SABER que podemos registrar imágenes fugaces en cualquier momento y en todo tipo de circunstancias ha hecho de nosotros transeúntes atentos, testigos de realidades tanto más poéticas cuanto más frágiles. Incluso aunque queden registrados de una manera deficiente. Vendrían a ser digitaciones en las paredes de la caverna, algo que da testimonio del mundo y de nosotros. Así este sobre, tan Schwitters, destinado a Vogue y encontrado en la acera de Recoletos a media noche, o ese camión con el que compartimos un semáforo, camino del Rastro, y que esparcía sus trinos por la limpia madrugada de Madrid. Tréboles de cuatro hojas.
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Puerta de Toledo, 7 de Junio de 2014 |
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Recoletos, 10 de junio de 2014
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Si ya es hermoso ser notario de las pequeñas realidades que no todos los ojos perciben, más suerte aún es tener capacidad para levantar estas actas poéticas que pocos escribidores saben expresar y casi nunca regalar. A mí, le moleste o no el comentario a algún anónimo roñoso, me gustaría escribir con esta fluidez apabullante. Enhorabuena y gracias.
RépondreSupprimerComo escritor debe tener cuidado con las palabras. Busque escribidor en el diccionario.
SupprimerRoñoso.
En ese momento me acordé de Vargas Llosa y "La tía Julia..." y me pareció divertido jugar con el término....no sé si me sigue usted.
SupprimerClaro claro
SupprimerEstimado lector Jose Cancio, ya tiene ud. el buen gusto de reconocer el buen gusto. Y creo que eso es bueno y no tan habitual.
RépondreSupprimerMi reconocimiento de las virtudes ajenas siempre ha sido más un placer que un esfuerzo de mala gana. Será que no siento envidia ni sufro demasiados complejos de inferioridad. Además admirar es un ejercicio muy saludable que crea hasta músculo. Un saludo, Concha.
SupprimerEse "será que no siento envidia ni sufro demasiados complejos de inferioridad" ha sonado como aquello de "yo es que soy muy humilde".
SupprimerSu admirador A.S.R.
Cuanto más leo estas cosas más me gustan. Será como la vanidad que se acrecienta cuanto más se sacia.
RépondreSupprimerAmigo Andrés,
RépondreSupprimerperdone este comentario que no tiene que ver con su entrada o post de hoy (o tal vez sí) pero no sé cómo hacérselo llegar por otras vías y me parece que el asunto lo merece. Ignoro si está usted al tanto de las obras en la Plaza de la Villa de París, por donde paso casi a diario y además, cada vez que hojeo su SPP. Aquí le pongo un enlace donde se comenta el asunto; no puedo responder de su contenido pero desde luego, obras en marcha existen como sabe cualquiera que pase por la Plaza:
http://www.somoschueca.com/las-obras-de-la-plaza-de-la-villa-de-paris-siguen-preocupando-a-los-vecinos/
Un saludo cordial
David Fdez.
Gracias, David. Lo sé, para mi disgusto. Serán las consabidas peoras municipales.
SupprimerLa explosión se produjo al detenerse el vehículo en un semáforo y provocó la alarma en esa zona de Madrid, hoy capital de un reino sin rey. Pero en seguida se restauró la calma y el suceso incluso benefició a algunos ciudadanos. Según explicó el conductor, entre la comida para pájaros que el vehículo transportaba había 100 kilos de maíz. Aún por investigar, un calentamiento en el interior del camión provocó la gigantesca eclosión de palomitas de la que se aprovecharon para fortalecerse unos escolares camino de su excursión; también, algunos automovilistas que así ayudaban a despejar el pavimento a los bomberos a punto de llegar, según, bromista, uno de ellos. Este mismo conductor fue quien nos facilitó ―muchas gracias― la foto de la primera explosión de palomitas contra el cielo madrileño, limpio a esas horas.
RépondreSupprimer¡Hombre! esos jilgueros aunque sólo dibujados, y no mal me parece a mí, alegran siquiera un poco la mañana de cualquiera. Que era primera hora, esa hora buena del Rastro, que se yo que le gusta a Vd. "ayudar a poner los puestos". ¡La mejor hora sin duda! si a uno le gusta madrugar. Saludos.
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