A medida que nos acercamos a un acierto, podemos sentir que nos estamos alejando de él. Puede incluso dar la impresión, a menudo injusta, de que el mayor error es aquel que más cerca se ha quedado de no serlo, teniendo su expresión más agónica en el dicho "morir matando".
Sucede en armonía: la mayor disonancia es la del semitono respecto de su nota, por arriba o por abajo, sostenido o bemol. La horrísona cacofonía del mundo procede de esos pequeños desajustes, y la inestabilidad en la que estos subsisten permanentemente. Rothko o Kandinsky, por ejemplo, no son disonancias de Velázquez; Manet, sí, tanto mayor cuanto más próximo se le coloque de él.
Ni que decir tiene que es una tristísima tragedia tratar de matar al maestro y seguir vivo.
Ni que decir tiene que es una tristísima tragedia tratar de matar al maestro y seguir vivo.
El Rastro, 11 de mayo de 2014 |
Quiso la playa y morir en el mar. Se ahogó antes.
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