QUE la opinión pública se haya mostrado favorable a la enfermera Teresa Romero, contagiada y felizmente vencedora del ébola, es natural, tanto como que la prensa, o al menos algún periódico, decidiera maquillar las palabras de su marido, Javier Limón. Se emplea aquí la palabra maquillar en su sentido literal: embellecer o más exactamente, disimular alguna tacha. Si las palabras de Limón hubieran sido de las que lleva el viento, podría entenderse esa operación de poda, pero fueron leídas por él de un comunicado que, por lo que parece, redactó él mismo en el aislamiento hospitalario al que está sometido. Sostenía en aquel comunicado, y con toda la razón, que su mujer no era culpable de nada y que lucharía contra la administración, las autoridades sanitarias y quien hiciese falta por la honorabilidad de su esposa. El titular de El País recogía estas palabras, con su entrecomillado: "Me dejaré hasta la última gota para defenderla". La pregunta que cualquier lector se hacía al leerlo era ¿gota de qué? ¿Sangre, sudor, lágrimas? En realidad lo que el hombre dijo fue que se dejaría hasta "la última gota de sangre". La hipérbole impresionaba un poco, y quien decidió suprimir la palabra sangre del titular quiso no sólo atemperar las palabras del comunicante, sino evitar mentar la horca en casa del ahorcado. Pues, en efecto, por suerte para todos, pero principalmente para el propio Limón, este no se dejará más gota de sangre que la que se lleven los análisis médicos correspondientes. Y que el periódico restituyera en la edición digital la palabra sangre al titular unas horas después, cuando al fin se supo que Romero tenía la suya limpia de virus del ébola, confirma todo cuanto se ha dicho: también las palabras son susceptibles de su contagio.
Hokusai. Grand Palais, 10 de octubre de 2014 |
Mal que nos pese, y a mí me pesa, el peligro de una hemorragia que manche los adoquines que ocultan ciertas playas -ilusorias o no-, existe. Viendo la brutalidad con que se vienen reprimiendo algunas acciones, a las que no se les ve peligro por ninguna parte, me sobrecoge a veces el temor de qué iba a pasar si la respuesta de los que reciben los palos fuese violenta igualmente. Nada deseable pero cada vez más posible. Mal gobierno el que cree que las cosas se solucionan dando palos...
RépondreSupprimerPero las palabras que en verdad tendrían que haberse suprimido (o sea, no haber sido dichas nunca) son las del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Y ahora puede desdecirse, pero no puede dejar de haber dicho lo que dijo.
RépondreSupprimer“Hasta la última gota de sangre”. En tiempos del servicio militar obligatorio, milicias o mili, la expresión hasta podía sonar bien porque, joven y roja, bien roja, la sangre siempre se veía a sí misma corriendo a la contra por cualquier vena. Y eso era un gran consuelo.
RépondreSupprimerA ver esas ordenanzas, guripa.
http://www.ejercito.mde.es/personal/ordenanzas/rrooet5.html
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REALES ORDENANZAS DEL EJÉRCITO DE TIERRA
TRATADO QUINTO
De los honores y ceremonias
TITULO XIX
De los actos solemnes y su ceremonial
Artículo 428
Para destacar la trascendencia y significado del juramento ante la Bandera se celebrará un acto solemne y público presidido por una autoridad militar.
El Jefe de la Unidad o Centro tomará el juramento mediante la siguiente fórmula. “¡Soldados! ¿Juráis por Dios o por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su Bandera, obedecer y respetar al Rey a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, de su unidad e integridad territorial y del ordenamiento constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre?".
Los soldados contestarán: "¡Sí, lo juramos!".
El que tomó el juramento replicará: "Si así lo hacéis la Patria os lo agradecerá y premiará, y si no, mereceréis su desprecio y su castigo, como indignos hijos de ella", y añadirá: "Soldados, ¡Viva España! y ¡Viva el Rey!", que serán contestados con los correspondientes iViva!".
A continuación podrá intervenir el capellán militar, que, si lo hiciere, pronunciará la siguiente invocación: "Ruego a Dios que os ayude a cumplir lo que habéis jurado y prometido."
En la fórmula del juramento la expresión "Soldados" podrá ser sustituida por la que convenga, de conformidad con la condición militar de los que juran.»
Ella exige justicia y él, como buen marido, está dispuesto a todo. Que el resultado del triste episodio sea amenazar con venganza gitana tal vez sea un poco desproporcionado y no la única reacción posible. Veremos a ver si con el paso de los días la siniestra aventura no se convierte en un deambular por los canales de la televisión canalla. Ojalá me equivoque y de recogerse en esas visitas una suculenta recompensa prefieran destinarla a la noble causa de luchar contra el ébola en África que a embolsarse sus merecidísimos frutos. Reconozco acidez en mis palabras, pero con la que está cayendo (y la que seguirá, muy próximas las elecciones) uno ya se encuentra muy afectado por el esceptiismo absoluto y deja sitio en la cabeza a cualquier posibilidad para no caer de la higuera y romperse la crisma.
RépondreSupprimerTodo vale.
RépondreSupprimerVale con pedir disculpas y seguir tan ricamente en el cargo.
Vale que el Presidente de la Comunidad le amoneste por sus declaraciones y todo siga igual....
No vale!!
Habría que preguntar a quien redactó el titular: a mí me parece sólo un despiste por el apresuramiento.
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