20 novembre 2014

... y Sevilla

EL olor de la bosta caliente de los caballos, tan familiar e irreductible, es lo único genuinamente cervantino que le queda a las calles de Sevilla. Y las campanas...
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LAS campanas hablan distinto en cada sitio. En Sevilla hablan sevillano, y al caer la tarde lo hacen con un deje... castellano. Esa mezcla de voz y de acento evoca a Cervantes como ninguna otra cosa.
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Y desde luego, ninguna fragancia superará nunca la de la primavera sevillana: a bosta, azahar y cirios. Cada uno de esos olores potencia los otros dos. Ah, si se pudiera meter en un pomo que hiciera menos triste la lejanía.

Desde el la habitación del hotel. Sevilla, 18 de noviembre de 20

10 commentaires:

  1. Sevilla, un olor a ciudad, un no se qué. Otras grandezas. (Mateo Alemán. "Guzmán de Alfarache").

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  2. Sigo con mis frases subrayadas de "El final de Sancho Panza...", ésta precisamente referida a Sevilla (pero no desvelo nada de la trama):

    "-¿Y el mar aquí dónde estará?

    -Le dijeron que lo hallarían pronto, si estaba, porque no era el mar cosa que pudiera quitarse de enmedio ni esconderse".

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  3. Sevillana sinestesia: azahar, cirios y bosta; perfume que ya nos suena.

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  4. ¿Alba en el cielo o anochecer en la tierra?

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    1. ¿Eres poeta, Jose Cancio? aquí una críptica sin querer que en la aparente simplicidad de tus palabras se ha quedado pillada, alambricada, gustosamente perdida mental y poéticamente (si es que hay diferencia). Un abrazo.

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    2. Simple aprendiz, Sofía. Muchas gracias por el piropo.

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    3. Aquí hay tomate...

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  5. “20 nov. 2014 - El País (Andalucía) / Mábel Galaz - Virginia López / Madrid - Sevilla / CAYETANA SE RODEA DE LOS SUYOS EN SEVILLA, LA CIUDAD DONDE FUE MÁS FELIZ”.

    … y en Sevilla.

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  6. Lo que cada paisaje o lugar nos evoca solo es una parte ( o un todo) de nosotros mismos. tal vez por eso tengan razón las múltiples voces que han nombrado a esta ciudad como universal, tal vez solo sea por ese minúsculo y pequeño detalle. (todo esto pensado/intuido/re-flexionado al contemplar un perfil tan consustancial a mis ojos como el de esa foto, incluida la luz, tan verme dentro que por lo mismo quizás rechazo constantemente el seguir contemplándolo, disfrutarlo...¿a mí?
    Qué difícil, dios mío, qué difícil SER de aquí.
    Y qué imposible NO SER-LO.
    Y qué reniego no querer-Lo ser.

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  7. A la duquesa de Alba
    cirios, bosta y azahar.
    Sinestesia sevillana.

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