LEE uno siempre con curiosidad todo lo que escribe en el periódico Luis María Ánson, nuestro gran juantercerólogo. Su artículo en El Cultural no tenía desperdicio, que suele decirse. Empieza suave, declarando que es una lástima que la República no fuera una forma de Estado, porque nos habríamos ahorrado "la guerra incivil" y "cuarenta años de atroz dictadura" (que por lo que sabemos a él no le fueron tampoco mal), porque la República acabó siendo "una ideología revolucionaria". Resumiendo: ¿Adónde quiere ir a parar? A la hipótesis de Bolloten, compartida por lo demás, de que en la guerra civil hubo dos revoluciones de signo contrario, "dos dictaduras, la comunista y la fascista". La novedad viene a continuación: "Si hubiese vencido la primera, Gil Robles, lider del centro derecha, se habría instalado en el exilio; pero también Indalecio Prieto, líder del centro izquierda".
Dejemos de momento el que parece ser el objeto de toda la finta, que no es otra que alabar el genio político de Don Juan y el Pacto de San Juan de Luz de 1947, y hablemos del "centrista" Gil Robles: "A aquellos que defienden la lucha de clases, ni siquiera dejarles discutir. ¡Hay que aplastarlos! (...) Iremos a las elecciones con un puñal en una mano, la pistola en la otra y la candidatura entre los dientes", son frases pronunciadas por él en el mitin que celebró en León para las elecciones que dieron la victoria al Frente Popular, en febrero de 1936, como parte de una campaña en la que la Ceda decía lo que sucedería en España de ganar el Frente Popular: "disolución del ejército, aniquilamiento de la Guardia Civil, armamento de la canalla, incendio de Bancos y casas particulares, reparto de bienes y tierras, saqueos en forma y reparto de nuestras mujeres..." O sea, centro derecha.
¿Y qué añadir del centroizquierdista Indalecio Prieto y su intentona de Revolución en Octubre de 1934?
Del resto del artículo de nuestro juantercerolo preferido decir que para "salvar" a su Don Juan III no era preciso clavarle el puñal y dispararle un tiro a don Manuel Azaña ni para elogiar a un fascista (en 1936) como Gil Robles usurpar el centro político a verdaderos centristas y demócratas como Clara Campoamor, Albornoz o don José Castillejo.
Por cierto, Don Juan III se ofreció a Franco para combatir a su lado, y de los más de treinta borbones que lograron hacerlo, once murieron luchando contra la República. Claro que todo esto ocurrió mucho antes de que Franco, que siempre fue, como es de sobra sabido, de centro centro, designara a su hijo Juan Carlos su sucesor al frente del Movimiento, aquel, sí, una verdadera forma de Estado.
Por cierto, Don Juan III se ofreció a Franco para combatir a su lado, y de los más de treinta borbones que lograron hacerlo, once murieron luchando contra la República. Claro que todo esto ocurrió mucho antes de que Franco, que siempre fue, como es de sobra sabido, de centro centro, designara a su hijo Juan Carlos su sucesor al frente del Movimiento, aquel, sí, una verdadera forma de Estado.
Demoledora su entrada de hoy. Ansón se habrá apuntado por conveniencia a esa ridícula teoría que sostiene que "ambos bandos fueron lo mismo", y patatín y patatán. Pobre Azaña.
RépondreSupprimerEdición.
RépondreSupprimerEscritor, yo creo que después de este certero texto, la próxima vez que a Ansón veamos, lucirá un simbólico ojo a la virulé: Ansón hecho puré.
RépondreSupprimerComo no le puedo prestar atención a lo que dice, si leo a Ansón me fijo en su estilo; en este caso repite tres veces lo de la guerra "incivil",tan grande le debió parecer el hallazgo. Además habla de "atroz dictadura", "espléndido libro" "razonado prólogo" "vilmente asesinado" "tenebrosa guerra" "el gran filósofo"... No sé si ya escribía así antes de su paso por la docta casa...
RépondreSupprimerLas homilías de Ánson bien podrían llevar el título general de "Yo me lo hice con..."
