HABLAMOS una lengua que nos permite matices sutiles. La persona habituada a ellos los percibirá de inmediato. En la frase “hemos llegado hasta aquí” advertirá el grado de esperanza que hay tanto como el recuerdo al camino, seguramente no fácil, que hubimos de recorrer hasta encontrarnos en este punto, algo parecido a esto: “ciertamente lo hemos pasado mal, hemos trabajado, sufrido, peleado, pero nada ni nadie ha conseguido detenernos ni acabar con nosotros, y aquí estamos, aquí seguiremos y, si hemos llegado hasta aquí, nadie tampoco va a detenernos ahora, seguiremos trabajando, peleando, sufriendo, porque la meta que nos hemos señalado merece la pena y todos los esfuerzos, trabajos y penalidades”. Es por tanto una frase esperanzadora, todo lo contrario de esta: “hasta aquí hemos llegado”. Son las mismas palabras en otro orden, pero qué distinto lo que significan.
Es lo que dijo una gran cantidad de españoles en torno al 15M, hartos de muchos males que aquejaban a este país y que parecían arrastrarse de muy lejos. ¿Será necesario hacer la lista? Banqueros que se llevaron, primero, los ahorros de millones de gentes modetas y a continuación volatilizaron los fondos no menos millonarios con los que el Estado quiso socorrerlos; políticos corruptos en todas las bandas, ancha y estrecha, analógicos y digitales; empresarios defraudadores a cuatro manos, como músicos virtuosos; ladrones por todas partes que recuerdan el título de aquella tragedia de Rojas Zorrilla (Del rey abajo, ninguno), solo que al revés; curas y obispos, ruidosos y escandaleros en cuestiones que no atañen sino a la conciencia de cada cual, callados ahora ante la corrupción y el latrocinio de aquellos que más los favorecen, callados, digo, como... Yo mismo he estado a punto ahora de dejarme llevar por la indignación, y emplear la mala palabra, a tal extremo nos lleva el ver cómo se ha abusado de nuestra buena fe, de nuestro trabajo, de nuestra inmejorable disposición para apencar con males que otros han provocado, no nosotros, haciendo sacrificios colosales (reducción de salarios, paro, recortes en sanidad o enseñanza, empobrecimiento general de la población) que no parecen estar dando el menor resultado, pese a las reiteradas palinodias de nuestros gobernantes. Extenuante. De modo que si en “hemos llegado hasta aquí” alienta aún la esperanza, alegre por definición, en “hasta aquí hemos llegado” nos abruma la desesperación, siempre tenebrosa: nadie sabe adónde puede llegar una multitud desesperada. Y así estamos, viviendo todos entre una y otra frase, entre la esperanza y la desesperación continuas. Pero cuando creíamos que nos habituaríamos a este estado de cosas, el lenguaje quiere llevarnos un poco más lejos, y sin cambiar apenas una palabra, formula nuestro estado de ánimo de modo más radical y terminante.
Ese es el punto en el que la gente puede llegar a decir: puesto que “hemos llegado hasta aquí” y nadie se dio por aludido cuando dijimos “hasta aquí hemos llegado”, se acabó todo, basta de comprensión y paños calientes, basta de este degüello: “hasta ahí podíamos llegar”. Es el peligroso punto que Bergamín tituló con tanta maestría como irresponsabilidad: Disparadero español.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 7 de abril de 2013]
Rajoy nos dice desdel plasma que pronto llegaremos , que cuanto hemos tardado . Otra cosa es si vamos o venimos , que si vino que si no vino , que me pierdo en el camino . Ir o llegar he ahí el dilema .
