HAY cosas que sólo se llegan a revelar con el paso del tiempo. Las fotografías nos ayudan a ver cosas que pasaron por alto los contemporáneos, no sutiles, como se creería, sino de bulto. Este libro, de Thomas Grebe, de 1962, contiene muy buenas fotografías de Hamburgo, principalmente las de su puerto, e incluye esta de la bolsa de Hamburgo. Algo llama la atención en ella de pronto, como cuando, en el cine, en una película antigua, vemos a un médico fumando mientras pasa consulta con su bata blanca y su fonendo colgándole del cuello. Sí, no hay ni una sola mujer entre tantos hombres. Lo extraño es que si la foto se hiciera hoy, cincuenta años después, probablemente fuera la misma, lo que nos ayuda no ya a no reconocer el mundo que recoge la fotografía, sino el nuestro propio.
Parece que hay una entre los mostradores situados a la derecha de la foto...
RépondreSupprimerLa verdad, si veo una fotografía así, no me paro a distinguir si son hombres o mujeres, no se me ocurre, no es mi afán.
RépondreSupprimerA veces pienso que la marginación femenina está, a estas alturas, más en las cabezas que en la realidad, aunque, y aprovecho para comentarlo, habiendo tenido una vida normal en el más amplio sentido de la palabra, hasta que no pululé por este medio, y siempre lo he hecho por círculos artísticos/literarios, nada de chats d esos raros, no me sentí, como mujer completamente marginada. En los círculos intelectuales, curiosamente, es donde únicamente en mi vida he comprobado el machismo fehacientemente (tanto en hombre como en mujer). Da que pensar, la verdad. Para mí, doble delito.
(y tiene razón Pedro, parece una mujer la persona de la derecha.)