RépondreSupprimerLas frases emitidas por Gil Robles en el mitin de León son más propias de un político de extrema derecha, además de semejantes a las pronunciadas por José Antonio Primo de Rivera en el discurso fundacional de Falange: "no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y las pistolas..." "el ser rotas es el más noble destino de todas las urnas..." Cabría preguntarle a Ánson qué entiende él por centro derecha.
RépondreSupprimerDebía hacerse un museo, un proyecto científico que reúna a los mejores historiadores, documentalistas, museógrafos y que se exponga con medios didácticos variados todo lo que sucedió en España que desembocó en ese conflicto mortífero y absurdo. Un espacio dedicado a la reflexión, al estudio histórico y neutro ideológicamente. Como un archivo que pudiéramos recorrer con audiovisuales, selección de prensa, de comunicados, partes de guerra, el frente, las ciudades, el exilio, las evacuaciones, las huídas. Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, la frase no recuerdo de quién es. Gracias por sus artículos y su claridad.
RépondreSupprimerTodos los Borbones aspiraban reinar . En 1936 muere Alfonso Carlos de Borbón y Austria el supuesto rey carlista. Los carlistas ( requetes ) mayoritariamente apoyaban a Javier de Borbón-Parma Braganza y minoritariamente a Juan de Borbón y Battemberg . Los carlistas pactaron con Falange y apoyaron a Franco. El hijo de Javier , Carlos Hugo quiso ser el rey cuando fue elegido Juan Carlos, hijo de Juan . Tambien estuvo al quite Alfonso de Borbón Dampierre, primo del rey y casado con una nieta de Franco y cuyo padre Javier ( hermano de Juan ) renunció al trono en 1933 por discapacidad física . " Los intereses creados " . saludos Manuel Eugenio.
RépondreSupprimerA ver si habla usted de la última pirueta: Zapatero espera a que terminen las elecciones para ¡¡¡indultar a un banquero!!! con una sentencia judicial del Tribunal Supremo, y lo intenta disfrazar otorgando un dineral a una Asociación para la Memoria Histórica que defendiendo a una parte de las víctimas resultan ser las que están enterradas por luchar contra el capitalismo agresivo, entre otras cosas. ¿Cómo se puede tener tanto resentimiento contra el electorado, si no es que los partidos son monstruos demasiado voraces económicamente que obligan al sacrificio ideológico? En cuanto a Luís María Ansón, siempre me ha parecido un arribista de guante blanco, que era lo que se necesitaba para entrar en la Academia de la mano de Juan Luís Cebrian. Saca usted a pasear a la CEDA, pero me parece tremendo ese socialismo de salón que en todo tiempo relativiza a los radicales de izquierda, en la idea de volverlos buenos, como un domador que abriera la jaula para que las fieras se “reconciliasen” con el público, y luego revuelve la historia con la guerra carlista o cartaginesa para intentar pringar a una derecha (en todos los países hay derechas), que ha pasado ya los mismos filtros democráticos que el socialismo y a la que se parece mucho en la evolución de su prosperidad, que se hubiera visto muy amenaza de ser transplantada a 1936, no ya tanto con el felipismo.
RépondreSupprimerNo se preocupe el último comentarista, que ya hay (y en abundancia) quien exonere de toda culpa a la derecha. He llegado a leer (y no me lo invento) una referencia a los nazis como "socialistas" (entiéndase, de izquierda), basándose en el hecho de que el partido se llamaba, efectivamente, nacional-socialista. Su intervención en la guerra civil apoyando a Franco con hombres y con armas (de la que Guernica es, gracias a Picasso, sólo el episodio más conocido), su alianza con el fascismo italiano o la entrevista con Franco en Hendaya para convencerle de que entrase en la guerra mundial (los dos, el fascismo y Franco, debían también ser de izquierdas, sin duda), episodios como el de la División Azul (en cuya partida de Barcelona se oyeron, y está publicado, estentóreos vivas a Hitler, por otra parte del todo naturales), en fin, la realidad, no cuenta. Pero ni AT ni yo mismo (al contrario, me parece, que "Escudero", y sin duda que Ánson) tenemos interés en reescribir la historia a la medida de unas u otras convicciones.
