AUNQUE se publiquen en este almanaque muchas fotografías hechas o aparecidas en el Rastro, no acostumbra uno a adornarlas de literatura. Sin el contexto, esta no se entendería del todo.
Apareció entre unas cuantas fotos pornográficas, todas ellas del tamaño aproximado de un naipe, unas más pequeñas, otras más grandes, siempre en blanco y negro y de los años cincuenta. Mujeres desnudas, o medio desnudas, que miraban con una gran salacidad. Muchas eran gordas con tetas como tinajas y unos muslos sólidos, irrebatibles. Otras en cambio parecían haber salido del hospital esa misma tarde, y se les notaba la tisis en las ojeras. En aquellos años no se estilaba depilarse, y los pubis de la mayoría, asilvestrados y tenebrosos, causaban un miedo infantil, como algunos barracones de feria. Habría lo menos una veintena de mujeres, de cuerpo entero, posando, unas levantaban el brazo y se les veía un gran felpudo negro en la axila, otras se cogían las ubres y parecía que quisieran darte con ellas, otras ponían unas nalgas descomunales en primer plano y se las miraban desde atrás como quien ofrece una bandeja llena de pasteles calientes; todas parecían ya muy emputecidas. Lo extraño es que, aunque fuesen de las tiradas, no se parecían en absoluto a las de Solana, de esas que miran y te están diciendo: tengo el corazón intacto. No, eran de las nihilistas, de las que te dicen: soy un caso perdido, y a mí qué.
Mucho antes de acabar de ver el montón y cuando ya lo iba a dejar sobre la mesa, apareció esta foto. Es una copia original, valga el oxímoron, de los años cincuenta también. Me alegro de habérsela arrancado a aquel tristísimo serrallo. Ahora no sé qué hacer con ella. Si fuese una mariposa, la dejaría volar de nuevo. Sabemos todos que ya entonces Marilyn Monroe caminaba deprisa hacia su cita con la muerte y que lleva muerta medio siglo, y sin embargo sigue siendo frágil como una mariposa.
Si hiciéramos una encuesta hoy mismo sobre qué representa para usted, señora o señor, Marilyn, se respondería masivamente que un mito erótico, permitiendo que los cochinos Kennedy, abusadores de su cuerpo y alma, y hasta responsables morales de su muerte (tal vez asesinato en vez de suicidio) sigan aún inmersos en aquella niebla que se supo fabricar con habilidad para hacernos ver exclusivamente de ellos la imagen de unos chicos bien, glamurosos, católicos y casi modélicos que causaron furor femenino y envidia masculina. A veces se dice que el pueblo es sabio y que antes o después encuentra el modo de hacer justicia a la historia. Pero en este caso, como en otras muchas obnubilaciones más, se demuestra que colgar el sambenito y situarse a favor de lo que escuchamos es mucho más cómodo que escarbar en la conciencia individual para evitar las agujetas. Quizá algo de eso le pasó anteayer en las Cortes a Durán i Lleida cuando atrapado en un laberinto retórico quiso escapar haciendo una alusión frivolona a una cita de Cambó: “Entre Monarquía y República, Cataluña”. Que trasladado a nuestro caso podría ser: “Entre la puta y el pecado mortal, los hermanos Kennedy”.
RépondreSupprimerMarilyn Monroe (o Norma Jean Baker) escribía poemas cortos. Quizá no sean maravillas literarias, pero están transidos de emoción y sentimiento. A mí me gustan mucho. Varios de ellos los hemos incluido en ZdeP. La traducción es de José Luis García Martín, quien los publicó inicialmente en su Café Arcadia:
RépondreSupprimerhttp://cafearcadia.blogspot.com.es/2012/08/fugacidad-eternidad-verano-poemas-sin.html
Aquí van dos muestras:
Tristes y dulces árboles
que veo desde mi ventana,
cuánto daría yo por ser
uno de vosotros,
siempre en un lugar hermoso
rodeados de niños y de rosas,
acariciados por el viento,
ajenos,
al amor y al dolor,
al dolor y al amor.
