y Guerra Civil ...casi todo el siglo XX español en primera edición (véase Imprenta moderna, TV, BNE...) No sea tan modesto.Admito que me pueda haber equivocado con el Lejano, creí que se trataba de J.M.B y a él me refería.Mis disculpas a los dos.No me conoce usted e intuyo que tampoco lo desea: pero ser anónimo o simplemente alguien con un nombre en un blog abierto al público no es ser menos que alguien que tiene nombre y apellidos y fama como buen escritor ( usted lo es). Pues somos personas con nuestras virtudes y defectos y por intentar ser mejores es por lo que se nos juzga. Sabe mejor que yo, que soy solo un lector no filósofo, que cualquier juicio estético como decía Kant lo que implícitamente reclama es el consenso de los otros, lo universal, esa creo que es la misión de cualquier blog y las redes sociales."Para vivir solo hay que ser un animal o un dios —dice Aristóteles—. Falta el tercer caso: hay que ser ambas cosas — un filósofo".Si quiere que no participe más no tiene más que decirlo.Felicito al/ la responsable de publicar todos los comentarios, incluso, ( intuyo) los desagradables como el mío.
RépondreSupprimerNo hay para qué molestarse, aunque anda equivocado también en eso del anonimato, amigo. Usted tiene un nombre y unos apellidos como todos. Recuerde aquel "me llamo Satie como todo el mundo" o aquel "A Sánchez se le añade una hache y es Shakespeare". Y también en lo de que no deseo conocer a la gente se equivoca. Me encanta conocer a la gente, sobre todo si son anónimos como usted los llama, pero no a los que hacen comentarios desagradables o circulan insidias, desde luego, como le sucederá también a usted. Seguro que estamos de acuerdo en esto, sin dejar de ser simpáticos.
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