RépondreSupprimerSi se usa como un insulto, entonces Gil Robles sería un fascista y todo lo que el comentarista de turno quiera adjudicarle. Pero si se quiere usar en sentido técnico, Gil Robles no era un fascista. Consúltese p. ej. a Stanley Payne, grandísimo estudioso del movimiento.
RépondreSupprimerEn cuanto a las declaraciones que cita AT (que eran, ojo, de febrero del 36), uno nunca las había leído, pero para entonces, Gil Robles llevaba ya un tiempo en el gobierno... sin haberlo "fascistizado"; no sólo eso, sino que la política maniobrera de Alcalá Zamora desde la jefatura del estado dio al traste con ese gobierno y obligó a convocar unas elecciones que ganó -aun por poco- la izquierda (entregándose enseguida, por cierto, a algunas de las cosas vaticinadas por el cedista).
Termino: yendo a los hechos, ni Gil Robles organizó, a la manera propiamente fascista, escuadrones de la porra ni su ejecutoria se puede "homologar" remotamente con la de los fascistas de verdad. Lo cual no significa, por lo demás, que fuese un demócrata (pocos quedaban en España, de Azaña para abajo). David Fdez
Como dice doña Irene Lozano en su libro "el saqueo de la imaginación", pag 64:
RépondreSupprimer" Junto a la derecha conservadora, surgen en esos años (los 20-30 del s.XX) movimientos y partidos que Payne caracteriza como derecha radical, autoritaria, antiliberal y antimarxista. En algunos casos, aparecen de forma simultánea a los movimientos fascistas (caso de la CEDA y Gil Robles) con los que comparten tantos rasgos que,con frecuencia, se nutren entre sí o se alían. En ocasiones esa derecha radical que "deseaba destruir todo el sistema político de liberalismo vigente de arriba abajo" acaba eclipsada por el auge de movimientos fascistas mucho más poderosos".
Gatoflauta, no se trata de exonerar a ningún criminal, me resulta muy fácil admitir que los nacionales cometieron crímenes, que repruebo, como la Represión... Y ahí le gustaría a usted cerrar el libro cainita de la historia de España. Sólo pudo haber una represión, no dos, después de la guerra, esa es la verdad, pero el hecho de que unos se comportasen de forma diabólica no convierte en angelitos a los mismos que mataron, cuando pudieron, a miles de curas y monjas (y no, no soy católico ni creyente). Espero que no insinue usted lo pérfidos que eran esos curas y esas monjas, porque en este país, cuando se admite algo, aunque sea verdad, parece que pierde uno toda la razón, y conque guarde silencio ya me lo ha dicho todo, pero con los curas y las monjas masacrados yo sólo pongo el ejemplo de lo fácil que es matar cuando se tienen ganas. Ahora usted me sacará cifras y datos para ver quién mató más, cuánto más tarde y bajo qué siglas, pero yo ya le he dicho lo malo que me parece Franco y cualquier totalitarismo, aunque no espero la misma correspondencia. En cuanto a entrecomillar mi apellido, del que tengo tanta culpa como usted del suyo pero seguramente he sacado menos herencia, no me lo puedo quitar, ni quiero, usted perdone. Se sabe que en el bando “democrático” llegaron a matar hasta por llevar corbata, como síntoma inequívoco de vivir bien, grave pecado, sin saber si era la única que tenía uno en casa. Pero con no llevarla, a lo mejor no fue necesario matar a mucha gente, ¿verdad? En Cuba tampoco se acuesta nadie sin cenar todavía. Pero no se preocupe, aunque con el Frente Popular hubiera venido Hitler a invadirnos, luego hubiera venido el yanki a salvarnos (por lo de reescribir la historia), así que al final en este país íbamos a cenar porque sí. Espero y deseo que tenga muchos ahorros y termine algún día de hacer la digestión de aquellos tiempos. Otras digestiones más o menos pesadas: Semprun “Sin la Unión Soviética no merecería la pena vivir” Carrillo: “La Unión Soviética es la estrella polar”. Alberti: “Stalin es un padre, un camarada, un maestro”. Con maestros así es difícil hablar de democracia con los discípulos. Yo sólo me preguntaba que por qué los socialistas, entre otros Largo Caballero, ese amante de la Constitución de 1931 que hizo cumplir hasta el maldito de Franco (lease la Revolución Extensible de Asturias), tenían que llevarse tan bien con este tipo de gente radical que luego (no en 1934, ni en 1936 ni en 1939 todavía) se hizo tan demócrata cuando ya no se podía ser otra cosa. Lo que pasa es que los socialistas evolucionados se llevan ahora muy bien con la banca, insisto, y estará usted de acuerdo conmigo en que tampoco es esto, no es esto.
