DE vez en cuando le llegan a uno, por lo general desde una sedicente izquierda, esta clase de roscos. Por lo general los dejamos correr. Pero algunos nos divierten tanto, que resultan irresistibles, y entramos al trapo. Sólo tienen de malo estas cosas, leyéndolas, el temor que nos infunden pensando que nuestros contrincantes son los que nos dan la medida de nuestro talento. Por fortuna, acto seguido, llegamos a la conclusión de que sólo obran así... por fatalidad. O dicho en otras palabras: "Así se las ponían a Fernando VII". Pero qué caramba, un día es un día.
Vaya por Orosia Castán, a quien no conozco de nada, y por sus ansias infinitas de "poner las cosas en su lugar".
Vaya por Orosia Castán, a quien no conozco de nada, y por sus ansias infinitas de "poner las cosas en su lugar".
Sin otro preámbulo, aquí van las puntualizaciones.
Primera: Jamás milité en el Partido del Trabajo, sino en el PCE(i), sección Joven Guardia Roja, de la que me expulsaron junto a dos compañeros camaradas en un memorable auto de fe meses antes de que el PCE(i) se transformara en PTE. En la cabecera de "nuestro" Mundo Obrero figuraban las efigies de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, o sea, lo mejor de cada casa, razón por la cual no entiendo bien qué quiere decir Orosia con eso de que sigo "descalificando a día de hoy con perseverancia inaudita" los principios de ese Partido. Perseverancia, desde luego, ¿pero inaudita?
Segunda: "En aquel contexto en el que todo el mundo se veía abocado a posicionarse", dice también. El último "salto" en el que participé en Valladolid, el Primero de Mayo de 1974, éramos cuarenta, treinta y nueve estudiantes y "el" obrero del Partido, que era un partido obrero, de clase. O sea un "todo el mundo" bastante reducido, en el que eso "molaba", como ella dice, poco. "Salto" era un sucedáneo de "manifestación", lo que duraban los manifestantes gritando las consignas, antes de ser dispersados por la policía, cosa de tres o cuatro minutos. Es obvio que Orosia no estaba allí.
Tercero: Si es verdad lo que entonces me contaron los compañeros camaradas Tejada y "Pepote", veteranos y encarcelados también por aquellos días, no fue la policía quien arrojó a Cancho por el hueco de la escalera (versión A), sino que se arrojó él mismo o cayó (versión B) huyendo de los "sociales" que lo estaban torturando. Se acordó, "por el bien del Partido y táctica revolucionaria", que convenía circular la versión A y no la B. Ni que decir tiene que el cambio de los factores no altera para mí un ápice el carácter criminal de los instigadores del hecho, pero si hoy hay que suscribir la versión B, se suscribe; sólo faltaba. Y seguro que hubo compañeros camaradas que supieron resistirse a la tortura y no delataron a sus compañeros camaradas (a saber qué haría cada uno de nosotros en ese trance), pero no fue el caso del compañero camarada responsable de mi célula si creemos lo que me contó dos semanas después el compañero camarada abogado que defendía a los compañeros camaradas del Partido, lo que me llevó a vivir seis meses a salto de mata (peor suerte corrieron los compañeros camaradas de célula que eran también colegas de piso, a quienes el queo del compañero camarada abogado no les llegó a tiempo, por vivir ellos uno en Eibar y el otro por allí cerca, no recuerdo ya dónde: año y medio de cárcel que les debe el compañero camarada responsable de célula). Todo eso se relata, en efecto, en El buque fantasma, novela de la que se llevan vendidos en España unos cuarenta mil ejemplares. Sigue en mercado en ediciones de bolsillo, y por muy poco dinero podrá leerla; no quiero decir que Orosia vaya a enterarse de mucho, pero leer de pie y a hurtadillas trescientas páginas tiene que ser un incordio, si es verdad que la ha leído... entera (ya será un poco menos). Aunque le diría a Orosia que leyera, incluso de pie, porque si el carlismo se cura viajando, el estalinismo se cura leyendo (aunque no basta eso). Y lo que yo dije de esa novela, Orosia, es sólo esto: que tuvo las peores críticas, en razón de lo que se contaba en ella, no por el cómo se contaba, cosa que naturalmente me hizo muchísima ilusión entonces y que me gusta mucho recordarlo siempre.
