COMO compases de Strauss suenan estas valsadas palabras de Kant, apropiadísimas para este día de Año Nuevo: "La paciencia es la fortaleza del débil, la impaciencia la debilidad del fuerte", es decir, que la paciencia fortalece y la impaciencia debilita. Podemos traducirlo a lenguaje cervantino, y quedaría así: paciencia y barajar. O al sanchesco: de menos nos hizo Dios.
Y sabido esto, le decimos al Año Nuevo:
Y sabido esto, le decimos al Año Nuevo:
Andrés, siempre que leí en el SPP sus nocheviejas "sin pompa ni oropel", tan tranquilas y huérfanas de servidumbres le tenía cierta envidia. Pero este año ha querido la suerte que mi mujer y yo nos hayamos tenido que meter en cama mucho antes de las uvas, con fiebres y dolamas. Por eso y aunque no sea lo mismo, me he acordado de usted y de paso aprovecho para desearle lo mejor en el nuevo año. Y por favor, que salga pronto "Mundo es"...
RépondreSupprimerDavid Fdez.
Primer plano negro y segundo blanco, virginal, esperanzador. La alegoría de la transición de un año a otro a través de una fotografía. En la esperanza siempre hay una obligación vital, igual que el espejismo es una ilusión imprescindible. Que el blanco se vaya acercando cada vez más y sepamos poner los ojos solo en él.
RépondreSupprimerGracias por llenarnos tanto y de qué manera, con tan poco, Andrés.
RépondreSupprimerEmpezamos muy bien el año.
J.Blas
La mayor debilidad del" fuerte " suele ser la condición de traidor y chivato , son impacientes y enseguida les entra el canguelo ( Kantgüelo si el fuerte es un intelectual o " artista " que no combate la crisis )
RépondreSupprimerDesde que Kant murió en Köenisberg los relojes nunca dan la hora exacta, o adelantan o atrasan, la paciencia y la impaciencia pueden ser fortaleza de débiles y flaqueza de fuertes, pero la exactitud esa es la virtud de los ecuanimes.
RépondreSupprimerMenos por menos, más: Dios, qué gran Matemático.
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