EN la excelente y sincopada biografía de Timoteo Pérez Rubio que escribió su mujer Rosa Chacel, a quien se la escuchamos de viva voz hace más de treinta años en casa de los Bonet una noche memorable, llegamos a este pasaje, que nos deja pensativos, por venir en él acaso una de las razones por la cuales fue ella, al igual que otros exiliados "difíciles", una de las personas que perdió al mismo tiempo la guerra, el prestigio y la consideración que se tuvo a los vencidos en los manuales de literatura:
"El alumbramiento de la República había sido fácil, pero yo nunca presentí un gran porvenir para ella. (...) Nunca sentí el entusiasmo de la esperanza (...) Ahora puedo mirar aquellos hechos con más piedad, con más cólera, sin resignación, pero con más repugnancia al producto industrial en que se ha convertido su relato".
No habría mucho más que añadir, de no ser que aquel relato, en realidad un subproducto de los llamados "grandes relatos", se ha convertido a estas alturas casi siempre en un corrido estilo Walt Disney (y no tardaremos en ver la guerra civil española en dibujos animados y en un videojuego).
Yo creo que con el paso del tiempo esto es algo inevitable: desde la distancia contemplamos acontecimientos trágicos como algo que no va con nosotros; cuando hayan muerto los últimos nietos de los testigos directos de este relato, se harán videojuegos de él, como hay juegos de mesa sobre la batalla de Bailén, o de Waterloo. Acaso es hasta bueno.
RépondreSupprimerLa Guerra Civil Española está ya en un videojuego: http://m.vidaextra.com/pc/el-videojuego-de-la-guerra-civil-espanola
RépondreSupprimerUna cosa es la batalla de Bailén y otra esa República que sí va con nosotros porque va con nuestros abuelos.
RépondreSupprimerComo nieto de testigo me gusta pasar el testigo.Y pasar historias como la del fascista que ayudó a mi abuelo republicano en un asunto del comercio.Mi abuelo correspondió meses mas tarde preparando un escondite en su casa que salvó la vida a su nuevo amigo.
Al final de la guerra fue el ganador quien hizo lo mismo.
Quizás llegarán los videojuegos, pero mientras tanto un poco de literatura.
yo creo que es ya un pack, la República y la guerra civil como un tebeo de buenos y malos, en tanto que mito fundacional manipulado sobre el que asentar la pretendida superioridad ideológica, moral y personal de la Izquierda y de sus gentes. Aquí estamos los buenos, Peces Barba dixit.
RépondreSupprimerLos juegos de mesa sobre cuestiones histórico-bélicas pueden resultar didácticos, siempre y cuando los productores de los mismos no frivolicen con la temática.
RépondreSupprimerTotally agree(pina). El laberinto del fauno y toda esa cháchara. Y lo que nos queda, claro. Exhumaciones y after-hours...
RépondreSupprimerAcabo de recordar que en mi adolescencia tenía un juego de la Guerra Civil, fabricado por NAC, que data nada menos que de 1981. Lo acaban de reeditar en 2009. Se puede ver aquí. Ya en esa época había mucha gente a la que la guerra resultaba muy lejana. Hoy, 30 años después, creo que en lugar de diluirse, su influencia se ha intensificado. Por supuesto que respeto y entiendo el dolor de los más afectados. Aún queda, pero llegará un día en que la guerra no sea más que un recuerdo trágico.
RépondreSupprimerEsto me recuerda al neoalumbramiento del PP , estoy esperando que alguien haga una encuesta sobre la esperanza en el sistema ( lo último que se pierde). Respecto a los productos industriales y tecnológicos ya lo advirtió Groucho " venimos de la nada y vamos a la más absoluta de las miserias" Saludos, Manuel E.
RépondreSupprimerEn Londres hay un musical sobre ello. El West End puede con todo, pues todo lo digiere.
RépondreSupprimerhttp://www.goodbyebarcelona.com/