RépondreSupprimerClaro que es indignante, y aunque el populismo del "todos corruptos" "que se vayan", solo lleva a otra dictadura peor, la de la miseria irreflexiva de los desesperados y muchos oportunistas, todo sea dicho, los populistas de derecha y de izquierda que ha río revuelto ya sabemos, arrengas y violencia. Lo de los escraches en las casas de los políticos no es posible admitirlo en una democracia sana, si las instituciones no funcionan no es culpa de la vicepresidenta, es una crisis moral y política del sistema que concierne a toda la sociedad, claro que la principal responsabilidad la tienen las elites políticas y financieras pero no se escurrir el bulto y no asumir nuestra propia responsabilidad. Responsabilidad en votar cómodamente a los que se plantan en circo en la tv durante las campañas y no tener curiosidad y arriesgar en escuchar otras voces políticas a las que mantienen relegadas, la masa es cómoda y mientras funcione la mediocridad del sistema nadie se cuestiona, y aquí hay que tirar también de las orejas de la prensa. En Francia los escándalos de corrupción los ha sacado la prensa, se debate sobre si no vamos hacia una dictadura de la transparencia, porque ya se plantea que todos los gastos, sueldos y patrimonio sean puestos a disposción y consulta de todos, los políticos críticos hablan claro sobre el cese de los privilegios de la casta política, que el aparato burocrático del Estado es costoso y poco eficiente en muchos casos, se trata de recortar donde se puede para avanzar. Ha habido un referendum en Alsacia para tratar de mover éstas reformas de las colectividades territoriales. Hay partidos que nacen hacia un centro moderado, François Bayrou organiza una petición para moralizar la vida pública y define que el problema no es de sacar y cambiar ministros si las estrategias no cambian para salir de la crisis. No veo la tele española pero leo la prensa, y los partidos políticos minoritarios no aparecen en los debates, solo si Rosa Diez pide lo que ha pedido Bayrou pero no hay eco social, la gente está desesperada y Rajoy se esconde, así, lo peor puede llegar, tiene que haber un punto en el que todo no sea gritar, la democracia tiene instituciones, el Poder Judicial, el Congreso y los diputados que pueden pedir reformas, aunar consensos, llegar a acuerdos. Es penoso ver cómo está España, cómo se marchan los jóvenes y dicen que los echan, y el problema es que no hay vergüenza y eso es difícil de solucionar.
RépondreSupprimerEl orden de las palabras es muy importante. No es lo mismo "pobre hombre" que "hombre pobre". Como no es lo mismo "salpicar" que "picar sal". Como cantaba Víctor Manuel, "las palabras enredan y tornan oscuras las buenas ideas". Con frecuencia en el lenguaje no rige la propiedad conmutativa. El orden de los productos sí altera el factor.
RépondreSupprimer"Así no se puede seguir": Desesperación.
RépondreSupprimer"Así habrá que seguir": Desesperanza.
(Recuerdos de una conferencia de Julián Marías)
Espléndido y feliz juego de palabras (iba a decir mágico) que merece el homenaje del respetable con mayúsculas bordadas en oro.
RépondreSupprimerDicho esto, ni estoy de acuerdo con la facilona cuña publicitaria propia de todos los domingos, para dar vaselina a un laicismo que es más pose guay que realidad, ni tampoco creo que sea conveniente amplificar el sentimiento victimista popular. Culpables de la tragedia los hay por docenas y fácilmente reconocibles, pero no conviene olvidar que fueron muchos miles los ciudadanos que sin ayuda ninguna metieron la cabeza en el pozo buscando lodos fecales y los encontraron entusiasmados.
Bien, dejemos que Marías proteste contra el paso de las procesiones delante de sus balcones burgueses, como a lo mejor también hace Herrero de Miñón.
Los domingos deben respetar la tradición: café, copa y puro.
Así que los culpables son los que metieron la cabeza en el pozo, vaya, vaya... ahora resulta que las victimas son los culpable; bueno, las victimas y Javier Marias que pasaba por allí. Pues ya lo sabéis guapimos, no es lo mismo, Santiago de Compostela qué compóntelas cómo puedas Santiago.
SupprimerM., desconozco si M. es hombre o mujer, aunque intuyo que al hablar de guapimos quiere decir guapísimos. O sea, que debe ser usted mujer.
SupprimerEs curioso, M., le falta tiempo para abalanzarse sobre mis textos cual ave rapaz, demostrándome antipatía sin par y anulando la posibilidad de que al verme le cayera bien, y hasta muy bien si definitivamente es dama.