RépondreSupprimerEn cuanto a la cita que hace Anónimo de una autora que desconozco (sin que esto signifique nada, pues mi ignorancia es múltiple), la redacción resulta poco afortunada, pues parece sugerir que, frente a lo que dije en mi anterior comentario (con perdón, se conoce que se le pega a uno el ansonismo), Stanley Payne sí considera que la CEDA era fascista. Copio: "movimientos y partidos que Payne caracteriza como derecha radical, autoritaria, antiliberal y antimarxista. En algunos casos, aparecen de forma simultánea a los movimientos fascistas (caso de la CEDA y Gil Robles) con los que comparten tantos rasgos que,con frecuencia, se nutren entre sí o se alían". Evidentemente, la cosa estaría mucho más clara si el paréntesis figurase justo después de "en algunos casos". Sin duda la CEDA era antiliberal, antimarxista, etc. pero no era un movimiento fascista. David Fdez.
RépondreSupprimerPido perdón a Escudero por entrecomillar su apellido; él no parece entender que aquí en internet, y salvo declaración explícita como la suya, uno no sabe si un posible apellido lo es o no. Respecto a lo que dice de que hubo crímenes en ambos lados, tiene toda la razón, y precisamente AT es una de las personas que más ha contribuido a recordarnos que eso, efectivamente, fue así. Cosa distinta es la equidistancia que algunos prefieren mantener entre una y otra posición en conflicto: cosa, a mi parecer, indefendible. También es cierto que hubo excesos y atrocidades por parte de los aliados en la segunda guerra mundial (como suele haberlos en cualquier guerra); eso, sin embargo, no los equipara a los nazis. Y recuerdo que, como ya dije, precisamente los nazis fueron colaboradores abundantes del llamado bando nacional; y que es ya un tópico entre los historiadores considerar la guerra civil española como un pórtico o ensayo general de la inminente guerra mundial. Querer repartir las culpas equitativamente es, pienso, ignorar sencillamente la realidad.
RépondreSupprimerAquí tienen otra ración de "equidistancia": Los nazis, como apunta uno de los señores que están opinando, fueron colaboradores del bando nacional o franquista; pero los soviéticos, que no eran mejores, lo fueron del del Frente Popular. No sólo eso, sino que éste acabó dependiendo muchísimo más de Stalin ("oro de Moscú" mediante) que lo que Franco lo hizo de Hitler. Y después de Paracuellos, las chekas, las matanzas intestinas entre las izquierdas, la intervención del SIM de Prieto, etc., seguir pidiendo que no se "equidiste" cuando se está medianamente informado (y no con cuatro tópicos) resulta... difícil. David Fdez.
RépondreSupprimerSi esto es equidistancia, Lo de la equidistancia
La guerra civil española hay que verla en el contexto europeo y ponerla en perspectiva histórica con las circunstancias. Tomar altura y dejar de darse de garrotazos porque de conflicto nacional se convirtió en conflicto europeo, o era parte, desde el comienzo, del conflicto europeo. En España se jugaron muchas cosas, fue el comienzo de la segunda guerra mundial, se estrenó y ejercitó la aviación alemana e italiana, los bombardeos civiles, se cooordinaron acciones militares conjuntas entre el eje fascista y los rusos entraron también en el otro bando con pilotos y asesores militares y políticos. La URSS fue como un imperio que pactó y trató de conservar y luego apropiarse de una zona europea de influencia, o qué fue lo que hicieron en cada país liberado por el ejército rojo, poner en el poder por la fuerza al PC. El campo socialista que duró más que Franco y su franquismo. La excepcionalidad española no es tal, luego dicen que Franco pactó y evitó la guerra mundial pero realmente la guerra había comenzado en España. Los detonantes fueron la crisis económica en 1929 y la propagación de los nacionalismos en toda Europa. El huevo de la serpiente. Algunos piensan que pasar la página es mejor pero creo que hay que comprender ese periodo en el contexto de Europa y que lo que sucedió en España tras la guerra pasó también en los países socialistas bajo dictaduras comunistas, la represión, las familias divididas, los exilios, la miseria humana. Con la diferencia que el franquismo no destruyó la economía como fue el caso en los países del este que se organizaron creando un mercado proteccionista siguiendo el modelo centralizado y planificado de la economía socialista.