Cuarta: Si Orosia dice que me autoedito los libros (alrededor de sesenta, creo, sin contar reediciones, ediciones de bolsillo y de club, libros colectivos, etc, más del centenar), es obvio que está hablando de otra persona.
Quinta: Jamás he editado a Foxá. Según qué, una antología de su poesía, por ejemplo, no habría tenido el menor inconveniente en publicarla, al contrario, pero a día de hoy no se ha dado esa circunstancia.
Quinta: Jamás he editado a Foxá. Según qué, una antología de su poesía, por ejemplo, no habría tenido el menor inconveniente en publicarla, al contrario, pero a día de hoy no se ha dado esa circunstancia.
En fin, no sé muy bien a qué Memoria o a qué clase de Verdad se dedicará esa señora. Tampoco sé de dónde se saca que fustigo o he fustigado a la izquierda o a Garzón o la memoria histórica; he combatido, desde luego, a los estalinistas convencidos de obrar "en nombre de la izquierda", y he procurado fustigarles con perseverancia, aunque no inaudita. Y, claro, a quienes van por ahí recordando lo que no sucedió nunca sólo para poder olvidar lo sucedido. Ahora sí, en nombre de la Memoria y la Verdad, calumnia, que algo queda.
Y una última cosa. Lo único que me ha molestado de veras ha sido oírme llamar guapo por Orosia, porque supongo que si lo dice ella, también será mentira. En todo caso, vaya lo uno por lo otro: si algo pudo haber de eso, no queda ya nada.
En fin, y uno aquí con la de cosas que tiene que hacer.
En fin, y uno aquí con la de cosas que tiene que hacer.
Murcia, 15 de marzo de 2013. Entrada del trono en la iglesia de San Pedro. |
Yo estaba por aquellos tiempos por Pucela entre la medicina, la cultura y los intentos revolucionarios. Conozco a JL Cancho y es cierto que las dos versiones circularon por aquella época. Nunca le pregunté cual era la versión real, pues como bien dices, en aquella época la tortura en las dependencias policiales era moneda corriente y lo que si vi fueron sus consecuencias. JL Cancho ha publicado al menos dos libros (Grietas , indicios y) que hablan de aquella época pero en un tono muy diferente al buque fantasma, libro que leí en su tiempo y me pareció fiel reflejo de mis vivencias en Pucela, y que de hecho me hizo adicto a los escritos de AT.
RépondreSupprimersaludos
txema
"Tarde tranquila, casi
RépondreSupprimercon placidez de alma,
para ser joven, para haberlo sido
cuando Dios quiso, para
tener algunas alegrías... lejos,
y poder dulcemente recordarlas".
La hoja de ayer traía una leyenda judía según la cual el ángel de la muerte que nos visita cuando se acerca la hora de partir, si considera que no hemos completado bien nuestro “curriculum”, nos presta un par de ojos para que en el tiempo de prórroga que nos concede logremos ver las cosas de otra manera antes de morir.
Pues no nos vendría mal esa visita y ese par de ojos al principio, en la juventud. Quién sabe si así, para “poder dulcemente recordarlas”, aquellas “alegrías” nuestras preferiríamos tenerlas… cerca. Y el ángel, hasta podría suprimir su segunda y última visita.
Anclados en el desentendimiento: parece castigo de Dios por abandonar el registro poético. La poesía como vacuna contra todo tipo de fundamentalismos.
Supprimer¿De la Historia de Orosia al Buque fantasma hay mucha distancia en el fondo? El abismo aparece con las palabras de Machado. En ellas el "ego" se eclipsa para tomar la palabra su carácter esencial y anónimo:
"tener algunas alegrías ... lejos,
y poder dulcemente recordarlas".
