LEE uno escandalizado esta noticia: Felipe González ha decidido dejar Gas Natural "no porque haya incompatibilidades, sino porque es muy aburrido". El asombro que causa la frivolidad de estas palabras en un país con seis millones de parados y diez por debajo del umbral de la pobreza se corresponde al asombro que produjo en uno que el socialista FG. aceptara formar parte (y pillar de paso unos eurillos) de ese Consejo de Administración por razones no muy diferentes a las que dio en su día cierto político valenciano del Pp: "Yo he entrado en política para forrarme". Cuánta razón llevaba FG. al sustanciar uno de sus más profundos pensamientos: "La misma mierda".
Denota, en todo caso, esta frase "in bellezza" de FG. uno de los rasgos principales de su carácter, la soberbia, que le permitió arrostrar hechos gravísimos como los del Gal o la corrupción, determinantes en sus mandatos como Presidente de Gobierno, con el mayor cinismo. Claro que en su caso ha podido ser cínico sólo porque ha gozado de impunidad.
Recuerda uno con vago resentimiento aquellos años en los que tantos intelectuales y escritores españoles acudían en masa a la famosa bodeguiya a darle coba y escuchar sus latosísimas logorreas, y lo que no habría dado uno por haber sido invitado a aquellas zambras para haber dicho que no. O mejor aún, para haber dicho que sí, y haberlo podido contar luego.
Claro que a día de hoy este desahogo mío no vale nada ni como brindis al sol.
No tiene nada que ver con la entrada, pero he leído una entrevista a Joaquín Sabina que viene en la contraportada de El Mundo de hoy, y me ha emocionado esta frase. Por eso la pego aquí, para compartirla:
RépondreSupprimer"Yo creía que la izquierda era internacionalista y solidaria. Ver a ERC y a IU metidas en una pelea aldeana de ser una cosa por ser de un territorio u otra por ser de otro es un empobrecimiento intelectual asombroso, como si la Ilustración no hubiera pasado, como si no supiéramos las catástrofes, la sangre y la miseria que han producido los nacionalismos."
Sí, sesentón
RépondreSupprimerdon Felipe ha engordao
una jartá.
Sí, parese más gordo, y como lasio, porque aluego, de las vejancás no mos libra naide.
SupprimerVender gas y Vender humo no son incompatibles.
RépondreSupprimer¿Qué acontecimientos maravillosos esperaba que sucedieran en las sesiones de ese Consejo?¿ Y nuca pensó porque lo habían elegido a él para el puesto? Pero ¿qué nos puede sorprender conociendo del personaje? Escribía Gracia Noriega en uno de sus brillantes artículos que la ventaja de la Monarquía sobre la República es que no era necesario elegir y así, en España, nos podíamos ahorrar el calvario de elegir entre González y Aznar.
RépondreSupprimerJavier
―¡Ni tengo hijos, ni nunca los tendré! Ninguna de esas criaturas es mía; las socialistas, tampoco… ¡Me llamo Urganda y no Urdanga!
RépondreSupprimerPero nadie oye la inútil y aburrida protesta de la vieja bruja contra la incontenible floración de urdangarines reclamando su maternidad.
"Hay menos injusticia en que te roben en un bosque que en un lugar de asilo. Es más infame que te desvalijen quienes deben protegerte".
SupprimerY aunque no es Urganda, sino Montaigne, quien hace esta reflexión, ella, con mucho gusto, la suscribiría.
González y Aznar en cuanto ex-presidentes son dos despojos políticos, Calvo Sotelo se marchó con esa seriedad socarrona que le caracterizaba y Suarez está en las nieblas del Alzehimer. Que nos queda un ex-Zapatero asustado de sí mismo. El panorama es desolador.
RépondreSupprimerFue precisamente a un socialista (vivir para ver) llamado Felipe González a quien se le ocurrió aprobar por ley una pensión vitalicia para los ex-presidentes de gobierno. A ver si idéntico aburrimiento le lleva ahora también a querer dejar de cobrarla.
RépondreSupprimerAl alejarse muestran su mediocridad, su inconsistencia. Nada como la perspectiva para poder ver la realidad.
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