SIENTO volver con los pájaros, pero había ido tomando algunas notas para entradas anteriores, y estas se me habían traspapelado. Prometo dejar los pájaros a su aire por un tiempo, y no traer aquí minucias de sus asuntos, aunque a uno le gusten de ellos hasta sus minucias.
En un tratado de principios del siglo pasado sobre cría de pájaros leía, a propósito de la costumbre de dar cañamones como pienso, este encendido ataque del autor, bonito por lo que tiene de sincero: "El cañamón es lo mismo que el opio para los chinos, el alcohol para los ingleses, norteamericanos, alemanes y franceses, y el tabaco para la inmensa mayoría de los hombres: un veneno que se traga con gusto, pero que mata".
Y la última. Hablando de los ruiseñores, ponderaba un autor sus melodías, conmovedoras incluso para aquel "que entienda poco en achaque de cantos" y contaba otras cosas curiosas, como que pudieran vivir cautivos entre quince o veinte años o la dificultad de distinguir machos de hembras. "En libertad no hay manera de saberlo", y concluye, cortando el nudo gordiano: "ni necesidad de ello".
El veneno es la dosis, una planta de cañamo , sabe si es indica o de hilar, nosotros tampoco sabriamos a simple vista diferenciar cuales son legales o ilegales en una plantación mezcla de ambos tipos de planta, sus caracteristicas dependen de su genetica y exposición al sol.
RépondreSupprimerSi supieramos como son las cosas de este mundo , perderiamos la capacidad de pensar , imaginar y aprender con lo que paradojicamente no sabriamos nada.
chao
No hay modo. Efectivamente. Ni necesidad de ello. Saludos
RépondreSupprimerla dificultad de distinguir machos de hembras entre los ruiseñores en libertad: entre ruiseñores y ruiseñoras entonces, la Pacha Mama es hermafrodita y lo sabe todo ella misma sobre "achaque de cantos", qué bonito eso, recuerda al achique de espacios que cantan los de la radio en el fúlbol
RépondreSupprimersaludos
Preciosa foto. Curioso lo de los cañamones, yo me he comido alguno. Besos,
RépondreSupprimerBelleza de foto.
RépondreSupprimerLos cañamones me traen el recuerdo entrañable de mi abuelo materno, una de las personas que mas he querido en mi vida, cuando los administraba en pequeñas dosis a su selectiva colección de pájaros, que trataba con mimo y cariño.
Curiosa foto. Pájaro harto de la libertad, que está buscando la cárcel. O pájaro libre examinando los barrotes que se ponen los hombres alrededor.
RépondreSupprimerJairo.
Sin pájaros no habría aviones
RépondreSupprimerSin pájaros no habría plantas de cáñamo
Al fin y al cabo se trata de volar
Saludos
"Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando...". Aquí lo pongo.
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