RépondreSupprimerY otra cosa que me gustaría preguntar a AT. Esa aversión a España o complejo de la izquierda qué origen tiene? porque conozco familias republicanas en el exilio, de izquierdas y leían a Ortega, Machado, Unamuno, Galdós, Albornoz, Juan Ramón, Madariaga, y nunca escuché ese menosprecio y complejo de la idea de España como país, como cultura. Es posible sea un efecto de la dictadura, uno más, y de lo que representaba simbólicamente. O los nacionalismos. La República habría sido un elemento aglutinador como lo fue en Francia.
Sospecho que el último comunicante anónimo confunde lo que llama "aversión a España" con la aversión, ésta sí real, a "cierta idea de España", que no es lo mismo. El propio Cernuda, tan crítico de España en sus últimos años, deja claro (léase, por ejemplo, su "Díptico español") que a lo que tiene aversión es a la España de Franco ("en la que regentea hoy la canalla"), no a otra "tolerante de lealtad contraria, según la tradición generosa de Cervantes". Es obvio que de eso, de "tolerancia de lealtad contraria", en la España de Franco había más bien poco.
RépondreSupprimerGatoflauta, cuando la gente de la derecha española en general, y sobre todo los abuelitos que pringaron en la guerra, dice que hay que olvidar, no lo hace desde un desprecio al sufrimiento del contrario, sino debido al recuerdo personal o familiar del terror que se pasó y que no se quiere que se vuelva a repetir, ni a insinuar: “Yo no me levanté porque sí, sino porque estaba seguro de que tarde o temprano iban a ir a por mí y los míos”. Los que se levantaron contra el capital, no tenían enfrente en su mayor parte a capataces crueles o latifundistas malvados, sino a gente normal, creyente o no, que vio la que se avecinaba, que era lo mismo de aquello de lo que no quieren ni oír hablar los checos, los húngaros y los mismos rusos. Es decir, convertirse en una oveja, o como dijo un socialista en los años veinte al volver de Rusia: aquello es el presidio. Hasta hace poco los socialistas alzaban el puño, y no sé si todavía tienen la poca vergüenza de cantar la Internacional o prefieren cantar un anuncio del Santander. En otros países ganaron los rojos, y otros tuvieron que exiliarse. ¿Quienes son las víctimas de aquellos conflictos, los rojos también, cuando se ha demostrado que el comunismo fue infernal? En el 82 ganaron los socialistas aquí, y (militares bananeros aparte), no hubo otra guerra civil. ¿Por qué? Porque se había tranquilizado mucho el panorama mundial, y la democracia por primera vez, sonaba bien, que ganaran estos socialistas era hasta fraternal comparado con las intenciones que tenían sus antepasados. ¡Y eso hace ya 30 años!
RépondreSupprimerSólo un pequeño detalle: en cualquier guerra, incluso la más absurda o injusta, encontrarás gente convencida de que estaba justificada y no había más remedio que ir a ella. Eso no es privilegio de la del 36. Yo me he limitado a señalar que entre los aliados y los nazis existe una clara distancia moral, aunque sin duda hubiera mucha gente en ambos bandos convencidísima de que sus respectivas posturas estaban más que justificadas. Pero eso no basta para tener razón. Los vivas a Hitler a que ya me he referido de los expedicionarios de la División Azul fueron, sin duda, proferidos con toda convicción por quienes los lanzaban o los respondían; sin embargo eran, creo, una radical equivocación. Por lo demás, yo también pienso que eso son historias del pasado, y que la situación actual, afortunadamente, es muy distinta de la de entonces.
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