NO sabemos dónde estaban estas casas ni si existen aún, ni menos con qué propósito se sacaron estas fotografías, la primera de todas obtenida de la superposición de varias para completar la panorámica. Por conjeturar algo: Madrid (su procedencia del Rastro no sería en ningún caso concluyente) y algo relacionado con ordenanzas municipales, registros de propiedad o ventas. Nada de esto nos importa ahora, sin embargo, sino la rara poesía que parece haberse quedado adherida a esas imágenes. La soledad abrumadora que asoma a todas y cada una de las ventanas, el aire de arrabal de esos solares vacíos, la ropa tendida que diríamos mojada aún después de llevar ahí secándose dos generaciones. ¿Es posible la poesía en un lugar así? No lo dudéis, en alguna de esas casas vivió alguien que escribió también su Poema truncado de Madrid: "Vivir es caminar entre una fila de casas".
Tal vez Madrid, tal vez hacia 1970 |
sí, y tantas ventanas abiertas, como ojos amargos, a esa luz dudosa, y los lamparones de humedades antediluvianas, como de andurrial soviético, más el gris del cemento armado de melancolía que las reboza.
RépondreSupprimersaludos
Nuestro lugar es el tiempo.
RépondreSupprimerPor eso es triste la ropa
tendida afuera o adentro.
Dentro de esas casas, sólo puede habitar la literatura. Al menos hoy. Si algo queda. Saludos
RépondreSupprimerEstaría bien que alguien, al ver las fotos, reconociera el barrio y que nos dijera, esa nave se tiró en tal año, yo vivía alli. Son las cosas de internet.
RépondreSupprimerHay que tener en cuenta que entonces un piso nuevo de esta guisa valía menos que un Seat 600. En aquellos tiempos los novelistas que se leían eran del oeste , aunque en los años 70 gente como Marquez, Vargas , Asimov o Solzhenitsyn empezaron a crear afición por la lectura y de rebote se empezó a leer a Galdós y los clásicos de la literatura mundial, siendo el Circulo de Lectores el que logró popularizar la literatura.
RépondreSupprimerSaludos