Y todo porque se empeña en leerme hal rebés. Dígame en qué parte afirmo yo que las víctimas sean las culpables de la crisis. En todo caso diré que hay muchísimas victimas que lo son de si mismas, sin que haya mediado verdugo.
También se enreda con mi alusión a Marías, ignorando el motivo de mi ironía, que en cambio sí comprende más de un madrileño de este blog (A.T., seguro).
Le aclararé al menos un poco para no ser demasiado indiscreto: Si el bueno de don Javier se pone a hacer escrache como el bobo de don Jorge (Verstrynge), corre el serio peligro de que sus soleados pisos donde mora y pontifica sean ocupados por los desahuciados.
Y no me mire mal, M., que soy un sol.
Lo siento, no soy Dama, y, le aseguro que no le tengo antipatía,pienso diferente,yo por ejemplo no llamaría Bobo a nadie.De ahora en adelante lo miraré con gafas de sol, guapín. Y como veo que usted es adivino, sabe lo que piensa AT, ¿me puede decir la combinación de la primitiva del próximo Jueves? A ver si así meto mi cabeza en alguna Bankia.
SupprimerCamaradería por encima de todo, M., me comprometo a ofrecerla y espero la suya.
SupprimerY no me haga preguntas indiscretas que en público no se pueden responder...cotilla no soy, y calumniador tampoco. Procuro opinar solo de lo que creo saber.
Un abrazo.
La crisis es mundial y contagiosa , siempre ha sido así y donde tengamos que llegar , llegaremos ; mal asunto acularse en tablas . Cada vez será más dificil manejar el destino y habrá que vivir en la pobreza , somos un Pais sin recursos y el patrimonio inmobiliario español vale la mitad que hace 8 años , cientos de miles de millones que se volatilizaron .
RépondreSupprimerNo quiero decir ni mucho menos que los electos son unos cobardes , pero no hay que criminalizar a las abuelas que perdieron sus hijos con la droga si se presentan a dar una serenata pacifica en casa de un político que ha sido intimo de un contrabandista culpable según las señoras de la muerte de sus hijos , quien tenga miedo : a llorar al water .
¡ Viva el vino ¡
Empiezo a pensar que lo que representa el 15 M es un punto de inflexión histórico, el momento crucial en el que toma cuerpo un cisma social: por un lado discurre la democracia espuria, la de los poderes fácticos, y por otro, una parte importante de la sociedad que ya no cree en los cuentos infantiles que nos contaban, y que se han transformado, como por un maleficio, en cuentos para no dormir...
RépondreSupprimerAunque reconozco que puedo estar equivocada, porque también dijo Bergamín una frase acertadísima, que alguien me descubrió:
«lo que estoy siendo es lo que más claro veo y menos entiendo»
Si le vale mi opinión le diré que encuentro muy acertado el comentario. Aunque discrepo en la parte central: a los españoles nos encantó, nos encanta y nos seguirá encantando que nos cuenten cuentos. Si no fuéramos una raza necesitada de embaucadores y trileros con castañuelas tendríamos otros políticos, banqueros y empresarios.
SupprimerNo sé como a alguna gente le resulta tan difícil entender que esta crisis, con algunos mucho más responsables que otros y algunos sin ninguna responsabilidad, no está siendo asumida por toda la sociedad de forma responsable y solidaria. Es más, algunos siguen haciendo negocio y enriqueciéndose con ella, algunos que tuvieron grandes responsabilidades en lo que pasó y pasa.
RépondreSupprimerNo sé como algunos, que ni tienen dinero en paraísos fiscales, ni evaden impuestos, ni tributan con SICAVS, y que su patrimonio, más o menos grande, es legal y tributan de acuerdo con él, defienden sin embargo este sistema económico en el que todo parece indicar que está dirigido precisamente por esos tiburones financieros, enormemente poderosos, que tienen sus guaridas en tales paraísos. No entiendo en definitiva, como puede haber esta disparidad de criterios entre gente cuyos intereses son, en el fondo, más o menos parecidos. Y me refiero a gente normal, que vive de su trabajo o de su herencia, me da igual, pero que actúa de acuerdo a la ley que para ser justa debiera aplicarse a todos por igual y que con esta crisis no se está haciendo. Es tan evidente el abuso y el cinismo que no entiendo que encuentre apoyos entre los mismos perjudicados por esos abusos. Y los hay a montones, eh. Sólo hay que ver los comentarios en un montón de foros.