...
Silencio.
Silencio.
Silencio.
Solo se escucha
el fluir de mi sangre
como un río que anhela
un lago tranquilo
en que perderse para siempre.
Estoy tant de acuerdo con ella, que ni me quedan palabras, solo recordar quien era y como era ya me satisface.
SupprimerFrágil es la palabra exacta.
RépondreSupprimerCinco palabras que me acaban de traer otras ocho, “Solo la palabra blanda dura en los corazones”, que como aforismo medieval, creo recordar, deben andar copiadas en algún viejo papel…
SupprimerUn googleo del nuevo milenio y, exactas o con variantes, esas cinco u ocho palabras, milagro, pueden aparecer amontonadas con muchas más:
“(…) Fijo, guardate de la avaricia, si quieres haber poder en ti; si non, siervo serás: ca como cresce el amontonamiento de los algos, cresce la muchedumbre de los cuidados. Nota, si quieres haber lo que deseas, desea lo que puedes. Non tengas á ningun ome por lo que obró en la su fortuna; mas tenlo por lo que es en su seso, é en sus vertudes. Non tengas vasallos tan solamente por lo que has de haber dellos; mas tenlos todos por amigos, é sirvante con lo que has de haber de derecho. CON LA PALABRA BLANDA DURA EL AMOR EN LOS CORAZONES : la dulce palabra multiplica los amigos, é mitiga los enemigos : la lengua graciosa en el buen ome abonda. (…)
TESORO / DE LOS / PROSADORES ESPAÑOLES / desde la formación del romance castellano / hasta fines del siglo XVIII; / en el que se contiene lo más selecto / del / Teatro Histórico-Crítico de la Elocuencia Española / de don Antonio Capmani, / recopilado y ordenado / por don Eugenio de Ochoa. / PARIS. / Baudry, Librería Europea, / nº 3, Quai Malaquais, cerca del Pont des Arts (…) 1841.
http://books.google.es/books?id=2jBEAAAAcAAJ&pg=PA53&lpg=PA53&dq=la+palabra+blanda+dura+en+los+corazones&source=bl&ots=y2LMeMmqxW&sig=TQMdghkvWQERkhGu6D3mDHp_lgY&hl=en&sa=X&ei=Yd-aU9eqLqeV0QWWj4CgCw&ved=0CCoQ6AEwAQ#v=onepage&q=la%20palabra%20blanda%20dura%20en%20los%20corazones&f=false
"Con la palabra blanda dura el amor en los corazones". Amén.
SupprimerA una, que es también mariposa, y no mariposón, le chirría enormemente toda esa inmisericorde descripción que se viene haciendo del puterío y sus gestos, aunque sólo se trate de insignificantes naipes. A la mariposa reina, rescatada del serrallo, que aparece en la fotografía tan hermosa y frágil, poco le hubiera importado, a fe mía, seguir en él rodeada de otras mariposas, gordas tetonas sin depilar, y de ofrecidas ubres, puede ser cierto, pero con idéntica extrema fragilidad a flor de alma. Todo parece apuntar a que la grácil mariposa reina supo siempre mantener el corazón a buen recaudo, cosa poco frecuente en nuestra irremediable condición cavernícola.
Después de leer esta entrada, he hecho clic en la cruz de 'cerrar'; y me ha salido la doble opción: cerrar todas las putañas / cerrar la putaña actual.
RépondreSupprimerBello el texto; bella la trastienda del Rastro, aunque sea una belleza poco canónica, hecha de escondidas postales pornográficas desgastadas por el tiempo y quizás también por los prensiles dedos salaces de la mano libre; bello el rescate; pero más bello aún que todo lo anterior: Norma Jeane, aka Marilyn.
RépondreSupprimerIncluso alguien tan poco dado, o eso se cree, como yo a los iconos, siente que tira de sus ojos cada vez que la ve en cualquiera de sus muchas fotos.