SE repite a menudo, para agigantar innecesariamente su leyenda,
que Van Gogh no vendió un cuadro en vida. Pero no es ni será un caso
extraordinario: ¿cuántos pintores vendían en el siglo XIX sus obras antes de los 37 años,
habiendo empezado a pintar sólo diez antes? Veinte más,
y Van Gogh hubiera visto colgadas sus obras en L’Orangerie, como todos los
pintores de su generación, incluidos los que entonces eran menores, y siguen
siéndolo.
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EN ningún lugar cantan los pájaros más alegremente
que en los cementerios.
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DEBERÍA haber Juicio Final, aunque sólo fuese para saber lo que pensaban de
veras de nosotros algunos amigos.
GTrapiello, Peonza.
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―Los hombres no creen en Dios ―le dijo el ciprés al pájaro.
RépondreSupprimer¿Qué haríamos si de repente supiéramos que sin duda alguna existe el Juicio Final? ¿Pensar que es una noticia pésima? ¿Reconciliarnos con nosotros mismos? Puede ocurrir que eso ocurra, como ha llegado a ocurrir lo que estábamos convencidos de que no ocurriría jamás. ¿O es que la actualidad no es una pesadilla de la que no terminamos de despertar?
RépondreSupprimerLos pájaros cantan alegres en los cementerios porque están muy bien alimentados con los insectos, gordos y rollizos, que se alimentan de los cadáveres.
RépondreSupprimerYo prefiero no saber qué piensan de mí mis amigos. ¿Y si de repente me entero que alguno tiene un buen pensamiento dedicado a mi persona? ¡Qué decepción! Con lo descuidada que soy con la amistad.
Que sí, que, como muchos saben, Van Gogh vendió un cuadro en vida: "La viña roja".
RépondreSupprimerPD.- Hace unas semanas, admiraba servidor en el Museo Nacional de Praga (sección Arte Moderno y Contemporáneo) un solitario cuadro de Vincent van Gogh. No era especialmente hermoso, uno de esos paisajes con un campo de cereales en primer término, unas casas en lejanía y el huso de un ciprés definiendo el espacio. Había algo chocante que no acababa de precisar; luego sí: no había en la pintura ni rastro de pigmento rojo, tan usual en la paleta del artista. Pensé que el cuadro habría brotado en momentos de penuria económica (las remesas de Theo se retrasaban a veces) y este artista sublime... carecería de dinero para comprar un tubo de óleo rojo. No sé si cuando pinto "La viña roja" padecía alguna otra carencia y ello fuese motivo de que el rojo esté apabullantemente presente en este cuadro, quizás en detrimento de otro...
Con Van Gogh no consigo disociar su peripecia vital de su obra: cuando estoy ante uno de sus cuadros la tortuosidad del trazo, la fragmentación de la pincelada, el color flameante..., todo me habla de aquel ser torturado y excepcional.
Pues bailemos la peonza por los chinos de Hong Kong.
RépondreSupprimerEsa simbiosis perfecta de objetos de madera es una fotografía muy lograda...
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