EN medio del despiste generalizado del hispanismo, todavía queda algún hombre tranquilo y sensato que se acerca a nuestra historia y a nuestros escritores y poetas con una delicadeza también infrecuente en buena parte de la crítica española.
Uno de esos hombres justos, Nigel Dennis, presentará mañana en Murcia, en el museo que lo ha editado, Ramón Gaya, el taller de la soledad (Museo Ramón Gaya, Murcia, 2012).
Hallamos en este libro alguno de los ensayos y esquicios más finos y certeros que se hayan escrito sobre Gaya, así como una larga conversación con éste. Nigel Dennis trató y conoció igualmente a Bergamín, objeto de muchos de sus ensayos, y Bergamín le sirve para acercarse a Gaya: "El hombre no piensa más que cuando está solo", nos recuerda, y también: "La verdadera solidaridad no es posible más que entre solitarios", y ese es el camino que los textos publicados en ese libro parecen encontrar para explicarnos cómo Gaya no pudo ni quiso ser otra cosa que un "pájaro solitario", como Juan Ramón, Cernuda, Chacel, Zambrano, el propio Bergamín y algunos más de la generación de los solitarios, de los difíciles. Pues a pesar de ser textos, los de Nigel Dennis, escritos para muy diversas ocasiones y propósitos y a lo largo de estos últimos treinta años, parecen estar recorridos por una idea idéntica siempre, la de que crear es creer y creer, la manera que los creadores tienen de estar solos y comunicados entre ellos, como si tuviesen en mente aquel "nosotros los solitarios", de que habló Nietzsche.
Tras esta visita y dejarnos discretamente sobre la mesa su libro, como quien deja las llaves de su casa, Nigel Dennis volverá a su entoldado rincón escocés de St. Andrew University , a sus estudios habituales: una vez más Bergamín, Gaya, Gómez de la Serna. De todos ellos ha escrito con finura espiritual, intelectual. El mismo libro, el mismo ensayo y la misma vida, convencido de la exactitud de las palabras de Pascal, que él ha escogido para ellos, para nosotros: "Tout le malheur de l'homme vient de ne pas savoir se tenir tranquille dans sa chambre". Un hombre, sí, tranquilo, en un mundo, el del hispanismo, que se parece cada vez más a un tiovivo loco cuyos jinetes fuesen los del Apocalipsis, pero fumados, a tenor de lo que en él se "investiga" a menudo, se escribe y se publica.
Uno de esos hombres justos, Nigel Dennis, presentará mañana en Murcia, en el museo que lo ha editado, Ramón Gaya, el taller de la soledad (Museo Ramón Gaya, Murcia, 2012).
Hallamos en este libro alguno de los ensayos y esquicios más finos y certeros que se hayan escrito sobre Gaya, así como una larga conversación con éste. Nigel Dennis trató y conoció igualmente a Bergamín, objeto de muchos de sus ensayos, y Bergamín le sirve para acercarse a Gaya: "El hombre no piensa más que cuando está solo", nos recuerda, y también: "La verdadera solidaridad no es posible más que entre solitarios", y ese es el camino que los textos publicados en ese libro parecen encontrar para explicarnos cómo Gaya no pudo ni quiso ser otra cosa que un "pájaro solitario", como Juan Ramón, Cernuda, Chacel, Zambrano, el propio Bergamín y algunos más de la generación de los solitarios, de los difíciles. Pues a pesar de ser textos, los de Nigel Dennis, escritos para muy diversas ocasiones y propósitos y a lo largo de estos últimos treinta años, parecen estar recorridos por una idea idéntica siempre, la de que crear es creer y creer, la manera que los creadores tienen de estar solos y comunicados entre ellos, como si tuviesen en mente aquel "nosotros los solitarios", de que habló Nietzsche.
Tras esta visita y dejarnos discretamente sobre la mesa su libro, como quien deja las llaves de su casa, Nigel Dennis volverá a su entoldado rincón escocés de St. Andrew University , a sus estudios habituales: una vez más Bergamín, Gaya, Gómez de la Serna. De todos ellos ha escrito con finura espiritual, intelectual. El mismo libro, el mismo ensayo y la misma vida, convencido de la exactitud de las palabras de Pascal, que él ha escogido para ellos, para nosotros: "Tout le malheur de l'homme vient de ne pas savoir se tenir tranquille dans sa chambre". Un hombre, sí, tranquilo, en un mundo, el del hispanismo, que se parece cada vez más a un tiovivo loco cuyos jinetes fuesen los del Apocalipsis, pero fumados, a tenor de lo que en él se "investiga" a menudo, se escribe y se publica.
Nigel Dennis en casa de Cuca y Ramón Gaya, Madrid, 22 de mayo de 2012 |
Se habla mucho de la solidaridad , pero no se ve . Contra el gran pecado de la avaricia solo cabe la justicia , lo demás son paños calientes . A veces se equivoca la limosna con la solidaridad, vivimos en el equivoco y nos divertimos con el caos , va en el paquete.
RépondreSupprimerSí. En arte crear es a solas creer y no croar en coro tanto. En arte y en todo lo demás. Con las mismas palabras de Colom: solidaridad y justicia de verdad contra el equívoco y el caos del pesado petate que abruma cada cerviz.
RépondreSupprimer"la VERDADERA solidaridad no es posible más que entre solitarios" ... muy buena idea, no sé si incluso habría que ponerla literal entre los primeros artículos de la Constitución.
