YA sé que a nadie le descubriremos nada hablando del poema que Keats dedicó a la figura del poeta. O quién sabe, alguien nuevo está llegando ahora de alguna parte que ignoramos. Para ese está escrito, pero también para aquel que conociéndolo, lo encuentra inagotable.
Nos esperaba, desde que el gato de la señora Reynolds se nos fue este verano caminando por encima de una tapia erizada con trozos agudos de cristal. Si se piensa bien, el poeta no es muy diferente de ese gato y su modo de venir o de irse, sorteando los cortantes peligros: no obstante, pocas veces habrá llegado a decirse del poeta más en menos palabras de las que aquí se dicen.
Fue precisamente Keats, como el caballero de la armadura, quien vino a compartir con nosotros el fuego en la última noche del año, y lo leyó directamente de las llamas, sin traducción (la que aquí sigue, excelente, es de Lorenzo Oliván):
¿Dónde se halla el poeta? ¡Mostrádmelo, mostrádmelo,
oh musas, que yo pueda conocerlo!
Es aquel hombre que, en presencia de otro,
se sentirá su igual, sea éste rey
o el más pobre del clan de los mendigos,
o cualquier otra cosa sorprendente
que entre un mono y Platón el hombre pueda ser.
Es aquel que ante un pájaro,
águila o reyezuelo, encuentra su camino
a todos sus instintos. Le ha escuchado
al león su rugido y puede hablar
de lo que su garganta endurecida expresa.
A él el grito del tigre
le llega articulado y se abre paso
como lengua materna entre su oído.
Y claro que Keats no habla sólo del que escribe poemas, sino de aquel, rey o mendigo, listo o tonto, grande o pequeño, a quien por su inocencia le llegan articulados el rugir peligroso de las fieras o el silencio que media entre dos astros, y aprende de ello sin esfuerzo, como el lactante su primera palabra.
Holland Park Libray, 1940 (Envío de Joaquín y Elena para el 2012) |
la inocencia suprema del poeta ante las cosas halla su reflejo, creo, incluso entre la humilde reverencia con que el vulgo se aproxima a su figura: eres poeta? pues abróchate la bragueta
RépondreSupprimerPOETA
RépondreSupprimerUn hombre que camina por el campo,
y ve extendido, entre dos troncos verdes,
un hilillo de araña blanquecino
balanceándose un poco al aire leve.
Y levanta el bastón para romperlo,
y ya lo va a romper, y se detiene.
FERNÁNDEZ MORENO (De Continuación, 1938)
Holland House era la casa señorial de Lord y Lady Vassall Holland, aristócratas ingleses de ideas radicales y amigos de Jovellanos que cruzaron por Extremadura, en su ida y vuelta a Sevilla, en el invierno-primavera de 1809. En su casa londinense, bombardeada por la Luftwaffe en 1940, estaba la urna griega en la que dicen que se inspiró Keats.
RépondreSupprimerEs muy bueno, me ha gustado sobremanera lo del mono y Platón, creo que los monos deberían ser considerados como personas , voy a poner un poema corto de Tomás Tranströmer. Cansado de todos los que llegan con palabras. Palabras pero no lenguaje. Parto hacia una isla cubierta de nieve. Lo salvaje no tiene palabras Las palabras no escritas se ensanchan en todas en todas las direcciones. Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve. Lenguaje pero no palabras. Saludos, Manuel
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