A diferencia de lo que ocurre en el campo, donde a la luna se la ve llegar de lejos como a las caravanas de Arabia, en la ciudad irrumpe inopinadamente, al doblar una esquina, al cruzar una calle, confundida con el farol chinesco de un teatro. Si en el campo no hay noche que no falte a su cita y resulta imposible no tener con ella unas palabras, en la ciudad sentimos que no siempre aparece, sólo porque somos nosotros los que no acudimos al encuentro, ocupados como estamos en mil pequeños negocios, cabizbajos, de un lado para otro, como hormigas cuya carga obliga a caminar con la mirada en el suelo. De modo que al descubrirla en lo alto, desnuda bajo su peplo, apenas podemos articular palabra, agradecidos de que se haya dado de tal modo, sin nada a cambio. Sin nada a cambio.
Calle Gravina, Madrid, 8 de marzo de 2012 |
La Luna es una mentirosa: Cuando tiene forma de D, La luna Crece. Si la forma es de C entonces Decrece. Para sembrar los frutos que se desarrollarán bajo la tierra patatas,cebollas...hay que hacerlo en menguante; también para podar o cortar un árbol (las vigas de una casa no se resquebrajaban ni les atacaba la polilla). Si se corta una vara de avellano en menguante entonces será flexible y no se partirá(todo esto me lo enseñó mi suegro, que controlaba la luna y al que a su vez se lo enseñó su padre). Si los fruto brotan de la tierra es conveniente sembrarlos en creciente. (Vaya Vara inflexible que me monté hoy)
RépondreSupprimer“ a lo mejor el hombre redescubre, el día menos pensado, que los viejos placeres se reparten de balde y con largueza”
RépondreSupprimerCamilo José Cela, Conversaciones españolas, pág 291
Saludos
Como por encanto. Será que el mundo no está del todo desencantado.
RépondreSupprimerluna que salta furtiva sobre los tejados, que debería quebrarse y volcarse sobre ellos y pringotearlos por entero de toda ese leche condensada que la colma.
RépondreSupprimersaludos
En la ciudad, todo nos espera a la vuelta de una esquina. Saludos
RépondreSupprimerDesnuda en todo su esplendor y sin pedir nada a cambio, ni nuestra alabanza siquiera, que ella no precisa nunca de nadie. Pero de vez en cuando no sobra el decirla cosas bonitas y agradecerle su generosidad. Gracias luna por servirte de los poetas para que podamos disfrutar de tu desnudez, y remediar lo olvidadizos que somos con tu esplendidez.
RépondreSupprimerDesde aquí la luna se ve muy próxima enorme de color anaranjado, no me deja dormir. Al igual que a M. me enseñaron como afecta a los partos y a las mujeres, todo ello lo hizo una gran mujer.
RépondreSupprimerCuriosa coincidencia, Andrés. Uno fue sorprendido por la luna llena en el campo. Se puso a regar su blog y el post que le salió abunda en el mismo tema de tu luna de marzo.
RépondreSupprimerPor si a alguienle merece la pena leerlo:
http://elduendedelaradio.com/2012/03/09/gracias-luna/