FRANCO se murió en dos tiempos, como es sabido. De una tromboflebitis y, al año, de todo lo demás. Su primera agonía se siguió en España, en la España que aún merecía este nombre, con tanta esperanza como impaciencia, quiero decir que vivíamos todos en un perpetuo sinvivir. El hecho iba a ser, no hacía falta ir de adivino para barruntarlo, de una gran trascendencia para todos nosotros, y sin embargo no puede uno rememorar aquellos momentos sin recordar otro insignificante. Una amiga estaba a punto de dar a luz a su primer hijo por aquellos días, mientras Franco estaba que si finaba o no. Rompió aguas, la llevaron al paritorio, y en él decidieron hacerle una cesárea. Cuando la mujer volvió de la anestesia, sus primeras palabras, todavía entre las telarañas de la inconsciencia, no fueron, como cabría imaginar,“¿Ha sido niño, ha sido niña? ¿Está bien?”, sino estas tan diferentes y llenas de ansiedad: “¿Se ha muerto ya?”. Y hemos de recordar que era una pregunta, como poco, insensata, ya que la parturienta no conocía al obstetra, que podía ser un franquista contumaz y maliciar en la pregunta un acto subversivo y quién sabe si desencadenar las represalias. Bien. Acababa de dar la vida a un hijo, pero sólo le preocupaba la muerte de un tirano, viejo y decrépito. El hecho, anonada.
“¡Oíd cómo hemos tenido día tras día tanta pureza al lado nuestro, en casa, y hemos seguido sordos!”, son unos versos de Claudio Rodríguez escritos en tiempos tanto o más difíciles que estos. Los ha puesto al frente de su último libro, En otra casa, el poeta Antonio Moreno. Remisa, la primavera ha tardado este año bastante en llegar, y acaso por ello sea mucho mejor recibida. Por desgracia las cosas no están para hablar de flores y del canto de los pájaros, pero también sabemos que los pájaros no han dejado de cantar nunca, ni en las páginas más sangrientas de La Ilíada. Sin salirnos de este día encontraríamos, por ejemplo, veinte asuntos infinitamente más graves que el que desencadenó la guerra de Troya, que duró diez años y trajo la muerte a los hombres más nobles y valientes que han pisado la Tierra: pobres, jubilados, emigrantes que no podrán pagarse sus medicinas; gais, y no gais, que tienen que oír de obispos y curas que lo suyo es una enfermedad; gobernantes que no iban a tocar los impuestos, subiéndoselos no a los que más tienen, sino a los que trabajan más (y será difícil dilucidar qué votan los que trabajan, pero en absoluto saber qué votan los que teniendo más consiguen pagar menos); colas de gentes depauperadas, como en Las uvas de la ira...
Basta. No está claro cómo vamos a terminar el año, ni siquiera si vamos a poder llegar a fin de mes, pero al lado nuestro, en casa, hemos tenido día tras día toda la pureza del mundo, y hemos seguido sordos. Hace cuarenta años encontrábamos anómala la pregunta de nuestra amiga en el momento en que daba a luz su hijo. Y hoy... lo mismo. Oculto entre las hojas nuevas, canta un pájaro carbonero en medio de la ciudad. Su canto podría romperle los pulmones, tal es su brío. ¿Qué haremos? Él solo ha conseguido vencer el ruido de los coches y recordarnos que sería un crimen seguir sordos a su pureza.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 20 de mayo de 2012]
entonces, la legión esta de pobres,jubilados y emigrantes deberían en la cola preguntarse eso:¿ha muerto ya Franco o aún no? Asaltar luego las mansiones moralejas y hasta el pájarito cantaría acorde con ello.
RépondreSupprimersaludos
Al hilo de " las uvas " resulta que hay una legión de Expropiados a los que los juzgados están indemnizando por expropiaciones mal hechas por los electos. Los jubilados lo llevan crudo, están cerrando residencias , desde hace un año a los nuevos enfermos con derecho a la ley de dependencia no se les paga y son los máximos perjudicadas por la llamada " estafa " de las preferenciales de los bancos y cajas.
RépondreSupprimerSaludos
Leo (y escucho) a los pájaros, y no puedo creerme el último caso de suicidio-infanticidio que acaba de ocurrir en Italia. Esta vez no es por celos, venganza absurda o cuestiones parecidas de machismo (o así, al menos, cuenta el periodista): un padre (41 años), lanza al vacío a sus dos hijos (1 y 4 años) delante de su mujer. Intenta matarla y se suicida. Todo esto, según lo que leo, por razones de graves apuros económicos (secuencia "lógica": el paro, la frustración, una discusión, la locura).
RépondreSupprimerEstamos un poco locos ya todos. ¿Los pájaros, la poesía? Economía, economía, economía: solo esto es lo que, realmente, cuenta.
La teoría de las tres España sigue existiendo hoy. Una derecha carca (capital,iglesia...). Una izquierda llena de arribistas (Montilla en el Senado y más...) Y La tercera, somos el resto (los paganos). Lo que dice Colom sobre las expropiaciones mal hechas, viene de la famosa ley del suelo, una de las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, que como toda España era urbanizable(ley de Rato)las expropiaciones se pagaron a precio urbano. Las autopistas, en ruina, también se pagaron expropiaciones a precio de oro.
RépondreSupprimerLa muerte del dictador fue muy celebrada en ambitos universitarios, tanto`por estudiantes de derechas como de izquierda, estabamos hartos del guia fascista. El caso es que en las primeras elecciones los partidos pro franquistas fueron borrados. Cierto que entonces no habia el frenesi de ahora y eran tiempos con futuro , aunque era un pais pobre como ahora
RépondreSupprimerChao
Andrés :hoy han puesto un poema suyo en el blog " Zumo de Poesia ", es un blog muy bueno que leo a diario. Gracias a este blog he conocido poetas como Wislawa, kapucinski, Angel Gonzalez, Cernuda o Pessoa entre otros muy buenos, todos los dias ponen un poema. leer poesia ayuda a mitigar la crisis y engancha
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