RépondreSupprimersaludos
La entrada de hoy me recuerda esos versos del Autorretrato de Machado:
RépondreSupprimer"Quien habla solo espera / hablar a Dios un día".
"Mi soliloquio es plática / con este buen amigo"....
"Desdeño los romances / de los tenores huecos / y el coro de los huecos / que cantan a la luna".
Y sobre todo:
"A distinguir me paro / las voces de los ecos / y escucho solamente, / de entre las voces, una".
En el arte y fuera del arte no seguir ni pedir santón ni rey alguno. Sí. Pájaro solitario mejor que rana en charca.
RépondreSupprimerInvitación a la lectura del antiguo ejemplo anarcoide de las ranas en versión de Juan Ruiz. Permítase el castellano viejo, con ocho notas a pie de mensaje.
ARCIPRESTE DE HITA, Libro de Buen Amor.
Edición de Jacques Joset. Espasa-Calpe. Madrid, 1974.
ENXIENPLO DE LAS RANAS EN CÓMO DEMANDAVAN REY A DON JÚPITER [pags. 199 y ss.]
Las ranas en un lago cantavan e jugavan,
cosa non les nuzía (1), bien solteras andavan;
creyeron al dïablo, que del mal se pagavan,
pidieron rey a Júpiter, mucho gelo rogavan.
Enbióles Don Júpiter una viga de lagar,
la mayor qu[e] él pudo, cayó en ese lugar,
el grand golpe del fuste fizo las ranas callar,
mas vieron que non era rey para las castigar.
Suben sobre la viga quantas podían sobir;
dixieron: “Non es este rey para nos servir”.
Pidieron rey a Júpiter como l’ solién pedir;
Don Júpiter con saña óvolas de oír.
Enbióles por rey çigüeña manzillera (2);
çercava (3) todo el lago, ansí faz la ribera,
andando picoabierta; como era vente[r]nera (4) ,
de dos en dos las ranas comía bien ligera.
Querellando a Don Júpiter, dieron bozes las ranas:
“Señor, Señor, acórrenos, Tú que matas e sanas;
el rey que Tú nos diste por nuestras bozes vanas,
danos muy malas tardes e peores mañanas.
Su vientre nos sotierra, su pico nos estraga,
de dos en dos nos come, nos abarca e astraga (5);
Señor, Tú nos defiende, Señor, Tú ya nos paga (6);
danos la tu ayuda, tira de nos tu plaga”.
Respondióles Don Júpiter: “Tened lo que pidistes;
el rey tan demandado, por quantas bozes distes,
vengue vuestra locura, ca en poco tovistes
ser libres e sin premia (7); reñid (8), pues lo quesistes”.
Quien tiene lo que l’ cumple con ello sea pagado,
quien podiere ser suyo non sea enajenado,
el que non toviere premia non quiera ser apremiado:
libertat e soltura nos es por oro conprado.
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(1) ‘Nada les hacía daño, andaban muy libres’.
(2) manzillera: ’carnicera’
(3) çercava: ’rodeaba, daba vueltas’.
(4) vente[r]nera: ’comilona, golosa’.
(5) nos abarca e astraga: ‘nos agarra y nos devora’.
(6) Tú ya nos paga: ’conténtanos, danos satisfacción’.
(7) sin premia: ‘sin opresión’.
(8) reñid: ’quejaos’.
Fuera de tema;
RépondreSupprimerUna trducción mía -y torpe- de Rimbaud:
El durmiente del valle
(Arthur Rimbaud)
Es un hueco de verdor en donde canta un río,
Aferrando locamente a las hierbas harapos
De plata; donde el sol del monte altivo
Luce: es un valle pequeño en el que espuman rayos.
Un soldado joven, boca abierta, cabeza agreste,
Y la nuca bañada por fresco berro azul,
Duerme; está tendido en la hierba celeste,
Pálido en su cama verde donde llueve la luz.
Los pies entre gladiolos, duerme. Sonriendo como
sonreiría un niño enfermo, tiene un sueño:
Natura, acúnalo con fervor: está helado.
Los perfumes no estremecen ya su razón;
Duerme bajo el sol mano en su corazón,
Tranquilo. Tiene dos orificios rojos en un lado.
(traducido en diciembre 2010)
Y el original en francés:
Le dormeur du val
C'est un trou de verdure où chante une rivière,
Accrochant follement aux herbes des haillons
D'argent ; où le soleil, de la montagne fière,
Luit : c'est un petit val qui mousse de rayons.
Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue,
Et la nuque baignant dans le frais cresson bleu,
Dort ; il est étendu dans l'herbe, sous la nue,
Pâle dans son lit vert où la lumière pleut.
Les pieds dans les glaïeuls, il dort. Souriant comme
Sourirait un enfant malade, il fait un somme :
Nature, berce-le chaudement : il a froid.
Les parfums ne font pas frissonner sa narine ;
Il dort dans le soleil, la main sur sa poitrine,
Tranquille. Il a deux trous rouges au côté droit.
Nigel Dennis es uno más de esa honorable lista de ingleses españolados. 'Ramón Gaya de viva voz', preparado por él, está siempre en mi mesilla. Y una cosa que me gustá de él: como suelen hacer los mejores ingleses, jamás le oirás presumir de lo que sabe, sí de quien ha conocido y de quien ha aprendido.
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