ESTE Magazine acompaña los domingos al diario La Vanguardia de Barcelona, pero también a otros muchos diarios españoles. Escribir en él desde hace diecisiete años le impide a uno por decoro, y ya lo siento, elogiarlo como merece, pero no manifestar la contrariedad que experimento al no encontrar algunos días en nuestro kiosco habitual de Madrid el ejemplar de La Vanguardia que nos disputamos desde tiempos inmemoriales otro vanguardista y yo. Alguna vez ha estado uno tentado de apostarse al acecho, descubrir a mi competidor y proponerle un arreglo: usted lunes, miércoles y viernes, y yo martes, jueves y sábados, y los domingos, alternos. Pero lo va dejando uno y cada cierto tiempo se encuentra con la rasposa noticia de que el periódico ha desaparecido. Recurre uno entonces a una treta. Camino unos trescientos metros hasta un kiosco próximo bien surtido. A pesar de que en este debe de haber igualmente un número indeterminado de vanguardistas que han arrasado con las existencias para cuando llego yo, los domingos suelen quedarles algunos periódicos de provincias, entre ellos La Nueva España, de Asturias, al que también suplementa este Magazine.
Lo cierto es que le gustan a uno, y mucho, los periódicos locales. En ese kiosco los hay de todas partes, andaluces, vascos, castellanos y, sobre todo, gallegos, muchos periódicos gallegos, acaso porque los oriundos de Galicia cultivan como pocos la saudade y necesitan mantenerse unidos a su aldea por el cordón umbilical de sus reporteros. Se llevaría uno a casa todos estos periódicos mal llamados provincianos, porque sus pequeñas historias son a menudo más universales que las que restallan en las primeras páginas de los periódicos cosmopolitas que tienen en el montón de al lado, esos The New York Times o Frankfurter Allgemeine Zeitung que le dejan a uno helado. ¡Cuánta novedad, en cambio, en los viejos periódicos españoles, incluso los atrasados! A LNE le debe uno, por ejemplo, la novela de Wenceslao Roces, un oscuro personaje de la guerra civil, y en LNE ha leído uno hace unas semanas la página de García Martín, uno de sus colaboradores. En ella se incluían algunos aforismos. Copio los que me gustan en una libreta: “Para gustar a mucha gente hace falta menos que para gustar a unos pocos”. “Un poeta malo es menos malo que un poeta mediocre”. “Quien se contenta con poco, vale poco”. “Ningún problema lo es de verdad si puede ser resuelto”, y, sobre todo, estos dos: “Un amor que acaba es un amor que nunca ha comenzado” y “Una historia que termina bien es una historia que aún no ha terminado”.
Me gusta hallar mi ejemplar de La Vanguardia en el kiosco, cierto, y no hacerlo le desquicia a uno de una manera infantil. No es posible un mundo bien hecho sin rutinas, me digo para justificar mi furia irracional y cómica. Pero el mundo tampoco es tolerable sin excepciones. Y la excepción hizo que leyera esa página de aforismos fuera del tiempo, y que esté escribiendo ahora la mía con el ánimo jovial, sin importarme saber si llegaré a tiempo o no de comprar el periódico donde va a publicarse, porque tú te me habrás adelantado, colega vanguardista, hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 15 de abril de 2012]
Imaginemos que no todo es ficcion en su articulo del Magazine: ¿Por que no reseva su vanguardia dominical? ¿no será que prefiere jugar al escondite con su vanguardista desconocido? Sin duda, un gran vanguardista, el mejor tal vez entre los vanguardistas: el vanguardista desconocido. Saludos cordiales
RépondreSupprimerEsto me recuerda la aventura que es comprar el ABC en el pais vasco. Cuando voy por alla, que no es muy frecuente, me gusta comprar el ABC del sabado sobretodo por el suplemento cultural. Pero no es facil encontrar el periodico, nunca esta a la vista si no que esta escondido como periodico furtivo, debajo de otras revistas, como cuando conseguiamos mundo obrero en los kioskos pucelanos. Nunca suele haber mas de dos o tres ejemplares y si voy tarde por un hazar de la vida, ya no lo pillo. Aqui en cambio en el extranajero solo nos llega el pais, cuando llega que con cierta frecuencia se muestra perezoso y se queda en el camino.
