Los dos primeros, del coronel Tejero y de Franco, aparecen en un collage de Joaquín Blas. El tercero, del "sanguinario exdirigente etarra" conocido como Cheroqui a sus secuaces, tuvo lugar ayer en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Nacional por intento de asesinato.
El exdirigente y sanguinario en activo nos quiere dar miedo y sólo da risa. Que haga todos los gestitos que le apetezcan, es lo único que se puede permitir.
RépondreSupprimerMuy bien traído el pequeño manojo de saludos. Gracias.
Extraordinario. Es un paralelismo muy bien logrado.
RépondreSupprimerMe gusta la mirada firme y severa de la señora jueza; gañancitos a mí, parece pensar. Hubiera sido bonito tener una imagen similar del señor de la pancita: brindándoles el toro a las mozas desde el banquillo de los acusados.
RépondreSupprimer¡Qué bonito trío! Cómo se complementan y se dan significado los unos a los otros. Qué gallarda estampa, entre el bigotón, la panza realzada por el fajín del caudillo, y la cosa esa de debajo del labio inferior del salvapatrias sediento de sangre...No les falta detalle.
RépondreSupprimerPues a mí no me da ninguna isa el hijo de la gran puta de Txeroki: me da terror porque es un asesino y porque otros asesinos lo obedecen y porque otros que lo admiran están ahora mandando en las instituciones. Como cuento de terror no está mal. Pero es real.
RépondreSupprimerAbundando en lo que dice el último anónimo, ¡pensar que a semejante tiparraco hay gente, o así, que le considera un héroe! Desde luego, esa fotografía lo pone en su sitio, en su bajísimo sitio.
RépondreSupprimerAl etarra deberían denunciarle también los legendarios pieles rojas, por apropiación indebida.
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