Y si no se pueden recordar dulcemente esas alegrías o tristezas parece mejor callar... o reivindicar la nostalgia de poder tenerla.
"Mi granero se ha quemado. Ahora puedo ver la luna". Lo dice Marx, poeta. Entre sus intereses y preocupaciones dudo que estuviera la de mostrar su efigie a la posteridad.
Me produce profunda tristeza y algo de desolación esta historia. Nos erigimos en jueces para juzgar a otros seres humanos, a sus actuaciones, a sus razones, a su interior desconocido... Creo que tiene mucho de jugar a ser dios...
RépondreSupprimerHay un debate siempre inacabado, inagotable, sobre la subjetividad del que escribe la Historia.Como humanos la subjetividad es condición connatural a nuestra mirada. Sin embargo, empiezo a creer, desde la distancia o la perspectiva que me da el no haber vivido por edad ni el fin del franquismo, que esa historia nuestra, pero la verdadera historia, la ecuánime, la tendrán que escribir otras generaciones, aquellas que ya no lleven nada grabado en su piel, ni siquiera el relato en primera persona de sus padres.
En " la forja de un rebelde " la gran serie de Camus sobre Barea se ve que los republicanos tampoco eran buenos , los parlamentarios eran corruptos . Los izquierdista traicionaron a mucha gente sencilla a los que llevaron a una muerte segura con el fin de hacerse pasar ellos como héroes , el caso es que los líderes republicanos huyeron con pasta en el bolsillo y no les importaron los sacrificios ni fueron capaces de proteger ni vengar a nadie ¿ cobardes ? Todo es versionable .. Es inconcebible pero a veces la historia copia a la literatura y en esta chica se reconoce un poco la " Marivi " de ayer no más , por otro lado por aparentar y dinero se miente sin ambages , mentir acerca de los demás puede ser un delito , depende con quien des .
RépondreSupprimerSaludos
Hace mal Colom en hablar sin precisiones de "los" republicanos o "los" izquierdistas. Hubo muchísimos republicanos que eran (y son; alguno aún vive) personas decentes, y en no pocos casos totalmente admirables. Como los hubo en el otro lado. No generalicemos, please. Es como decir que "los vascos" son terroristas o "los españoles", corruptos. Barbaridades desagradables, nada más.
RépondreSupprimer39 años después, Orosia le sigue dando vueltas a las batallitas de su juventud vallisoletana y confunde sus obsesiones personales con la memoria histórica. ¡De lo que nos hemos librado los que no somos de provincia!
RépondreSupprimerQue delicia saber que la señora Laura Trapiello es nonagenaria y tú sigues disfrutando de su presencia.
RépondreSupprimerEn tus genes está pues la longevidad y deseo que sigas, trabajador empedernido, ofreciéndome obras nuevas para acompañar mis momentos en los que hablo con un amigo.
Esto es ficción anónimo , puede resultar desagradable pero ha sido muy breve y efectivo , lo de los vascos y españoles es hacer trampas con la demagogia y un recurso literario de baja estofa ya que las comparaciones son odiosas . Sobre decencia y hacer bien o mal no seré yo quien aconseje , los y las moralistas suelen ser gente intransigente . El comentario de Colom tiene mucha dureza y el ya dice que " Todo es versionable " , al menos dice cosas nuevas no exentas de verdad .
RépondreSupprimerCurioso que al amigo Eugenio la comparación con vascos y españoles le parezca "demagógica" y "de baja estofa", y la afirmación sin matices de la maldad o la traición de "los izquierdistas" o "los republicanos" (que, de paso, Colom hace sin especificar que se esté refiriendo concreta y exclusivamente a los de la ficción) no se lo parezca. Yo creo que todas ellas lo son igualmente; por eso puse las dos que él cita como ejemplo de la otra: me parecen del todo equivalentes.
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