RépondreSupprimersalud
txema
Artículo (¿meta-artículo?) antológico
RépondreSupprimerMe sorprende su querencia por La Vanguardia, un diario con una prédica nacionalista cada vez mayor, con unos articulistas ocupados en evangelizar sobre la renacida patria catalana. Y con un suplemento cultural en el que predomina la literatura de la misma cuerda, provinciana y catalanista. No sé si es que, más allá del Ebro, La Vanguardia se viste con otras voces, otros ámbitos digamos más universales.
RépondreSupprimer"Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas." F.Nietzche
SupprimerPara el Sr.Cosmopolita y universal de Plasencia.
sin acritud.
¿Se ha parado a pensar a cuantas personas, como a Vd. o como a mí, les angustia no encontrar determinado periódico en el kiosco?. Yo cuando viajo, aun dentro de España, dejo una lista de lo que deben comprarme en Madrid, pues no me fío de otras ediciones. No comparto su punto de vista sobre la universalidad de las pequeñas historias provinciales. Yo creo que es precisamente este provincianismo universal que nos rodea una de las principales causas del precipicio al que sin duda nos encaminamos. Una de las lecturas más espeluznantes que conozco, es la edición sevillana del diario monárquico. Patética.
RépondreSupprimerEn el periódico provinciano que yo leo te encuentras historias curiosas y,probablemente,insólitas en la prensa "cosmopolita":Cómo acabar,sin matarlos,con una colonia de murciélagos de un centro de salud.O cómo ser zahorí sin cobrar un euro.
RépondreSupprimerExcelente. hay un libro muy bueno de aforismos de Ramón Eder, voy a poner alguno con su permiso
RépondreSupprimerHay gente que nunca sabe el color de los ojos de sus amigos.
Salió a flote y le dieron con el remo
Los que se plantean la amistad como una partida de ajedrez, siempre pierden la partida
Todo libertino necesita un amigo puritano y todo puritano necesita un amigo libertino, para escandalizarse mutuamante
El libro se titula " la vida ondulante " y es un brevario elegante, penetrante y sugestivo
Un saludo
Sr. Trapiello: alguna vez he recibido la Montblanc de "La Vanguardia" al comentar su breve artículo en el Magazine. Me encanta cómo escribe (etc., etc.) Me he quedado de piedra al saber que usted no recibe ese diario todos los días como obsequio o cortesía del editor, a un buen colaborador que dignifica las páginas dominicales. Yo, si fuera la directora, condesa de "algo"... lo hubiera hecho hace ya mucho tiempo. Pudiendo dormir unpoco más, a los kioskos vamos a primera hora los festivos por temor a quedarnos sin lo que nos interesa; rezo desde hace más de dos años por que los kioskos no desaparezcan, pues en Barcelona lo hacen a ritmo desenfrenado (el monopolio todo el mundo sabe quién lo tiene). Ojalá podamos seguir leyéndole, Sr. Trapiello. Es literato creativo, natural y sugerente. Un saludo. Luisa
RépondreSupprimerNunca he leído la Vanguardia, aunque se que se trata de un diario serio ( llevo años escuchando a José Antich en RNE como tertuliano ) e independiente . El mal de los diarios españoles es que son proselitistas y están al servicio de cierto partido, ayer leí " la dureza del gobierno español impedirá que Cristina nacionalice Repsol " . En fin que quieren que comulguemos con ruedas de molino y sus opiniones son actos de fe que no podemos creernos. No quita que tengan buenos reportajes, yo sigo leyendo el periodico de mi comunidad por internet , pero muy por encima .
RépondreSupprimer