David Attenborough es un naturalista célebre de cuyo talento hay sobradas muestras en You Tube. La increíble grabación del pájaro lira es suya. Búsquenla. Parece sacada de un relato fantástico de Cunqueiro. Imita el pájaro lira a la perfección no sólo el canto de otros pájaros, lo cual bastaría para ser maravilloso, sino toda clase de sonidos humanos o mecánicos, sin que haya ruido que se resista a sus dotes imitadoras. Lo hace con tal maestría además, que parece en verdad el pájaro que lleva consigo El Vagabundo para ganarse la vida por las ferias de pueblo. En el vídeo de Attenborough imita el clic del obturador de su cámara fotográfica, el aullido de unas ambulancias y, como en una tragedia cuyo final siempre está demasiado cerca, el devastador y estrepitoso bramido de las motosierras que están talando, a unos metros, los árboles del bosque donde ha vivido, anunciando así que también a él lo expulsan del paraíso.
Nos fascinan las aves que imitan la voz del hombre y que pueden articular palabras. En el siglo XVIII no había cortesana que no enseñase a hablar a un loro, a un papagayo o a una cacatúa, pero más aún nos admira que las aves puedan hablar el lenguaje despiadado del progreso.
En un librito antiguo, El ruiseñor, jilguero, pardillo, mirlo y demás aves canoras de jaula. Caza, cría y domesticación, su autor nos relata algunas cosas curiosas. En primer lugar algo que no todos saben: que en la naturaleza hay muchos pájaros que imitan el canto de otros, sin que nadie se ofenda por ello, ya que en la naturaleza no rige el concepto de originalidad ni hay demérito en ello. Es el caso de los estorninos, tan comunes en España. Su autor, L. Soto, dice de ellos: “Son de índole mansa, aunque muy inquietos, y se domestican fácilmente. Andan de un modo raro, como vacilante, y esto hace que los que no conocen sus mañas los crean tontos. Por el contrario, son muy avispados, alegres e inteligentes; pero se diría que todo les importa un bledo. Saben aprender, cuando quieren, con facilidad suma; pero olvidan también con rapidez”. Aprenden además a pronunciar las palabras que se les enseña, y las repiten de manera clara y no gangosa, como el loro, y a diferencia de otras aves, que sólo aprenden a imitar de jóvenes, el estornino lo hace “de joven, de adulto y hasta de viejo”. En cuanto al canto, imitan incluso cantos mucho más virtuosos, de la calandria o del ruiseñor, siendo entonces el suyo indistinguible del original. Leído esto, ¿quien no querría que se pudiera decir de él algo parecido?
El ser humano ha proyectado tradicionalmente su propio mundo sobre el de los animales, y a la inversa. Ese es el origen de muchas fábulas morales. Entramos en un periodo político diferente, pero uno desearía que los nuevos gobernantes creyeran en el estado de bienestar como creyeron otros, que cantaran la misma partitura en educación o sanidad y, sobre todo, que no talaran los árboles de las conquistas individuales en asuntos como el aborto o la unión de parejas gays, porque fuera de ese bosque dejaríamos de oír la más necesaria melodía, las notas de nuestra vieja libertad, tan poco original.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el día 25 de noviembre de 2011]
Si me decido a publicar la cubierta de este libro no es tanto para probar las fuentes o ilustrar el texto, sino por considerar su cubierta como un logro de lo que ha llamado uno otras veces las imprentas de pueblo de las que han salido tipografías finísimas, como esta, de patente encanto, a cargo de un regente o del cajista de turno. (Lo de ilustrarla con un loro hemos de considerarlo sólo un rasgo de surrealismo sutil).
¡Magnífico!
RépondreSupprimerSobrecogedor.... las aves esperan el cataclismo con serenidad. Un artículo magnífico. Saludos.
RépondreSupprimerEstorninos copian calandrias. ¿Y la Sgae? Puestos ya a pedirles, que decreten las gaviotas el fornicio y la felicidad universales, es decir, que imiten a los ruiseñores socialdemócratas, cómo cantan estos, que seamos los españoles, como decía la Pepa, justos y benéficos, que pronto, muy pronto, no sé si en la próxima primavera, volverán las aves del Paraiso a las que por derecho de verdad y de justicia sin duda y para siempre el Poder del cante hondo y el Pueblo pertenece.
RépondreSupprimerLa imitación fue el primer procedimiento, no sé si eco instintivo, de aprendizaje animal; el hombre no debería conformarse con la imitación artística y entrever en la disparidad de su errática interpretación la grandeza de su artificiosidad, la originalidad. Los estorninos son también esas aves en inmensas bandadas que dibujan nubes sinoidales, transformistas y ensordecedoras ¿qué imitarán?.
RépondreSupprimerMirad lo que hacen los estorninos sin saberlo: http://astrogaia.blogspot.com/2006/08/bandada-de-estorninos-casi-rompen-un.html
RépondreSupprimerYo tuve un periquito que estaba moribundo, le cogí en mi mano y al trasmitirle la pena que me daba su estado entendió el cariño que le tenia, se puso bien. Los pájaros sanan con la compasión y el cariño. El pájaro no canta porque es feliz , es feliz porque canta. Manuel Eugenio
RépondreSupprimerBuenas noches Andrés, el artículo magnífico y la información que aportas sorprendente. Un abrazo
RépondreSupprimerPrimitivo
No creo que el aborto sea una conquista ni individual ni colectiva... y mucho menos una conquista para el individuo indefenso. A no ser que se piense ( como la ministrina (y los nazis) ) aquello de " no hay evidencia científica de que el feto(o los judíos)) sea un ser humano"
RépondreSupprimerY en cuanto a la educación, no creo que la Epc o la ley de Educación actual sean avances de ningún tipo. Diría, más bien, que son retrocesos. Sobre la manipulación del lenguaje, llamar matrimonio a la unión de homosexuales y equiparalo a la unión de un hombre y una mujer me parece, secillamente, un disparate.