TAN ESPAÑOL, DON JOSÉ BERGAMÍN:
RépondreSupprimer"No importa que el aforismo sea cierto o incierto, lo que importa es que sea certero.
***
El aforismo es pensamiento: un pensamiento. Porque se piensa en pensamientos: se dice en pensamientos el pensar. Y si no se dice, no se piensa, o si no se piensa, no se dicen. Pero una vez dichos, ya no hay más que hablar, no hay más que decir. Ni una palabra más: aforismo perfecto.
***
El aforismo no es breve: es inconmensurable.
***
Se pueden medir las palabras, pero no se pueden medir los pensamientos.
***
Como el fantasma agudo de una flecha lanzaron contra mí tu nombre: aforismo. Y te clavaste en mi corazón.
***
Lo primero es enfurecerse: ponerse uno fuera de sí. Lo segundo es entusiasmarse: entrar dentro de Dios.
***
Ayudar al pueblo, ¿no sería ayudarle a soñar? Enseñarle, como diría Píndaro, a ser lo que es: su propio sueño. Y a que él nos lo enseñe a nosotros, a que él NOS AYUDE.
***
Ahonda poéticamente el pueblo analfabeto andaluz las tinieblas de su ignorancia cuando canta: cuando canta hondo.
***
No hay poesía verdadera que no precise de esta lucidez espiritual que sólo puede hallarse en las tinieblas de nuestra ignorancia.
***
La obra de arte, como la criatura humana, nace de irracionalidad y muere de intelectualismo. La muerte es lo más intelectual, exclusivamente racional, de todo. Por eso es la razón de ser de la vida.
***
En el principio era el nombre, y el nombre se hizo hombre, y el hombre se hizo fantasma.
***
Ser joven es vivir la esperanza de dejar de serlo. Ser viejo, la desesperación de no haber podido dejar de ser.
***
Rosa, golondrina, mariposa, escarabajo, formas inalterables y distintas permanentes y nuevas.
***
La primera obligación es la devoción.
***
No hagáis lo que yo hago, pero menos aún lo que yo digo –dice el buen maestro.
***
Procura no convertir tu vida en una carrera, y menos que nada en una carrera de obstáculos.
***
Hay quien baila al son que le tocan, quien baila al suyo solamente, y quien no baila de ninguna manera.
***
Generalmente, el que se vuelve loco no es porque le falta razón, sino porque tiene razón que le sobra.
***
Inteligencia, sentimiento y sensibilidad contra el intelectualismo, sentimentalismo y sensiblería. Feminidad contra feminismo.
***
Tal vez hay algo más piadoso para los muertos que el recuerdo: el olvido.
***
El hombre no piensa más que cuando está solo.
***
La verdadera solidaridad sólo es posible entre solitarios.
***
Las cosas son como son. ¿Cómo son las cosas?
***
La poesía es cosa natural y la naturaleza cosa poética: cosa de doble juego.
***
¡Desdichado de mí que soy luz! –dice el gusano.
¡Desdichada de mí que soy gusano! –responde la luz.
***
Un laberinto no es un lío: es todo lo contrario. Es muy fácil hacerse un lío; pero no es fácil hacerse un laberinto.
***
El monstruo en su laberinto: y el tonto en su lío.
***
Sólo hay una inquietud más terrible que la de buscar: la de haber encontrado.
***
El molino trabaja perezosamente, como hay que trabajar; mirando siempre al cielo.
***
Sería objetivo si fuera objeto, pero soy sujeto".
***
["Qué laberinto", decía mi madre justo cuando había que decirlo. Y lo que fuera, al sonar esa palabra, algo se arreglaba.]
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
RépondreSupprimerDigo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
LEÓN FELIPE.
Inocentes cuentos para dar contorno y forma al vacío. Terribles cuando son instrumento de engaño y confusión.
Necesarios siempre, porque la lucidez no parece cualidad propia de este mundo, sin embargo grande es la necesidad de consuelo.